(Agencias/Rome Reports) El congreso para obispos y superiores de órdenes religiosas incluyó una conmovedora “liturgia penitencial” de petición de perdón por los abusos. La ceremonia comenzó con quince minutos de silencio absoluto, a oscuras. Además, se proyectaron fotografías de las grandes tragedias del siglo pasado. Desde Auschwitz hasta Nagasaki.
La presidió el cardenal Marc Ouellet, de cuyo dicasterio dependen la mayoría de los obispos de todo el mundo.
Suplicantes te pedimos: Señor, perdónanos y sálvanos
El cardenal pidió perdón a Dios y también a las víctimas. Luego reconoció los terribles errores de los obispos que no escucharon a las víctimas. Y dijo que no volverá a ocurrir “nunca más”.