En su discurso dirigido a los fieles congregados en el Coliseo de Roma, ha señalado que el camino de Jesús en la vía de la cruz "es una vía que parecía sin salida y que, sin embargo, ha cambiado la vida y la historia del hombre" y "ha abierto el paso hacia los cielos nuevos y la tierra nueva".
Al finalizar la meditación de las estaciones, el Papa ha subrayado que "la experiencia del sufrimiento y de la cruz marca la humanidad, marca incluso la familia" y que a menudo el camino no es fácil por las "incomprensiones, divisiones, preocupaciones por el futuro de los hijos, enfermedades" ya que en la actualidad "la situación de muchas familias se ve agravada por la precariedad del trabajo y por otros efectos negativos de la crisis económica".
El Pontífice ha exhortado también a las familias que afrontan dolor a mirar la cruz de Cristo porque allí encontrarán "el valor y la fuerza para seguir caminando" y citando las palabras de san Pablo ha añadido que es posible vencer las dificultades "gracias a aquel que nos ha amado".
"En la aflicción y la dificultad -ha añadido Benedicto XVI- no estamos solos, la familia no está sola" porque Jesús está "presente con su amor, la sostiene con su gracia y le da la fuerza para seguir adelante, para afrontar los sacrificios y superar todo obstáculo".
Al finalizar su discurso, ha sugerido encomendarse a la Madre de Cristo que ha acompañado a Jesús por la vía dolorosa. "Ella que estaba junto a la cruz en la hora de su muerte, que ha alentado a la Iglesia desde su nacimiento para que viva la presencia del Señor, dirija los corazones de todas las familias hacia aquella luz que prorrumpe de la Resurrección de Cristo y muestra el triunfo definitivo del amor, de la alegría, de la vida, sobre el mal, el sufrimiento, la muerte", ha concluido.
Durante las 14 estaciones del Vía Crucis, la cruz ha sido llevada por el vicario del Papa para la diócesis de Roma, el cardenal Agostino Vallini, por dos frailes franciscanos de la custodia de Tierra Santa y por algunas familias provenientes de Italia, América Latina, África e Irlanda.
Los textos del Vía Crucis de este año han sido preparados por un matrimonio italiano Danilo y Anna Maria Zanzucchi, miembros del 'Movimiento de los focolares' e iniciadores del movimiento "familias nuevas".
(EP) Al finalizar la meditación de las estaciones, el Papa ha subrayado que "la experiencia del sufrimiento y de la cruz marca la humanidad, marca incluso la familia" y que a menudo el camino no es fácil por las "incomprensiones, divisiones, preocupaciones por el futuro de los hijos, enfermedades" ya que en la actualidad "la situación de muchas familias se ve agravada por la precariedad del trabajo y por otros efectos negativos de la crisis económica".
El Pontífice ha exhortado también a las familias que afrontan dolor a mirar la cruz de Cristo porque allí encontrarán "el valor y la fuerza para seguir caminando" y citando las palabras de san Pablo ha añadido que es posible vencer las dificultades "gracias a aquel que nos ha amado".
"En la aflicción y la dificultad -ha añadido Benedicto XVI- no estamos solos, la familia no está sola" porque Jesús está "presente con su amor, la sostiene con su gracia y le da la fuerza para seguir adelante, para afrontar los sacrificios y superar todo obstáculo".
Al finalizar su discurso, ha sugerido encomendarse a la Madre de Cristo que ha acompañado a Jesús por la vía dolorosa. "Ella que estaba junto a la cruz en la hora de su muerte, que ha alentado a la Iglesia desde su nacimiento para que viva la presencia del Señor, dirija los corazones de todas las familias hacia aquella luz que prorrumpe de la Resurrección de Cristo y muestra el triunfo definitivo del amor, de la alegría, de la vida, sobre el mal, el sufrimiento, la muerte", ha concluido.
Durante las 14 estaciones del Vía Crucis, la cruz ha sido llevada por el vicario del Papa para la diócesis de Roma, el cardenal Agostino Vallini, por dos frailes franciscanos de la custodia de Tierra Santa y por algunas familias provenientes de Italia, América Latina, África e Irlanda.
Los textos del Vía Crucis de este año han sido preparados por un matrimonio italiano, Danilo y Anna Maria Zanzucchi, miembros del 'Movimiento de los focolares' e iniciadores del movimiento "familias nuevas".