(EP) “A los asesinatos de agentes de Policía y secuestros de cooperantes, ahora estamos viendo que los propios refugiados son un objetivo”, declaró este viernes el portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Andrej Mahecic. Entre los últimos fallecidos se encuentran dos líderes de la comunidad refugiada que se habían presentado voluntarios para mantener la paz y la seguridad en los campamentos de Hagadera e Ifo,
“Estos y otros eventos están afectando a las 460.000 personas que componen la población del asentamiento de refugiados más grande del mundo”, declaró el portavoz, quien advirtió de que “la capacidad de las agencias humanitarias para suministrar sus servicios se está viendo seriamente afectada”.
El portavoz indicó que “los trabajadores humanitarios tienen que lidiar con restricciones de movimiento desde la ciudad de Dadaab hasta los campamentos” y explicó que la escolta policial se ha convertido de un elemento “esencial” para estos desplazamientos.
Si bien el incidente no dejó víctimas, ACNUR señaló que se trató de un suceso sin precedentes y teme que estos actos de violencia puedan extenderse. De todas formas, “las agencias humanitarias han restringido sus actividades al mínimo esencial en todos los cinco campamentos”, donde residen 140.000 refugiados.