(370) Elogiando a Lutero–1. Cantalamessa. Sed contra

  Lutero-Lucas Cranach el Viejo Centenario V de Lutero 

–¿Y cómo andamos hoy los católicos en cuestiones de gracia?

–Malitos. Entre los no practicantes, que son la mayoría, predomina el luteranismo o un pelagianismo frustrado. Y entre los practicantes, por mala o insuficiente formación, hay muchos semipelagianos, muy buenos cristianos con frecuencia; y una minoría de católicos que en la doctrina de la gracia son plenamente católicos. Es ésta, por supuesto, sólo una opinión,  que yo comparto. Y que se refiere sobre todo a las Iglesias locales descritianizadas de Occidente.

Sed contra. No es posible afirmar plenamente la verdad sin negar, al mismo tiempo, los errores que le son contrarios. Por eso Santo Tomás, por ejemplo, en la Suma Teológica escribe cada uno de sus artículos en tres pasos. .-Videtur quod… Dicunt alii… Parece que…, dicen algunos… Aquí, enumerándolos 1, 2, 3 etc., expone los errores antiguos y modernos sobre el tema que va a considerar. .-Sed contra… Por el contrario, enseña la Iglesia… Aquí expone sobre la cuestión considerada la verdad católica de la fe, fundamentando su enseñanza en Biblia, Padres, Magisterio de la Iglesia y argumentos de razón teológica. .-Ad primum… Concluye el artículo respondiendo uno por uno, ad primum, ad secundum… los errores que la misma exposición de la verdad ya ha rechazado.

Este orden mental es, sin duda, el más perfecto para enseñar la verdad. Nuestro Maestro, Jesucristo, lo emplea en su pedagogía profética: por ejemplo, él rechaza y denuncia, a veces con palabras muy fuertes, los errores de los fariseos –«cuelan un mosquito y se tragan un camello»–, y enseña sobre ese fondo de tinieblas el esplendor del Evangelio, lleno de gracia y de verdad. Es el orden que han seguido muchos filósofos y todos los maestros del cristianismo.

Yo también, con la ayuda de Dios, expondré Sed contra la verdad de la Iglesia. Puede afirmarse que en el tiempo presente, «todo el mundo yace bajo el poder del Maligno» (1Jn 5,19), «padre de la mentira» (Jn 8,44),y que por tanto la verdad siempre ha de ser afirmada «sed contra» los pensamientos más comunes entre los hombres.

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Quo vadis ecumenismo? En un artículo así titulado se exponen los diez errores más nocivos que afectan con frecuencia el ejercicio actual del ecumenismo. El primero de todos, y el más nocivo, es: «Buscar una unidad que no está basada en la Verdad». En esta dirección errada operan los católicos que pretenden la unión con los hermanos separados elogiando cuanto en ellos hay de verdad y de bondad, y silenciando los errores que mantienen, es decir, sin contra-decirlos (sed contra). No olvidemos, sin embargo, que el mal y el error solamente pueden tener su existencia parasitaria en el bien y la verdad. En todos los grupos heréticos o cismáticos hay sin duda aspectos de verdad y de bien: sin ellos no podrían sus errores mantenerse en la existencia. Por eso sus verdades no nos impiden combatir sus errores: al contrario, hacerlo es un deber (2Tim 4,9).

El cardenal Kasper, por ejemplo, cuando presidía el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los cristianos, en su relación con los protestantes, fue un eximio ejemplo de este falso ecumenismo. Podríamos resumir sus resultados en dos frases: «nunca la Iglesia Católica ha tenido una relación tan positiva con los protestantes»; y «nunca la Iglesia Católica ha procurado y logrado menos la Unitatis redintegratio con los protestantes». No olvidemos el proyecto que tuvo el Cardenal de elaborar un Catecismo ecuménico que, silenciando cuanto separa a los cristianos, recogiera sólo lo que los une…    Fruto, por el contrario, del verdadero ecumenismo fue la acción del papa Benedicto XVI, que por la constitución apostólica Anglicanorum coetibus (2009) consiguió, por gracia de Dios, la feliz institución de los Ordinariatos anglicanos, plenamente reintegrados y unidos a la Iglesia Católica.

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El falso ecumenismo tiene hoy en la Iglesia una posibilidad privilegiada al celebrar en 2017 con los luteranos el quinto centenario de la Reforma de Lutero (1483-1546). Dos Cardenales alemanes nos ponen sobre aviso. En primer lugar el cardenal Koch:

InfoCatólica informó acerca de las declaraciones [en 2012] del Presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos en la web de la diócesis de Münster. El Cardenal Koch fue extraordinariamente claro: “no podemos celebrar un pecado”... “Los acontecimientos que dividen a la Iglesia no pueden ser llamados un día de fiesta”. A todo lo que accedió el cardenal es a clasificar la efeméride como un día que hay que recordar, pero no celebrar […] Le gustaría asistir en su lugar a una reunión en la que las confesiones reformadas, siguiendo el ejemplo de Juan Pablo II en 2000, pidieran disculpas y reconociesen sus errores, al mismo tiempo que, como el Papa Beato, condenasen el cisma en la cristiandad».

El cardenal Müller es de la misma opinión. En el libro Informe sobre la esperanza. Diálogo con el cardenal Gerhard Ludwig Müller (BAC, Madrid 2016), el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe asegura que

«los católicos no tenemos ningún motivo para celebrar el 31 de octubre de 1517, es decir, la fecha que se considera como el inicio de la Reforma que condujo a la ruptura de la cristiandad occidental». Y añade: «Si estamos convencidos de que la Revelación se ha conservado íntegra e inalterada a través de la Escritura y la tradición en la doctrina de la Fe, en los Sacramentos, en la constitución jerárquica de la Iglesia por derecho divino, fundada sobre el sacramento del Orden sagrado, no podemos aceptar que existan motivos suficientes para separarse de la Iglesia.

El Prefecto de Doctrina de la Fe explica que «los miembros de las comunidades eclesiales protestantes consideran este evento desde otra óptica, pues piensan que es la ocasión adecuada para celebrar el redescubrimiento de la “palabra pura de Dios”, presuntamente desfigurada a través de la historia por tradiciones meramente humanas. Los Reformadores protestantes concluyeron hace quinientos años que algunos jerarcas de la Iglesia no solo eran moralmente corruptos, sino que habían distorsionado el Evangelio y, en consecuencia, habían bloqueado el camino de Salvación de los creyentes hacia Jesucristo. Para justificar la separación, acusaron al Papa, presuntamente la cabeza de este sistema, de ser el Anticristo».

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Alii dicunten cambio

Concretamente, el P. Rainiero Cantalamessa, OFM, el pasado Viernes Santo, en la Basílica de San Pedro (25-III-2016), predicando sobre la gratuidad de la justificación realizada por la misericordia de Dios en el hombre, dijo lo siguiente:

«Existe el peligro de que uno oiga hablar acerca de la justicia de Dios y, sin saber el significado, en lugar de animarse, se asuste. San Agustín ya lo había explicado claramente: “La ‘justicia de Dios’, escribía, es aquella por la cual él nos hace justos mediante su gracia; exactamente como ‘la salvación del Señor’ (Sal 3,9) es aquella por la cual él nos salva” (El Espíritu y la letra, 32,56). En otras palabras, la justicia de Dios es el acto por el cual Dios hace justos, agradables a él, a los que creen en su Hijo. No es un hacerse justicia, sino un hacer justos.

«Lutero tuvo el mérito de traer a la luz esta verdad, después de que durante siglos, al menos en la predicación cristiana, se había perdido el sentido, y es esto sobre todo lo que la cristiandad le debe a la Reforma, la cual el próximo año cumple el quinto centenario. “Cuando descubrí esto, escribió más tarde el reformador, sentí que renacía y me parecía que se me abrieran de par en par las puertas del paraíso”[Prefación a las obras en latín, ed. Weimar, 54, p.186.]»

¿Y cuál es la verdad cristiana que, según el P. Cantalamessa, reavivó Lutero en su Reforma estando en su tiempo casi perdida? «La justificación gratuita mediante la fe en Cristo». En las predicaciones de Adviento que dio al Papa y a la Casa Pontificia en 2005, sobre todo en la tercera, La justicia que deriva de la fe en Cristo. La fe en Cristo en San Pablo (16-XII-2005),  expone con más amplitud su doctrina, a la que alude muy brevemente en los dos párrafos que acabo de citar.

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Sed contra

Es falso que durante siglos, al menos en la predicación cristiana, se hubiera perdido el sentido de la gratuidad de la salvación en Cristo

La Liturgia es la Catequesis principal de la Iglesia, y en los siglos aludidos por Cantalamessa la mayoría del pueblo cristiano asistía a la Liturgia y recibía la Catequesis de la Iglesia. Una y otra les comunicaban la verdadera Palabra de Dios:

«de ti, Señor, viene la salvación y la bendición sobre tu pueblo» (Sal 3,9); «Dios nos amó primero» (1Jn 4,19); «Dios probó su amor hacia nosotros en que, siendo pecadores, Cristo murió por nosotros» (Rm 5,8); «sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5); «es Dios quien obra en vosotros el querer y el obrar según su beneplácito» (Flp 2,13); «la fe, si no tiene obras, está muerta por dentro» (Sant 2,17); es «la fe, operante por la caridad» (Gal 5,6), operante –que hace buenas obras bajo la moción de la gracia–, la que justifica y salva al hombre; «no todo el que dice, Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace [obra] la voluntad de mi Padre, que está en los cielos» (Mt 7,21); los que aman a Dios son aquellos que cumplen sus mandatos (Dt 7,9; Jn 14,15; 1Jn 5,2-3); por tanto, «no os engañéis: los inmorales, idólatras, adúlteros, lujuriosos, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios» (1Cor 6,9-10); en el último día, «los que han obrado el bien saldrán para la resurrección de la vida, y los que han obrado el mal para la resurrección del juicio» (Jn 5,30). Ésta es la fe de la Iglesia.

Las oraciones litúrgicas de origen eclesiástico educaron siempre a los fieles, también en los tiempos de Lutero y anteriores a él, en la verdadera fe católica, la que se fundamenta en Escritura, Tradición y Magisterio (Vat. II, DV 10). Lex orandi, lex credendi.

La Liturgia católica infundió muy especialmente en los fieles la más alta doctrina sobre la gracia y la justificación, a través, por ejemplo, de las oraciones, muchas de ellas procedentes de antiguos eucologios y sacramentarios: «Concédenos la gracia, Señor, de pensar y practicar siempre el bien, y pues sin ti no podemos ni existir ni ser buenos, haz que vivamos siempre según tu voluntad» (jueves I de Cuaresma). «Señor, que tu gracia inspire, sostenga y acompañe todas nuestras obras» (Laudes lunes I semana). Esta doctrina orante, de la que podrían darse otros cientos de ejemplos, respirada continuamente en la liturgia y la predicación, es la que llegaba a los fieles en una catequesis permanente.

