(132) Filo-lefebvrianos -y VII

–Perdone, pero la longitud de este artículo es para los lectores una verdadera provocación.
–Yo tengo a mis lectores en gran consideración, y espero que sabrán hacer un esfuerzo especial para leer en este largo artículo la síntesis y la conclusión de todos los anteriores. No creo que me fallen.

La situación actual de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X en relación con la Iglesia Católica ha de ser conocida a la luz de varios documentos pontificios. Recordaré algunos principales, aunque sea en forma abreviada, dando siempre el enlace al texto íntegro.

–1988. Juan Pablo II, en la Ecclesia Dei (carta apostólica-motu proprio, 2-VII-1988) expresa «la gran aflicción de la Iglesia de Dios» causada por Mons. Lefebvre en las ordenaciones de cuatro Obispos para la FSSPX:

«Ese acto [30-VI-1988] ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia –que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano– constituye un acto cismático (can. 751)…

«La raíz de este acto cismático se puede individuar en una imperfecta y contradictoria noción de Tradición. Imperfecta, porque no tiene suficientemente en cuenta el carácter vivo de la Tradición… que va progresando en la Iglesia bajo la asistencia del Espíritu Santo… Pero es sobre todo contradictoria una noción de Tradición que se oponga al Magisterio universal de la Iglesia, el cual corresponde al Obispo de Roma y al Colegio de los Obispos. Nadie puede permanecer fiel a la Tradición si rompe los lazos y vínculos con aquél a quien el mismo Cristo, en la persona del Apóstol Pedro, confió el ministerio de la unidad en su Iglesia (cf. Mt 16,18; Lc 10,16; Vaticano I, cp.3, Dz 3060)».
«El éxito que ha tenido recientemente el movimiento promovido por Mons. Lefebvre puede y debe ser para todos los fieles un motivo de reflexión sincera y profunda sobre su fidelidad a la Tradición de la Iglesia, propuesta auténticamente por el Magisterio eclesiástico, ordinario o extraordinario, especialmente en los Concilios Ecuménicos, desde Nicea hasta el Vaticano II. De esta meditación todos debemos sacar un nuevo y eficaz convencimiento de la necesidad de ampliar y aumentar esa fidelidad, rechazando totalmente interpretaciones erróneas y aplicaciones arbitrarias y abusivas en materia doctrinal, litúrgica y disciplinar». Desarrolla aquí el Papa, en este sentido, una exhortación especial a los Obispos y a los teólogos.

«En las presentes circunstancias deseo sobre todo dirigir una llamada a la vez solemne y ferviente, paterna y fraterna, a todos los que hasta ahora han estado vinculados de diversos modos con las actividades del arzobispo Lefebvre, para que cumplan el grave deber de permanecer unidos al Vicario de Cristo en la unidad de la Iglesia Católica y dejen de sostener de cualquier forma que sea esa reprobable forma de actuar. Todos deben saber que la adhesión formal al cisma constituye una grave ofensa a Dios y lleva consigo la excomunión debidamente establecida por la ley de la Iglesia (can. 1364)».

–1999. La Pontificia Comisión Ecclesia Dei (PCED), respondiendo a consultas, se ha manifestado en varias ocasiones. Diez años más tarde de la Ecclesia Dei, Mons. Camilo Perl, Secretario de la Comisión, escribe en carta del 28-IX-1999: «Los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X están válidamente ordenados, pero se hallan suspendidos en el ejercicio de sus funciones sacerdotales. En la medida en que ellos adhieran al cisma del ex Arzobispo Lefebvre, están asimismo excomulgados. Esto significa que la Misas celebradas por tales sacerdotes son válidas, pero ilícitas, es decir, contrarias al derecho de la Iglesia».

–2008. La misma PCED, una decena de años más tarde, por medio también de su Secretario, Mons. Perl, en carta del 23-V-2008 responde a unas consultas del Sr. Brian Mershon, entre ellas una en la que el consultante se refiere a las «repetidas afirmaciones del Cardenal Castrillón [entonces Presidente de la PCED] de que la FSSPX no está en cisma formal», en contra de lo que algunos canonistas católicos opinan. Responde Mons. Perl:

«Las afirmaciones hechas por el Cardenal Castrillón necesitan ser entendidas en un sentido técnico, canónico. Declarar que la Sociedad de San Pío X “no está en cisma formal” significa decir que no ha habido declaración oficial de parte de la Santa Sede de que la Sociedad de San Pío X está en cisma. Hasta ahora, la Iglesia ha buscado mostrar el máximo de caridad, cortesía y consideración por todos aquellos implicados, con la esperanza de que tal declaración no sea eventualmente necesaria».

«Las Misas ofrecidas por los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X son válidas, pero ilícitas… Los sacramentos de la Penitencia y del Matrimonio requieren que el sacerdote goce de facultades de la diócesis o tenga delegación propia. Como ese no es el caso con estos sacerdotes, estos sacramentos son inválidos. Queda cierto, sin embargo, que si los fieles son genuinamente ignorantes de que los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X no tienen la facultad propia para absolver, la Iglesia suple estas facultades para que así el sacramento sea válido (canon 144)».

«En tanto es cierto que la participación en la Misa en las capillas de la Sociedad de San Pío X no constituye en sí misma “adherencia formal al cisma” (cf. Ecclesia Dei 5c), tal adherencia puede acaecer en un período de tiempo en el que uno asimile una mentalidad cismática que lo separe a uno mismo de la enseñanza del Supremo Pontífica y de toda la Iglesia Católica»… Por eso esta Comisión «no puede recomendar que miembros de los fieles frecuenten sus capillas».

–2009. El levantamiento de la excomunión de los Obispos de la FSSPX (21-I-2009) y la posterior carta apostólica explicando esa remisión (10-III-2009) fueron actos del Papa muy importantes en orden a facilitar la reintegración de la FSSPX a la plena unidad de la Iglesia Católica. El Papa explica que el levantamiento de la excomunión de los Obispos tuvo por fin llamar a éstos «al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad», haciendo notar que «no obstante hayan sido liberados de la sanción eclesiástica, no ejercen legítimamente ministerio alguno en la Iglesia».

«La remisión de la excomunión tiende al mismo fin al que sirve le sanción: invitar una vez más a los cuatro Obispos al retorno. Este gesto era posible después de que los interesados reconocieran en línea de principio al Papa y su potestad de Pastor, a pesar de las reservas sobre la obediencia a su autoridad doctrinal y a la del Concilio».

–2009. La PCED es reformada, vinculándola a la Congregación de la Fe por medio de la carta apostólica-motu proprio Ecclesiæ unitatem (2-VII-2009).

Explica Benedicto XVI la razón del cambio: «Precisamente porque los problemas que se deben tratar actualmente con la Fraternidad son de naturaleza esencialmente doctrinal, he decidido –a los veintiún años del motu proprio Ecclesia Dei–… reformar la estructura de la Comisión Ecclesia Dei, uniéndola de manera estrecha a la Congregación para la Doctrina de la Fe». En adelante su Presidente es el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, actualmente Card. William Levada, y Secretario, Mons. Guido Pozzo.

–2011. Entrevista concedida por el Superior General de la FSSPX (2-II-2011), Mons. Bernard Fellay, en el Seminario de Santo Tomás (Winona, EE.UU.). En ella expone largamente la situación actual de la Fraternidad en relación a la Iglesia. Enlazo al texto francés, en una primera parte y en una segunda. Y en español, solo la primera (falta la segunda).

Comienza Mons. Fellay por advertir –y su aviso es muy importante– que en las conversaciones habidas entre la FSSPX y la Santa Sede «es preciso distinguir el fin que persigue Roma del que tenemos nosotros. Roma indicó que existían problemas doctrinales con la Fraternidad y que los mismos debían aclararse antes de un reconocimiento canónico –problemas que, tratándose de la aceptación del Concilio, obviamente provendrían de nuestra parte. Para nosotros, en cambio, se trata de otra cosa: queremos exponer a Roma lo que la Iglesia siempre enseñó, y con eso, señalar las contradicciones existentes entre esta enseñanza multisecular y lo que sucede después del Concilio. De nuestra parte, ése es el único objetivo que perseguimos».

Las conversaciones con «los interlocutores romanos», sigue diciendo Mons. Fellay, van llegando a su fin, y a su entender no ha habido adelantos mayores: «ellos no aceptan reconocer las contradicciones entre el Vaticano II y el Magisterio anterior». Sin embargo, para la Fraternidad son encuentros importantes: «se trata de hacer oir en Roma la fe católica y, más aún incluso, de hacerla oir en toda la Iglesia». Pero habrá que esperar. «Hasta aquí se ha considerado siempre el Vaticano II como un tabú, lo que hace casi imposible la curación de esta enfermedad que es la crisis de la Iglesia».

La Summorum Pontificum, reconoce, ha sido «un paso capital», pero ha recibido «la oposición masiva de los obispos». Y han surgido dos dificultades nuevas, la reunión próxima en Asís, a los 25 años de la primera, y la beatificación anunciada de Juan Pablo II, que «no es solamente una consagración de la persona de Juan Pablo II, sino también del Concilio y de todo el espíritu que le sigue». A la pregunta: «¿como es posible que Dios permita verdaderos milagros para autentificar una falsa doctrina, con ocasión de las múltiples beatificaciones y canonizaciones realizadas en los últimos decenios?», Mons. Fellay responde que, a su entender, los milagros «son dudosos», y que por otra parte «se han cambiando los términos para la canonización, haciéndose menos fuertes que antes. Yo creo que ello va junto a una mentalidad nueva, que no quiere definir dogmáticamente comprometiendo la infalibilidad».

La Fraternidad ha cumplido ya los 40 años de existencia, y «es una obra que continúa creciendo, lo que, humanamente, parecería casi imposible. Es claramente la señal de Dios sobre la obra de Mons. Lefebvre». El entrevistador hace notar que crece el número de fieles y de capillas, lo que hace prever que quizá se haga necesaria la consagración de otros Obispos auxiliares para la Fraternidad; y pregunta: «¿Cree usted que Roma podría ser hoy favorable a otras consagraciones episcopales en la Tradición?» –«Para mí la respuesta es muy simple: habrá o no habrá [consagración de] obispos según que las circunstancias que ocasionaron la primera consagración se vuelvan a dar o no».

Partiendo de estos documentos y declaraciones, paso a comentarlos.

–La Fraternidad lefebvriana va creciendo y se siente fuerte en su posición actual. Ya vimos (130 in fine) la falsa interpretación triunfalista que la FSSPX dió al levantamiento de la excomunión de sus Obispos, tal como se manifiesta en la carta de Mons. Fellay (24-I-2009): se levanta una excomunión «que nosotros siempre rechazamos», es decir, que siempre fue tenida por nula; «ya la Tradición católica no está excomulgada», y «esperamos la pronta rehabilitación de Mons. Marcel Lefebvre». Por otra parte, Mons. Fellay, en la respuesta primera de la entrevista referida, da a entender claramente que la FSSPX no pretende en las conversaciones actuales con Roma lograr el reconocimiento canónico de la Iglesia, es decir, la unión plena y visible con la Iglesia Católica, que es justamente el objetivo principal de la Santa Sede. Eso, entiendo yo, implicaría una sujeción al Papa de la que actualmente están libres. Ahora, tal como están, gozan de una situación próspera y creciente.

Según estadísticas de julio 2010, la FSSPX desde 1970 hasta hoy ha ido creciendo con un ritmo estable. Tiene 6 seminarios, 14 Distritos, 161 Prioratos, 725 Centros de Misas, 90 escuelas, 529 sacerdotes y 214 seminaristas, 117 Hermanos, 176 Hermanas, 5 conventos de carmelitas y está presente en 31 países.

–La situación cismática de esta gran Comunidad lefebvriana se hace patente porque «rechaza la sujeción al Sumo Pontífice» (can. 751) y a los Obispos católicos, en cuyas diócesis normalmente instala sus Prioratos. Desde hace más de dos decenios la Fraternidad se gobierna a sí misma totalmente al margen de la autoridad apostólica del Papa y de los Obispos. Y sin ningún problema de conciencia, ejercita ilícitamente sus ministerios episcopales y sacerdotales, celebrando Misas, matrimonios, confesiones, confirmaciones, ordenaciones, catequesis, etc., pues estima que su situación sui generis en la Iglesia es perfectamente lícita, ya que viene exigida por la Providencia divina «para la continuidad de la Iglesia». Eso es lo que hace de ella una Comunidad cismática, aunque tal condición no haya sido formalmente declarada. Y por eso el Papa les llama «al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad», porque rompieron con ella.

–En la medida en que perduran en la Iglesia Católica los errores y abusos, la FSSPX se autojustifica y se desarrolla. Así lo hacía ya notar Juan Pablo II en la Ecclesia Dei (1988, 5a). Del éxito de la obra promovida por Mons. Lefebvre, decía, «todos debemos sacar un nuevo y eficaz convencimiento de la necesidad de ampliar y aumentar esa fidelidad… rechazando totalmente interpretaciones erróneas y aplicaciones arbitrarias y abusivas en materia doctrinal, litúrgica y disciplinar». Aquellas Iglesias locales que no respondan a esta exigencia apremiante del Papa verán crecer en ellas la apostasía o el lefebvrismo.

Se acrecienta el número de lefebvrianos y el de filolefebvrianos, y se autoconfirman todos ellos en sus posiciones, cada vez que en la Iglesia Católica –un Cardenal celebra una Misa con globitos, –otro hace notar que la resurrección de Lázaro no fue, por supuesto, tal como el evangelista la describe, –otro prohibe en su Catedral la celebración de la Misa antigua, –otro exige respeto por la decisión médica de provocar el aborto a una niña embarazada, –otro publica un libro en el que se avergüenza de la Humanæ vitæ. Se autoafirma la FSSPX y se acrecienta –cada vez que un teólogo católico, sin perder su cátedra, admite la posibilidad de que la resurrección de Jesús no le hizo recuperar glorificado su propio cuerpo; –cada vez que un Obispo impide, «para evitar divisiones en la Diócesis», que sea publicada una eventual Notificación romana reprobatoria de un teólogo de su jurisdicción; –cada vez que en Librerías religiosas, a veces diocesanas, se difunden libros heréticos; –siempre que en los funerales parroquiales se elimina el purgatorio, declarando simplemente que «nuestro hermano goza ya de Dios en el cielo»; –siempre que la soteriología, salvación-condenación, es suprimida en la predicación y en la catequesis; –siempre que algún misionero presume de no predicar el Evangelio y de limitarse a la inculturación y a las obras benéficas, etc.

