(José Arturo Quarracino/Notifam) El prelado resaltó el papel esencial de la obediencia en la promoción de una cultura de la vida, y lamentó que inclusive algunos obispos habían disentido abiertamente con la encíclica Humanae Vitae, publicada en 1968 por el papa Pablo VI, que reiteraba la oposición de la Iglesia a la anticoncepción.
“Un máximo ejemplo trágico de la falta de obediencia a la fe, también por parte de algunos obispos, fue la respuesta de varios obispos a la carta encíclica Humanae Vitae”, dijo él. “Si el pastor no es obediente, el rebaño fácilmente marcha hacia la confusión y el error”.
Pero cuando el obispo es obediente al Magisterio, continuó diciendo, “entonces los miembros de la grey crecen en obediencia y avanzan, con Cristo, a través del camino de la salvación”.
Añadió que “el pastor debe estar especialmente atento a los ataques de Satanás, quien sabe que, si puede golpear al pastor, el trabajo de dispersión del rebaño será fácil”.
“La llamada ‘mentalidad anticonceptiva’ es esencialmente anti-vida”, insistió el cardenal. “Muchas formas de la llamada anticoncepción son de hecho abortivas, es decir, destruyen en el mismo comienzo una vida que ya ha sido concebida”.
Explicó que “a través de la difusión de la mentalidad anticonceptiva, especialmente entre los jóvenes, la sexualidad humana ya no es vista como el don de Dios, que atrae conjuntamente a un hombre y a una mujer, en un vínculo de amor permanente y fiel, coronado por el don de la nueva la vida humana, sino más bien como una herramienta para la gratificación personal”. Corregir este “pensamiento anticonceptivo”, dijo, es “esencial para el avance de la cultura de la vida”.
El purpurado también expresó su preocupación por el hecho que los países desarrollados de Occidente se han visto tan “penetrados por la secularización”.
El movimiento pro-vida en los Estados Unidos, en particular, se enfrenta a un “período de intensa lucha”, señaló, ya que el gobierno de los Estados Unidos, bajo el presidente Barack Obama, ha optado por seguir “abierta y agresivamente una filosofía totalmente secular con su inherente agenda anti-vida y anti-familia”.
El Cardenal Burke mencionó específicamente una exposición que tuvo lugar el pasado 6 de octubre, por parte de la Secretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos (una agencia federal estadounidense), Kathleen Sibelius, sobre el grupo de presión pro-aborto NARAL (National Abortion Rights Action League/Liga Nacional de Acción por el Derecho al Aborto). “Es profundamente triste señalar que [la secretaria Sebelius] se presenta a sí misma como una católica practicante, mientras se expresa en un discurso público que es gravemente perjudicial a las buenas costumbres”, dijo el cardenal.
“Aquellos católicos que ocupan unos cargos públicos, que obstinadamente persistan en la defensa y provisión de las más flagrantes violaciones de la ley moral natural, son la causa del más grave escándalo”, continuó diciendo. “Ellos confunden y conducen a error por igual a sus hermanos católicos y no católicos respecto a las verdades más fundamentales de la ley moral”.
Un tema que recorrió la exposición de Burke es que el trabajo pro-vida debe estar “lleno de esperanza”. “El supuesto fundamental” del esfuerzo para promover una cultura de la vida, dijo, “es la victoria de la vida, que Nuestro Señor Jesús Cristo ya ha ganado”.
“Las fuerzas que nos llevarían por el camino de la muerte cultural a través de la negación de las raíces cristianas de nuestra cultura son fuertes”, y exhortó a los fieles a “ser firmes y tenaces para animar a todos los que participan en la batalla por la vida y por una cultura de la vida”.