El Magisterio de la Iglesia, igualmente, enseñó siempre con fidelidad la doctrina católica sobre la gratuidad y primacía absoluta de la gracia: la que se venía enseñando en la Liturgia desde antiguo. En el año 529, por ejemplo, sobre el necesario auxilio de Dios, declara: «don divino es el que pensemos rectamente y que contengamos nuestros pies de la falsedad y la injusticia, porque cuantas veces obramos bien, Dios, para que obremos, obra en nosotros y con nosotros» (Sínodo II de Orange, 529; Denz 379; merece la pena leer todos los cánones de Orange II: Denz 370-397). Sin embargo, nunca, jamás enseñó que la sola fides puesta en Cristo Salvador, sin obras, es decir, resistiendo al bien que Dios quiere obrar en sus hijos y a través de ellos, era suficiente para la salvación. Y siempre afirmó que la gracia es absolutamente necesaria tanto para llegar a la fe, como para vivirla en las obras buenas que, con el auxilio actual de la gracia, realiza por la caridad.

–Los antecesores o contemporáneos de Martín Lutero(1483-1546), aquellos que por su enseñanza, ejemplo o predicación más prestigio e influjo tuvieron en la cristiandad de su tiempo, enseñaron siempre la verdadera doctrina católica de la gracia y la justificación, y estaban libres de toda peste de pelagianismo o semipelagianismo.

 Recuerdo a algunos: Santa Hildegarda de Bingen (+1179), Santo Domingo de Guzmán (+1221), San Francisco de Asís (+1226), San Antonio de Padua (+1231), Beato Ricerio de Mucia (+1236), David de Augsburgo (+1272), Santo Tomás de Aquino (+1274), San Buenaventura (+1274), Santa Gertrudis de Helfta (+1302), Santa Ángela de Foligno (+1309), maestro Eckahrt (+1328), Taulero (+1361), beato Enrique Suson (+1366), Santa Brígida de Suecia (+1373), Santa Catalina de Siena (+1380), Ruysbroeck (+1381), Beato Raimundo de Capua (+1399), San Vicente Ferrer (+1419), San Bernardino de Siena (+1444), San Juan de Capistrano (+1456), Tomás de Kempis (+1471), Santa Catalina de Génova (+1507),  Bernabé de Palma (+1532), Francisco de Osuna (+1540), San Ignacio de Loyola (+1556), San Pedro de Alcántara (+1562), San Juan de Ávila (+1569), y tantos otros…

¿Desconocieron estos santos, doctores, predicadores y maestros espirituales la gratuidad de justificación del hombre por la gracia que en la fe tiene su inicio? ¿Obscurecieron en su tiempo, «durante siglos», «al menos en la predicación» al pueblo, el entendimiento de la salvación como pura gracia concedida por el Señor gratuitamente?… Gran calumnia es ésta, que difundida hoy en todo el mundo por los medios de comunicación católicos, será creída por no pocos cristianos de escasa formación, para gloria de Lutero y su Reforma, y para deshonor de la Santa Madre Iglesia Católica.

Las dos órdenes religiosas más influyentes en el pueblo desde el siglo XIII fueron los franciscanos y los dominicos. En 1209 es aprobada la Iª Regla de San Francisco de Asís. En 1215 forma Santo Domingo la primera comunidad de predicadores. Ellos y sus discípulos fueron los principales predicadores del Evangelio en la nueva sociedad que se va formando entre los siglos XIII y XV, anteriores o contemporáneos de Lutero.

Pues bien, ¿todo este gremio de predicadores populares y de profesores académicos, discípulos de San Francisco y de San Buenaventura, de Santo Domingo y de Santo Tomás de Aquino, de Santa Catalina de Siena y de otros grandes y santos maestros del Evangelio, ignoraban la infinita misericordia de Dios, la gratuidad total de la gracia, la impotencia del hombre sin la gracia de Cristo, la necesidad de la fe, fecunda en la caridad, para producir buenas obras, y recibir la salvación, la justificación y la vida eterna? ¿Estaban necesitados de la Reforma luterana para recuperar la verdad católica en el misterio de la gracia y de la salvación del hombre? Sólo insinuarlo es un absurdo. Ellos no estaban marcados, como hoy es frecuente en no pocos cristianos, por el espíritu pelagiano o semipelagiano.

Santo Tomás: «Dios no nos justifica sin nosotros, porque por el movimiento de la libertad, mientras somos justificados, consentimos en la justicia de Dios. Sin embargo, aquel movimiento [de consentimiento libre de la voluntad] no es causa de la gracia, sino su efecto. Y por tanto toda la operación pertenece a la gracia» (SThlg I-II, 111, 2 ad 2m). «El hombre necesita para vivir rectamente un doble auxilio [de Dios]. Por un lado, un don habitual [la gracia santificante] por el cual la naturaleza caída sea restaurada y, así restaurada [sanada y elevada], sea capaz de hacer obras meritorias de vida eterna, que exceden las posibilidades de la naturaleza. Y por otro lado, necesita el auxilio de la gracia [actual] para ser movida por Dios a obrar… ya que ningún ser creado puede producir cualquier acto a no ser por la virtud de la moción divina» (STh I,109,9). Por tanto, «la acción del Espíritu Santo, mediante la cual nos mueve y protege, no se limita al efecto del don habitual [que infunde en el hombre gracia santificante, virtudes y dones], sino que además nos mueve y protege juntamente con el Padre y el Hijo» (I,105,5 ad 2m). ¿Es posible concebir una gracia más gratuita?

San Buenaventura: en el Breviloquio, V parte, De la gracia del Espíritu Santo, es donde da su más alta doctrina sobre la gracia: «es un don que se nos da y se nos infunde inmediatamente por el mismo Dios» (I,2). La filiación divina, la incorporación a Cristo, «se realiza por la gratuita y condescendiente infusión del don de la gracia» (III,3). La gracia «previene a la voluntad para que quiera, y la sigue [asistiendo] para que su querer no sea sin provecho» (II,2). Dios «concede de tal modo esta gracia al libre albedrío, que lejos de violentarlo, deja libre su consentimiento; por lo cual para echar fuera la culpa no sólo es necesario que se introduzca la gracia […], sino que es preciso, asimismo, que se conforme a la introducción de la gracia por la aceptación del don divino, que llamamos movimiento del libre albedrío» (III,4). Pero más aún: «para disponer el espíritu racional a recibir el don de la gracia sobrenatural, estando como está encorvado, sobre todo después de caída su naturaleza, tiene necesidad del don de otra gracia gratuitamente dada, que lo haga capaz del bien moral» (II,5). El hombre, pues, no puede sin la ayuda de la gracia recibir la gracia actual que Dios le comunica… ¿Puede expresarse más claramente la gratuidad y necesidad de la gracia divina?

¿Como es posible afirmar, pues, que «Lutero tuvo el mérito de traer a la luz esta verdad [la justificación gratuita] después que durante siglos, al menos en la predicación cristiana, se había perdido el sentido, y es esto sobre todo lo que la cristiandad debe a la Reforma»?…  Esta afirmación es una gran falsedad. Pero viene exigida por el elogio «eclesialmente correcto» de Lutero y de su Reforma en su Vº centenario.

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Lucas Cranach el Joven

La teología de Lutero sobre la gracia es una gran miseria, que en forma alguna iluminó las presuntas obscuridades de la Iglesia de su tiempo. Siendo tan misteriosa y delicada la teología de la gracia, la acción de Dios (gracia), obrando en el hombre y con él (libertad), ¿que teoría de la justificación gratuita puede darnos Lutero, si afirma la corrupción total de la naturaleza humana, y si niega en consecuencia tanto la libertad de la voluntad como la capacidad de la razón para conocer la verdad? En el maravilloso templo de la gracia, expresado mentalmente por los genios de la Iglesia más santos y sabios, entra Lutero como un caballo en una alfarería. Lo destroza todo. La cristiandad no le debe nada. Y el hecho de que en algunas cosas no se equivocase ciertamente no es motivo de elogio, porque en ello enseñaba lo que siempre la Iglesia había enseñado. En cambio sus errores son motivo de denuncia, ya que tan graves destrozos causaron en la fe y en la vida de la Iglesia allí donde triunfaron.

La corrupción del hombre fue una de las convicciones más profundas, persistentes y viscerales de Lutero, que partía en ellas de una experiencia personal morbosa. «Yo, aunque mi vida fuese la de un monje irreprochable, me sentía pecador ante Dios, con una conciencia muy turbada, y con mi penitencia no me podría creer en paz; y no amaba, incluso detestaba a Dios como justo y castigador de los pecadores» (Weimarer Ausgabe, Weimar 54,185). ¿Qué teología verdadera de la gracia puede salir de una mente tan falsificada y neurótica?

Como dice L. F. Mateo Seco, según Lutero, «el hombre peca siempre, aun cuando intente obrar el bien. El hombre está tan corrompido que ni siquiera Dios puede rescatarle de su podredumbre: lo único que es posible a Dios es no tener en cuenta sus pecados, no imputárselos legalmente» (Martín Lutero: sobre la libertad esclava, Magist. Esp., Madrid 1978, 18).

   La justificación cristiana, por tanto, tendrá que ser puramente declarativa, extrínseca, pasiva, «imputativa» (Weimar 56,287). En la teología de Lutero, según esto, Dios es incapaz de salvarnos de verdad, de transformar realmente nuestra mente, nuestra voluntad y nuestras obras. Su poder y su amor por nosotros sólo alcanzan a declararnos salvados, justificados, envolviendo la miseria de quien cree en Cristo en el manto de su misericordia. Tapa así nuestros pecados, como en algún lugar dice Lutero, «como la nieve cubre de blanco el montón de estiércol que está en el campo».  Es tal la depravación de nuestra naturaleza, que Dios no puede o no quiere darnos un corazón realmente nuevo, que deje de pecar, al menos gravemente.

La libertad del hombre se perdió por la corrupción de su naturaleza en el pecado original. Y por eso es inútil que siga atormentando su conciencia con la ilusión psicológica de su pretendida libertad. Lutero, en sus primeras obras, aún creía en la libertad del hombre (4,295), comenzó a ponerla en duda a partir de 1516, y vino a negarla furiosamente en 1525, en una de sus obras preferidas, De servo arbitrio, polemizando con Erasmo.

Afirma Lutero que la libertad humana es incompatible con Dios, que todo lo preconoce y predetermina; con Satanás, que domina verdaderamente sobre el hombre; con la realidad del pecado original, que corrompió todo lo que es el hombre, también su libertad; con la redención de Cristo, que sería superflua si el hombre fuera libre (18,786). La misma expresión libre arbitrio debiera desaparecer del lenguaje humano; sería «lo más seguro y lo más religioso» (18,638). Lutero introdujo este enorme error en la cultura europea, un error apenas conocido antes en la historia de la Iglesia. Tuvo precedente en Lúcido, que negó la libertad, y su doctrina fue condenada en Arlés (473: Denz 331). En el reciente artículo de Alonso Gracián puede verse una buena ampliación de esta cuestión.

