(La Nueva España) González, presidente de Cubera, asociación que siempre ha estado muy unida al conjunto monumental, argumenta que el cierre sería una decisión nefasta para el mantenimiento del edificio; además, desde el punto de vista económico, sostiene que “no se le ha sacado rendimiento” a la inversión realizada por el Principado para su recuperación. Por lo que, vista la situación, desde Cubera defienden el “uso civil y cultural porque el eclesiástico parece que no funciona”.
González achaca una falta de “seguridad jurídica” que sentó un “mal precedente” con los antiguos moradores de Valdediós, los monjes cistercienses, porque a pesar de haber realizado una importante inversión en el conjunto monumental fueron sustituidos por la comunidad de San Juan por orden del anterior arzobispo de Oviedo, Mons. Carlos Osoro.
Esta decisión generó gran revuelo y malestar en Villaviciosa hace tres años. Incluso fueron numerosas las voces que alertaban de que los de San Juan no eran los hermanos más idóneos para ocupar Valdediós, un lugar alejado de las principales urbes, por la tarea de apostolado que tienen encomendada, y precisamente ha sido ésta la razón que más ha pesado en su marcha de Villaviciosa.
Reclaman un centro cultural y de investigación
Etelvino González explica que desde la asociación que preside llevan “años pidiendo un centro cultural y de investigación” que albergue “los seis archivos municipales de la Comarca de la Sidra, al calor de los cuales aparecerán investigadores y puede que otras donaciones”. González asegura que dada la preocupación que tienen ante el posible cierre del monasterio porque se quede sin moradores, Cubera ha mantenido varias entrevistas con los responsables municipales de Villaviciosa para buscar soluciones y que éstos intercedan con el Arzobispado al ser la Iglesia la propietaria del conjunto monástico. En Cubera no descartan tener que volver a abanderar el Salvemos Valdediós, como ya hicieron hace treinta años.
“El monasterio no puede quedar en el abandono, y más después de todo el dinero que se invirtió. Deseamos que vuelva a ser un centro de espiritualidad y no turístico, convertido en un parador”, sostiene Daniel Fernández Malvárez, secretario de la hermandad de antiguos alumnos y amigos de Valdediós, otro de los colectivo más vinculados con el monasterio. Malvárez asegura que llevan “más de cincuenta años peleando por que siga siendo lo que es”, mostrando su inquietud por el futuro y la continuidad del cenobio.
En el Círculo Cultural tampoco son ajenos a estas incertidumbres, asegura su presidente, Martín Caicoya, quien asegura que la marcha de los religiosos afectará al desarrollo habitual de sus actividades. También teme por el mantenimiento si no hay moradores en el monasterio, por lo que aunque es consciente de las dificultades para encontrar una orden monástica que lo habite, cree que es lo más adecuado.