(Juan M. Niza/Diario de Córdoba) En la Catedral, en la misa de clausura del congreso, el prelado dedicó una cariñosa homilía a los investigadores participantes en el encuentro, aunque también tuvo tiempo para hablar del cristianismo como "la religión del Verbo hecho carne" y en donde tiene pleno sentido y cabida las imágenes de culto.
El obispo, incluso, recordó hechos históricos como la polémica sobre las imágenes tanto dentro del seno de la Iglesia (como "los iconoclastas, tan antiguos como el cristianismo", explicó el prelado refiriéndose al conflicto que vivió la Iglesia en el siglo VIII) como fuera, por ejemplo, con las reformas protestantes y la reacción del catolicismo en defensa de las imágenes en el concilio de Trento, en el siglo XVI.
El prelado afirmó que también hoy en día hay quienes persiguen a las imágenes, "y no sé por qué, pero yo lo he oído, (...) y vosotros también".
Respecto al desarrollo del Congreso Nacional Cofrade, que ayer se clausuró, tanto la organización como los participantes foráneos consultados coincidieron en señalar el evento como un éxito, tanto a nivel organizativo como de los contenidos científicos tratados. De hecho, en la cita se registraron 15 ponencias sobre otros tantos aspectos históricos y sociales de las cuatro áreas geográficas españolas donde la Semana Santa tiene más peso: Andalucía, Zamora-Valladolid, entorno de La Rioja--País Vasco y el área de Murcia y Levante.
Entre las voces más satisfechas por el desarrollo del encuentro estuvo Juan Bautista Villalba, presidente de la entidad organizadora, la Agrupación de Cofradías. "Son los participantes los que deben decir si se ha hecho bien el congreso", decía ayer con humildad el doctor en Historia del Arte Alberto Villar, coordinador académico del evento junto a Juan Aranda Doncel y Francisco José Mellado.
Modestia aparte, las palabras del último ponente de la jornada, José Sánchez Herrero (Universidad de Sevilla), resumieron mejor que nada el sentir de los participantes cuando propuso que el congreso se institucionalice como una cita bianual para que, cada dos años, reúna en Córdoba a lo más granado de los investigadores de la Semana Santa española.