Oponiendo la gracia a las obras, no entiende Lutero ni la gracia de Dios ni la libertad del hombre. Lutero no resuelve el misterioso problema de la conexión entre gracia divina y libertad humana; simplemente lo suprime, negando que pueda el hombre obrar, movido por Dios, para su salvación: todas sus obras son pecado. No entiende a San Pablo cuando éste dice que «es Dios quien obra en nosotros el querer y el obrar según su beneplácito» (Flp 2,13). No entiende la enseñanza del Magisterio apostólico, por ejemplo, del Sínodo de Orange, la que antes recordábamos. No entiende lo que la Iglesia ha enseñado siempre: que Dios por su gracia mueve gratuitamente la libertad del hombre, asistiéndolo en el comienzo, el transcurso y el fin de sus obras buenas: obras causadas principalmente por Dios, pero causadas también instrumentalmente por la libertad del hombre, que ha consentido en la acción de Dios, auxiliado por su  gracia. Queriendo Lutero volver a la Escritura, niega su enseñanza (por ejemplo, Flp 2,13). Queriendo exaltar la fuerza de la gracia, la desvirtúa totalmente, mostrándola como algo extrínseco a la vida real del hombre, incapaz de transformar a éste realmente en su pensamiento, libertad y obras.

Oponiendo gracia y obras en la salvación del hombre, Lutero choca de frente con toda la tradición patrística y teológica anterior, concretamente contra San Agustín y Santo Tomás. Tratando éste, por ejemplo, del perdón sacramental de los pecados, lo explica señalando la virtud de la Pasión de Cristo y «la absolución del sacerdote, junto con las obras del penitente, que cooperan, al mismo tiempo que la gracia, a la destrucción del pecado, según dice San Agustín: “quien te creó sin ti, no te salvará sin ti” [Sermón al pueblo 169,11]» (STh III, 84,5).

La razón del hombre se perdió también por la corrupción de su naturaleza desde el pecado original, y en nada debe apreciarse ya su capacidad para alcanzar la verdad. Deformada la mente de Lutero por el nominalismo del franciscano inglés Ockham (+1347), odia la escolástica, la ratio fide illustrata de la teología católica, y se cierra en un biblismo que le lleva al escepticismo filosófico y al fideísmo teológico. Sola Scriptura. En todo caso, odia la razón, de la que llega a decir:

«la razón es la mayor prostituta del diablo; por su naturaleza y manera de ser es una prostituta nociva, devorada por la sarna y la lepra, que debería ser pisoteada y destruida, ella y su sabiduría… Es y debe ser ahogada en el Bautismo… merecería que se la relegase al lugar más sucio de la casa, a las letrinas» (51,126).

Por tanto el cristiano se salva por la fe, no por las obras, ya que en nada debe fiarse ni de su razón ni de su libertad ilusoria, corrompidas ambas facultades en la naturaleza humana caída. Las buenas obras son convenientes, como expresión de la fe, pero en modo alguno son necesarias para la salvación. Incluso pueden ser peligrosas, cuando debilitan la fe fiducial, y empeñándose la persona en procurarlas, trata de apoyarse en su propia justicia. El cristiano debe aprender a vivir en paz con sus pecados. Debe reconocer que es «simultáneamente pecador y justo (simul peccator et iustus): pecador en realidad y justo en la reputación de Dios» (56,272).

En 1520 escribe Lutero un opúsculo doctrinal Sobre la fe y las obras. Es la fe la que salva, no las obras, sean éstas buenas o malas, mejores o peores. Punto 5º:

«En esta fe todas las obras son iguales, y la una es como la otra; toda diferencia entre ellas debe venirse abajo, ya sean grandes o pequeñas, cortas, largas, muchas o pocas, pues las obras no son agradables a Dios por sí mismas, sino a causa de la fe» (6,206). Consiguientemente, dirá en otra ocasión, «en nada daña ser pecadores, con tal que deseemos con todas nuestras fuerzas ser justificados». Pero el diablo, con mil  artificios, tienta a los hombres «a que trabajen neciamente esforzándose por ser puros y santos, sin ningún pecado, y cuando pecan o se dejan sorprender de alguna cosa mala, de tal manera atormenta su conciencia y la aterroriza con el juicio de Dios, que casi les hace caer en desesperación… Conviene, pues, permanecer en los pecados y gemir por la liberación de ellos en la esperanza de la misericordia de Dios» (56,266-267). El P. Cantalamessa nos recuerda la paz inmensa que experimentó Lutero al hallar su teología de la justificación: «Cuando descubrí esto, sentí que renacía y me parecía que se me abrieran de par en par las puertas del paraíso» (54,186).

En 1521, el 1 de agosto, escribe Lutero en una carta a Melanchthon:

«Si eres predicador de la gracia, predica una gracia verdadera y no ficticia; si la gracia es verdadera, debes llevar un pecado verdadero y no uno ficticio. Dios no salva a los que son solamente pecadores ficticios. Sé un pecador y peca audazmente, pero cree y alégrate en Cristo aun más audazmente… mientras estemos aquí [en este mundo] hemos de pecar… Ningún pecado nos separará del Cordero, aunque forniquemos y asesinemos mil veces al día».

Sería injusto entender literalmente este texto de Lutero evidentemente hiperbólico. No piensa lo que literalmente dice. Pero lo que en este texto quiere decir es una enorme falsificación del Evangelio.

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Esta es la teología de Lutero sobre la gracia y la justificación, la que al decir del P. Cantalamessa recuperó el verdadero sentido de la salvación cristiana como pura gracia de la fe en Cristo, y «trajo a luz esta verdad, que durante siglos, al menos en la predicación cristiana, se había perdido el sentido. Y es esto sobre todo lo que la cristiandad debe a la Reforma»…

Manicomiale.

José María Iraburu, sacerdote

Post post 1.–En 1545, poco antes de morir, aún tuvo Lutero ánimos para escribir una obra dedicada a los teólogos que le contradecían: Contra los asnos de París y de Lovaina, y otra escrita contra la Santa Sede de Roma: Contra el papado de Roma, fundado por el diablo, en donde su odium papæ llega a expresarse en un paroxismo neurótico de imágenes zoológicas y obscenas: cerdo, burro, rey de los asnos, perro, rey de las ratas, lobo, hombre-lobo, león, dragón y cocodrilo, dragón infernal, bestia, Anticristo, la gran prostituta apocalíptica de Babilonia. Su amigo, Lucas Cranach el Viejo (+1553), expresó estas ideas furibundas en imágenes aborrecibles, que impresas en volantes, se difundieron por el pueblo. Tuvo muchos imitadores… Desde luego, nunca pudo Lutero suponer que llegaría un día en que en la misma Santa Sede romana se haría un elogio de su contribución histórica a la cristiandad.

Post post 2.–Quizá el lector haya apreciado en el título Elogiando a Lutero–1 ese 1 que permite sospechar otros artículos posteriores a éste. Y esa sospecha tiene fundamento. Si Dios quiere, y en los casos en que me lo dé hacer, pienso escribir Sed contra cualquier autor católico que elogie la doctrina luterana con motivo del Vº Centenario de la mal llamada Reforma. Ésta, en efecto, no fue realizada por reformadores, sino por deformadores de la Iglesia.

Índice de Reforma o apostasía

72 comentarios

  
Daniel Iglesias
Excelente artículo. Muchas gracias.
31/03/16 12:40 PM
  
Juan Andrés
Estimado Padre, en estos tiempos, no hay que cansarse de repetir lo que viene diciendo la Iglesia, no algún predicador o cardenal o incluso pontífice, desde hace siglos. Pero a estos predicadores, el del retiro o este de Semana Santa, ¿quién los designa? ya que nadie los corrige. Siempre gracias por su aportes y espero los lean quienes puedan estar confundidos, que no creo sea el caso de la mayoría de sus lectores.
31/03/16 1:15 PM
  
José Ángel Antonio
Cantalamessa hace una afirmación de tipo histórico e Iraburu la niega, pero ninguno de los dos apoya su afirmación o negación de tipo histórico en datos históricos.

Cantalamessa dice que hubo una época de varios siglos, los anteriores a Lutero (digamos, la Edad Media) en que la enseñanza que San Agustín explicó muy bien, la enseñanza de que “La justicia de Dios es aquella por la cual Él nos hace justos mediante su gracia", estuvo poco expuesta al pueblo (era necesario "traer a la luz esa verdad") o se explicaba en un sentido equivocado "al menos en la predicación cristiana".

Que Iraburu hable de la liturgia es irrelevante: Cantalamessa habla de la predicación, y podemos entender que se refiere sobre todo a la popular.

(Además, pongo un ejemplo: la liturgia en nuestra época será impecable en la mención a los difuntos pero si alguien dice que "hay que traer a la luz, al menos en la predicación, la enseñanza del Purgatorio, poco expuesta en la predicación de inicios del siglo XXI, seguro que casi todo el mundo estará de acuerdo... Nadie saldrá dando una lista de santos contemporáneos o frases litúrgicas para convencernos de que las parroquias del siglo XXI son magníficas en su divulgación del Purgatorio y los fieles difuntos).

¿Se exponía poco y mal en la predicación popular de los siglos XII a XVI la doctrina de que la justicia de Dios es que Dios nos hace justos por su gracia?

Para saber si la respuesta es "sí" o "no" un historiador debería repasar todos los sermones que nos hayan llegado (o una muestra representativa) y ver cuántos tratan ese tema y si lo tratan bien.

Imaginemos que repasamos los Sermones Completos de San Vicente Ferrer (por decir un predicador popular medieval), y dedica un 25% a decir "no peques, que ofendes a Dios, se enfadará" y un 1% o menos a decir "la justicia de Dios es que es Él quien te justifica con su gracia, como enseñaba San Agustín". Si fuera así, Cantalamessa tendría razón.

La segunda afirmación de Cantalamessa es que Lutero, aunque cometiera muchos errores doctrinales, logró que esa enseñanza de San Agustín volviera a predicarse mucho y con intensidad. Para ver si es así habría que repasar libros de homilías y de sermones de la época, católicos y protestantes, y ver si es así.

Sin una investigación histórica con datos (clasificar sermones y contarlos) no tiene mucho sentido este debate.

Porque Cantalamessa no está predicando el luteranismo.

Y acabo con una cita que me dijeron que es de San Ignacio: "estad siempre más prestos a salvar la proposición del otro que a condenarla..."
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JMI.-No crea que Lutero recupera la teología de S. Agustín. De ningún modo aceptaría el agustiniano dicho: "El que te creó sin ti, no te salvará sin ti". Lutero enseña una teología de la salvación que, al negar la libertad del hombre, se opone a todos los teólogos anteriores.

