(Vatican Insider)
Un grupo de miembros notables de la Pontificia Academia para la Vida (PAV) se han declarado en revuelta. Acusan a la cúpula de esa oficina de la Santa Sede de “traición sistemática” a los valores cristianos y de colaborar con programas que siguen una agenda contraria a las enseñanzas de la Iglesia. Están dispuestos a llevar su protesta al más alto nivel, porque afirman que se trata de una situación de “suma gravedad”.
Pero en la PAV consideran a los críticos como una “pequeña minoría” que, con sus acciones, dificultarían al organismo llevar a cabo su misión. Así lo reportó el Vatican Insider (en esta noticia).
Uno de los detractores es el profesor Josef Seifert, presidente del Senado de la Academia Internacional de Filosofía del Principado de Liechtenstein. El 10 de abril pasado envió una extensa carta ( completa aquí, en inglés) al presidente de la PAV, el obispo del Opus Dei Ignacio Carrasco de Paula, en la cual expresó su “profundo sentimiento de tristeza” y una “enorme preocupación” por el “gran peligro” de que la academia pierda su “pleno y puro compromiso con la verdad”.
Para Seifert la PAV vivió el “peor día de su historia” el 24 de febrero pasado, cuando tuvo lugar en Roma una conferencia para abordar los temas de la fecundación y el tratamiento de la infertilidad. Y sustentó sus dichos en ocho razones.
Según el profesor la mayoría de las ponencias impartidas ese día, cinco sobre un total de siete, no sólo prescindieron de cualquier explicación relacionada con la moral católica sino que se refirieron únicamente a métodos como la píldora, la inseminación artificial y la fertilización in vitro. Y precisó que los juicios éticos de los cinco expositores “fueron un asalto directo a la enseñanza de la Iglesia y la verdad”.
“Los periodistas que darán a conocer esta conferencia o una publicación de la PAV sobre estas ponencias, lo que espero que nunca ocurra, difundirán exactamente lo opuesto a la enseñanza de la Iglesia como si fuera algo promovido por nuestra Academia. La imagen exterior de la misma y de la Iglesia ha sido gravemente herida y dañada por este evento”, estableció.
A las quejas se sumó Mercedes Arzú Wilson, presidenta de la Fundación para la Familia de las Américas y de la Organización Mundial de la Familia, también integrante de la Pontificia Academia para la Vida quien expresó su inconformidad en declaraciones a la Agencia Católica de Información.
La crisis interna en la Academia ha tenido ya consecuencias tangibles, como la cancelación del Congreso Internacional Sobre la Investigación con Células Madre que iba a llevarse a cabo del 25 al 28 de abril en El Vaticano. Según la versión oficial el encuentro habría sido cancelado por la falta de fondos, lo cierto es que su organización no estuvo exenta de polémicas.
Los mismos detractores de la conferencia sobre infertilidad se opusieron al congreso sobre células estaminales, argumentando que entre los ponentes de esta segunda iniciativa se incluyeron destacados promotores y practicantes del uso de células embrionarias para la investigación, defensores incluso de la clonación humana. Todas cuestiones contrarias a las enseñanzas de la Iglesia.
Programado en esos términos el congreso provocó una encendida controversia al interior de la Curia Romana, cuyo resultado natural fue su cancelación “por órdenes superiores”. Esa determinación habría irritado a algunos oficiales de la Academia y provocado una ruptura definitiva con los críticos. Una situación que, lejos de haber conjurado la crisis, la ha profundizado.
Así las cosas los académicos indignados quieren expresar su desazón al mismo Papa Benedicto XVI y a sus principales colaboradores. Y se están preparando para denunciar que las malas alianzas promovidas en el seno de ese dicasterio del Vaticano corren el riesgo de “destruir la enseñanza de la Iglesia y más precisamente de Juan Pablo II sobre la vida, el amor, la sexualidad humana y la familia”.