(Efe) La Iglesia Católica quiere convertirse en un punto de referencia a nivel global en la tutela de los niños y los adultos, agregó Lombardi, que presentó la primera iniciativa para luchar contra los abusos sexuales a menores. Se trata del Centro para la Protección del Niño, con sede en Munich (Alemania), creado por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, de la Universidad alemana de Ulm y la archidiócesis alemana de Munich, desde el que se impartirá a distancia formación para profesionales que se ocupen de estos casos.
Las clases se impartirán en español, inglés, alemán e italiano, y el centro contará con socios en Argentina, Ecuador, Alemania, Ghana, India, Indonesia, Italia y Kenia.
El cardenal de Munich, Reinhard Marx, subrayó en la presentación del centro los "errores" cometidos en la Iglesia a la hora de afrontar los casos de pederastia y dijo que ésta se equivocó "al proteger a sus instituciones antes que a las víctimas, a las que les prestó escasa atención".
"Hay que mirar a la cara la realidad del pecado. La Iglesia tiene que prestar una atención prioritaria a las víctimas, protegerlas y apoyarlas. La pérdida de credibilidad de la Iglesia se ha debido a esa omisión, que ha contribuido a alimentar ataques de los medios de comunicación sin precedentes", afirmó.
Lombardi destacó el apoyo prestado por Benedicto XVI al simposio y sus palabras de que la curación de las víctimas tiene que ir unida a una "profunda renovación de la Iglesia en todos los niveles".
Además de Lombardi, el Promotor de la Justicia del Vaticano (fiscal), el arzobispo Charles Scicluna, también pronunció durante el simposio la palabra "omertá", que en italiano se refiere al código de silencio de la mafia.
Mons. Scicluna dijo que ha sido erróneo e injusto aplicar la "omertá" a los casos de pederastia y subrayó que la Iglesia tiene la obligación de cooperar con las autoridades civiles, ya que el abuso a menores no es sólo un delito canónico, sino también civil.
Durante el simposio, el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, desveló que un total 4.000 casos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos llegaron a su dicasterio en los últimos diez años, a la vez que admitió que la respuesta que dio la Iglesia fue "inadecuada".
El momento más emotivo del simposio se produjo cuando la irlandesa Marie Collins, de 65 años, de la que abusó un clérigo cuando tenía 13 años, contó su drama ante los presentes.
A muchos de ellos se les puso un nudo en la garganta, según dijeron después, cuando Collins narró: "Los dedos que abusaban de mi cuerpo la noche anterior eran los mismos que me ofrecían la sagrada hostia a la mañana siguiente".