–Reservas sobre la autoridad del Papa. Benedicto XVI en su carta explicativa sobre el levantamiento de las excomuniones (10-III-2009), dice que «fue posible después de que los interesados reconocieran en línea de principio al Papa y su potestad de Pastor, a pesar de las reservas sobre la obediencia a su autoridad doctrinal y a la del Concilio». Es ésta una frase de compleja y delicada interpretación. ¿Cómo entender esas reservas en la obediencia a la autoridad doctrinal de la Iglesia, es decir, esas reticencias en «la obediencia a la fe» (Rm 1,5)?

Si alguien dice creer con reservas en la virginidad de María, entendemos que no tiene fe en ella, pues la certeza es nota propia de la fe teologal. Si alguien cree con reservas en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, deducimos que no tiene la fe católica. Aunque pudiera ser en este caso que esas dudas versaran sobre la condición verdaderamente sacerdotal del consagrante: si no es sacerdote ordenado, no hay presencia real eucarística en su falsa consagración. Esas dudas que pueda tener una persona, por tanto, no se refieren a la doctrina de la fe católica, sino a la concreta realidad sacramental o no sacramental que tiene ante sí.

Pues bien, ya señalé en el anterior artículo (131) que la fe católica es aquella que cree en esta Iglesia Católica, la que existe visiblemente en nuestro tiempo, visible, audible y palpable, y en este Papa, con su nombre propio… Y ya indiqué que quien no cree en esta Iglesia y en este Papa, se queda en la incredulidad, en la intemperie espiritual solitaria o en algún modo de lefebvrismo, creyendo en «la Iglesia eterna» y en «el Primado de Pedro», pero fuera de la unidad de la Iglesia. Las aludidas reservas acerca de la autoridad del Papa me parecen una expresión suave y benigna de Benedicto XVI. Pero en realidad no parece haber intermedio en esta grave cuestión: o hay fe en que este Papa es el Papa, y en tal caso no hay lugar para las reservas, o no hay fe en que este Papa sea el Papa, y se cae en el sedevacantismo, que se edifica a la medida de sus pensamientos y deseos una Iglesia tan eterna como imaginaria, con un Primado romano ilusorio.

Estas reservas en la autoridad y la obediencia al Papa explican que la Fraternidad siga considerando lícita y aun heroica la ordenación cismática de sus Obispos: la consideran plenamente justificada y lícita. Estas reservas explican también que, en buena conciencia, continúe más de veinte años estimando totalmente nulas las sanciones de la Iglesia, y en consecuencia ignorando que «sus ministros no ejercen legítimamente ministerio alguno en la Iglesia» (Benedicto XVI, 10-III-2009). Más aún, explican que la FSSPX esté hoy dispuesta, si estimara que las circunstancias de mañana así lo exigen –como lo consideró Mons. Lefebvre en 1988–, a realizar nuevas ordenaciones episcopales «para asegurar la continuidad de la Iglesia»…

En una entrevista concedida recientemente por Mons. Fellay en Buenos Aires (31-III-2011) contaba que cuando en junio del año anterior preparaba la FSSPX unas ordenaciones de subdiáconos en Alemania, hubo grandes protestas, especialmente del Episcopado alemán. «Tres llamados consecutivos recibimos del Cardenal Castrillón Hoyos, pidiendo en nombre del Papa que no realizáramos las ordenaciones». Pero, reunidos los cuatro Obispos lefebvrianos, sigue narrando el Superior General de la Fraternidad, decidieron realizarlas, como una medida irrenunciable de supervivencia, aunque trasladándolas a Suiza. Como se ve, el reconocimiento que la Fraternidad hace «en línea de principio del Papa y de su potestad de Pastor» es puramente verbal.

–Reservas sobre la autoridad del Concilio Ecuménico Vaticano II. La fe católica nos obliga recibir sin reservas un Concilio ecuménico y a interpretarlo a la luz de los Concilios anteriores, pues la fe nos da la certeza de que la cadena del Magisterio apostólico desarrolla a lo largo de los siglos, bajo la asistencia del Espíritu Santo, un crecimiento homogéneo a la doctrina católica. Por eso la hermenéutica continuista del Vaticano II es una exigencia de la fe, no es simplemente una argucia para defenderlo; y por el contrario, una interpretación rupturista es contraria a la Tradición y a la fe católica.

Y muy paradójicamente coinciden progresistas y lefebvrianos en dar al Vaticano II una interpretación rupturista. En su magnífica conferencia Necesitamos un nuevo Syllabus (17-XII-2010), Mons. Athanasius Schneider, Obispo auxiliar de Karaganda (Kazajistán), hace notar que

«se evidencian dos agrupaciones que sostienen la teoría de la ruptura. Uno de estos grupos intenta protestantizar doctrinal, litúrgica y pastoralmente la vida de la Iglesia. En el lado opuesto están aquellos grupos tradicionalistas que, en nombre de la tradición, rechazan el Concilio y se sustraen de la sumisión al supremo viviente Magisterio de la Iglesia, a la Cabeza visible de la Iglesia, el Vicario de Cristo en la tierra, sometiéndose por ahora solo al Jefe invisible de la Iglesia, esperando tiempos mejores».

Los progresistas no interpretan el Concilio a la luz de la Tradición apostólica, el único modo legítimo de entenderlo, sino que le hacen decir –cuando se dignan citarlo; raras veces– lo que ellos piensa y desean. Y los lefebvrianos tampoco lo interpretan a la luz de la Tradición, como está mandado, sino que lo rechazan como opuesto a ella en graves cuestiones, es decir, guardan «reservas sobre la autoridad del Concilio».

–La mala interpretación lefebvriana del Concilio Vaticano II en no pocas cuestiones muy graves es patente. Me limitaré a recordar los tres errores capitales del Concilio que Mons. Lefebvre señaló en su larga y solemne conferencia La fraternidad Sacerdotal San Pío X y Roma (1987), un año antes de las ordenaciones episcopales cismáticas (cf. 130).

«Hay tres errores fundamentales, que, de origen masónico, son profesados públicamente por los modernistas que ocupan la Iglesia. [1] La sustitución del Decálogo por los Derechos del Hombre [en referencia a la libertad religiosa]… [2] Este falso ecumenismo que establece de hecho la igualdad entre las religiones… [3] Y la negación del reinado social de Nuestro Señor Jesucristo mediante la laicización de los Estados… La situación es, pues, extremadamente grave, porque todo indica que la realización del ideal masónico haya sido cumplido por la misma Roma, por el Papa y los cardenales. Es esto lo que los franc-masones siempre han deseado, y lo han conseguido no por sí mismos sino por los propios hombres de la Iglesia».

1.-El teocentrismo del Decálogo es sustituido en la Iglesia conciliar por el antropocentrismo de los Derechos del hombre. En las 1000 páginas del Concilio Vaticano II podemos encontrar algunas expresiones retóricas algo ambiguas acerca del hombre como centro del universo, que erróneamente interpretadas pueden dar lugar a un cristianismo antropocéntrico. Hallamos, por el contrario, cientos de expresiones conciliares netamente teocéntricas, bíblicas y tradicionales, que dan la verdadera doctrina del Concilio y que, con un mínimo de honestidad intelectual, obligan a interpretar en sentido católico aquellas otras posibles expresiones ambiguas. De modo sistemático, estas expresiones tan claras y precisas son omitidas por los lefebvrianos, que se atienen solamente a las frases ambiguas.

El teocentrismo del Vaticano II se manifiesta ante todo en su preciosa doctrina litúrgica: «La Liturgia es el culmen al que toda la acción de la Iglesia tiende y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza» (SC 10; cf. principio muy reiterado, OT 16, PO 5). Toda la vida de la Iglesia, de esta forma, está orientada hacia la glorificación de Dios. Pero ese teocentrismo se afirma igualmente con insistencia desde otras muchas perspectivas: «La ley divina, que es eterna, objetiva y universal, es la norma suprema por la que Dios ordena, dirige y gobierna el mundo y los caminos de la comunidad humana según el designio de su sabiduría y de su amor» (DH 3). «El hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente» (GS 16). Los fieles han de empeñarse en procurar el bien común, «teniendo presente que en cualquier asunto temporal deben guiarse por la conciencia cristiana, dado que ninguna actividad humana, ni siquiera en el dominio temporal, puede substraerse al imperio de Dios» (LG 36). Por eso, «si “autonomía de lo temporal” quiere decir que las realidad creada es independiente de Dios y que los hombres pueden usarla sin referencia al Creador, no hay creyente alguno a quien se le escape la falsedad envuelta en tales palabras. La criatura sin el Creador desaparece» (GS 36). Por el contrario, todas las actividades temporales, familiares, profesionales, etc. han de vincularse con «los valores religiosos, bajo cuya altísima jerarquía todo coopera a la gloria de Dios» (ib. 43).

2.-Una falsa igualdad ecuménica entre todas las religiones pretende llegar a «una especie de sincretismo que logre reunir todas las religiones». Atribuir esa enseñanza al Concilio y al postconcilio es una grave calumnia. Podríamos demostrarlo con innumerables textos.

«Esta Iglesia peregrinante es necesaria para la salvación. El único Mediador y camino de salvación es Cristo, quien se hace presente a todos nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia» (LG 14). Una y otra vez el Vaticano II insiste en el «unicus Mediator Christus» (ib. 14, 28, 49, 50, que cita a Trento, Dz 1821). En el decreto sobre la libertad religiosa enseña el Vaticano II que el hombre «redimido por Cristo Salvador y llamado por Jesucristo a la filiación divina, no puede adherirse a Dios, que se revela a sí mismo, a menos que, atraído por el Padre, rinda a Dios el obsequio racional y libre de la fe» (DH 10). «Y como el que no cree ya está juzgado, las palabras de Cristo son a un tiempo palabras de condenación y de gracia, de muerte y de vida» (AG 8). Por eso es deber sagrado de la Iglesia anunciar por las misiones el nombre de Jesús, ya que «en ningún otro hay salvación (Hch 4,12). Es necesario, pues, que todos se conviertan a Él, conocido por la predicación de la Iglesia, y por el bautismo sean incorporados a Él y a la Iglesia, que es su Cuerpo» (ib. 7), excluyendo en la acción ecuménica «toda especie de indiferentismo y confusionismo» (ib. 15, cf. 22; cf. SC 9). Bastarían, por otra parte, la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi de Pablo VI (1975) y la encíclica Redemptoris missio de Juan Pablo II (1990) para demostrar que la Tradición se mantiene espléndidamente íntegra también en los documentos postconciliares.

3.-La negación del Señorío de Cristo sobre las naciones es la causa de la laicización de los Estados. Sabemos bien que en Occidente las naciones ricas de antigua filiación cristiana han dado en buena parte la espalda a Dios y a su enviado Jesucristo, en un proceso que tiene sobre todo su inicio en el siglo XVIII: «no queremos que Él reine sobre nosotros» (Lc 19,14). Y que después de la prosperidad recuperada tras la II Guerra Mundial, ese proceso llega a una eclosión de apostasía colectiva, que afecta muy especialmente a la estructura política de los Estados. Culpabilizar de todo esto al Concilio Vaticano II y al Papa es, pues, un enorme error y una gran injusticia. Dice Mons. Lefebvre en la citada conferencia de 1987: «El Papa ha querido y ha conseguido prácticamente laicizar las Sociedades, y por tanto suprimir el reinado de Nuestro Señor Jesucristo sobre las Naciones». Ésta es una de las grandes calumnias que la FSSPX mantiene viva, difundiendo los escritos de Mons. Lefebvre y formulando con otras palabras la misma enseñanza.

Por el contrario, la Iglesia, Esposa fiel de Cristo, siempre ha querido y quiere que «Cristo reine» sobre las naciones y sobre todos los hombres (1Cor 15,25). Así lo expresó el Vaticano II: que los laicos procuren con todo empeño «lograr que la ley divina quede grabada en la ciudad terrena» (GS 43), y trabajen «para instaurar el orden temporal de forma que se ajuste a los principios superiores de la vida cristiana» (AA 7). Y no es éste un deber que obligue solamente a las personas, pues como dice el Catecismo (2105), citando lugares del Concilio,

«el deber de rendir un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Ésa es “la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo” (DH 1). Al evangelizar sin cesar a los hombres, la Iglesia trabaja para que puedan “informar con el espíritu cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en la que cada uno vive” (AA 13). Deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única religión verdadera, que subsiste en la Iglesia católica y apostólica. Los cristianos están llamados a ser luz del mundo. La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas [cita aquí: León XIII, enc. Immortale Dei; Pío XI, enc. Quas primas]».

El Vaticano II mantuvo, pues, íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades, también de los Estados, para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo. Jamás la Iglesia en el Concilio o después de él ha enseñado que la confesionalidad cristiana de una nación es ilícita o siempre inconveniente. Es ésta una tesis falsa, contraria a la Tradición y a la enseñanza conciliar. La Comisión redactora de la declaración Dignitatis humanæ sobre la libertad religiosa, precisando a los Padres conciliares el sentido del texto que habían de votar, afirmó que

«si la cuestión se entiende rectamente, la doctrina sobre la libertad religiosa no contradice el concepto histórico de lo que se llama Estado confesional… Y tampoco prohibe que la religión católica sea reconocida por el derecho humano público como religión de Estado» (Relatio de textu emmendatu, en Acta Synodalia Sacrosancti Concilii Oecumenici Vaticani II, Typis Polyglotis Vaticanis, v. III, pars VIII, pg. 463). El Vaticano II, por tanto, no prohibe ni exige la confesionalidad del Estado, cuya conveniencia dependerá de las circunstancias religiosas de cada país. Y enseña que, en principio, estando la Iglesia y el Estado al servicio del bien común humano, «este servicio lo realizarán con tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto más sana y mejor sea la cooperación entre ellos, habida cuenta de las circunstancias de lugar y tiempo» (GS 76).

¿Como se atreven, pues, Mons. Lefebvre y la FSSPX a ignorar en el Vaticano II tan numerosas enseñanzas tradicionales de la Iglesia Católica actual y a interpretar los textos conciliares y postconciliares en clave de ruptura con la Tradición, acusando al Papa y a la Iglesia, entre otros muchos errores, de un antropocentrismo craso, de un sincretismo herético y de una resistencia laicista al Reinado de Cristo? ¿Por qué no interpretan los textos ambiguos que pueda haber a la luz de los numerosísimos textos claros y ciertamente tradicionales –presentes a veces en el mismo documento que incluye textos oscuros–, como lo exige una hermenéutica honesta? Aplican deliberada y habitualmente una hermenéutica de ruptura, como lo hacen los progresistas, logrando así traicionar la misma esencia de la Tradición que buscan defender..

