(Fides) “Por ejemplo”, dice el prelado, “hay personas de Cáritas a quienes les gustaría venir a Libia para conocer las necesidades de los más necesitados, pero se les ha aconsejado que no lo hagan. Me pregunto por qué, dado que los técnicos de ENI o del AGIP vienen a trabajar aquí sin ningún problema”. “¿Por qué no pueden venir también los agentes de Cáritas?” se pregunta el Vicario Apostólico de Trípoli.
“No es cierto que nadie puede venir a Libia. Evidentemente no digo en calidad de turistas, pero para determinados servicios sociales si que es posible”, insiste. “Puedo hablar de Trípoli y sus alrededores. En ocasiones hay algunas escaramuzas aquí y allá, pero en general la situación es tranquila y pacífica”.
Mons. Martinelli menciona algunos ejemplos de la vida ordinaria que a su juicio muestran una tendencia de regreso a la paz: “Ayer los niños en las escuelas han celebrado el Día de la Madre (en el mundo árabe coincide con el primer día de primavera). En los últimos días se han celebrado las elecciones para los organismos locales de Trípoli”.
“Sin embargo, existe todavía el problema de las armas, que aún están en posesión de las milicias, y en este sentido, Mons. Martinelli señala: “Las autoridades de Trípoli están haciendo todo lo posible para que quienes tengan armas las entreguen. Llevará un poco de tiempo, pero el esfuerzo se está haciendo”. “Me gustaría que Libia no se asociase en el imaginario colectivo, al terrorismo y a la inestabilidad. Venid a ayudarnos a construir la nueva Libia” concluye Mons. Martinelli.