(Efe) “Esta vez lo hemos extendido y la situación se ha dado porque algunos individuos nos han querido atacar malintencionadamente”, añadió en una entrevista telefónica con Efe.
La policía mantiene acordonada la zona donde se encuentra el templo en la calle Infanta, en el centro de La Habana, desde el pasado viernes, aunque ha dejado acceder a vecinos del lugar pero no a la prensa.
Según William Herrera, las más de 60 personas encerradas, entre ellos “nueve o diez niños” en edad escolar hasta la enseñanza secundaria, y cuatro mujeres embarazadas, se dedican a la oración, “cantamos alabanzas y tenemos un tiempo de culto y búsqueda de Dios”.
También explicó que los niños están recibiendo clases de materias como matemáticas e inglés “para que no tengan problemas al regresar a sus cursos regulares”.
Herrera negó, como habían afirmado algunos vecinos, que su padre hubiera tenido algún problema con la directiva de la Asamblea de Dios, aunque admitió que fue “separado” de esa congregación evangélica, de la que ha sido pastor desde hace nueve años.