–Ciertos «gestos» de Juan Pablo II nos causaron profundo desagrado a no pocos católicos, incluídos Cardenales. Pero siempre, repetando como es debido al Vicario de Cristo, les dimos una interpretación benigna. Besando El Corán, no estaba el Papa expresando su veneración por las doctrinas de Mahoma, sino su amor inmenso por los mil millones de musulmanes cautivos de ese libro falso. Recibiendo en la frente la marca de Shiva que una señora india le imponía con afectuoso respeto, en modo alguno expresaba su sintonía con los mitos del hinduismo, sino que simplemente agradecía sonriente el acto, como si en Hawái le impusieran un collar de flores. Ésa es la única manera de interpretar honradamente y con veracidad esos actos ambiguos del Papa.

En efecto, los gestos expresan en lenguaje no-verbal pensamientos e intenciones que pueden tener interpretaciones muy variadas, aunque éstas suelen ser patentes por la persona y las circunstancias. Las palabras, en cambio, tienen una expresividad mucho más precisa y unívoca. Es evidente, por tanto, que si el gesto concreto de una persona adolece de una expresividad ambigua, ésta debe ser interpretada ateniéndose a sus palabras. Otra cuestión, sin duda, íntimamente anexa, pero distinta, es la conveniencia de un determinado gesto. San Pedro, por ejemplo, no comiendo con gentiles, realiza un gesto que merece la censura de San Pablo (Gál 2,11-13), pero que en modo alguno compromete la fe en la salvación cristiana de los paganos, fe ciertamente común a los dos Apóstoles (Hch 1,15; 14,27).

La reunión de Asís fue el gesto pontificio más abominado por Mons. Lefebvre. Lo dispuso Juan Pablo II en el Año Internacional de la Paz (1986, y después en 2002) con su mejor intención de coadunar en la búsqueda unánime de la paz a todos los hombres religiosos del mundo. El gesto, así nos pareció a muchos, corría graves peligros de ser interpretado torcidamente en clave sincretista por personas malformadas o malintencionadas. El mismo Papa intentó justificar su gesto en una alocución a los Cardenales (22-XII-1987). Y el Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación de la Fe, hizo también más tarde el mismo intento, con ocasión de Asís-2002 (30 Giorni II-2002). Y estas explicaciones nos convencieron a unos más y a otros menos. Pero ninguno de los hijos de la Iglesia dudamos un instante de la perfecta fe católica de Juan Pablo II, expresada miles de veces, ya en los mismos textos antes recordados del Vaticano II sobre las misiones, que él formuló como Padre conciliar con el Papa y los Obispos, ya en tantos otros documentos suyos personales, hasta llegar a la formidable declaración Dominus Iesus (2002).

Por el contrario, nos parecen vergonzosas y totalmente disparatadas las declaraciones que Mons. Lefebvre hizo una y otra vez sobre el Papa con ocasión de Asís-1986. Fué ésta una de las cuestiones que más influyeron en su decisión de ordenar Obispos contra la ley canónica y contra la voluntad expresa del Papa.

«Nos enfrentamos con un dilema gravísimo que, creo yo, esto nunca ha existido en toda la historia de la Iglesia: que el que está sentado en la Sede de Pedro participe en cultos de falsos dioses. No lo sé. Me lo pregunto. Pero es posible que estemos obligados a creer que este papa no es papa» (Écône, hom. del domingo de Pascua 1986; Tissier 564). Relatando ese suceso, Mons. Tissier aprovecha la ocasión para citar el Código de 1917: si un cristiano incurre en la communicatio in sacris, en la participación activa en ritos no católicos (can. 1258), viene a hacerse «sospechoso de herejía» (can. 2316). Mons. Lefebvre, como ésta, dijo otras barbaridades enormes: «Realmente creo que puedo decir que no ha habido nunca una iniquidad más grande en la Iglesia que la jornada de Asís» (Sermón en la ordenación cismática de Obispos, 18-VI-1988).

–La reintegración de la FSSPX en la Iglesia católica no parece posible por ahora, siendo sin embargo tan heróicamente procurada por Benedicto XVI, Pastor universal, y tan deseada por todos los católicos que amamos la unidad de la Iglesia. No parece posible.

1. No parece que sea querida hoy por la FSSPX. Y no pueden dos unirse si uno no quiere. Según vimos, por ejemplo, en la primera frase de las declaraciones citadas de Mons. Fellay, la vuelta a la plena unión es el fin pretendido por la Santa Sede en las conversaciones, pero la Fraternidad busca en ellas otro fin, afirmar su propia ortodoxia, «convirtiendo» a Roma, infectada de herejía; y solo eso.

La Fraternidad, al mantener sus «reservas» hacia la autoridad del Papa y del Vaticano II, no considera viable por ahora esa «unidad», que a su entender sería falsa. Por otra parte, sobre todo después del levantamiento de las excomuniones, no ve la conveniencia de cambiar su situación presente, creciendo en número y esperando la rehabilitación de Mons. Lefebvre. El Papa les llama «al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad», pero mientras sigan ellos viendo la Iglesia católica como ellos la ven, infectada de modernismo, neoprotestantismo, sincretismo, herejías y apostasía, se negarán, en conciencia, a dar un paso en esa dirección. Con el aplauso de los sedevacantistas, que le reprochan por otra parte sus esporádicas relaciones con la Santa Sede.

2. Tendría que confesar la Fraternidad abiertamente que Cristo confió a la Iglesia romana la misión de guardar a todos los cristianos en la fe ortodoxa y en la unidad, y que la FSSPX no ha recibido de Dios un misión superior, con autoridad apostólica para vigilar y garantizar la fidelidad de «Roma» en su misión propia. Es la Sede de Pedro la que recibe de Cristo el carisma supremo de confirmar en la fe a todos los cristianos; y no es la FSSPX quien recibe en nuestro tiempo esta misión, por encima de Roma, distanciándose de ella. Ésta última convicción sería totalmente inconciliable con la Escritura sagrada y con la Tradición católica.

3. La Fraternidad tendría que reconocer los dictámenes jurisdiccionales del Papa y de la Santa Sede sobre el carácter cismático de las ordenaciones episcopales realizadas por Mons. Lefebvre, sobre la validez de las excomuniones y suspensiones a divinis, y acerca de la ilicitud de sus celebraciones sacerdotales. Es la Autoridad de la Iglesia la que, en este mundo y en el nombre de Cristo, juzga a sus hijos; y no son éstos los que juzgan sus propias causas. No son ellos los que tienen la última palabra. La tiene, como ellos dicen, «Roma».

4. Tendría que renunciar la Fraternidad al ejercicio ilícito de los ministerios episcopales y sacerdotales, en tanto recibía de la Autoridad apostólica los reconocimientos canónicos necesarios, que por parte de la Santa Sede serían posibles, en la forma de Prelatura o como fuera conveniente.

5. La FSSPX habría de aceptar la Misa del Novus Ordo. Actualmente, entre los celebrantes de la Misa nueva hay muchos, lamentablemente no todos, que aprecian la Misa antigua y algunos que incluso la celebran algunas veces. Pero en los Prioratos lefebvrianos ninguno está abierto a la Misa nueva, todos permanecen hasta ahora herméticamente cerrados a ella, y no dan signos de cambio alguno. Se resisten así a la Summorum Pontificum, que por otro lado consideran un triunfo suyo.

Advierte en ella el Papa que «obviamente para vivir la plena comunión tampoco los sacerdotes de las Comunidades que siguen el uso antiguo, pueden, en principio, excluir la celebración según los libros nuevos. En efecto, no sería coherente con el reconocimiento del valor y de la santidad del nuevo rito la exclusión total del mismo». Así lo han aceptado otras Comunidades tradicionales integradas en la unidad de la Iglesia, como ya vimos (127 in fine).

6. Tendría la Fraternidad que retractarse públicamente de los innumerables insultos de Mons. Lefebvre contra el Papa, el Vaticano II y la Iglesia postconciliar, pidiendo perdón por ellos, y retirando la distribución de los escritos que difunden tantas calumnias.

No hay posible perdón sin arrepentimiento y confesión de los pecados. No parece viable la vuelta de la FSSPX a la unidad eclesial si no retiran de sus medios de difusión tan numerosas alusiones contra la Iglesia católica, Iglesia modernista, liberal, masónica, sincretista, neoprotestante, antropocéntrica, bastarda en su Misa, en su sacerdocio, en sus sacramentos, caída en herejía y apostasía, ocupada en la Sede de Pedro y en los principales puestos romanos por anticristos, etc. Pero tampoco parece que la Fraternidad tenga esta intención, aunque sí es cierto que en algunas páginas suyas de internet se han registrado últimamente vaciamientos muy considerables.

7. Los Obispos de la FSSPX habrían, en fin, de poner sus cargos a disposición del Papa, reconociendo la ilegitimidad de su origen. Este paso, tan duro, lo hallamos sugerido por Mons. Lefebvre, pero para ser dado en otro supuesto muy distinto: para cuando vuelva Roma a la verdad católica.

«El día en que Roma vuelva a la verdad de la Iglesia de siempre, estos obispos [que yo pudiera ordenar] pondrían su dignidad episcopal entre las manos del papa, diciéndole: “aquí estamos. ¿Qué quiere hacer de nosotros? Si así lo quiere, viviremos nosotros ahora como simples sacerdotes; y si quiere servirse de nosotros, estamos a su servicio» (en un retiro sacerdotal, IX-1986: Tissier 573). Y en su Carta a los futuros obispos (29-VIII-1987) les dice: «Yo os conferiré esta gracia, confiando en que sin tardanza la Sede de Pedro será ocupada por un sucesor de Pedro perfectamente católico, entre las manos del cual podréis vosotros depositar la gracia de vuestro episcopado para que él la confirme» (578).

La Fraternidad Sacerdotal San Pío X considera hoy que este momento aún no ha llegado. Estima, al parecer, que Benedicto XVI no es «un sucesor de Pedro perfectamente católico»… Pero, en fin, por la oración de súplica, mantengamos la esperanza en que un día se logre la unidad eclesial con la FSSPX, ya que lo que no es posible por la miseria de los hombres, es posible por la misericordia de Dios. Oremos, oremos, oremos.

Mater Ecclesiæ, ora pro nobis.

José María Iraburu, sacerdote

Post post.- José Miguel Arraiz, abajo, en un comentario (20.04.11, 23:45), cita una carta (22-XI-1994) del Arzob. John P. Foley, Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, explicando que “la marca de Shiva” recibida por Juan Pablo II no es tal, sino el “Aarti", “usado como saludo ceremonial por los católicos indios".


Índice de Reforma o apostasía

Los siete artículos de esta serie pueden descargarse en un archivo .pdf, Filolefebvrianos, publicado en ApologéticaCatólica.


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90 comentarios

  
Spir
Liberté, Egalité, Cisma.
18/04/11 5:29 PM
  
Atanasio (filo-lefe)
De la serie de siete artículos, éste es para mí el menos equivocado y el menos forzado, aunque rezuma también algo de voluntarismo, máxime en lo referido a la interpretación del Concilio Vaticano II. Se pone el Rvrdo. Iraburu en la línea (magnífica) de Mons. Guerra Campos, pero el problema reside en que se trata de una exégesis correcta en lo teorético pero irreal en lo práctico. La mayor parte de la jerarquía de la Iglesia NO ENTIENDE ASÍ el Concilio.

Por otra parte, hago la misma objeción que ya se ha hecho a la mayoría de los artículos: ¿qué hay de los filo-lefes? Porque el Páter inició la saga pegando un petardazo a un gran colectivo de católicos, entre los que me incluyo humildemente, cuyos trazos esbozó y que buatizó "filo-lefevbrianos". Sin embargo, en los artículos posteriores se ha dedicado a analizar y criticar a la HSSPX... ¿Ya no ataca a los filo-lefes?

Por favor Rvrdo., no puede quedarse en la indefinición y la ambigüedad calculadas, o se reafirma o se retracta. Incluso teniendo por cierto todo lo malo que dice Vd. de los lefevbrianos (quod non), en nada o en muy poco nos afecta todo ello a los "filos". Ud. mismo ha reconocido y sigue reconociendo muchas de las barrabasadas de la heteropraxis postconciliar. El mismo Director de esta web podría ser fácilmente calificado de "filo-lefe" a la luz de muchas de sus opiniones; diría yo que Vd. mismo lo es.

Saludos cordiales.
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JMI.- Yo he escrito estos artículos procurando sobre todo que los filolefebvrianos, adictos en uno u otro grado al modo de pensar de los lefebvrianos, se den cuenta de los graves errores del mundo mental lefebvriano, y se distancien de él. Para conseguirlo, lógicamente, era preciso hacer un análisis y una refutación del lefebvrianismo. La descripción de los filolefebvrianos que ya hice en (126) es perfectamente suficiente para que ellos se autorreconozcan como tales y para que sean conocidos. De hecho, se han visto retratados en mis artículos y se han dado por aludidos.
18/04/11 5:31 PM
  
estéfano sobrino
La verdad es que no sabía yo que los lefebrianos estaban tan pasados de rosca...

Esta serie de artículos me ha abierto los ojos; para rezar más por ellos, pues su tipo de error, reconcentrado en sí mismo, es como el demonio sordo, que por mucho que le grites no te va a oir.

Atanasio: como hay muchos grados de "filo", si se aclara la gravedad del conjunto raiz de errores, ya cada uno se aplicará el cuento a los que acepte personalmente. Creo que es más fácil de explicar y de entender.
18/04/11 6:20 PM
  
HUGO DANIEL
Estimado padre: ¿me equivoco al pensar que los lefebvrianos, al negar con pertinacia el valor y la santidad del Novus Ordus, ya no sólo son cismáticos, sino herejes?
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JMI.- Creo yo que con lo dicho es ya bastante.
Es indudable que, según puede comprobarse en la historia, el cisma, aunque puede ser en principio puro cisma, normalmente implica algo de herejía y, a la larga, conduce a la herejía.
18/04/11 6:30 PM
  
Luis Fernando
Una de las virtudes de estos artículos, cuya repercusión está siendo espectacular, es que dejan tan claro lo que es el lefebvrismo que puede ayudar a muchos filo-lefebvrianos a dejar de serlo.

