(Efe) El Vaticano tendrá categoría de Estado observador en el centro, que tendrá rango de organismo internacional, y enviará a la firma fundacional al cardenal Jean Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, explicó a Efe el portavoz del Ministerio de Exteriores austríaco.
En el directorio de nueve miembros del centro estarán las cinco principales religiones del mundo, el cristianismo -a través de la iglesias católica, ortodoxa y anglicana-, el islam, -que contará con un representante suní, uno chií y otro wahabí (la rama más seguida en Arabia Saudí)- el judaísmo, el hinduismo y el budismo.
En el tratado fundacional del centro, financiado por completo por Arabia Saudí y abierto a la adhesión de otros estados y organismos internacionales, no se especifica el objetivo de fomentar la libertad religiosa, sino el de favorecer “el respeto entre religiones“.
Un mal chiste
El gobierno de coalición austríaco entre democristianos y socialdemócratas aprobó la creación del centro, pero se encontró con las críticas de la cuarta formación parlamentaria, los eco-pacifistas de Los Verdes.
La diputada Alev Korun, responsable de derechos humanos de la formación, afirmó que es “un mal chiste“ y “un absurdo“ que un país que no permite otra práctica religiosa que no sea “el ultraconservador y fundamentalista wahabismo“, una corriente rigorista del islam que castiga con la muerte la apostasía, pretenda impulsar el diálogo interreligioso.
Los musulmanes liberales, en contra
La organización Iniciativa de los Musulmanes Liberales de Austria (ILO) también ha criticado el centro y ha anunciado mañana una protesta ante el museo Albertina, donde se celebrará el acto protocolario de fundación.
Para ILO, que defiende la democracia y los derechos humanos, el centro se convertirá en un foco de difusión del wahabismo, que “constituye un peligro para toda Europa“ e “impide la integración de los musulmanes en la sociedad“ ya que sus valores son incompatibles con la democracia.
Spindelegger, que además de responsable de Exteriores es vicecanciller y el líder del conservador Partido Popular austríaco (ÖVP), ha defendido repetidamente esta iniciativa como una aportación a favor del diálogo y la paz.
Según fuentes diplomáticas citadas por la agencia austríaca APA, la iniciativa se debe a una petición del rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdelaziz, a Austria para tratar de favorecer la apertura a las reformas de los ultraconservadores sectores religiosos de su país.
El representante judío en el centro, el rabino David Rosen, presidente del Comité Internacional Judío de Cuestiones Interreligiosas, también sostuvo que Riad les explicó que el centro “ayudaría a mover algo la sociedad de Arabia Saudí“.
Rosen, en una entrevista con el diario austríaco “Der Standard“, subrayó que el centro debe de ser absolutamente independiente y que por tanto, su directorio religioso debe ser quien dirija su actividad.
Para el diario “Die Presse“, cercano a la Iglesia Católica, la idea del centro surgió tras un encuentro entre el papa Benedicto XVI y el rey de Arabia Saudí y se enmarca en los esfuerzos del Vaticano por mejorar la situación de los cristianos en ese país.
A continuación, Riad invitó a España, en el contexto de la Alianza de Civilizaciones, a participar en el proyecto.