Y otra cosa. Lo que dice usted de S. Vicente Ferrer me hace pensar que no ha leído sus obras, ni tampoco la vida de él escrita por el P. Antist, OP (1575): impresionante.
31/03/16 1:54 PM
  
Emilio
Gracias, P. Iraburu, por el exhaustivo estudio que nos regala; yo que el P. Cantalamessa ////////, le diría al Papa que recapacite y no acuda a "celebrar" ese aniversario, y se haga representar, si acaso, "por persona interpuesta".
Fue en usted en quien pensé para consultar la mención aquí tratada, pero tengo por usted un gran respeto, y se lo confié, como la mayoría de mis "ocurrencias" al P. Jorge, que me las consiente con su inagotable paciencia: sólo que debe andar ocupado en sus tareas pastorales (o sacando a su "Socio"); yo, que tengo una "beagle" rastreadora, me limité a "levantar la liebre" para que los verdaderos cazadores actuasen, y aquí entra su artículo. Gracias, de nuevo.
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JMI.-A mandar.
Y perdone que le haya editado una frase.
31/03/16 1:57 PM
  
Bruno
José Ángel Antonio:

A mi juicio, lo que dice es un tremendo despropósito.

Lutero no "logró que esa enseñanza de San Agustín volviera a predicarse mucho y con intensidad".

Lo que logró es que se predicara mal, deformada por completo y envuelta en innumerables falsedades más, como muestra el P. Iraburu. Y para ello no hace falta hacer estudios estadísticos, basta conocer la enseñanza de Lutero, que deforma absolutamente toda la Revelación divina sobre la gracia, cambiándola por lo que más le consolaba a él personalmente y permitiéndole pecar sin problemas de conciencia.

En segundo lugar, la afirmación que cita del P. Cantalamessa “La justicia de Dios es aquella por la cual Él nos hace justos mediante su gracia" es de por sí falsa, de manera que no se pueden sacar conclusiones de ella.

La justicia de Dios, ciertamente, nos hace justos mediante su gracia, pero no "es" eso, sino muchísimo más. E incluye el dar a cada uno lo que merece (negado por Lutero), el dar la capacidad natural a los hombres de hacer el bien para no castigarlos por algo que no pueden hacer (negado por Lutero), el castigar el pecado aunque se tenga fe (negado por Lutero) y un larguísimo etcétera.

Para saber eso, no hacen falta estudios estadísticos, sino simplemente conocer la doctrina de la Iglesia y la enseñanza de Lutero.

Finalmente, incluso si después de la funesta herejía de Lutero se hubiera hablado más de la gracia y olvidándonos de que lo que se hacía era hablar mal de la gracia, que es mucho olvidar, en ningún caso se puede considerar eso como un mérito de Lutero, sino como una gracia de Dios que puede sacar bien hasta de nuestros pecados (incluido el tremendo pecado de Lutero): Oportet haereses esse (1Co 11,19) dice San Pablo en ese sentido. Y para saber esto tampoco hacen falta estudios estadísticos.

Saludos.
31/03/16 2:32 PM
  
antonio
Excelente Padre:


Que grandes Santos,de Nuestra Madre la Iglesia, que son Nuestros!!!!!!Iluminan y siguen iluminando, con sus escritos bien leidos, toda la Sagrada Tradición Católica.

Me han enseñado que hay falsas uniones en la mentira, aún en nuestra Madre la Iglesia, y verdaderas uniones en la verdad.

Aca se transpira la VERDAD!!!!!!

Muchas Gracias, que Dios lo bendiga y lo haga con la Iglesia.Espero que sea leido, por tantos hombres de la iglesia, que tienen la razón mal orientada, que Dios los oriente!!!!Su aporte es invalorable.

Que Santos SEÑOR!!!!
31/03/16 2:33 PM
  
Cristhian
Muchas gracias padre Iraburu.

Creo que el manejo del Ecumenismo ha sido llevado de manera desacertada, a tal punto que podríamos resultar siendo invitados especiales de la celebración de la Reforma -y por que no, hasta "anfitriones", que sería una desfachatez absoluta-.

Por otro lado, es necesario denunciar los errores de lo propuesto por la Reforma Luterana, que tergiversa y mutila la fe cristiana, como cristianismo -en su versión protestante- que ha propagado errores y que se encuentra actualmente bastante diluido y por lo tanto insípido.
31/03/16 2:45 PM
  
Germán Mazuelo-Leytón
Excelente y conducente artículo Padre en medio de tanta confusión, desconcierto y oscuridad doctrinal.
31/03/16 3:43 PM
  
Lizandro Pintado Yacila
En mi hogar tuve que defender la fe católica de las creencias protestantes que tanto daño hizo a mi familia, gracias a Dios seguimos firmes en la fe católica, mi familia se confundiria aun mas si ve que se celebra la mal llamada reforma protestante, no tiene sentido defender la fe del pueblo por un laico comun y corriente y celebrar el error por los que se suponen tienen mas conocimiento de Dios y de la Biblia.
31/03/16 3:53 PM
  
Rubén
Excelente artículo: un buen punto de partida para conocer estos temas.
31/03/16 4:15 PM
  
Luis Fernando
Decir que Lutero recuperó la doctrina de san Agustín sobre la justificación es como decir que Calvino recuperó la doctrina de Santo Tomás sobre la predestinación. A saber, una solemne estupidez.
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JMI.-Y que usted lo diga.
31/03/16 4:52 PM
  
Tito España
José Ángel Antonio: según su apreciación nos sobró el Concilio de Trento, ¿no es así? Todos en la Iglesia eran tontos hasta que apareció Lutero, insigne y preclaro hombre de bien. Con estas ideas debe usted encabezar o presidir las famosas fiestas del 31 de Octubre de 2017 en Alemania o donde sea.
No entiendo, por otro lado, cómo si Lutero no creía en la presencia visible de la Iglesia, los luteranos se llaman iglesia.
31/03/16 5:16 PM
  
Miguel Antonio Barriola
Gracias al P. Iraburu por la claridad en la exposición, tan bien fundamentada, con amplitud de perspectivas en variadas épocas de la Tradición y Magisterio de la Iglesia.
¡Qué pena que Cantalamessa (tan prolífico en buenas publicaciones) haya caído en coquetear con esos ecumenismos de pura simpatía, sin ir al meollo de la situación, por demás desgarradora y que dura ya tantos siglos, para los que queremos vivir el Evangelio.
Se han de superar modos poco caritativos de argüir, usados antaño, pero sin dulcificar de tal modo el fondo de la situación, que se termine concluyendo: "Aquí no pasó nada".
"Suaviter in modo, fortiter in re".

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JMI.-Gracias por su comentario.
Cordial saludo en Cristo resucitado +
31/03/16 5:20 PM
  
Miguel
Magnífico. Además de releerlo con fruto, debe uno darle difusión a esta excelente pieza (y las que vienen). Siempre en deuda de gratitud con usted, Padre, reciba mi saludo cordial.
JMI.-Gracias.
Bendición +
31/03/16 5:40 PM
  
José Ángel Antonio
"Decir que Lutero recuperó la doctrina de san Agustín sobre la justificación... "

Yo creo que el Padre Cantalamessa viene a decir que Lutero, al hablar del tema de la justificación por la gracia y citar (correcta o incorrectamente) a Agustín, recuperaba un tema que durante siglos se trató poco o mal. Él no dice que Lutero lo tratase especialmente bien, Cantalamessa no defiende la doctrina luterana: defiende que se recupere a Agustín, no necesariamente porque Lutero lo recupere con fidelidad, sino porque al plantear el tema muchos otros acuden al tema.

(Para ver si el tema estaba olvidado o no, hay que repasar sermones y ver cuántos lo trataban. Yo no he leído a San Vicente Ferrer -excepto un párrafo sobre el parto virginal- pero quien tenga los sermones completos o sus predicaciones populares que nos cuente cómo habla de la "justicia de Dios" y la gracia).

Cantalamessa, entiendo, explica que el mérito (en el sentido histórico, no moral) de Lutero es lograr que se plantease un debate, es decir, conseguír que más gente pensase en ello, lo estudiase y lo tratase... algunos desde la ortodoxia católica, otros desde el protestantismo.

Luego se puede añadir la lista de errores de Lutero, si se quiere, pero es irrelevante si el objetivo era comentar a Cantalamessa, porque él no niega que Lutero haya cometido errores (todos los que queráis...).
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JMI.-Mi artículo está completamente centrado en Lutero, analizando su doctrina y mostrando sus grandes errores, es decir, herejías. De lo que piense Cantalamessa no digo nada. Solamente digo de él que me parecen muy inconvenientes las afirmaciones que hace sobre Lutero y lo que la Iglesia "debe" a la Reforma.
31/03/16 6:28 PM
  
xaverius
Lamentable la ignorancia mostrada por ///////.

1º Lutero desvirtuó el sentido católico de la fe: para él, la fe consiste en la certeza de que estoy salvado por Jesús, proposición condenada por el Concilio de Trento.

2º Lutero desvirtuó el sentido católico de la gracia: para él, la gracia no elevaba ni transformaba al hombre sino que era un mero no mirar Dios nuestros pecados.

3º Lutero desvirtuó el sentido católico del pecado original: para él, la naturaleza humana quedó totalmente corrompida, confundiendo pecado con concupiscencia, de tal manera que incluso las obras naturalmente buenas debían considerarse también corrompidas.

4º Lutero en su libro "La libertad esclava" desvirtuó el sentido católico de la predestinación anulando la libertad humana.
31/03/16 7:07 PM
  
Luis López
Magistral artículo, que pone de manifiesto la aberrante antropología de Lutero -y sucesores- que al negar el libre albedrío en el hombre convertía literalmente a Dios en un monstruo por condenarle al infierno.

Como dice Menéndez y Pelayo en sus "Historia de los heterodoxos" -y cito de memoria- parece increíble que no se hubiera hundido toda una civilización que se basaba en el tremendo error de negar al hombre la responsabilidad por sus actos.

Lo que sí es cierto de todos modos , y al hilo del comentario de José Ángel Antonio, es que la época donde surgió el error del protestantismo había -al menos al nivel más popular de la cristiandad- la realidad de una sobreabundancia de obras externas, un voluntarismo extremo, unas penitencias a veces grotescas, que no transformaban al individuo (devociones, peregrinaciones, novenas, romerías, culto excesivo a las imágenes...), religiosidad externa y farisaica, que nada tenía que ver con la perseverancia en la oración y la transformación interior . Y esa religiosidad primaria, a años luz de la vida nueva de la Gracia, no era corregida por un clero cuya formación y moralidad era realmente deplorable. Todo ello sinceramente no se puede negar.

