(Aica) “Tengo registros interesantes acerca de Italia –aseguró– donde crecen los objetores de conciencia que se niegan a intervenir aplicando la ley que permite el aborto desde 1978. Son ginecólogos y personal sanitario, en gran número”.
“Este contexto difiere muchísimo de lo que ocurre en la Argentina. En Italia, ciertamente el aborto es una triste desgracia desde hace años, pero comienza a esbozarse un retroceso, un retorno al sentido común, un acercamiento al respeto del derecho a la vida”, afirmó y agregó que “nosotros, en cambio, empezamos a acelerar el camino de ida”.
Con respecto al reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el arzobispo de La Plata relató que “se ha realizado una interpretación en sentido amplio, laxista, del viejo artículo 86 del Código Penal, que no castigaba el aborto en el caso de una mujer con una deficiencia mental que había sido violada” y agregó que “la Corte ha interpretado autoritariamente aquella excusa extendiendo la no penalización del aborto a todo caso de violación”.
“La justicia argentina jamás se atrevería a castigar con la pena de muerte al violador, pero está castigando con la pena de muerte al fruto de una violación, añadiendo a ese crimen horrendo que es la violación otro horrendo atentado que es la muerte del inocente, porque de eso se trata, de la eliminación de una vida humana inocente”, sentenció monseñor Aguer.
“Lo más grave –resaltó el arzobispo– es que la Corte Suprema de Justicia de la Nación falle en contra de la Constitución. Alguno podrá pensar que no es la primera vez que lo hace, pero este caso es particularmente significativo porque la Constitución, reformada en 1994, ha incorporado a su texto tratados internacionales que reconocen el derecho a la vida desde el instante de la concepción y, además, las reservas que ha hecho la Argentina en distintas conferencias internacionales, aclaran que se trata del niño por nacer, es decir, de un ser humano que es tal desde el instante de la concepción”.
El prelado platense concluyó su mensaje asegurando que hoy “toda mujer violada puede recurrir al aborto, añadiendo a su drama otra pesada carga sobre la conciencia. Por desgracia, esto es la Argentina: marchamos alegremente hacia el mundo del revés”.