(Fides) Justo allí donde “se está desatando el infierno”, su presencia, explica el sacerdote, quiere ser un “claro signo de la no violencia, un testimonio de la fe y el amor por el pueblo sirio”. Su ser un “signo de contradicción”, será una experiencia que los fieles de todas las religiones podrán comprender, ya que “las armas de la oración y el ayuno son importantes en el cristianismo y en el Islam”.
Pretende ser una manera “para recordar a todos los hombres, que están luchando y matando, que la única fuente de esperanza es Dios: el Dios de la vida, el Dios de la paz, el Dios de la reconciliación, que nos hace hermanos y no enemigos” comenta.
Fuentes de Fides no excluyen que, mientras su experiencia se difunde por la ciudad, cristianos y musulmanes puedan unirse a él, a pesar de los peligros, y que en la ciudad devastada por el conflicto pueda encenderse una nueva luz de esperanza para Siria, gracias a hombres y mujeres que rechazan el odio y escogen la no violencia en el nombre de su fe.
La religión y la fe –señalan las fuentes de Fides– en realidad son un componente importante de la vida y la identidad del pueblo sirio, y en estas horas difíciles de brutalidad, es necesario apoyarse en el componente espiritual, que confiere al hombre su verdadera dimensión, su verdadera dignidad.