(Luis F. Pérez/InfoCatólica) La primera aprobación de los estatutos de los Franciscanos de María fue hace cinco años y era "ad experimentum", como es habitual. Están en 31 naciones y 160 diócesis y entre sus obras figura la televisión Magnificat.tv. El día 25, domingo, tendrán el privilegio de poder celebrar una misa de acción de gracias en San Pedro, en el altar del beato Juan Pablo II.
El P. Santiago Martín responde a las preguntas de InfoCatólica:
- Para quienes todavía no saben qué son los Franciscanos de María, ¿puede explicar brevemente por qué se vio movido a fundar la asociación en 1988 y cuál es su carisma?
Creo que siempre es igual. Existe una necesidad que quizá muchos ven pero que sólo algunos son empujados, a veces a través de circunstancias dolorosas, a hacer algo para ponerles remedio. La necesidad que yo vi fue el secularismo en que se iba sumergiendo España y en general el mundo occidental. Me pareció ver que en parte se debía a que muchos iban a la Iglesia a pedir y que cuando creyeron que ya no tenían necesidades materiales dejaron de ir. Si se les hubiera enseñado que el verdadero cristianismo es eucarístico, es de agradecimiento, esa crisis no hubiera ocurrido o al menos no hubiera sido tan profunda. Por eso puse en marcha este movimiento para enseñar a agradecer y también para defender a la Iglesia.
- El próximo lunes, 26 de marzo, los Franciscanos de María recibirán de la Iglesia la aprobación definitiva de sus estatutos. ¿Tiene usted la sensación de haber llegado a buen puerto tras una larga travesía o piensa que el verdadero viaje de servicio al Señor y su Iglesia empieza ahora?
Es un final y un principio. El "niño" ha nacido. Ya no depende de mí y, siempre con ayuda de Dios, puede ir solo. Con la aprobación pontificia, el fundador, en este caso yo, puede decir lo del anciano Simeón: "Ahora, Señor, según tu promesa puedes dejar a tu siervo irse en paz". Es, a la vez, un principio porque tenemos la responsabilidad de llevar a cabo la misión que el Señor nos ha encomendado y que la Iglesia ha confirmado, la misión del agradecimiento.
- Hoy están presentes en 31 países y 160 diócesis. ¿Cómo es su relación con las diversas iglesias locales, especialmente con las parroquias y con los obispos?
Con los obispos siempre son muy buenas. Nosotros intentamos insertarnos en la pastoral diocesana y eso pasa por la inserción en las parroquias y la colaboración con los sacerdotes. Sin embargo, a veces algunos párrocos tienen recelos porque temen que saquemos a la gente de sus parroquias. Cuesta un poco a veces convencerles de que lo que buscamos es todo lo contrario: meter a la gente en la Iglesia, contribuir a ayudarla.
- ¿Qué son las "escuelas de agradecimiento" y cuáles son los frutos en quienes participan en las mismas?
Llamamos "escuelas de agradecimiento" a nuestras reuniones, a nuestros grupos. En ellas se aprende a agradecer a través del viejo método de la dirección espiritual, aunque aplicado a las circunstancias actuales. Cada semana hay un tema de formación y un propósito ligado a ese tema para llevarlo a la práctica. En cada reunión se hace revisión de vida y así se avanza en equipo, siempre contando con la presencia del Señor en medio nuestro. Todos los temas de formación son escrupulosamente fieles a la doctrina de la Iglesia. Los frutos para los integrantes del movimiento son dobles, intelectuales -conocen mejor su fe y saben cómo defenderla- y espirituales, pues tienen que llevar a su vida los propósitos asumidos, pues de lo contrario todo se quedaría en la cabeza.
- En su familia espiritual se da la vida consagrada, tanto en sacerdotes como en religiosas. ¿Son ya sus comunidades una fuente de vocaciones sacerdotales y a la vida religiosa?
Gracias a Dios y a María, sí. Pero también tengo que decir que la difusión más rápida es entre los laicos. Son muy pocos los sacerdotes que se han mostrado interesados en participar de esta familia espiritual, en aprender a "agradecer". Quizá es porque no lo necesitan o porque no les interesa.
- En su página web tienen cursos de apologética, moral, Biblia y dogma. ¿Qué papel cree que ha de jugar la formación de los fieles en la batalla contra el avance del laicismo radical, la secularización interna de la Iglesia y de las sectas?
Sin formación es difícil sobrevivir al acoso que experimentamos, sobre todo los más jóvenes. La formación sin espiritualidad, sin oración, sin motivaciones religiosas, no es suficiente. Pero sin formación no habrá futuro.
- Entre sus obras figura la televisión Magnificat.tv. ¿Cree usted que la Iglesia, especialmente en España, está aprovechando bien el potencial de los medios de comunicación?
Creo que no. Se gasta mucho dinero en campos que dan poco resultado porque se da por supuesto que "hay que estar ahí". En cambio, otros ámbitos, como el de internet, están casi sin explorar. Hay que estar en los medios, pero sin someterse a ellos, sin entrar en su dinámica de amarillismo para conseguir audiencia y lograr así publicidad.
- ¿Cuál desea que sea el papel de los Franciscanos de María en la nueva evangelización?
Amar y hacer amar al Señor, como María, en primer lugar. A continuación y a la par, amar y defender a la Iglesia, como hizo San Francisco. Junto a esto, promover un estilo de vida austero, no consumista, que va ligado al respeto a la naturaleza y también a la solidaridad con los que sufren.
Historia de los Franciscanos de María