(InfoCatólica) "Los creyentes", asegura Mons. Gil Hellín, "no podemos menos de preguntarnos qué espera Dios de nosotros y qué podemos aportar para paliar o resolver este estado de cosas". El arzobispo advierte que "es imprescindible no quedarse en lamentos ni alimentar el pesimismo y el fatalismo. El problema no es fácil de resolver pero tampoco es irresoluble".
El prelado llama a todos a "arrimar el hombro", es decir, a tener "voluntad de asumir las responsabilidades y sacrificios personales que exija el bien común". Al mismo tiempo, don Francisco recuerda que "la demagogia está al alcance de todos y es un recurso fácil. Pero es estéril. Más aún, con frecuencia agrava los problemas".
Tras exponer las causas reales de la crisis, el arzobispo de Burgos afirma que "si nos limitamos a ver las cosas sólo desde la perspectiva económica, no extirparemos las verdaderas causas de la enfermedad y la crisis volverá cuando menos lo esperemos".
"Mientras tanto", añade, "sigamos prestando las pequeñas -o no tan pequeñas- ayudas que están en nuestras manos, bien sea ayudando directamente a quienes conocemos que se encuentran en situación de paro o bien a través de Cáritas parroquial y diocesana".
El prelado concluye recordando que "la caridad a los pobres y necesitados ha sido siempre un distintivo de los cristianos. De todos modos, la caridad no se contrapone a la justicia y ésta clama por una solución del paro acorde con la dignidad de la persona humana".