Por ejemplo, aunque hace años yo ya tenía claro lo que era el lefebvrismo, cualquier simpatía que me pudiera quedar hacia la obra de Mons. Lefebvre se ha volatilizado con la lectura de estos posts.
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JMI.- En 2002 lo tenías ya muy muy claro.
18/04/11 6:31 PM
  
Luis Fernando
Hugo Daniel, no hay cisma que no haya acabado derivando en herejía.
18/04/11 6:45 PM
  
Luis Manuel
¡Y van siete! ¡Quién lo hubiera dicho desde aquellas polvoredas semanas atrás! ¡Condenados por la cifra bíblica de la plenitud y perfección! Como sea es su mejor artículo al respecto, donde se ponen en juego los hechos que apelan a la conciencia, y se apela a la misma conciencia en el deber de interpretar benignamente los "errores" de forma, no solo de un Papa, sino de cualquier persona.

Sólo opino, humildemente, que bastaba referir a los "lefebvrianos" y que cada quien se autointerpelara en el amplio espectro de la "filosidad", y no categorizar a los tradicionalistas que, de algún modo u otro en un amplio espectro, también pueden mirar benignamente a quienes ponen el grito en el cielo por la responsabilidad grave de los pontífices en un mundo tan irreflexivo y mediatizado, precisamente por amor del Papa y sin presuponer en ellos una interpretación de mala voluntad.

Como "filo" curado, puedo decir que el encuentro de Asís fue realizado con toda la buena voluntad por parte del amado Papa Juan Pablo II, al igual que el beso al Corán. Pero no por ello me deja de parecer horrendo.
18/04/11 6:53 PM
  
Gonzalo María Mazarrasa Martín-Artajo
¡Animo, don José María! Yo espero poder acudir a la beatificación de Juan Pablo II, y el verdadero "sensus fidei" se verá en el hecho de que, muy probablemente, no podamos ni siquiera acceder a la Via della Conciliazione -por cierto que el nombre no deja de ser providencial-, de la cantidad de gente que acudirá de todas las naciones de la Catolicidad. Y pediremos por nuestros hermanos lefevristas y filo-lefevristas, para que el nuevo beato, que tanto sufrió con el cisma, alcance de Dios el milagro de su entera y sincera aceptación de la verdad católica íntegra, que no integrista -distinción que una vez recuerdo que dijo Ud.en clase en la Facultad de Burgos, hablando de otra cosa, hace más de 20 años-. Pero es verdad que es necesaria antes mucha oración y ayuno. Como también es verdad que los pecados de todos, como Ud. señala en su artículo, han traído esta situación. Lo mismo que pasó en el siglo XVI con Lutero, cuando los pecados de todos propiciaron la ruptura, lo cual no justifica en absoluto al que la llevó acabo. Nadie podrá nunca decir que los dos últimos Pontífices no estén haciendo todo lo posible por traer de nuevo a la obediencia a unos y a otros.
18/04/11 7:14 PM
Gracias padre Iraburu por esta completa serie de artículos.
18/04/11 7:27 PM
  
Juan, de Argentina
Mons. Lefevbre y sus obispos y seguidores son sin duda cismáticos, heréticos y han causado un mal tremendo.
Pero sin ninguna duda es terrible la zozobra que millones de católicos sufrimos internamente viendo la "creatividad" de muchísimos sacerdotes y obispos al celebrar la Santa Misa; o las cosas escandalosas que muchos teólogos, algunos de ellos, cardenales, publican y dicen, que serían calificables como "errores" si ellos no supieran la Verdad; o la pusilanimidad y cobardía de muchos de nuestros Primados, perdidos en los pasillos de sus sacristías y temerosos de los poderes seculares de los que participan.
Es dolorosísimo ver nuestros Seminarios vacíos o convertidos en semilleros de herejías.
La última brújula que nos queda es obedecer al Papa, confiar en la Divina Providencia y callar. Pero sabe Dios, qué difícil que es!.

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JMI.- Comento la última frase:
1. mucho más difícil es sin obedecer al Papa.
2. confiar en la Providencia, eso está muy bien.
3. Callar. El Señor a unos les dará callar, y a otros nos dará callar, hablar y ladrar, según de qué se trate, y es lo que hacemos en InfoCatólica y en tantos sitios que aman la Iglesia.
18/04/11 8:39 PM
  
Toni
Pues que quiere que le diga, el dia del Juicio Final, preferiria un millon de veces estar en el lugar de Marcel Lefebvre que en el de Karol Wojtyla.

Sobre todo cuando llegue la hora de pesar con cuanto ahinco y con cuanta claridad defendio cada uno la verdades eternas de la Iglesia contra toda circunstancia adversa.

Y, siendo ambos pastores, no me quiero imaginar lo que ocurrira cuando se mida el numero de almas ganadas y perdidas por el pastoreo de cada uno de ellos.

Reconozcalo publicamente o no, nadie razonable e informado querria estar en el lugar de Karol Wojtyla para responder ante Dios por las cosas por las que debera responder.

En cambio, creo que Marcel Lefebvre, equivocado o no, no tendra grandes problemas en argumentar su posicion.

Lo dicho: ya quisiera yo llegar el Juicio Final como Marcel Lefebvre, y Dios me libre muchas veces de llegar como Karol Wojtyla.

Es mi humilde opinion.
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JMI.- Más humilde sería su opinión si reconociese Ud. con fe y reverencia el Primado de Pedro, y se dejara enseñar y gobernar (enseñar y gobernar) por los grandes Papas que ha dispuesto Dios en su bondadosísima providencia en el curso de nuestra vida.
18/04/11 8:41 PM
  
Edwin
Bueno Padre, ahora que terminó con estos, por justicia, debería hacer otro sobre "Los filo-progresistas"
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JMI- Así como he dedicado siete artículos (126-132) a combatir el lefebvrismo, para de este modo alejar de él a los filolefebvristas de diferentes grados (lejanos, próximos, de la estricta observancia), he escrito muchísimos más (1-125) a combatir el pogresismo neomodernista protestantizante liberal, para que sus filos-eso se anden con ojo y se adentren bien adentro de la ortodoxia católica.
18/04/11 8:46 PM
  
Juan, de Argentina
PS: Me quedaba agradecerle, Padre, esta serie que tantas cosas ha aclarado y que tanto se ha comentado en los círculos mas diversos. Gracias.
18/04/11 8:55 PM
  
Octavio
Padre, con respeto le pregunto si lo que ocurrió en Asís, acaso no contradice a la Encíclica Mortalium Animos, Pío PP XI?
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JMI.- La encíclica de Pío XII trata de cómo se ha de fomentar la verdadera unidad religiosa. Y el acto de Asís fue una reunión para fomentar que todas las religiones colaborasen en la causa de la paz. Un plátano no contradice a una manzana: son cosas distintas.
18/04/11 9:05 PM
  
Luis Manuel
Y el acto de Asís fue una reunión para fomentar que todas las religiones colaborasen en la causa de la paz.


¿Y la paz se puede construir con voluntad, sin la gracia de Cristo, entre religiones humanas, hasta las que niegan a Cristo? ¿No se está obviando ahí algo importante de lo que ud. bien nos habla en otros artículos?
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JMI.- Sin la gracia de Cristo no podemos nada, ya lo dice Él mismo.
Pero en modo alguno eso significa que Cristo condene cualquier intento bienintencionado de co-laboración entre naciones, asociaciones, religiones, fundaciones culturales, ONGs, etc. cristianas o no. Ese planteamiento suyo lleva al absurdo: los cristianos solo podrían colaborar en asuntos temporales (como es la paz entre los pueblos) con los cristianos. Cualquier colaboración entre cristianos y no-cristianos sería una ofensa a Cristo.
Se pasa Ud. tres o cuatro pueblos.
18/04/11 9:49 PM
  
Ricardo de Argentina
Ha dicho usted algo muy fuerte Padre, a saber que es poco probable que los lefebristas se reincorporen en plenitud como consecuencia de las actuales conversaciones con Roma. Yo también lo creo así, porque no se han bajado de su soberbia, creyendo insensatamente que su "crecimiento sostenido" está alentado por el Espíritu Santo. Yo más bien creo que el tal crecimiento cuantitativo está alentado por el Enemigo, ése que con tanta maestría maneja el "Divide y reinarás".

Otro acierto de su artículo que deseo señalar es la tendencia que presentan de buscar (casi morbosamente) lo malo y soslayar lo bueno que existe, no sólo en el CVII sino en la Iglesia toda de nuestros días. Creo ver algo así como un espíritu carroñero que anima a esta facción y a sus seguidores, los cuales se han especializado en detectar y mostrar a propios y extraños todas y cada una de las miserias humanas de la Iglesia.
Si yo hiciese cosa parecida con mi madre, ¿a quién podría convencer de que la amo?
Peor aún, ¿la amaría realmente?
18/04/11 10:16 PM
  
Miguel Antonio Barriola
Más claro agua.
Me uno en el agradecimiento al claro (y sufrido) análisis ofrecido aquí por le P. Iraburu.
Cada vez más se ve lo difícil que está resultando este diálogo.
Mientras esos grupos se sientan con la facultad de enrostrar a la Iglesia del Papa sus pretensiones de ser los verdaderos custodios de la tradición, lo único que falta es que lleguen a darse a sí mismos un "antipapa".
18/04/11 10:28 PM
  
José María (de Málaga)
Lo que no termino de entender, P. Iraburu, en mi modesta opinión y sin ánimo de decir más que lo que digo, es el momento decidido para sacar esta serie de artículos. Y me refiero a que, tras la ingente y caritativa labor del Santo Padre pro unidad del pueblo de Dios para acercarlos a la plena comunión, no debemos entrar en esto hasta que quede resuelto definitivamente el asunto por Roma.
Una vez hable Roma, creo que sí es el momento para tomar posiciones ante los que queden alejados definitivamente de la Iglesia (porque los que se acojan a la plena comunión no deben ser ya vituperados, descalificados).
En suma, me parecen unos artículos buenos y concienzudos en cuanto al contenido pero creo que se ha elegido mal momento para editarlos. Puede parecer que se está torpedeando el trabajo de Ecclesia Dei.
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JMI.- Al parecer Ud. cree que cuanto mayor estima mostremos por los lefebvrianos, más favorecemos la causa de su unión con la Iglesia. De modo semejante, pensará quizá que cuanto mejor consideremos a los protestantes (Card. Kasper), más protestantes se unirán a la Iglesia Católica. Cuanto mayor estima mostremos por los judíos, "nuestros hermanos mayores" (Card. Etchegaray), más judíos se convertirán al cristianismo.

Está Ud. muy equivocado. Es justamente al revés.
Dando palmaditas en el hombro a protestantes, judíos y lefebvrianos se consigue exactamente que no se conviertan. Mire Ud. cómo hablaba Cristo a los judíos, qué cosas les decía tan tremendas, o Esteban o Pablo... Y no pocos se convertían, con la gracia de Dios, al recibir tales electrochocks. Otros en cambio hacían todo lo posible por matar a Cristo, a Esteban y a Pablo.
18/04/11 10:44 PM
  
Luis Manuel
Se pasa Ud. tres o cuatro pueblos.


No pretendía pasarme, sólo que ud. nos hiciera esta reflexión ya que tanto nos ha dicho de la gracia y sabe más al respecto. Es más, considero que no me paso nada, sino que es un tema digno de tratar en sus artículos.

Para mí, al igual que para Lefebvre por lo poco que lo he leído, ésta es la "verdadera" preocupación, no tanto pensar que el Papa quisiera promover el sincretismo, porque eso es una memez que nadie, ni siquiera un ateo con un mínimo de honestiad, puede suponer.

Pero sí el problema de la acción de la gracia por medio de la Religión verdadera como necesidad para construir la paz y el Reinado social, la necesidad de dedicar los esfuerzos a buscar la conversión de aquellos que profesan religiones que son incluso abiertamente contrarias a la Verdad y a Cristo, antes que, por ejemplo, a los diálogos que parecen presuponer que no es necesaria la conversión a Cristo y su gracia incluso para los bienes temporales como es la paz entre los pueblos...

Sinceramente, esa es la cuestión de fondo que me preocupa: si no se busca en Asís la conversión, me hace preguntar, ¿qué se busca, por qué, y sobre todo, cómo? Ese "cómo" es el que tal vez en algún momento ud. podría dejarnos alguna reflexión.
18/04/11 10:44 PM
  
José María (de Málaga)
A Ricardo de Argentina: lo peor es que su argumentación sobre el amor a la Iglesia podríamos también trasladarlo a tantos y tantos teólogos supuestamente "católicos" y que tanto daño han hecho a la Iglesia ¿también ellos la aman? ¿entonces por qué se les exige menos que a los lefebvrianos? ¿por qué a ellos no se les excomulga de manera fulminante como se hizo con éstos?
18/04/11 10:57 PM
  
mori
Padre, dos cosas:
1. Expresar mi gratitud por la claridad en sus artículos y por tener los pantalones (o la sotana, lo ignoro en verdad) de escribir lo que escribe, cuéstele los cargos, amistades y admiraciones que le cueste.

