(Efe/InfoCatólica) El Papa se refirió a la modernidad y dijo que no se la ha de temer pero que tampoco se puede construir olvidando el pasado "debe ir acompañada -dijo- de la prudencia para el bien de todos evitando los escollos que hay en África y en otras partes del mundo".
Entre esos escollos citó "la sumisión incondicional a las fuerzas del mercado o de las finanzas, el nacionalismo, el tribalismo exacerbado y estéril que puede llegar a ser funesto"
También citó la politización extrema de las tensiones interreligiosas en detrimento del bien común y la erosión de los valores humanos, culturales, éticos y religiosos.
"La transición a la modernidad debe estar guiada por criterios seguros basados en las virtudes reconocidas", agregó el Papa. Benedicto XVI destacó asimismo la grandeza de la familia y el respeto de la vida.
Según el Santo Padre, todos esos valores son para el bien común, "el único que debe primer y el único que debe ser la mayor preocupación de todo sujeto responsable".