Lutero -que vivía en ese tiempo nada limpio- lo terminó de desquiciar todo, llevando al otro extremo estos problemas, negando la libertad humana y toda obra meritoria. Estoy convencido de que Lutero fue el durísimo castigo que el Cielo nos infringió por nuestros pecados, y creo que como texto imprescindible de la historia del cristianismo debería considerarse el discurso a los cardenales del Papa Adriano VI, recién elegido. Lo clavó.
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JMI.-"Lo que sí es cierto"... No comparto su opinión sobre ese tiempo. Y conozco bastante bien los autores principales de esos siglos.
31/03/16 7:40 PM
  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
¡¡¡Bueniiiiiiiiiiiiiiiiisimo!!! Lo único que no me quedó muy claro es qué parte de lo que dijo Lutero tenemos que celebrar.

Ironías aparte, muchísimas gracias, Padre Iraburu, por este magistral post. ¡¡¡Cómo nos ayuda en estos momentos de tanta confusión!!!

Que el Espíritu Santo lo siga iluminando, para nuestro bien, y que la Santísima Virgen María y San José lo protejan siempre.
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JMI.-Bendición +
31/03/16 8:09 PM
  
Antonio1
Creo que es de justicia recordar lo que Cantalamessa dice en la misma predicación, omitirlo es amputaron su pensamiento y hacerle decir lo que no dice:

"Habrá, por supuesto, un momento en que también se manifestará esta justicia de Dios que consiste en dar a cada uno según sus méritos. Dios, en efecto, ha escrito poco antes del Apóstol.
"El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia" (Rm 2, 6-8).

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JMI.-No, yo no "le hago decir a Cantalamessa lo que no dice". Yo en mi artículo no digo nada sobre su pensamiento y enseñanza. Nada en absoluto. Hablo únicamente de la doctrina de Lutero. Y de Cantalamessa digo solamente que sus elogios sobre Lutero, como recuperador de la gratuidad de la salvación, perdida durante siglos, al menos en la predicación al pueblo, y el reconocimiento que hace de la deuda que la Iglesia tiene con la Reforma, me parecen altamente inconvenientes y nocivos.
31/03/16 8:11 PM
  
Virginia
Como siempre, GRACIAS, infinitas gracias por su oportunidad, claridad y equilibrio, pater. Dios nos lo siga bendiciendo para bien de muchas almas!!
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JMI.-Bendición +
31/03/16 9:40 PM
  
Horacio Castro
Padre José María Iraburu. Leyendo su artículo se entiende mejor la diferencia real subsistente del catolicismo con el luteranismo. 'Pero' ¿se puede entender también que el reconocimiento que hace Cantalamessa de la supuesta deuda que la Iglesia tiene con la Reforma, también es altamente 'inconveniente y nocivo' para la actual falta de predicación o predicación deformada en parte importante de la Iglesia"?
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JMI.-Si se asoma Ud. en mi blog a los artículos dedicados al pelagianismo (59-60) y al semipelagianismo (61-65), verá que buena parte de ellos describen la gran presencia de esas herejías entre los católicos de hoy. Entre los no-practicantes predomina el pelagianismo frustrado y a veces el luteranismo; entre los practicantes el semipelagianismo (no pocos de ellos excelentísimos cristianos, pero malformados o no formados en el tema de gracia), y es una minoría la que conoce y vive la verdad católica de la gracia. Lo digo, claro, a ojo de buen cubero. Pero medio siglo de clases en la Facultad de teología, de conferencias y ejercicios espirituales, y de dirección de personas, me llevan a estimar que son poquitos los que hoy están convencidos de que es Dios mismo quien por su gracia actúa en ellos el querer y el obrar según su beneplácito.

¿Cómo se arregla esto?
Desde luego, no se arregla difundiendo luteranismo. Pretender superar unos errores predicando otros errores tan grandes o mayores es una locura.

Se supera la situación, con la gracia de Dios,
1. predicando la doctrina católica de la gracia
2. y combatiendo todos los errores hoy más vigentes contra ella.
31/03/16 10:10 PM
  
Forestier
El padre Cantalamessa, que yo considero un ////////, por varias razones, que si alguien se molesta lo que digo, las voy a exponer, ¿cómo puede ser que sea elegido normalmente para predicar los ejercicios espirituales a los Pontífices? Pues mira que hay cantidad de buenos predicadores que le dan mil vueltas.
31/03/16 10:15 PM
  
Luis Fernando
A ver, yo creo que es fácil de entender. El P. Iraburu no está afirmando que el P. Cantalamessa sea luterano o comparta al cien por cien las doctrinas de Lutero. Está diciendo que el P. Cantalamessa alaba a Lutero y la Reforma, diciendo que trajeron luz. Y eso es inaceptable lo diga Cantalamessa, un obispo, un monaguillo o un santo canonizado.
31/03/16 10:19 PM
  
Horacio Castro
"Tal cual", si me permite decir así Padre Iraburu. Es lo que se ve. La arrogancia de los que creen que Dios tiene algo que agradecerles o los que aclaman 'viva la Pepa que Dios no castiga'. Muchas gracias por todo.
31/03/16 11:34 PM
  
Gracias Dios, porque estás día a día en tu Iglesia!
" mientras estemos aquí [en este mundo] hemos de pecar… Ningún pecado nos separará del Cordero, aunque forniquemos y asesinemos mil veces al día». De LUTERO, se conmemoran los 500 años de sus infames palabras sobre la gracia y la misericordia... pero no alcanzan ni para dar gracias, ni para festejar, ni para ir a pedir perdón... ///////////////////////
Por Dios!!! si es tan sencillo al leerlo, como no va a serlo para un predicador de monta?
Menos mal... Dios está cada día en su Iglesia!
01/04/16 12:01 AM
  
Roniel Aledo
Lutero trajo la Herejia generalizada. Negaba dogmas de Fe. Eso es malo. Malisimo. Lutero arrastro en su Error Heretico a todo el norte de Europa. Eso es malo. Malisimo. Lutero volvio a divider la Cristiandad. Lutero llevo al error doctrinal a cientos de miles y a millones hoy dia. Eso es malo. Malisimo. Punto.
01/04/16 12:52 AM
  
Luis Carlos Henao
Estimado padre Iraburu:
Muchas gracias por tan esclarecedor e ilustrativo artículo. Un diálogo ecuménico que no esté fundado en el reconocimiento de la verdad no conduce a ninguna parte. Hay que anotar, además, que ha sido la Iglesia católica la que sin cesar ha tendido la mano a los protestantes.
Respecto a Lutero, hay que reconocer que su concepción "revolucionaria" de la fe se debió a una crisis personal mal resuelta. Una de las consecuencias más graves es que, si se mira más a fondo, convirtió el cristianismo en una religión de libro, desvirtuando casi que por completo el sentido de la Encarnación del Hijo de Dios (creo que este es un aspecto que valdría la pena abordar).
Resurrexit sicut dixit. Aleluia!
01/04/16 1:28 AM
  
Jesus Pereira
Si se debiese alabar y agradecer Lutero por reponer - con mala enseñanza - el tema de la gracia ¿cuanto debemos alabar y agradecer a Planned Parenthood y al Estado Islámico por rescatar el valor inestimable de la vida humana?
01/04/16 1:47 AM
  
Jules
Gracias por el excelente artículo. Es por esta razón, principalmente, que entré en la Iglesia católica, y por la que me quedo adentro. Decir, como afirman los protestantes a quienes les importa un poco la historia, que la cristiandad en su totalidad haya caído en graves erroes doctrinales, tanto en Oriente como en Occidente (Sacramentos, santos, gracia, justificación, pecado, jerarquía y Magisterio, etc.), es una enormidad inadmisible. «Eres Pedro, y sobre esta Roca fundaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».

Tengo una pregunta. Efectivamente, la liturgia nos da una enseñanza perenne sobre todas las verdades esenciales de nuestra fe. Pero durante la Edad Media, cuando la mayoría de la gente era analfabeta, ¿cómo podría seguir lo que dice la liturgia, pues todo es latín? Pregunto porque yo asisto cada domingo a misa en la forma extraordinaria, y afortunadamente todos allí sabemos leer y seguimos atentamente las oraciones y las lecturas con un misal. Dudo, sin embargo, que siempre haya sido así...

Gracias y muy feliz Pascua.
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JMI.-Les llegaba más menos por sí misma: cuando cataban el Gloria o el Te Deum, ya sabían más o menos qué estaban diciendo. Pero sobre todo a través de la predicación y la catequesis.
01/04/16 2:08 AM
  
Maria-Ar
Iluminador articulo!
Magistral!!
Bendiciones Padre!
+
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JMI.-Bendición +
01/04/16 3:35 AM
  
Juan Francisco
Muchas gracias Padre. No terminé de leer el artículo simplemente porque más a menos a la mitad, con los ejemplos de los santos de esas épocas, su tesis ya estaba absolutamente clara y comprobada. Solo me entristece que gente tan valiosa como Usted tenga la necesidad, de meter las manos en todo ese montón de bosta con el que nos quieren hacer creer. De nuevo gracias Padre.
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JMI.-Iluminar las tinieblas es un gozo inmenso para la luz. Y eso lo experimentamos a diario los ministros enviados por Cristo para predicar el Evangelio. La luz no destruye las tinieblas: las ilumina con todo amor.

El dolor viene sólo de las tinieblas que se cierran a la luz para que no sean denunciadas sus malas obras. Vino la luz a los suyos, y los suyos no lo recibieron.
01/04/16 4:11 AM
  
Luis Fernando
En realidad, la mejor definición de la Reforma protestante aparece en el Catecismo de San Pío X:

129. El Protestantismo o religión reformada, como orgullosamente la llaman sus fundadores, es el compendio de todas las herejías que hubo antes de él, que ha habido después y que pueden aún nacer para ruina de las almas.

Ese papa santo no decía tal cosa así porque sí. Esa definición está fundamentada en un hecho innegable. El libre examen de las Escrituras, que por más que lo quieran disfrazar consiste literalmente en que cualquiera puede interpretar la Biblia como le venga en gana sin que haya ninguna entidad eclesial con autoridad para discernir la verdadera interpretación, es la fuente de todas las herejías habidas y por haber. Y quien niegue eso, niega 5 siglos de historia.
01/04/16 7:47 AM
  
Tulkas
Me encanta la definición de san Pío X.
Pero le falta decir también que es una religión falsa como el mahometismo, el talmudismo, el hinduïsmo...

Lo único salvable de ese compendio de errores es la piedad personal de muchos herejes, no culpables perdonalmente de quienra de unidad eclesial en la caridad.

Y el bautismo: "si bautiza Pedro, Cristo bautiza; si bautiza Pablo, Cristo bautiza; si bautiza Judas Iscariote, Cristo bautiza".
01/04/16 8:47 AM
  
José María Iraburu
Sola Scriptura. Por este lema consiguió Lutero cerrar el Libro sagrado bíblico con siete llaves. Quienes leemos la Escritura a la luz del Magisterio apostólico estamos ciertos de que en ella recibimos la Palabra de Dios. Por ejemplo, "yo soy el Pan vivo bajado del cielo": sabemos con seguridad qué es lo que Cristo quiere revelarnos con esas sublimes palabras, porque el Magisterio apostólico, asistido por Dios, nos las explica en su sentido absolutamente cierto.