2. Una sugerencia: espero que para tiempo pascual, como un relajo a sus lectores, nos ilustre con uno o dos artículos de tono más humorístico. Para distender el ambiente, digo.
18/04/11 10:57 PM
  
Ricardo de Argentina
P. Barriola, es de temer que por ahí vayan los tiros.
Todo parecería indicar que existe una fría determinación de avanzar inexorablemente hacia la consumación del cisma, que si no se ha concretado ya es por la ínfima cantidad de seguidores que hasta ahora ostentan.
Realidad que están empeñados en modificar, gracias a la actividad febril y combativa de los "filos".
Los cuales como todo el mundo sabe, no existen. Pero que haberlos, haylos, sin duda.
18/04/11 10:58 PM
  
José María (de Málaga)
Es evidente, P. Iraburu que no me ha entendido. Pone usted en mi mano palabras que no he escrito. Le ruego lea de nuevo mi comentario y dígame dónde le hago ver que hay que mostrar mayor estima a los lefebvrianos, o a los protestantes o a los judíos (que ni siquiera he nombrado en mi comentario). Ni he dicho que se den palmaditas en el hombro a los lefebvrianos.
En fin, si esa es su manera de recibir un comentario crítico con las formas pero no con el fondo, lo dejamos y en paz. No pensaba que se "inflase" tanto como lo ha hecho conmigo. Queda claro quién está equivocado con quién.
18/04/11 11:24 PM
  
Catholicus
Muchas gracias Pater por su esfuerzo y claridad en esta "pesada" para usted serie de artículos. Mi gratitud enorme. Dios le bendiga.
18/04/11 11:46 PM
  
Piel de Toro
Sinceramente Don Jose Maria, creo que no conoce la gravedad real de la situacion de la Iglesia Catolica en este momento, ya que si fuera asi no escribiria articulos ocupandose de un problema menor. Se acaba de publicar un libro en Italia que se titula el Vaticano y el S..., quizas adivine las letras suplantadas por los puntos, es estremecedor,............ y quizas comprendera que hay que ocuparse de otras cosas, esas si, verdaderamente importantes
18/04/11 11:53 PM
  
Ricardo de Argentina
Jose María de Málaga, ésa que haces es una buena pregunta. Yo no tengo la respuesta.
Aunque queda clarísimo que cualquiera que ella sea, no mejora un ápice el concepto, la situación y la gravedad de las acciones de los lefebrianos.
Porque fuerza es reconocer que hay quienes creen que los excesos (por llamarlos benignamente ) de los progresistas, justificarían a modo de "compensación" los excesos(por llamarlos también benignamente )de los lefebristas.
Pues es que no. Y si ellos fueron beneficiados con el levantamiento de las excomuniones, no ha sido a modo de compensación de nada sino por razones pastorales bien definidas y mejor explicitadas.
19/04/11 12:05 AM
  
JCA
Muy acertada esta serie, y muy necesaria: el mal, si es sutil, en el fondo es peor porque no se ve.

Hace poco que he llegado del África Central, y he de decir que, en el asunto de la liturgia, ha sido todo un descanso; y todas eran Novus Ordo, pero la verdad es que los negros, tanto los fieles —a rebosar de ellos en días normales— como los presbíteros, tienen claro qué es la misa y la transubstanciación... y se nota, tanto en la disposición de unos como en la dignidad sacerdotal y veneración en la consagración que se trasluce en los otros. Nada de «experimentos» litúrgicos, tanto en las misas en francés como en las lenguas locales y sus cantos exóticos. Y en las hojitas parroquiales del obispado se recuerda a los fieles, sin ningún tipo de empacho, algunas causas de excomunión —por cierto, por lo que leí, relacionadas con prácticas animistas—. En fin, que me da en la nariz que habrá que ir a buscar catequistas por allá.
19/04/11 12:31 AM
  
clara
Impresionada con el artículo. Es gravísima la situación de los lefebvristas y cuanto más tiempo pasa, peor.

Agradezco especialmente que haya rebatido con textos todas las acusaciones que hacen al Vaticano II. A veces, con el desmadre que hay alrededor uno no sabe qué pensar si sólo se presentan, por progres y por lefebvristas los mismos textos para ser utilizados en dirección contraria.

Es terrible el camino que toma quien se aleja de Pedro. Pero me parece desolador el de quienes conociendo al dedillo el magisterio y compartiendo con ellos el mismo significado de la Iglesia, viven tan campantes fuera de ella y no les cabe la menor duda de que el daño que están haciendo a la Iglesia Católica que dicen defender, es enorme.

Si hay que rezar por los modernistas, no menos hay que hacerlo por los lefevbristas. Antes de leer sus artículos no sabía cuán grave era su situación. Como dice Gonzalo Mazarrasa, hay que pedírselo especialmente a JPII en su beatificación. A ello me dedicaré especialmente en estos días.
19/04/11 1:15 AM
  
Edwin
José María (de Málaga): a estas alturas el P. Iraburu debe estar lo suficientemente mareado. Hay que comprenderlo!
Con todo respeto Padre!
19/04/11 1:21 AM
Desde que el padre Iraburu ha comenzado esta serie de artículos abundan los comentarios al estilo del comentarista "Piel de toro" en donde:

1) Intentan disuadir de tratar este tema so excusa de que hay temas más importantes (como el de los excesos de la progresía eclesial)

2) Preguntan una y otra vez (yo debo haber contado como 50) el porqué porqué y por qué de los artículos, o de su oportunidad...por qué ahora y no hace un año y dentro de dos más.

Me animo yo a responder ambas:

1) Todos los temas merecen tratarse y este también que no es un "problema menor" (el peligro de cisma y la disidencia a la autoridad del Papa y del Magisterio nunca lo es).

A aquellos que dicen que hay temas más importantes, él padre ya ha dicho que para esos temas ha dedicado más de 125 post, y para este 7, no está muy difícil de entender, ni creo que sea necesario repetirles esto cada vez.

Y digamos lo de manera directa: Cada blogger trata los temas que decide tratar. Puede considerar sugerencias, por su puesto, pero cuando quiera tratar un tema lo hará así medio mundo proteste, llore y patalee. Si al alguien no le gusta determinado post no lo lea. PUNTO.

2) La necesidad de estos post la ponen de relieve los mismos que se oponen a que se traten estos temas, basta leer sus comentarios a los anteriores artículos de esta serie.

Estos artículos han hecho mucho bien, estoy seguro que si.
19/04/11 3:07 AM
  
filo
JCA. la diocesis en la que estuvo, en Africa Central, fue evangelizada por Monseñor Lefebvre en los años 40 y 50.
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JMI.- Bendigamos al Señor.
19/04/11 3:54 AM
  
Miguel
Hola querido P. Iraburu.
La primera vez que escribí en Infocatólica fue para apoyarlo en este artículo.
Después no pude escribirle para felicitarle.
Ahora le escribo para felicitarlo y darle las gracias por esta serie de artículos, que son tan verdaderos como valientes, pues decir la verdad hoy por hoy -en un mundo hegelianamente antagónico, de posturas extremas irreconciliables, aunque sean medias parientes- es un acto heroico y de gran caridad.
Además decirle, de que lo empezaron ha atacar, y no se podía escribir en el blog, lo he encomendado en mi rosario diario.
Y que quede claro que la separación de los filo-lefebvrianos de nosotros es anterior a sus artículos. Por lo menos yo de hace mucho tiempo me siento lejos de este grupo comulgador de las ideas de Lefebvre -en lo que tienen de criticables-. Así que eso de que usted creo una división es tan mentira como casi todo lo que se dijo de usted, supuestamente en nombre de la verdad. (no sé en que momento argumentar ad-hominem era parte del servicio de la caridad en la verdad......bueno, solo los filo lo sabrán, tal vez haya algún distingo jajajajaj).
Muchas gracias.

Saludos.
19/04/11 4:22 AM
  
Nelson Medina
Gracias, una vez más, P. Iraburu, por esta serie.

Me atrevo a pedir algo: hágase de esta serie un folleto o librito que sea accesible como PDF en GRATIS DATE. Hará un bien todavía mayor, pues personas como yo, que deseamos servir el Evangelio en Internet, podremos ofrecer un link específico para que quien quiera o necesite ver el tema tratado a fondo.
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JMI.- Gracias, Nelson, por la idea. Algo así pensábamos hacer, y el Señor, que nos da la voluntad de hacerlo, nos dará también el cómo y cuándo.
19/04/11 7:20 AM
  
Gabar
No se como pudo haber sacerdotes que siguieran ese camino; desde luego ahora no parece posible que renuncien a su actual situación, ni tendrán la humildad de pedir perdón. Es que ni parecen poder plantearselo. Su posición, desde el principio, ha sido la de ser poseedores de la verdad y la razón. Sin admitir error. Es muy lamentable, pero pinta feo.
Este tipo de situaciones, con el tiempo no mejoran, se agrava el daño.

Cabeza, por favor, recapaciten.
19/04/11 9:11 AM
  
MIGUEL25
Estimado Padre:

Verá Vd., yo en mi profesión civil soy contable-administrativo y al finalizar el ejercicio económico
anual se hace un BALANCE.

Un BALANCE, mide y refleja la situación económica de
la empresa, es el balance y no la opinión de cualquier
cantamañanas, el que dice la verdad sobre la empresa.

En el plano espiritual, JESUS nos dice lo mismo:
"por sus frutos los conocereis".

Bueno pues leidos y analizados sus siete artículos y
haciendo BALANCE la situación sería la siguiente:

- Los ataques y descalificaciones más radicales nos llegan ahora de Vds. que se
autoproclaman “tradicionales” y conservadores, se acabó la sonrisita la mano tendida, el abrazo fraternal,...las máscaras han caido, y al final
ya sabemos quien es quien, la TRAMPA DE ROMA, como muy bien señalaba nuestro querido y valiente arzobispo Monseñor Lefebvre, queda a la perfección reflejada en sus siete artículos.
- Debemos tener cuidado y no debatir más con Vds. ni aquí en infocatólica ni en catholic.net ni en ningún otro foro, dominado por clérigos de la línea conservadora de la Iglesia.
- Igualmente, no debemos abrir blogs, para contraargumentar, ya hemos dicho lo que teníamos que decir y basta.
- No debemos esperar nada de las actuales “conversaciones” en Roma entre los representantes de la Fraternidad, y los representantes de Roma, Roma en gran
parte es modernista y el modernismo es HEGELIANO, quiere llegar a una síntesis entre modernismo y tradición, que seria nefasta para el depósito de la FE, LA TRADICION, NO ADMITE EVOLUCIÓN, NI ACUERDOS NI CHANCHULLOS HEGELIANOS.
- Para decirnos que el CVII, es intocable, no hacia falta tanto rollo y siete artículos
lo hubieran dicho desde un principio y listos, y nuestros representantes ni se hubiesen molestado en ir a Roma.

- Mientras que con nosotros, ejercen el poder, la tijera y el candado, con los modernistas
y neoprotestantes, son pacientes y tolerantes, y gastan rollo y más rollo..y les aguantan
con la vana esperanza de que “se enmienden”,
pero la palabra anatema, no se oye en sus labios
y hoy no excomulgan a ningún modernista.


Bien, nuestro tiempo de hablar se terminó, estamos en Semana Santa, y Ecône, y la Fraternidad, obras de nuestro querido, valiente y nuevo San Atanacio, arzobispo monseñor Lefebvre, a imitación de Cristo, tienen que ser crucificadas, escarnecidas
e insultadas por sus mismos hermanos, ser silenciadas y condenadas y morir, para luego TRIUNFAR Y RENACER CON MAS FUERZA.

Debemos hacer caso a las directrices que nos llegan de la Fraternidad, ORACION POR TODA LA IGLESIA, PERO AL MISMO TIEMPO FIRMES EN NUESTROS PRINCIPIOS.

19/04/11 10:59 AM
  
Julián
Supongamos que me ha convencido. Los lefebvristas son cismáticos, y además herejes, porque rechazan el dogma de la Tradición viva (por cierto, me gustaría que me indicasen dónde figura definido y cuándo se estableció su obligatoriedad para los católicos). ¿Por qué entonces la Iglesia no les trata como cismáticos y herejes, con todas las ventajas que ello conlleva, en vez de como católicos díscolos a quienes vapulear?

¿No sería lógico que la Santa Sede les diese el status de cismático-herejes, y las relaciones con ellos pasaran de la Doctrina de la Fe a la Unidad de los Cristianos? Estoy seguro de que muchos obispos serían entonces generosos, y los lefebvristas, en vez de decir sus misas en garajes, podrían gozar del uso de templos que la Iglesia no utiliza, como actualmente muchas comunidades ortodoxas y anglicanas en varias diócesis de España.

El problema es que ellos no aceptarán el status de cismáticos y herejes, y seguirán atacando al Papa y al Concilio. Con lo cual, padre Iraburu, yo saco la siguiente conclusión de sus premisas: los lefebvristas no sólo no son católicos, sino que son los peores no-católicos, porque al menos los demás no-católicos participan en los compadreos de Asís y demás.

Es decir, que no hay gentuza peor que un lefebvriano: malo por un lado, peor por otro. Resistentes a la autoridad del Papa como católicos, resistentes a la generosidad del Papa como no-católicos. Pura escoria.

Pousa, a su lado, un tipo decente.
19/04/11 11:27 AM
  
Gabar
Miguel25, ¿pero Usted habla en serio?
19/04/11 12:43 PM
  
Prefiero no darlo, disculpen.
Esta semana pasada ha tenido lugar una mesa redonda en la facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid con el título:
¿Vuelve la persecución contar la Iglesia? En ella ha intervenido el Padre Ángel David Martín Rubio, entre otros, el mismo que tiene el blog en Religión en Libertad desde que se han atacado estos artículos suyos y defendido posturas lefebvristas. Me parece preocupante que la defensa de los católicos tengan que protagonizarlas personas que piensan así:

Leemos: "Acto convocado por la Asociación Foro Universitario Francisco de Vitoria, en enérgica protesta por los actos sacrílegos recientemente cometidos en las capillas de la UCM y, en general, por la persecución que sufre la Iglesia Católica en nuestra Universidad y en España."

En la pag. web de la organización estudiantil convocante, http://forouniversitariofv.blogspot.com/
se hacen las siguientes afirmaciones

"Entretanto, los jerarcas eclesiásticos andan desasosegados, sin saber a quién acudir. Encastillados en su turbio discurso sobre la libertad religiosa y la laicidad positiva, de la “Transición” a esta parte han desautorizado sistemáticamente a todo grupo político que haya querido llamarse católico. Naturalmente, ahora sólo reciben esporádicos apoyos de individuos aislados. A poco sentido común que les quede, deberían “repensar su actitud” ante la muy probable generalización de la ofensiva anticlerical. Aunque lo dudo, porque quizás no se trate de una actitud, sino de una doctrina. De una doctrina ajena a la multisecular enseñanza de la Iglesia."

Esto suena a lefebvrismo.¿Padre, cree usted que está el Lefebvrismo o filo-lefebvrismo unido a ideologías políticas?

Creo que estos artículos son muy oportunos y necesaria su difusión, pues se ve que el problema es real y quizás creciente, ante la radicalización de unas posturas y otras. Y no creo que nos lleve a nada bueno esta radicalización.

Por último, me sumo a la petición de que publiquen incluso en librillo en Gratis Date esta serie. Hasta ahora estábamos acostumbrados a denunciar los errores en un extremo, pero en este otro no, y el error es error se sitúe donde se sitúe.

