(EP) Mons. Rubio llevaba el báculo que ofreció a la Fuencisla cuando fue nombrado obispo de la Diócesis. Durante la celebración, ha manifestado la conmoción y la pena que sienten los segovianos por la "profanación y la gravedad de lo que ha sucedido", el robo "furtivamente" de las coronas, reliquias del siglo XVII, y la bola símbolo del mundo y la tierra. En el Santuario se han congregado dos centenares de fieles.
"Hoy caemos de hinojos ante el trono y nos sentimos ultrajados, porque los segovianos que tanto te aman, reina, te aclaman. Por ti Segovia vive, confía, reza, ama y ansía", ha expresado a la Virgen antes de expresar su deseo en que algún día puedan volver a ceñir su cabeza con la corona hoy sustraída.
Tras la misa, que ha concluido con el Himno de la Fuencisla, el obispo ha explicado a los fieles las circunstancias del suceso. Ha indicado que alguien ha entrado en el templo por la mañana y ha saltado la verja de varios metros que protege el retablo para llegar hasta la imagen. Según ha dicho, se han hallado huellas en la parte izquierda del enrejado.
Mons. Ángel Rubio ha querido destacar que la reja se encontraba cerrada y que la única forma de acceder al otro lado era trepando o con una escalera. Las decenas de personas que se han acercado al Santuario se han mostrado emocionadas por los hechos, especialmente al entonar el himno a la Virgen, y han tomado fotografías de la talla con cámaras y teléfonos móviles.
Algunas de ellas han participado en un rosario posterior, durante el cual se ha incidido en la necesidad de ser perdonadores para que la "vil" acción no repercuta en contra de quienes la han perpetrado. Además, se ha hecho mención a la Junta de Castilla y León, que según se ha señalado ha estado continuamente pendiente de lo acaecido y ha mostrado su disposición a colaborar.