(Bruno Moreno/InfoCatólica) En respuesta a numerosas peticiones recibidas, Benedicto XVI aprobó en noviembre de 2009 la constitución apostólica Anglicanorum Coetibus, con la que facilitaba la vuelta a la Iglesia Católica de grupos de anglicanos de todo el mundo.
La constitución preveía la formación de estructuras canónicas especiales para agrupar a los anglocatólicos, llamadas ordinariatos, de manera que pudieran preservar sus características y tradiciones propias en el seno de la Iglesia. Los ordinariatos son estructuras similares a las diócesis, pero cuyo territorio equivale al de una Conferencia Episcopal y cuyo Ordinario (es decir, la persona que gobierna canónicamente el ordinariato) no es necesariamente un obispo, aunque tenga unas atribuciones similares y sea independiente de la jurisdicción de los obispos diocesanos.
Hace un año, el 15 de enero de 2011, se creó el primer ordinariato, correspondiente a Inglaterra y Gales. Como primer Ordinario, el Papa eligió a Monseñor Keith Newton, antiguo obispo anglicano. Cinco obispos anglicanos, medio centenar de antiguos clérigos anglicanos y más de mil fieles se han incorporado desde entonces al ordinariato inglés y sus miembros continúan creciendo.
Tras una preparación más prolongada dirigida por el Cardenal Donald Wuerl, Arzobispo de Washington, ayer, día 1 de enero de 2012, el Papa Benedicto XVI estableció el ordinariato personal correspondiente a los Estados Unidos, con sede en Houston, Texas. Así como el ordinariato inglés se denominó Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham, recordando una famosa advocación mariana de Inglaterra anterior a la Reforma, el ordinariato norteamericano ha recibido el nombre de Ordinariato de la Cátedra de San Pedro, para subrayar su adhesión al Romano Pontífice.
El primer ordinario de los Estados Unidos será Jeffrey N. Steenson, antiguo obispo episcopaliano que se convirtió al catolicismo el año 2007 junto con su esposa Debra y fue ordenado como sacerdote católico dos años después. El vicario general será Scott Hurd, también antiguo pastor episcopaliano. Más de cien antiguos clérigos episcopalianos y de diversos grupos anglicanos americanos han solicitado ya ingresar en el ordinariato y ser ordenados como sacerdotes católicos. También han pedido entrar a formar parte del ordinariato norteamericano unos mil cuatrocientos seglares, de veintidós parroquias o grupos diferentes. Dos de estas comunidades (San Lucas, en Maryland, y San Pedro de la Roca, en Texas) entraron ya en la Iglesia el año pasado, con la intención de integrarse en el ordinariato cuando éste fuera creado.
La Provisión Pastoral de 1980 y el Book of Divine Worship
El ordinariato en Estados Unidos presenta una diferencia muy significativa con respecto al caso inglés. En Estados Unidos, existían ya unas quince parroquias y comunidades católicas procedentes del anglicanismo, gracias a una iniciativa del Papa Juan Pablo II. En 1980, se aprobó la llamada Provisión Pastoral, en la que el Papa permitía la ordenación como sacerdotes católicos de antiguos clérigos anglicanos casados. Desde entonces, unos noventa antiguos pastores episcopalianos se han hecho católicos y han sido ordenados como sacerdotes. En varios casos, los pastores trajeron consigo a la Iglesia a grupos enteros de fieles, que formaron comunidades y parroquias marcadas por las tradiciones anglicanas y con un deseo de conservar esas tradiciones.
Casi todos estos grupos se encuentran en los estados de Texas y Pennsylvania y se espera que todos o la mayoría se integren en el nuevo ordinariato, confiriendo a éste una organización y unas infraestructuras propias de las que aún carece el ordinariato inglés. Esta experiencia de varias décadas permitió la aprobación en 2003 de un libro litúrgico propio que recoge la tradición anglicana, despojada de adherencias protestantes, el llamado Uso Anglicano. El Libro del Culto Divino (Book of Divine Worship) contiene elementos del Libro de la Plegaria Común (Book of Common Prayer) anglicano y del Misal Romano. Una de las parroquias de uso anglicano, Nuestra Señora de Walshingham, en Houston, Texas, será la Iglesia Principal del ordinariato norteamericano.
La creación de los ordinariatos inglés y norteamericano, además de la futura formación de un ordinariato australiano, suponen un nuevo enfoque del ecumenismo con la Comunión Anglicana. Después de décadas de un ecumenismo más bien teórico, que llevó a un cierto desencanto, sobre todo tras el distanciamiento que supuso la ordenación de mujeres y de homosexuales en el Anglicanismo, los ordinariatos constituyen una iniciativa ecuménica más realista y con resultados más concretos. Si bien se espera que los miembros de los ordinariatos sean inicialmente poco numerosos, la existencia de los mismos tiene gran relevancia para la relación con otras confesiones, especialmente los anglicanos y también quizá los ortodoxos. Susan Gibbs, Directora de Comunicaciones de la Archidiócesis de Washington, afirmó que “se trata del mayor esfuerzo para la reunificación de los últimos quinientos años”.
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