Fdo. Una madre de familia.
19/04/11 12:51 PM
  
Jose luis
El juicio de Dios está en benignidad por encima de cuanto pudiéramos concebir. Monseñor Lefebvre queda justificado y el Papa Juan Pablo II también y en el Cielo ambos trabajarán por estos pobres de iglesia que estamos aquí peregrinantes siempre con la escopeta puesta y todos creyendo que somos "la" iglesia y que por ella hay que luchar "contra".
Lefebvre quedó escandalizado por lo que veía en el concilio, otros muchos obispos también, entre ellos casi todos los españoles, pero optaron por retirarse en silencio. Al menos alguien alzó la voz. Y Juan Pablo II tenía que conducir la barca de una iglesia en permanente motín, por eso optó por la misión ad gentes, su gobierno fue todo lo prudente que se lo permitieron unos y otros, y quien no le llega ni a la suela del zapato no se atreva a decir nada contra él.
19/04/11 1:58 PM
  
Ricardo de Argentina
En los comentarios sucesivos de Miguel25 y de Julián se nota clarísimo el planteo-base del lefebrismo : como los progres son tan malos y poderosos, harto justificada está la desobediencia lefebriana.
Planteo muy similar , por no decir idéntico, al de Lutero frente a los abusos -muchos reales - de su época. Y planteo absolutamente opuesto al de los santos, como Ignacio o Teresa, que no eran ni tontos ni desinformados.
También con Lutero se hizo uso de infinita paciencia, hasta el punto de que el mismísimo Emperador se avino a colaborar activamente en la realización de un diálogo conciliador. Pero nada, más bien al contrario, pues en el planteo luterano influían más los intereses particulares de los príncipes alemanes del norte que la salvación de las almas.
También la Fraternidad tiene poderosos mecenas, que bien se cuidan que las misas no sean oficiadas en "garages". LA similitud con los inicios del protestantismo es aterradora.
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JMI.- En un punto no va la semejanza. El mismo Lutero declaró muchas veces que su protesta y reforma no era por razones morales, sino que era "doctrinal", porque Roma había errado gravemente en temas de gracia, porque había caído en herejía, falsificando el Evangelio, judaizándolo con leyes eclesiásticas, con exigencia de obras para la salvación, y no solo por la fe, etc. No porque hubiera inmoralidad en Roma y en la Iglesia Católica, "porque entre nosotros", confesaba, la hay tanta o más.
19/04/11 2:02 PM
  
Koko
Comparto D. Iraburu el agradecimiento de otros comentaristas por esta serie de artículos que además de interesantes son instructivos y formativos. Reitero la propuesta que con tanta insistencia le he pedido otras veces: Publique un libro sobre los temas tratados en su blog. Es necesario tenerlos como referentes en cualquier biblioteca que se precie para saber la verdad sobre ciertas cuestiones. En fin... ¿para cuando estará esta serie en FUNDACIÓN GRATIS DATE?

Un sentido gracias por su labor.
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JMI.- Intención tenemos de publicar algo con esto. Pidan ayuda al Señor.
19/04/11 2:33 PM
  
Ricardo de Argentina
Sí Padre, tiene razón, Lutero predicaba un pesimismo tan radical sobre la condición caída de la naturaleza humana, que hacía que las obras humanas no tuviesen ninguna significación reparadora, sólo la Gracia allegada por la Fe podía revertir eso. Y de ahí el "Peca fuertemente, pero cree más fuertemente aún".

(Siempre me ha asombrado que este amoralismo práctico, sustento teológico de la hipocresía maquiavélica que caracteriza a la política moderna, haya permitido a los pueblos que la practicaban adueñarse del mundo. Me hace recordar a la tentación política que hizo el Demonio a NSJC en el desierto).

Pues sí, los lefebristas no son ni se proclaman inmorales, antes bien, observan un comportamiento ético ejemplar.
19/04/11 4:28 PM
  
Luís Luiz
Hola, escribo desde Brasil. En primer lugar, pido perdón por mi pobre español, pero es todo lo que puedo hacer... Me parece que el "in dubio pro papa" resuelve el problema de la fidelidad al Sumo Pontífice. Si los católicos debemos obediencia al Papa y si en nuestros tiempos confusos de criptocracía mundial nadie o muy pocos pueden decir que veen la siituación claramente, me parece de rigor la fidelidad incondicional al Papa. Pero sobre los lefebvristas hay una cuestión incontornable: cómo hablar con justicia de cisma y heresía contra la FSSPX cuando vemos sacerdotes, obispos y cardenales que dicen enormidades teológicas todos los días hace décadas sin que nadie los perturbe? Hay aquí un caso claro de dos pesos dos medidas. Vivo en una ciudad, São Paulo, cuya Iglesia ha sido governada por mucho años por el cardenal Arns, un hombre obviamente herético, que ha practicamente destruido la iglesia católica de mi ciudad. Pero no veo ningun proceso por cisma contra él. Eso se llama simplemente injusticia. Un saludo.
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JMI.- Aquí yo he estado estudiando el caso de Mons. Lefebvre y de la FSSPX. Puede Ud. hablarme del Card. Arns etc. Pero no pienso hacer sobre él ni una investigación ni un artículo. Críticas fuertes contra el progresismo neomodernista llevo hechas en este blog más de cien (1-125). Cuando yo trato de los lefebvrianos, no me exija Ud. que hable de los progres, porque ya lo he hecho y pienso seguir haciéndolo, con el favor de Dios.
19/04/11 4:54 PM
  
Marcelo
Padre: en ocasión de su IV post, señalé que debía explicarse como podía sostenerse que en determinados temas no hay contradicción o ruptura con la doctrina y praxis de la Iglesia anterior al Vaticano II(ejs. libertad religiosa, ecumenismo, relación con religiones no cristianas, determinadas cuestiones de liturgia, doctrina respecto a judaísmo que no reconoce a Nuestro Señor Jesucristo, orden de los fines del matrimonio, etc., etc.). Repito otra vez que esa es una cuestión central, porque ello es lo que motivó la reacción "tradicionalista" (que en realidad, mas allá del término, es la reacción de católicos, ya de la Jerarquía, ya laicos, que advierten la oposición mencionada). Porque es en ese marco que entrarían Mons.Lefebvre, la Fraternidad San Pío, los filo-lefe y otros. Fácil es criticar las irregularidades canónicas, pero por algo pasa, hay una crisis, y la evaluación de la crisis está ligada a la valoración disciplinar.

Llegamos al VII, parece el final, y ud., en general ha eludido esos temas centrales. Y cuando los trata, habitualmente lo hace de modo descontextualizado. Ud. omite los textos conciliares y postconciliares ambiguos y hasta contradictorios, y repite los mas tradicionales (¿Libre exámen?). Como un abogado al que le hubieran encomendado contestar una demanda, es muy hábil, por eso los aplausos de algunos corifeos, y de otros de buena fe que sencillamente ignoran lo que ud. omite. Yo que no soy nadie, sólo un seglar pecador, como humilde corrección fraterna le digo: su método no es honesto intelectualmente.

Un sólo ejemplo. Ahí tiene ud. lo que dice del beso al Coran, lo de la marca de Shiva, lo de Asís, encubriendo la gravedad OBJETIVA de tales actos.
Ud. ni siquiera le hace saber a sus lectores el verdadero pensamiento de Juan Pablo II. O no sabe acaso que en su primera encíclica Redemptor Hominis dijo "¿No sucede quizá a veces que la creencia firme de los seguidores de las religiones no cristianas
-CREENCIA QUE ES EFECTO TAMBIEN DEL ESPIRITU DE VERDAD, que actúa mas allá de los confines visibles del Cuerpo Místico- haga quedar confundidos a los cristianos...". El mismo Juan Pablo II en su discurso a los cardenales y a la curia del 22 de diciembre de 1986 señaló que la Jornada de Asis era una expresión visible de las afirmaciones del C.Vaticano II, con profusión de citas del mismo Concilio (conf. La Documentación catholique, 1 de febrero de 1987, n° 1933). Y en Redemptoris Missio, dice que "El encuentro interreligioso de Asís, excluída toda interpretación equívoca, ha querido reafirmar mi convicción de que toda auténtica plegaria está movida por el Espíritu Santo, que está presente misteriosamente en el corazón de cada persona".
Con esa doctrina, la permanente comunicación con las otras religiones es materia habitual de los papas y de mucha Jerarquía. Lógico, si uno cree la enseñanza apuntada y que la firme creencia de paganos, musulmanes e tutti quanti está inspirada por el Espíritu Santo, y respeta y estima esas religiones (Nostra Aetate, Vaticano II). Ellos son coherentes.
Pero todo esto, se opone a la doctrina y a la praxis preVaticano II, que consideraba a esas religiones falsas, y a sus seguidores infieles.

Padre, ud. escribe como si estuviéramos en 1966 y quisiera interpretar el Vaticano II según la Tradición. Estamos en 2011, hay una interpretación que ya se hizo, el resultado fue Asís -lo dijo Juan Pablo II-, y la iglesia entregada a los budistas (ahí están los fotos y el video).
¿Pretende acaso que lo aceptemos sin reservas?

Saludos, y buena Semana Santa para todos.



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JMI.- Para ir discutiendo al detalle, uno por uno, todos los temas que Ud. cita, en los que Mons. Lefebvre pensaba que había contradicción entre determinados documentos del Vaticano II o entre otros documentos postconciliares o gestos del Papa y el Magisterio anterior católico, necesitaríamos innumerables artículos, y yo solo he escrito 7 sobre el lefebvrismo, y no pienso escribir más. Muy en síntesis le ofrezco un panorama de documentos en los que puede hallar estudios sobre esos temas que le interesan.

I.-Autoridad apostólica. Que hay continuidad homogénea entre el Vaticano II y el Magisterio anterior fue afirmado y firmado por el propio Concilio, es decir, por Pablo VI y por unos 2500 Padres conciliares, entre ellos Mons. Lefebvre. Y esta confirmación incluye también, por supuesto, la Dignitatis Humanæ. Esa homogeneidad continua de los documentos postconciliares con la Tradición viene después afirmada por los Papas sucesivos y por unos 4000 Obispos católicos.

II.-Autores teológicos. Si quiere Ud. complementar los testimonios anteriores con otros de autoridad meramente académica puedo ofrecerle la consulta de algunos autores que afirman en cuanto expertos esa misma doctrina. Como varios de ellos tienen diversas obras sobre el tema, le cito yo aquí, y abreviadamente, la obra que me parece más interesante (puede buscar en internet referencia más detallada), señalando la fecha:

P. Victorino Rodriguez OP, Estudio histórico-doctrinal... 1966.

Teodoro Jiménez Urresti, De natura iuridica iuris ad libertatem religiosam, 1968.

Brian W. Harrison, Le développement de la doctrine catholique sur la liberté religieuse, 1988.

Mons. Fernando Ocáriz-Braña (actual Vicario General del Opus Dei y miembro de la comisión para las conversaciones con la FSSPX), Sulla libertà religiosa... 1989.

P. Louis-Marie de Blignières, ordenado por Mons. Lefebvre, y "converso" después, fundador de la Fraternidad S. Vicente Ferrer, tiene varios estudios en Sedes Sapientiæ, concretamente 1998 y 2004.

Fr. Basile OSB, monje de Le Barroux, Le droit à la liberté religieuse dans la Tradition de l'Église, 2004, 675 págs., 3.284 notas a pie de página, resumen de una obra mayor de cinco tomos. La obra viene prologada con máximo elogio por el gran teólogo chileno, Cardenal. Jorge Arturo Medina Estévez, Prefecto entonces de la Congreg. Culto Divino.

III.-Autores lefebvrianos y otros, que impugnan el Concilio Ecuménico Vaticano II y el Magisterio apostólico postconciliar en varias graves cuestiones. No necesita Ud. que se los indique, porque ya los conoce.

Yo le recomiendo I y II, mucho mejor que III. Pero Ud. verá.

Libre examen. La analogía entre el luteranismo y el lefebvrismo es que Lutero prefería su juicio personal al del Papa y los Concilios en temas de Escritura, y Mons. Lefebvre y la FSSPX en la interpretación de algunas graves doctrinas de la Tradición católica hacen prevalecer sus discernimientos personales sobre el del Papa Pablo VI, el Concilio Vaticano II y los Papas postconciliares. En uno y en otro caso, mutatis mutandis, por supuesto, la última palabra no la tiene la Sede de Pedro sino el juicio de Lutero o de Mons. Lefebvre y su Fraternidad. Cada uno en sus temas, ninguno acepta de hecho el Roma locuta, causa finita.

Bueno, libre examen de la Tradición y de otras muy graves cuestiones. "Juzga Ud., Santo Padre, que la Misa nueva es verdadera y santa, pero yo le digo que es bastarda y conducente a la herejía. Juzga que si yo ordeno Obispos contra su voluntad y contra la ley de la Iglesia realizo un acto cismático, y yo juzgo que es un acto heroico, necesario para la continuidad de la Iglesia. ¿A qué juicio me atendré, al Suyo, Santo Padre, o al mío?
"Al mío, ciertamente. En buena conciencia".

19/04/11 5:05 PM
Fray Nelson, su idea es excelente. Yo previo permiso del padre Iraburu había planeado reproducir esta serie de post en ApologeticaCatolica.org.

Estaba esperando solo la serie completa, pero ya que está lista la he puesto a disposición de todos nuestros lectores, aquí:

http://www.apologeticacatolica.org/Lefebvrismo/Lefebvrismo04.html

Allí puede descargarse toda en un pequeño libro PDF.


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JMI.- Gracias, José Miguel.
19/04/11 5:19 PM
  
Ricardo de Argentina
El lefebrismo gira y gira monótonamente sobre las mismas premisas, una y otra vez : frente al descalabro progre (real) y a la dificultad que ellos tienen para hacer una hermenéutica continuista del CVII (también muy real), lo que se necesitaba -piensan- era un piqueteril y desbocado Lefebvre.

Pues es que no. Lo que se necesitan son santos. Ha hecho más por la Iglesia la Madre Teresa, pequeñita, rezadora y abnegada, que todos los grandes bonetes lefes quienes, mucho me temo, no han hecho más que empeorar la situación, ya de por sí muy complicada.
19/04/11 8:00 PM
  
jjuanj
Ya vamos por el VII sobre los lefevbrianos, un poco cansino. ¿Por qué no uno sobre el jansenismo y sus nuevas versiones eclesiales (riverianos en España, por ejemplo)? Sería interesante ver las raíces de este fenómeno: ¿de la lectura de teólogos centroeuropeos que copaban la biblioteca de Rivera, de una tendencia o inclinación espiritual personal suya?
Sería una serie de blogs quizás con mucha más acogida y comentarios que esta...
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JMI.- Le agradezco mucho su interés por que este modesto blog mío tenga muchos más lectores tratando otros temas, y no éste, que parece le pone a Ud. un poco nervioso. Pero no se preocupe. Le diré para su tranquilidad que estos siete artículos, I - y VII, han tenido dos o tres veces más visitas de las que tiene mi blog habitualmente. Han suscitado MUCHÍSIMAS visitas.

