(EP) Los pediatras han señalado que, generalmente, estos trastornos aparecen por causas genéticas, familiares y ambientales. El abandono de las funciones familiares, la sobreprotección, la ausencia de autoridad y la falta de afectividad por parte de los padres, son, en este sentido, algunos de los factores que han desencadenado este aumento de casos del síndrome del emperador entre los niños y adolescentes.
"En las últimas décadas, hemos vivido cambios muy importantes en la forma de entender las responsabilidades en la familia. En ocasiones los padres encuentran grandes dificultades para establecer el balance adecuado entre autoridad y afectividad", ha dicho la doctora María Victoria García García-Calvo, presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria de Castilla La Mancha (APapCLM).
Una de las frases que más repiten los padres cuando no saben tratar con el niño es "no puedo con él". El establecimiento de normas y límites no sólo es imprescindible, sino que es totalmente compatible con el afecto, según los expertos.
De hecho, los pediatras han aconsejado establecer, desde el principio, normas claras que regulen la convivencia familiar pero, sobre todo, han destacado la importancia de mantener la coherencia y razonar las reglas cuando el niño tiene capacidad de compresión. Además, "los padres más que castigar cuando hay un error, tienen que gratificar al niño cuando hace las cosas bien", ha subrayado la doctora García.
Dos de las actitudes que más han aconsejan los especialistas en las consultas consisten en otorgar responsabilidades al niño y hacerle pensar antes de actuar. "Es en la etapa de aprendizaje cuando hay que distribuir y reafirmar el papel de cada miembro de la familia. Hay que abolir, la creencia de que al niño no hay que negarle nada y se debe decir 'no' las veces que sea necesario", ha concluido la pediatra.