(Efe) En conversación telefónica, el también portavoz del Ejecutivo camerunés, Issa Chiroma Bakary, aseguró que «más de 600 militares y agentes de las Fuerzas Especiales han sido desplegados» en la frontera común entre los dos países, de unos 1.700 kilómetros, «para controlar las entradas en Camerún y evitar la desestabilización del norte».
"Sabemos que miembros de Boko Haram han entrado en Camerún, pero no dejaremos que el desorden y la violencia se instalen en nuestro país", afirmó, bajo condición de anonimato, un diputado de la región camerunesa Extremo-Norte, limítrofe con el estado nigeriano de Borno, bastión de los radicales islámicos.
En una de las ciudades más importantes del norte de Camerún, Garua, las autoridades regionales impusieron "vigilancia permanente" desde que, en las últimas semanas, una decena de predicadores y presuntos miembros de Boko Haram trataran de reclutar a simpatizantes en la zona.
"Es casi imposible decir quién es miembro de Boko Haram y quién no. Es un grupo compuesto de nigerianos, cameruneses, nigerinos y chadianos", explicó a la radio estatal la CRTV Ernesto Ewango, prefecto de los departamentos de Logone y Chari, fronterizos con Nigeria.
Por su parte, un alto funcionario del Ministerio camerunés de Defensa que pidió no ser nombrado, pidió prudencia durante las identificaciones de individuos sospechosos para no "implicar a gente que no tiene nada que ver con este asunto".
En las últimas semanas, los fundamentalistas de Boko Haram han aumentado el número de atentados y su magnitud.