Don José Rivera nunca quiso formar un discipulado, y de hecho hay muchas diferencias entre los que tuvimos el privilegio de tenerlo como maestro espiritual. Coincidimos todos en un aprecio inmenso por su persona y su doctrina, pero cada uno la tenemos modalizada según el don personal de Dios. Ésta es una prueba clara de que él no nos formaba "a su imagen y semejanza", sino que ponía todo su empeño en que cada uno fuera modelado por el Espíritu Santo, que fuera Cristo quien nos transfigurara a cada uno "en Él", en su pensamiento, en la doctrina de la Iglesia. El término "riverianos" lo inventaron y lo usan los que tienen alguna o mucha aversión por Rivera.

19/04/11 9:40 PM
  
Jorge
Muy agradecido por esta serie; la verdad es que no se me hizo para nada larga esta última entrada, hasta me he quedado con ganas de más.

Un saludo cordial.
19/04/11 10:58 PM
  
Luís Luiz
En una aula, el maestro duerme, los malos alumnos cantan. El mejor alumno se irrita y comienza a protestar con furia. El maestro que nada hacia contra los malos alunos, despierta y pune ejemplarmente el mejor aluno, basandose muy doctamente en doce artículos del estatuto de la escuela. Y vuelve a dormir y los malos alunos a cantar.

A eso llamo injusticia. Sin más.


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JMI.- Me temo que es la bucólica y jocosa descripción de un cisma.
19/04/11 11:12 PM
  
Nova
Muchas gracias por sus artículos, padre José María. A mí también me han ayudado a aclararme del todo en algunas cosas, aunque no he sido filo-lefebvriana nunca, pues estoy convencida al cien por cien de la necesidad de que el católico esté en plena comunión con el Papa y confíe en él.

Sobre todo, ignoraba si realmente el Concilio Vaticano II prohibía o no la confesionalidad de los Estados. Ahora ya sé que ni lo prohíbe, ni lo impone y que, en todo caso, apoya que la fe católica tenga una dimensión social y no sólo individual; algo que Benedicto XVI ha repetido muchas veces, si la memoria no me falla.

En definitiva, le agradezco mucho su esfuerzo al escribir sus artículos y su paciencia para aguantar los ataques que ha recibido por causa de ellos. Nunca hubiera creído que vería a presuntos tradicionalistas (que se supone que son católicos y no lefebvrianos) meterse con tanta saña con el Concilio, con los Papas postconciliares (señaladamente, con el Papa Juan Pablo II, por quien yo siempre he sentido gran afecto y admiración) y con un sacerdote que les ha contestatado en forma adecuada. Esto no era nuevo para mí en lo que a la progresía pseudo-católica se refiere, pero ha resultado ser una sorpresa muy desagradable en el caso de los presuntos tradicionalistas.

Mucho ánimo, D. José María.
20/04/11 12:38 AM
  
Vicente Lopez
Bravo!! Esta serie es ejemplar!

Lo importantisimo de esta seria es darse cuenta que TODA supuesta "contradiccion" entre los documentos del Segundo Concilio Vaticano y los Pre Conciliares son solo ILUSION OPTICA, imposibles debido a la Ayuda de Cristo que mantiene a Su Iglesia en la VERDAD TODOS LOS DIAS HASTA EL FIN DEL MUNDO!

Los Errores de los Lefebvristas son ECLESIOLOGICOS. Esto es DEFORMAN y mutilan la Doctrina sobre la Unica Iglesia de Cristo. Los Lefebvristas se PONEN asi mismo FUERA de la Iglesia y se APARTAN PROFUNDAMENTE DE LA BASE FUNDAMENTAL de la FE Catolica como decia el Cardenal Ratzinger!


--PABLO VI (1976, Carta a Lefevbre): "Nada que fue decretado en este Concilio, o en las reformas que Nosotros enunciamos con el fin de poner el Concilio en efecto, es opuesto a lo que la Iglesia - en dos mil anos de Tradición- considera fundamental e inmutable. Nosotros somos los garantizadores de esto, no en virtud de Nuestra personal excelencia pero en virtud del cargo que el Señor Nos ha conferido como legitimo Sucesor de Pedro, y en virtud de la especial asistencia que Él Nos ha prometido lo mismo que ha Pedro: “Yo he orado por ti para que tu fe no desfallezca” (Lucas 22:32). El episcopado universal es garante de esto con Nosotros."

--Cardenal Ratzinger (Carta a Lefebvre, 1983) : “...habla usted de "afirmaciones o expresiones del Concilio que son contrarias al Magisterio oficial de la Iglesia". Además usted enumera tres textos conciliares “incompatibles”, a su modo de ver, con el Magisterio pasado, añadiendo incluso "etc."... No puede afirmar la incompatibilidad de los textos conciliares - que son textos Magisteriales - con el Magisterio pasado y la Tradición. Le es posible decir que personalmente, no ve esta compatibilidad, y en consecuencia puede pedir a la Sede Apostólica explicaciones. Pero si afirma la imposibilidad de tales explicaciones, se OPONE PROFUNDAMENTE profundamente a la estructura fundamental de la fe católica. Sólo es auténtica y tiene autoridad la interpretación del Magisterio, que es el intérprete de sus propios textos: ya que los textos conciliares no son los escritos de tal o cual experto; son documentos del Magisterio.” (Cardenal José Ratzinger, 1983)

---Enciclopedia Católica (Nihil Obstat, Imprimatur, 1907): La Iglesia no puede experimentar NUNCA un cambio constitucional que la haga, como organismo social, algo distinto de lo que originalmente era. NUNCA puede corromperse en fe o moral; ni puede perder nunca la jerarquía apostólica, ni los sacramentos a través de los cuales Cristo comunica la gracia a los hombres. Sólo a una Iglesia particular se le garantiza la indefectibilidad, a saber, a la sede de Roma. A Pedro, y en él a TODOS sus sucesores en el cargo de supremo pastor, Cristo encargó la tarea de confirmar a sus hermanos en la Fe (Lucas, 22, 32); y así, en la Iglesia Romana, como dice Cipriano, “la infidelidad no consigue penetrar” [Ep. lv(lix), ad Cornelium]. Los diversos colectivos que han abandonado la Iglesia naturalmente niegan su indefectibilidad.”(Enciclopedia Catolica, 1907)



20/04/11 12:56 AM
  
Vicente Lopez

Lo que REALMENTE ocurrio en el Segundo Concilio Vaticano: Se expandio la FABULA que el Concilio "cambio" la doctrina. Algo IMPOSIBLE por la Proteccion del Espiritu Santo.

IMPOSIBLE:

1. Anne W Carroll, en su libro “Cristo Rey, Señor de la historia”: “Habiendo fallado en que el Concilio enseñara modernismo, los modernistas intentaron otra estrategia. Estos lograron implantar sus ideas en la prensa Occidental, que difundió las ideas modernistas en el “espíritu del Vaticano II” y totalmente ignoro la real enseñanza de los documentos. En los Estados Unidos y Europa Occidental, la visión modernista fue la que se escucho. Muchos clérigos y religiosos Ortodoxos no se dieron cuenta que los modernistas estaban atacando doctrina Católica Incambiable y ellos mismos no estudiaron los documentos, por lo que no pudieron contrarrestar”—los pocos que se dieron cuenta fueron enmudecidos, silenciados, ignorados por la prensa, y el mundo masónico- “Las ideas modernistas se extendieron como un incendio forestal dejando a los fieles en el error del modernismo o confundidos respecto a lo que REALEMENTE estaba enseñando la Iglesia. El concepto de que todo lo “pre-Vaticano II” estaba ahora caducado se volvió común. Algunos Católicos ortodoxos se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo PERO SOBRE REACCIONARON, algunos RECHAZANDO el Concilio y otros HASTA RECHAZANDO LA AUTORIDAD del Papa para hacer cualquier cambio en las practicas. De este modo hubo muy poco de beneficio en el mundo occidental por el Concilio.”

2. Papa Pablo VI, Carta a Lefevbre: “Ciertamente problemas de otro orden Nos preocupan: la superficialidad de ciertas interpretaciones de los documentos conciliares …mas que la firme adhesión a las enseñanzas de la Escritura y TRADICION, de iniciativas que ARBITRARIAMENTE evocan la Fe para justificarse. Nosotros las conocemos, Nosotros las sufrimos, y por Nuestra parte nos esforzamos por remediarlas...pero es cierto que algunos sacerdotes y miembros entre los fieles enmascaran con el nombre de “conciliar” esas INTERPRETACIONES y practicas erróneas que son injuriosas, incluso escandalosas y hasta SACRÍLEGAS. Pero esos abusos NO PUEDEN SER ATRIBUIDOS al CONCILIO en sí MISMO o a las reformas que legítimamente fueron decretadas en el, pero a la falta de AUTENTICA FIDELIDAD a estas. Usted quiere convencer a los fieles que la causa próxima de la CRISIS es mas que la ERRÓNEA INTERPRETACIÓN del Concilio, es este en sí mismo.”

3. Papa Benedicto XVI (22 diciembre 2005): “La crisis que surgió en la Iglesia tras el Concilio Vaticano II NO TIENE LA CAUSA EN SUS DOCUMENTOS, SINO EN LA INTERPRETACIÓN que una corriente ha hecho de los mismos. La interpretacion de la hermenéutica de la DISCONTINUIDAD Y DE LA RUPTURA entre la Iglesia preconciliar y la Iglesia postconciliar con frecuencia ha podido servirse de la simpatía de LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN… el objetivo del Concilio …es transmitir PURA E ÍNTEGRA LA DOCTRINA, SIN ATENUACIONES O TERGIVERSACIONES, consciente de que nuestro deber no sólo consiste en custodiar este TESORO PRECIOSO, como si nos preocupáramos únicamente de la antigüedad, sino en dedicarnos con voluntad firme y sin temor a la obra que exige nuestra época…la Iglesia, tanto ANTES COMO DESPUÉS DEL CONCILIO, ES LA MISMA IGLESIA UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA, en camino a través de los tiempos.”
20/04/11 1:16 AM
  
Luís Luiz
Hay hoy un nuevo maestro en la escuela que se dá cuenta de la injusticia de la situación, que su antecesor no percebía. Y por eso dialoga con el buen alumno. Quiera Dios que la Escuela pueda seguir enseñando sin expulsar sus mejores alumnos.
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JMI.- Lea el final de mi artículo. Si es tan bueno el maestro de ahora, ¿por qué no se ponen a su disposición, poniendo también sus cargos en sus manos, y reconocen "sin reservas" su autoridad como Sucesor de Pedro? ¿Por qué no se dejan enseñar y gobernar por él?
20/04/11 2:54 AM
  
Luis Fernando
En un aula universitaria un catedrático da clase mientras buena parte de los alumnos, empeñados en leer manifiestos revolucionarios no le hacen ni caso. De repente uno de los más listos se levanta y protesta con furia: "Lo que usted enseña es falso". El catedrático, tras intentar convencer a dicho alumno sobre la veracidad de su enseñanza, finalmente opta por decirle: "Yo soy el maestro, tú el alumno. Debes acatar mi enseñanza".

Entonces el alumno abandonó la universidad y montó una academia privada.
20/04/11 6:49 AM
  
Flávio L. Alencar
Padre Iraburu, desde Brasil quiero decirle MUCHISIMAS GRACIAS por su labor! MUCHISIMAS GRACIAS!
20/04/11 6:50 AM
  
Fijo Ð Algo
Querido Padre D. José María:

Le agradezco de corazón que me haya rearfimado en la Fé con esta serie de artículos. Porque el sutil veneno que destila la enseñanza lefebvrista conduce al error, casi, sin que uno se de cuenta. Y una vez caído en el error... a ver como sale uno de ese difícil atolladero !

Nos ha demostrado magistralmente, como la FSSPX enseña, que el actual estado de apostasía dentro de la Iglesia Católica tiene su origen en el propio papado, así como en el Concilio Vaticano II y sobre todo en "Asís". Y como esto fomenta que católicos escandalizados y astiados con la situación actual dentro de la Iglesia, busquen refugio en la aparente "santidad y ortodoxia" de la FSSPX, sin saber que una vez integrados en el movimiento de la FSSPX, abandonan efectivamente a la verdadera Iglesia Católica, en aras de un "catolicismo" de corte lefebvriano. Gracias por el aviso.

También nos advierte de como el tema del levantamiento de excomuniones ha sido usado hasta el hastío, como estandarte de que "ellos" siempre tuvieron la razón, y que Roma estaba en el error y de como Summorum Pontificum ha sido tergiversado en ese mismo sentido.

Gracias de nuevo, por hacer esto público. Porque las reacciones a sus artículos tambien han sido públicas. Y con esto, se han desenmascarado precisamente los que apoyan las tesis de la FSSPX en contra de lo que dictamina la propia Iglesia. Y no pocas páginas web, que aunque con apariencia de un catolicismo ortodoxo, inducen precisamente en esta clase de errores que atentan contra la propia Fé Católica.

La crítica que le hacen en determinadas páginas web, y en base a como la hacen, es lo que nos avisa precisamente, de que sus autores/colaboradores han caído en el error doctrinal, y su lectura por esta razón, no es recomendable.

Por último señalar, que la rebelión que se prepara es tremenda:

-Declaración de "reservas" relativas a la inminente beatificación de Juan Pablo II.

- Reacciones negativas en torno al próximo encuentro en Asís por parte de Benedicto XVI.

-Otras rebeliones como la de Thiberville que ya se ha consumado abiertamente, entre el regocijo generalizado de no pocos filolefebvrianos.

Usted Padre, desde las alturas católicas, se ha adelantado a los acontecimientos que han de ocurrir muy a nuestro pesar:

El Santo Padre está a punto de implementar ampliamente Summorum Pontificum. Con esto ya no habrá mas excusa ni para los lefebvrianos, ni para los "filo". Tambien está a punto de beatificar a Juan Pablo II, a pesar de lo que digan quienes lo digan. El futuro encuentro en Asís, es doblemente significativo y no habrá marcha atrás. Y las discusiones doctrinales con la FSSPX están próximas a resumirse.

La generosidad del Santo Padre llega a su término, y a la FSSPX se le acaba el tiempo y el espacio de maniobra: O con Roma, o fuera de Roma.