Pero si esas mismas palabras quedan a merced de la libre interpretación de quienes las lean, habrá tantas interpretaciones como lectores. Y en todo caso el lector no escuchará en ellas más que palabra humana, la que él interprete y entienda. Se oye a sí mismo, no oye a Dios, no se deja enseñar por Él. Gracias a Lutero, pues, la Biblia se hizo para los protestantes un libro sellado.

La "libre" interpretación de la Biblia, ya en vida de Lutero, rompió la unidad de la Iglesia, "una sola fe", agrupándose los protestantes en distintas comunidades (con la indignación y, más aún, el espanto de Lutero, que ya previó la que se iba a organizar con el tiempo: cientos de "iglesias" contrapuestas). Por otra parte, la libertad para interpretar la Biblia era total, pero eso no impedía que Lutero, a los que la interpretaban de manera distinta a la suya, los consideraba "asnos" teológicos, como a los teólogos católicos de París y de Lovaina, aunque no pocos de ellos era cristianos íntegros, muy conocedores de la Biblia y su exégesis. "Asnos" para Lutero.

El final de las comunidades protestantes (sí, porque en cierto modo es ya un final de las versiones falsas del cristianismo) y el resultado del libre examen puede llevar a Obispas lesbianas, parejas sodomíticas bendecidas, etc. The end. Eso ya ni es cristianismo ni es nada: pura depravación. Nada que ver con la Escritura sagrada.

Lutero es el padre de todas estas herejías. Todas derivan directamente de él. Éste es un hecho histórico cierto.

01/04/16 9:29 AM
  
JUAN NADIE
JOSE ANGEL ANTONIO

No voy a entrar al fondo de lo que dices sobre el porcentaje de predicación del purgatorio o la gracia que se hacía antes o ahora, porque no es comparable y además tu conclusión final es esperpéntica.
Osea que Lutero fue bueno porque a pesar de la desorientación de millones de católicos y de los problemas sociales y las guerras que siguieron hizo que la Iglesia mejorara su predicación en porcentaje sobre la gracia. Eso es como decir ////.
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JMI.-Los asiduos a este blog suelen ser gente decente. No me obliguen en los comentarios a editar sus textos por llevar expresiones obscenas o insultos inaceptables.
01/04/16 9:33 AM
  
Sara
Tengo una duda que desde que, según creo, y no estoy segura, se levantó o quitó la excomunión a Lutero, me tiene confundida padre. Le agradecería me la pudiese aclarar.
Si, como siempre he creído, Lutero, perseverando y sin arrepentimiento, excomulgado, fue directo al infierno,además como causante de la perdición de muchas almas, si le levantaron la excomunión, dónde debemos pensar que está ahora?
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JMI.-No sé decirle si se le levantó la excomunión.
Pero sí puedo decirle que excomunión no equivale a condenación eterna.
En absoluto.
01/04/16 10:12 AM
  
Rafa
Verdaderamente magistral, tanto la exposición como sus respuestas a los comentarios. Y todo esto en el orden teológico, porque en sus consecuencias históricas la llamada Reforma no pudo ser más funesta para la humanidad. Desde luego no creo que haya nada que celebrar.
01/04/16 10:34 AM
  
Luis Fernando
Sola Scriptura. Por este lema consiguió Lutero cerrar el Libro sagrado bíblico con siete llaves.

No sin antes haber arrancado algunos de los libros sagrados que componen la Biblia. Porque claro, ¿cómo iba él a aceptar que las oraciones por los muertos (Macabeos) son cosa buena y las limosnas tienen valor salvífico (Tobías)?
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JMI.-Creo recordar que eliminó unos siete libros del AT y que negó también algunos del NT. No puedo ahora precisar el dato con exactitud. Si no estaban de acuerdo con la doctrina del Doctor Lutero ¿cómo esos libros o pasajes de textos podían ser Palabra de Dios?
Absurdo.
01/04/16 10:46 AM
  
Luis Fernando
Sara, no hay decreto humano capaz de sacar del infierno a quien ya está en el mismo. No digo que Lutero lo esté -eso solo lo sabe Dios-, pero si lo está, ni mil celebraciones le van a cambiar su destino eterno.

A lo sumo se le podía sacar del purgatorio, aunque dada su neurosis, sostenía una idea muy peculiar al respecto en una de sus 95 tesis. Concretamente la 29:

¿Quién sabe, acaso, si todas las almas del purgatorio desean ser redimidas? Hay que recordar lo que, según la leyenda, aconteció con San Severino y San Pascual.

Qué elemento el ex-agustino...
01/04/16 10:56 AM
  
Luis Fernando
No llegó a negar la canonicidad de ningún libro del NT, pero llamó "epístola de paja" a la carta de Santiago y tenía muy mal concepto sobre el libro del Apocalipsis.

Es lógico. En Santiago 2,24 encontramos la única vez que aparece el concepto sola fide en la Escritura, y es para negarlo. Y en el libro del Apocalipsis encontramos cosas como esta:

Ap 2,5
Acuérdate, pues, de dónde has caído, conviértete y haz las obras primeras. Si no, vendré a ti y removeré tu candelabro, si no te conviertes.

Ap 2,26
Al vencedor, que cumpla mis obras hasta el final, le daré autoridad sobre las naciones
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JMI.-Gracias.

Ap 22,12
Mira, yo vengo pronto y traeré mi recompensa conmigo para dar a cada uno según sus obras.
01/04/16 11:09 AM
  
JUAN NADIE
Estimado P Iraburu, le ruego que me diga si puede en que he insultado yo a nadie. Creo que no ha leído usted bien, o lo ha hecho muy deprisa. Me sorprende por su precisión habitual.
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JMI.-Cuando argumenta usted con el ejemplo de violación-colon-almorranas... no insulta, pero queda un tanto obsceno, y lo edito.
01/04/16 11:52 AM
  
Menka
Yo daba por bueno a Cantalamessa, por hacer lo que hacía, de predicador pontificio.

Pero luego me puse a examinar su obra. Es impresionante. Totalmente influenciado por el protestantismo, pero desde hace varias décadas.

Ha escrito un libro "Eucaristía, nuestra santificación" - no estoy seguro si está disponible edición en castellano, que tiene un título muy bueno, pero con el contenido claramente herético. El libro es de los ochenta.

En el libro alaba la aportación protestante para progresar en la fe, y más de eso.

Si se propone a examinarlo, se encontraría con sorpresas desagradables. Pero sería importante advertir a tantos. Ese libro me hizo entender todo lo que hacía.
01/04/16 12:39 PM
  
Miguel
Gracias Padre Iraburu
Gracias por defender la Fé católica de siempre. Lejos están los tiempos en que los católicos tenían un olfato para la Fe. Le cuento que mis mayores(soy sudamericano) eran emigrantes vascos carlistas de Vitoria y Donostia. Ellos emigraron a fin del del siglo 19. Uno de mis tíos abuelos sostenía correspondencia con Don Miguel de Unamuno. Cuando yo le preguntaba a una hermana de mi abuela paterna si había conservado algo de eso me decía: no se tal vez se perdió pero siempre supimos que Dn MIguel era"librepensador" así que no podía ayudarnos a nuestra Fé católica.Un hermano de ellas se había hecho"evangelista protestante" y para ello esos viejos vascos católicoss era un retroceso al error inconcebibleEllos siempre decían ante los requerimientos de un niño de 8 años de donde venís? Somos católicos, españoles y vascos "a mucha honra". pera ellos la fe era indiscutible y estas disquisiciones sobre Lutero le hubieran parecido un delirio total. Hoy si despertaran de suss tumbas no entenderían absolutamente nada que ha pasado en su Fé católica y no creo que hayan sido peores personas que nuestros católicos actuales. En fin...
01/04/16 1:34 PM
  
estéfano sobrino
Hace unos meses, comentando cosas de estas con un aguerrido evangelista Letón, repasé la visión luterana del Canon de la Escritura.

Si no recuerdo mal, ante el prejuicio de que "a partir de Constantino la Iglesia se prostituyó, perdiendo su pureza originaria", Lutero decide prescindir de los llamados libros deutero-canónicos, aquellos que inicialmente no eran aceptados por todos, y quedarse con los 100% canónicos, los aceptados por todos.

Respecto al AT, opta por el mismo criterio que el judaismo con la "versión de los 70": quedarse con los libros de los que se conserva algún original hebreo o arameo, y prescindir de los que se escribieron en griego, que son los más tardíos. Por eso deja Tobías, Macabeos, parte de Daniel, etc.

La epístola de Santiado... le lleva a hacer trampa, pues siendo 100% canónica dice que no... exclusivamente porque su contenido no se ajusta a su doctrina.

La historia (y la lógica) nos muestra que el canon bíblico ha sido una cosa viva, que la importancia de los diversos escritos ha ido variando, tanto en el judaismo como en el cristianismo. Por tanto, es imposible aceptar la validez de un libro sin aceptar que su validez radica en que hay una autoridad (la Iglesia) que dice que es válido.

Lo que hace Lutero es cambiar la lista católica por la suya, basada en su propia autoridad. Así que "de sola escritura" nada de nada: "su" escritura está basada en su autoridad, aunque el mismo abomine de esa idea.
01/04/16 2:06 PM
  
Palas Atenea
Desde luego la Iglesia del s. XV necesitaba una reforma, pero no la de Lutero, hasta el propio Erasmo se quedó sin dar el pasito que le pidió porque no estaba de acuerdo con la cuestión del libre albedrío. Hay quien piensa que Girolamo Savonarola pudo haber sido ese reformador si no hubiese sido tan extremado. Para que luego digan que la Iglesia se escora hacia la derecha, pues ahora resulta que Cantalamessa se acuerda de Lutero pero no de Savonarola, que jamás pretendió fundar ninguna iglesia por lo que, malamente, puede ser considerado hereje aunque lo excomulgaran.
01/04/16 2:34 PM
  
Néstor
Muy buena iniciativa, Padre. Esperamos más "sed contra" que lamentablemente prevemos serán necesarios.

Saludos cordiales.
01/04/16 2:53 PM
  
JODE MENA
A LUTERO no hay que agradecerle nada y mucho menos a su "REFORMA" ; que dolo le causo daño a la iglesia y al mundo....desde ese momento en adelante las divisiones,las sectas,las doctrinas erróneas se multiplican dia a dia e incluso en países como EEUU las denominaciones religiosas se multiplican de forma sorprendente.. y todas con un proposito en comun... ATACAR A LA IGLESIA CATÓLICA...¿ QUE RARO, PORQUE SERA..?.... Si a alguien hay que agradecer y dar GLORIA A DIOS es por nuestro amado hermano "FRANCISCO DE ASIS." Quien vino a restaurar la iglesia en esos tiempos de crisis, y aun cuando todavía sufre por aquella herida del cismático lutero.. dia a dia la iglesia de Cristo se mantiene y florece ,como es en nuestros días con el PAPA JUAN PABLO II, BENEDICTO XVI Y nuestro amado PAPA FRANCISCO ... ESTO SI HAY QUE CELEBRARLO.. " LA IGLESIA DE CRISTO, ROCA FIRME DE SALVACIÓN..."
01/04/16 3:24 PM
  
antonio
Estimado Padre

Los escritos, la Veritatis Splendor, la Fides et Ratio, leidos desde mi conversión en 1976, todos, dse acompañaban en el diario oficial de la Iglesia, con una bibliografia, la leo, porque los trabajos cientificos, la traen y es muy importante;demostrando la continuidad Magisterial, la Tradición Viva de la Iglesia.
En usted se notan , sin adularlo, que sus escritos, llevan el SELLO de la Palabra del SEÑOR, SI;SI; NO NO, lo que es ambiguo, procede del maligno.Como en los documentos Magisteriales que he leido
Leyendo el Libro de Lutero del Padre Saénz, la Nave de la Iglesia, y las Tempestades, prologado por el Padre Bojorge, que cita el informe sobre la Fe , de Messori y Ratzinger, cita la protestantización de la Iglesia.
Leyendolo hasta la palabra Misericordia, muy en boga tiene un origén luterano, excelente libro , los dos son hombres de Dios, también muy seguros doctrinalmente.
La ambiguedad, procede de una razón alterada, por ambiguedades, por querer quedar bien con el mundo ,imposible para los seguidores de Cristo, según sus Santisimas Palabras, y Siempre Santisimas!!!!!

El Maligno que existe y como!!!!, y se mete en todo, trata que la gente se pierda, con seguridad, ovejas sin pastor, pastores como ovejas, pero al ser tan ignorantes, son verdaderamente lobos.
Lo observo en los comentarios,de gente que está muy confundida.

Que Dios lo Bendiga, la Re Santisima Virgén, y San José, perdone que en su dia, no lo he saludado.Muchas Gracias.

Como una Bajeza, como nosotros, estoy incluido podemos,San Juan de la Cruz, puede darse cuenta de donde está la VERDAD. la Clave es la conversión siempre a CRISTO!!!!, que es la Misma VERDAD.
01/04/16 4:11 PM
  
antonio
Acercarse a la VERDAD, reconocerla, es importante hasta para el ejercicio profesional, no ser ambiguo, mire usted tiene una enfermedad, pero mas o menos es asi, no debe ser asi!!!!!!!, la rechazo inmediatamente, esa ambiguedad, esa mentira!!!!


Y menos la Iglesia!!!!!Maestra de la VERDAD, no puede tener personajes que circulan, engañandose a si mismos.


Muchas Gracias.
01/04/16 4:17 PM
  
Maribel
Lo que es de todo punto imposible , es creer en Dios y no hacer el bien asistidos por su gracia .

Por lo tanto , eso de ser justificados solo con querer a Dios y conocerlo sin hacer el bien es .........
imposible , pues si le quieres y le conoces , haras lo que El te pida.

" Si me amas , cumpliras mis mandamientos"
Esta es la medida que dará frutos ....amarle.
01/04/16 8:09 PM
  
Trabucaire
Creo que muchos sacerdotes Católicos,/////////////////// necesitan leer al Padre Theobal Beer, que demostró que Lutero en sus comentarios a San Agustín era hereje antes de 1517 refutando hasta en pasajes cristologicos al Santo Obispo de Hipona .
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JMI.-
01/04/16 8:45 PM
  
Ma. Teresa Gallegos
Yo nunca he leído a Lutero, porque no me ha interesado su manera de pensar y confundir a las personas, nada más hay que ver cuantas sectas hay en el mundo gracias a el, y que siempre esta confundiendo a las personas sencillas e ignorantes, como sucede en México. Lo que quiero recalcar es que usted padre Iráburu es un sacerdote que ama a Dios y por ello nos instruye a los católicos de a pie en lo que debe ser, se lo agradezco, y sigalo haciendo; pero por otro lado yo le quisiera pedir que si es posible le haga llegar al Papa, este escrito para que lo conozca y tenga cuidado de las personas que le dan retiros o pláticas, pues el es la cabeza de la Iglesia, y no puede cometer errores que se prestarían a una gran confusión, para la mayoría de católicos, que siempre hemos sabido que Lutero, le hizo mucho daño a la Iglesia de su tiempo, y hoy si se acepta como dice Cantalamesa, un reconocimiento a esta persona, pasaría lo mismo que sucedió en ese tiempo, como he dicho en algunas ocasiones, ya entiendo porque el Papa siempre pide que oremos por el, porque con tantas cosas que oye, como humano se puede confundir, por ello debemos pedir a Nuestro Señor, que lo ilumine con el E. Santo, para haga sólo la voluntad de Dios y no la de los hombres, ojalá usted lo pueda ayudar, y muchas gracias. Ma. Teresa. México.
01/04/16 10:31 PM
  
Ricardo de Argentina
Muchas gracias Padre por este artículo, tan necesario y tan oportuno.
Dentro de mi escasa formación teológica, y a riesgo de decir una barbaridad pero asumiendo ese riesgo, le diré lo siguiente:
Si la "Corrección Eclesiástica" es algo que obliga a ensalzar a herejes, entonces la corrección eclesiástica es pecado.
¡Guárdame Dios de la tal "corrección"!
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JMI.-La corrección eclesiástica en el modo de ecumenismo que hoy está más vigente lleva a sus fieles a tratar a los cristianos no-católicos con una extrema amabilidad, y a los cristianos-católicos con una extrema frialdad y dureza.
Así está el patio.
No pocos de nuestros lectores más asiduos lo saben por experiencia personal
01/04/16 11:45 PM
  
Martina
P. Iraburu,
No quiero incomodar a nadie, pero aunque es cierto que en la Iglesia Católica se encuentra la Verdad, puedo decir que muchísimos bautizados no la conocen bien. Es difícil que usted se crea esto porque ha tenido unos medios que a la mayoría no les llegan. Le parecerá que estoy diciendo una impertinencia, pero es cierto que muchos a mi alrededor no creen porque no saben, a pesar de haberse educado en colegios católicos en tiempos en que se iba a misa a diario, se confesaban semanalmente, se rezaba el rosario, se hacían ejercicios espirituales, se vivía según la moral católica y demás...
Yo doy gracias a Dios porque he tenido personas y medios que me han enseñado, pero actualmente echo de menos en las predicaciones enseñanzas fundamentales que muchos que asisten a misa desconocen y no las reciben. No sé si me explico bien...
Por ejemplo, estudiando magisterio en una escuela de la Iglesia, las clases de religión tocaban muchos temas pero no los que ayudaban a la fe porque no querían ofender a los no creyentes. Una compañera se oponía y discutía todo, por eso me llamó la atención cuando un tiempo después me hablaba muy bien con un conocimiento bueno de Dios, ante mi asombro me invitó a su iglesia y lo comprendí, oraban, leían la Palabra y la predicación era buena porque comunicaba experiencia de vida, como suele decirse por la boca salía lo que había en el corazón, realmente eran evangelistas pentecostales muy eficaces. Es cierto que tienen errores de doctrina y nos critican demasiado a los católicos pero a la gente les animan a la conversión explicandoles muy bien las enseñanzas de Jesus
Podría comentar más, pero solamente quería decir que se ha descuidado mucho la enseñanza y los adultos no van a la iglesia porque no tienen ni entendida las misa, así que los jovenes por mucho colegio confesional y caro van fatal preparados.
Cuando tengo la oportunidad aporto lo que puedo, les mando adjuntos por correo estos blogs en PDF para que no digan que son cosas de la abuela.
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JMI.-En mis artículos del blog REFORMA O APOSTASÍA muchas veces he tratado de la descristianización de no pocas Iglesias locales católicas. Es sin duda una gran pena. En todo caso, la Iglesia Católica (unos 5.000 Obispos, más de mil millones de católicos) sigue siendo la única Esposa de Cristo, el único Cuerpo de Cristo, la columna y el fundamento de la verdad, a la que quiera Dios que se vayan uniendo, como pide el Concilio (Unitatis redintegratio) todos los hermanos separados. Entre los miles y miles de comunidades diversas que ellos forman hay por supuesto no pocas comunidades y personas que, aunque con deficiencias doctrinales y de normas morales grandes, viven e Cristo lo que mejor que pueden y lo prodican con entusiasmo. Dios las bendiga.

Hay de todo. En algunas ciudades del norte de Europa, bastantes iglesias de origen antiguo, de las que fueron fundándose en tiempos de Lutero o poco después, ya han suspedido el culto, porque no asiste casi nadie. Se abren para bautismos, bodas, funerales... aunque también en número decreciente. Y la mentalidad de los "cristianos" que quedan está casi del todo mundanizada.
02/04/16 6:38 AM
  
mjbo
Padre Iraburu... Muchas gracias
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JMI.-Gracias por su gratitud.
Bendición +
02/04/16 9:19 AM
  
Blanca
Gracias Padre!
Clarísimo, clarísimo!
Virgen María, Reina y Señora , Ruega por Nosotros!
02/04/16 2:25 PM
  
Juan Argento
Sobre el comentario del P. Iraburu de 01/04/16 9:29 AM, observo que Lutero de ninguna manera afirmaba la "libre interpretación de la Escritura", sino SU interpretación de la Escritura. Y que a otros reformadores que discrepaban con él, ya sea alejándose más de la doctrina católica o alejándose menos, los trató de la misma manera que trató al Papado o a los judíos.
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JMI.-Eran asnos.

02/04/16 8:57 PM
  
Carlos
Ave María
Quisiera escribir muchas cosas en agradecimiento, pero creo que por ahora dire únicamente gracias Rev. Padre. Gracias por sus acertadas y puntuales enseñanzas. Gracias por su paciencia y caridad para con todos.
Que la Stma. Virgen María sea su consuelo y que San Miguel Arcángel sea su protector.
Saludos desde Canada
Carlos
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JMI.-Gracias, Carlos. Bendición +

02/04/16 9:02 PM
  
Juan Argento
Con respecto al carácter totalmente desaforado de los escritos de Lutero en sus últimos años, uno de los cuales el P. Iraburu menciona en el epílogo del artículo, quiero mencionar un factor que puede ser importante para su evaluación.

De los cronistas de Lutero se sabe que en sus últimos años había desarrollado una obesidad muy severa. Es bien conocido que eso conduce a una diabetes tipo II, y es bien conocido también que la glucemia excesiva provoca una disminución de la lucidez. Yo eso lo comprobé personalmente con mi madre, constatando la disminucion de la claridad y agudeza mentales cuando ocasionalmente la glucemia se le disparaba.

Es evidente que en el caso de Lutero, que no se aplicaba insulina y comía como un desaforado, las disparadas de la glucemia en sus últimos años de vida no deben haber sido ocasionales sino frecuentes. A partir de lo cual habría que reconsiderar el valor de sus escritos en esos últimos años.

Una consideración especial en ese sentido merecen sus "charlas de sobremesa", porque si había un tiempo del día en que la glucemia adquiria valores astronomicos era precisamente despues de comer. Darle valor a lo que decia en esas charlas de sobremesa es particularmente poco sensato.
02/04/16 9:17 PM
  
Lobo Feroz
JMI.-Lo siento, Lobo Feroz. Pero su comentario no tiene cabida en este blog. Tendrá que desahogarse en algún otro.
03/04/16 12:51 AM
  
Ana
JMI.-No me parece oportuno publicar la visión de esa Beata.
Gracias de todos modos. Bendición +
03/04/16 1:36 AM
  
Pablo García Alós
Padre Iraburu le acabo de descubrir y doy gracias a Dios por ello.
Me crié en la secta baptista. Mis bisabuelos paternos ya pertenecían a ella; asimismo, mis abuelos paternos y mi abuela materna; también, mis padres.
Debo decir que hay un profundo odio al catolicismo en las sectas protestantes; pero, lo curioso, es que también hay resentimiento contra los mismos Reformadores.

Su exposición es perfecta. He aprendido mucho de ella.
Si me permite, solo añadiría que la Fe en los ámbitos sectarios protestantes ha quedado reducida a pura confianza. No hay atisbo alguno de compilación doctrinal. Todo ha quedado en un puro subjetivismo. De ahí, afirmaciones como "Dios no es católico, ni protestante, ni tampoco baptista".
Personalmente he sufrido mucho hasta que, felizmente, por Gracia de Dios, esta pasada Noche Buena, he sido admitido a la plena comunión con la Iglesia Católica y he sido recibido en la parroquia de "santa Catalina" de Alzira (Valencia).
Solamente puedo exclamar:
¡Qué bella y hermosa es la Fe Católica!
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JMI.-Mucho me alegra (nos alegra: también a los lectores) su relato. Bendigo al Señor de todo corazón, esta vez por las maravillas de la gracia obrando en usted. Mañana ofreceré la santa Misa por usted, para darle gracias a Dios por su ingreso en la Iglesia Católica, y para pedirle que lleve a su fin la obra iniciada en usted. Y el fin es la santidad.
Bendición +
03/04/16 10:44 AM
  
Horacio Castro
También tiene su gracia la ingenuidad rebelde. Santo Tomás de Aquino, es 'cuestionado' por su obesidad.
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JMI.- ¿....?
03/04/16 12:28 PM
  
Pablo García Alós
Don José María no sé cómo expresarle mi agradecimiento, me siento abrumado. Ciertamente, el fin es la Gloria de Dios; a la que no podemos acceder, sino es mediante la santidad que, por otra parte, Dios ofrece gratuitamente a todo ser humano convertido del mal al bien, mediante Su Santo Espíritu, asimismo también por pura Gracia. A los redimidos corresponde, junto con nuestra amada Señora María, exclamar: ¡hágase en mi según tu palabra! Y DEJAR QUE DIOS NOS UTILICE COMO INSTRUMENTOS DE JUSTICIA. Que Dios, nuestro Señor, le auxilie permanente e incesantemente en su labor. Con el corazón en la mano, gracias.
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JMI.-Gracias por su gratitud.
Bendición +
03/04/16 12:55 PM
  
Violeta Maria Lizama Magriñá
Torero!!! Padre, siga picando las herejías y los errores. muchas gracias por iluminar al pueblo de Dios, que Dios lo siga haciendo más a Cristo y menos del mundo. Saludos!! Da gusto ver la Sabiduría de Dios en los presbiteros!!
05/04/16 3:19 AM
  
Roberto Córdova
Gracias querido Padre JMI, soy nuevo en el blog y me encanto..soy maestro de la escuela bíblica local y ya tengo tema para mi siguiente clase de Biblia. Dios lo bendiga y le guarde.
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JMI.-Bendigamos al Señor, porque es eterna su misericordia.
Bendición +
06/04/16 5:29 AM
  
Damián
Excelente artículo y de mucho provecho. "porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas" Jn3. Toda la Sagrada Escritura proclama el misterio impresionante de la fe y las obras: una fe que actúa por la caridad. Que tiene como protagonista principal a Dios y el hombre secunda con el auxilio de la gracia actual. "Es Dios que actúa en vosotros el querer y la actividad" Flp2. A Él sea la Gloria. Y esta es nuestra llamada: "Ser Alabanza de su Gloria" .
Es cierto que en ciertos movimientos de nuevo cuño a veces pueden "pasarse de frenada" por decirlo así. Han descubierto a Cristo Vivo, y aquello ha trasformado completamente sus vidas. En este entusiasmo de iniciados en la gracia puede provocar que en ocasiones se tiren a la piscina del a quietismo, y obviar las tradicionales mediaciones humanas y de sentido común: lucha tradicional contra el pecado, -de la mano del Señor-, las virtudes humanas y cristianas más elementales, etc. "Vigilad y orad, por que el espíritu está pronto, pero la carne es débil" nos manda el Señor, y Él mismo lo hace posible.
Ahora bien, en este encuentro con la Gracia de Cristo es cierto que se producen verdaderos milagros: erradicación de vicios, iluminación de las potencias intelectivas, nueva fuerza operativa en la volición, sanación de la afectividad en raíz. Algo absolutamente escandaloso para el hombre racionalista de nuestras iglesias decadentes, viejas y anquilosadas. Cierto es que encontrar a Cristo Vivo no te exime de llevar una vida ordenada, recta, virtuosa: "Mira, has sido sanado; vete y en adelante no peques más, no vaya a ser que te suceda algo peor" Jn5.
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JMI.-Lo que dices, Diego, es que 2 + 2 = 4, +2 = 6, etc. Obvio. A mí me pasa lo mismo: que digo lo que en la Escritura y en la Doctrina católica está clarísimo. Y muy bien expresado.

Si a pesar de todo hay quien enseña que Lutero "re-descubrió" la verdad genuina de la gracia, etc. qué le vamos a hacer. No es cosa de llamar a la Guardia Civil. Lo que hacemos es decirle que se equivoca, y que su error, sobre todo si lo difunde, es muy nocivo. Eso, y rezar.
Oremos, oremos, oremos.
06/04/16 7:05 PM
  
Carlos Enrique Correa
Una persona, por más inteligente que sea, no puede agregar nada al depósito de la fe que nos dejó Jesucristo en su Iglesia. Y, si alguien es un iluminado, lo que hará es explicar la Palabra dentro de esta Iglesia. Un iluminado no puede ser cismático. La Iglesia de Cristo siempre necesitará de reformadores, porque siempre hay algo que se lo puede hacer mejor o hay algo que se volvió rutina. ¿Cómo no acordarnos de un gran reformador que ha habido en la Iglesia, como lo es Francisco de Asís? Pero él bien sabía que no debía ser cismático. Sabía que el cisma no provoca unidad sino que es lo contrario. Pido a Dios que lo ilumine al P. Cantalamessa. Algunas pocas cosas que he leído de él me han parecido bien. Pero bien puede caer en algún error. Que Dios nos bendiga a todos. Agradezco también al P. José María Iraburu por su claridad tanto estilísticamente como doctrinariamente.
08/04/16 1:59 AM
  
Eúfrates
Padre, y ¿qué le parece lo que se dice en el punto 42, página 35? Le indico a qué frase me refiero: "La Iglesia rechaza con todas sus fuerzas las intervenciones coercitivas del Estado en favor de la anticoncepción,
la esterilización e incluso del aborto". Esto de "e incluso del aborto", como si fuera lo menos importante, como que lo han incluído para contentarnos a los que no podemos aceptar las "cosas nuevas". ¿Qué opina usted?

Gracias y un saludo.
12/04/16 10:58 AM
  
hornero (Argentina)
8-Abr-2016, 20,33 hs.
Excelente información la que nos ofrece el P. Iraburu. Llego a pensar que la masonería está recurriendo al protestantismo para destruir la Iglesia desde adentro. Porque los protestantes se manifiestan, pero los masones se ocultan.
13/04/16 1:07 AM
  
Ktn
Luthero hizo lo que muchos no quisiron por miedo o por conformismo, oponerse a la herejia que la PROPIA "SANTA MADRE" estaba realizando, cobrando falsos pasajes al paraiso para poder llenar sus arcas y levantar su capillita. Todo fue culpa exclusivamenrte de nuestra "santa iglesia", acaso alguien mas hubiese hecho o dicho algo en contra de esas abominaciones que venia realizando la iglesia Catolica?. Todo fue responsabilidad en primer caso de la sucia iglesia catolica que predominaba esa epoca. Que despues Luthero haya querido imponer sus teorias o pensamientos es otra cosa. Basta de defender lo indefendible, hagamos cargos y responsables cada cual de lo que le toca en esta parte. Soy "catolico" pero admito los groseros errores de mi "santa iglesia" y todos los que quieren "justificarla". La verdad no estoy de acuerdo con "festejar" porque bien es un dia para pensar en que GROSERO error estaba la iglesia y todo lo que trajo a causa de ello. Que el señor tenga piedad de nosotros.
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JMI.-Está ud. mal informado.
En lo de las indulgencias hubo abusos prácticos, pero no errores doctrinales de la Iglesia.
Estudie, si se anima, el tema con algún autor católico, como García Villoslada (dos tomos de la BAC maior).
15/06/16 11:48 PM
  
Yo
Osea que no es error teológico cobrar monedas para así sacar a tu pariente difunto del purgatorio ? No es error teológico decir q las Indulgencias eran tan efectivas que si mancillares a la misma Virgen Maria , las Indulgencias te limpiarían? porque eso es lo veo que dijo Tetzel el enviado Papal en Witenberg - Alemania
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Está usted mal informado.
En 1517 un fraile dominico, Juan Tetzel, predicó unas indulgencias en unas comarcas alemanas a unos 30 km. de Wittenberg. Vió Lutero que muchos de su ciudad acudían al predicador dominico buscando indulgencias. Y recordando aquel suceso 24 años más tarde escribió: «Llegaron a mis oídos los abominables y espantosos artículos que Tetzel predicaba», y enumera media docena. El primero era: «que si alguien hubiese llegado a violar a la santa virgen María, Madre de Dios, podía él perdonarle con tal que depositase en el arca», etc. (WA [Weimarer Ausgabe] 51,538).

Esta gravísima acusación tiene solamente un punto flaco: es falsa. Lutero no tuvo ocasión ni posibilidad de escuchar las palabras textuales que temerariamente atribuye al dominico, pero sus seguidores historiadores protestantes las acogieron sin crítica y las repitieron durante siglos. Ya desde hace tiempo -los más cultos- no las repiten, desde que N. Paulus refutó su veracidad (Johann Tetzel der Ablassprediger, Maguncia 1899, 62-69).
23/10/16 6:30 AM

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