Esto es lo que no pueden ver los filolefevbrianos. Porque los lefebvrianos lo tienen bien claro: Roma está en Écône.

TVENSJC
20/04/11 8:43 AM
  
Luís Luiz
Yo espero sinceramente que el diálogo entre el Papa y la FSSPX pueda dar buenos fructos y evitar un cisma que muchos creen inevitable. Soy absolutamente favorable a la acceptación del Concilio dentro de una perspectiva tradicional. Para los que leen portugués, he publicado en mi site (http://www.christeeleyson.com/p/fsspx-escandalos-sexuais-vaticano-ii.html) la única versión integral en toda internet de un artículo fundamental del historiador norteamericano E. Michael Jones sobre sus recientes conversaciones con el obispo Williamson. Lo he hecho con autorización del autor. No se puede encontrar el artículo ni mismo en el site del autor, www.culturewars.com. En el artículo, profesor Jones defende una posición casi idéntica a la del artículo de Usted. Lo que quiero decir es que el cisma de la FSSPX es solo un lado del problema, siendo el otro, mucho más grave, el laxismo doctrinal y moral, este por veces criminal (cf. los escándalos de pedofilía) que dominó la Iglesia en el pontificado de JPII. Y para concluir quiero agradecer a Usted, padre Iriburu, por su artículo, donde he aprendido mucho, y por su paciencia. Gracias.
20/04/11 1:47 PM
  
Ricardo de Argentina
LF, tu brevísimo cuento es una descripción ajustadísima de la actual situación de la Iglesia, sometida al tremendo juego de presiones progres-lefes.
Así, tal cual, es como yo veo el tablero del ajedrez eclesial: los progres minando las bases, los lefes a la intelectualidad más preparada. ¡Pobre Iglesia!
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JMI.- Cuanto más veo en aprietos a la Iglesia, más la quiero, más la reconozco como Madre y como Maestra, más unido me siento al Papa, más entiendo que hemos de entregar nuestras vidas dentro de Ella por Ella, por sanar sus heridas, por iluminar los rincones que se le han quedado oscurecidos, por enderezar los desvíos que algunas de sus regiones son más graves y generalizados...

Y con más horror veo que, en un tiempo como el que estamos viviendo, una Comunidad cismática se distancie de Ella, guarde sus "reservas" sobre la autoridad del Papa, no se decida a "volver a la unidad" de la Iglesia, como el Papa le está llamando con un amor tan conmovedor y con gestos heroicos, muy comprometidos para él, y que sin embargo los da, jugándose su prestigio.
20/04/11 1:47 PM
  
Catholicus
Luis Luz,
Puedes ver las estadísticas del informe Jay. El escándalo de pederastia surge en años 60, nacimiento del progresismo, tiene máximo en los 70, decrece en los 80 (Juan Pablo II) y en los 90 queda estabilizado en lo "normal".

Una cosa es cuando se producen y otra cuando se descubren y publican. Cuidado con eso.
20/04/11 2:35 PM
  
Ernesto
En el aula Universitaria el Maestro comienza a enseñar una lección que contradice lo que les enseñaron en los últimos años. El mejor alumno consulta el texto de la cátedra, y ve que efectivamente dice lo contrario. Le pide explicaciones al profesor, este le prohibe hablar y enseñar las lecciones y doctrina catedrática a los restantes alumnos. Y lo obligan a decir, contra la lógica, que la doctrina no ha cambiado, que hay perfecta continuidad ente A y No A. El alumno dice que no puede hacerlo, porque eso es contradecir la verdad y la inteligencia, que es la luz primera del hombre, sin la cual no hay ni razón ni fe. Y los malos alumnos, entusiasmadisimos.
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JMI.- Otra parabolita para justificar el cisma.
Refleja muy bien el pensamiento de Mons. Lefebvre y de la FSSPX.
Queda muy mona.
20/04/11 4:25 PM
  
Jordi
"-Ciertos «gestos» de Juan Pablo II nos causaron profundo desagrado...les dimos una interpretación benigna. Besando El Corán...estaba el Papa expresando su amor inmenso por los mil millones de musulmanes cautivos de ese libro falso. Recibiendo en la frente la marca de Shiva...agradecía...el acto, como si en Hawái le impusieran un collar de flores. Ésa es la única manera de interpretar...esos actos ambiguos del Papa."


- Shiva es una deidad destructora, y me parece que San Francisco Javier decía que todas las deidades hindúes son satánicas:

es.wikipedia.org/wiki/Shiva


- El Corán no es revelación pública y contiene serias objeciones en materia de violencia social:

www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=14983


- Estos gestos, junto con misas bastante extrañas (mujeres indígenas bailando con el torso desnudo) o encuentros de Asís con ciertos gestos que dan la sensación de estar viendo una especie de Nueva Religión Universal, pueden justificarse por el hecho de ser novedosos en su época, pero una vez realizados, ya existe una experiencia para saber sus consecuencias.

20/04/11 5:45 PM
  
Ernesto
No, padre, no es para justificar el cisma, es para explicar por qué la conciencia tiene dificultades para decir que a es igual a no a, y por que ningún poder sobre la tierra o en el Cielo puede obligar a afirmar una contradicción. Porque la conciencia es el primer Vicario de Cristo.
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JMI.-... los esposos, p.ej., "siempre deben regirse por la conciencia, la cual ha de ajustarse a la ley divina misma, dóciles al Magisterio de la Iglesia, que interpreta auténticamente esa ley a la luz del Evangelio" (Gaudium et spes 50).

A la hora de juzgar si la Misa nueva es verdadera y santa, si los sacramentos renovados son santos o bastardos, si la Dignitatis humanæ es o no conciliable con el Magisterio anterior, etc., no estamos en si "a es igual a no a": estamos en cuestiones gravísimas del mundo de la fe y de la Iglesia, en las que el dictamen del Papa, del Concilio y de los Obispos distribuidos por el mundo, obliga a su conciencia, y si ésta le dice a Ud. algo contrario, debe Ud. dejar a un ladito lo que "su juicio" le diga, fiándose infinitamente más de lo que le está diciendo la Iglesia, Mater et Magistra, que de lo que Ud. piensa y discierne.
20/04/11 5:46 PM
  
jjuanj
Riverianos, diocesanistas, jansenistas (no por seguir a Jansenio, sino por enseñar curiosamente la misma doctrina). Una espiritualidad triste, que desconfía de la naturaleza elevada por Dios en el bautismo. Diario de un cura rural o de cómo terminar depre, en medio de un pueblo pecador y de un clero que no vive la "conciencia" de la inhabitación, la opción por los pobres y la crítica de tantas estructuras eclesiales.
El pesimismo antropológico de Lutero, aggiornado.
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JMI. Perdónalo, Señor, porque no sabe nada de lo que habla.
Y concédele la gracia de leer de RIVERA-IRABURU el excelente libro "Síntesis de Espiritualidad Católica" (7ª edición), que ha iluminado y alegrado a tantísimos cristianos. Laus Deo!

Recomendación complementaria. En InfoCatólica, en AUTORES, busque Ud., si le parece, IRABURU, y en la lista de los 19 artículos suyos publicados, consulte "La alegría cristiana" I-III, tres artículos muy buenos. Seguro que van a alegrarle su pesimismo antropológico.
20/04/11 8:17 PM
  
Alejandro Salvatierra
No hace falta ser filo-lefebvrista sino sólo saber un poco de historia, para entender que antiguamente los patriarcas enían una jurisdicción limitada pero podían inmiscuirse en los asuntos de otras iglesias autónomas de menor rango que pertenecían a su patriarcado, las iglesias metropolitanas, sin tener directamente jurisdicción sobre ellas, así el papa no tenía poder absoluto en su patriarcado occidental y había también metropolitanos que tenían funciones de primado, y con mucha autonomía podían elegir a su clero y ordenarle, esos privilegios se les retiraron en el siglo XIV de parte del papado para que éste pudiese controlar toda selección de obispos y acaparese para sí todas las funciones de primado, así que no es carente de razón pedir que los obispos vuelvan a tener mayor autonomía y mayores funciones que las que reducidamente el papado les reconoce hoy día, y ya antes que el obispo Lefebvre otro obispo de Utrecht fue excomulgado por algo parecido, este suceso trajo consigo la formación de la iglesia cismática conocida como “Viejos católicos”.

Gracias.

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JMI.- No hace falta, en efecto, saber mucha historia de la Iglesia para que hoy un católico sepa que si quiere ser fiel católico debe pensar acerca de la configuración concreta de los "poderes" espirituales del Papa lo que sobre esa grave cuestión enseñan, concretamente, los Concilios Ecuménicos Vaticano I y Vaticano II, así como el Catecismo de la Iglesia.
20/04/11 9:25 PM
  
Alejandro Salvatierra

El verdadero magisterio de la iglesia era realmente colegiado, e históricamente se puede saber que alguna vez tuvo representación de todas las iglesias del mundo habitado, a eso se refiere el calificativo de ecuménicos de los antiguos concilios, pero los concilios Vaticano I y II sólo fueron celebrados por Roma sin verdaderas representaciones de otras iglesias con las que antes estuvo en comunión Roma formando la iglesia verdaderamente universal. Ahí ya no es cuestión de razón sino imposición, autoritarismo, dogmatismo del papado y un puñado de sus jerarcas de confianza.

Gracias.


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JMI.- Los católicos tenemos fe cierta en los XXI Concilios Ecuménicos de la Iglesia Católica.
Anímese.
20/04/11 11:06 PM
  
Ernesto
Realmente usted lee lo que escribe, Padre? Que una misa con bailarinas semidesnudas, el beso al Corán, la unción idolátrica, Asís, puede justificarse por ser "gestos novedosos"?

Alucinante...
JMI.- Por lo que veo, Ud. no ha entendido lo que yo he dicho y explicado sobre el tema, y consiguientemente lo rechaza.
Una pena.
20/04/11 11:06 PM
Desconozco las costumbres de la India, pero respecto a la marca de Shiva que Jordi comenta que recibió Juan Pablo II leí hace algún tiempo un breve artículo del conocido apologeta James Akin, en done explica lo siguiente:

Pregunta: Alguien en el grupo cismático la Sociedad de San Pío X me dijo que cuando el Papa se dejó imponer en la frente la marca de Shiva de parte de una sacerdotisa y que hay una foto para probarlo. ¿Es esto cierto?

Respuesta: Hay una foto del Papa cuando es ungido en la frente por una mujer india, pero ella era católica, no una sacerdotisa hindú. Ella estaba dando el Papa una forma de saludo indio tradicional conocida como "Aarti", que no tiene ningún significado religioso más que un apretón de manos en la cultura occidental o darle a alguien una corona de flores como bienvenida en Hawai.

Una carta de fecha 22 de noviembre de 1994 el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales explica la costumbre y su papel en la sociedad india:

"Los católicos indios ... usan el 'Aarti' cuando un niño vuelve a casa después de recibir la Primera Comunión, y cuando una pareja de recién casados ​​son recibidos por sus respectivas familias. Hoy en día, 'Aarti' se realiza a menudo para saludar al celebrante principal en un importante evento litúrgico, como lo fue en la ocasión que se muestra en la fotografía. En tales ocasiones, 'Aarti' suele ser ofrecido por una mujer casada católica, y no ciertamente por una "sacerdotisa de Shiva como se ha dicho."

La carta, por el arzobispo John P. Foley, presidente del pontificio consejo, señaló a continuación: "El uso del saludo ceremonial 'Aarti' de los católicos indios no es más la adoración de una deidad pagana de lo que es la decoración de un árbol de Navidad por cristianos estadounidenses en un retorno a los ritos paganos del norte de Europa."

Su amigo cismático en la Sociedad de San Pío X debe comprobar sus hechos antes de esparcir rumores maliciosos que tratan del Santo Padre (cf. Hechos 23:1-5). Fue simplemente a decir misa y recibió la forma tradicional de la India de felicitación para el celebrante.

Fuente: http://www.cin.org/users/james/index.htm http://www.cin.org/users/james/questions/q003.htm

20/04/11 11:45 PM
  
Edwin
Aquí (comentarios) se habla mucho de Juan Pablo II y hechos posconciliares, a mi criterio, de menor importancia, pero es curioso que ni en los 7 artículos, ni en los comentarios he visto nada que refiera al "subsistit in". Es aquí donde creo que se halla "el quid de la cuestión", puesto que como sabemos el Concilio Vaticano II tiene un alto grado de ambigüedad (que debe interpretarse bien, pero puede interpretarse mal), pero según afirma la FSSPX con respecto al "subsistit in", ya no se trata de un problema de ambigüedad, sino de un "cambio esencial" con respecto a la extensión del Cuerpo Místico de Cristo... o al menos así lo entiendo yo.

¿Podría decirnos algo sobre esto Padre?
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JMI.- Sí podría. Como de otros 247 temas. Pero no lo haré.
Del lefebvrismo y del filolefebvrismo ya he dicho lo que quería decir.
No más.
21/04/11 12:38 AM
  
Alejandro Salvatierra
Acá el texto:



La que hoy conocemos como iglesia católica (romana) con su papa sólo ha presididio como 14 o 13 concilios ignorando al resto de las iglesias, los otros 7 fueron presididos por el emperador romano de Constantinopla y en seguida en jerarquía prácticamente le seguía el patriacarca byzantino, y sólo los 3 primeros concilios contaron con la verdadera presencia de todas las iglesias, son los que se pueden llamar católcos o universales. Usted puede creerse lo que quiera pero otra cosa dice la historia. Hoy que hay más opción de informarse ya no es tan fácil hacer proselitismo porque no facilmente nos convencen ya los católico, como intentó usted convencenrme de que su iglesia ha celebrado todos los concilios, ni nos convence tampoco un testigo de Jehovha.

Gracias.


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JMI.- Dice "Usted puede creerse lo que quiera".
Efectivamente. Yo soy católico y por eso creo en lo que, con asistencia infalible de Cristo Salvador, enseña su única Esposa, la Iglesia Católica, nuestra Mater et Magistra.
Anímese.


En todo caso, permítame que le diga que sus comentarios en este blog católico quedan totalmente fuera de lugar. Yo, por ejemplo, no pongo comentarios en un blog de los Hare Krishna, discutiendo la legitimidad de su origen, ciertas normas dietéticas que acostumbran, etc. Es un mundo espiritual que me es ajeno. No tengo nada que ver con él, ni puedo aportarles nada válido.




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Luis Fernando:
Padre, este tipo es un troll mejicano que va soltando el mismo rollo por todas partes venga o no venga a cuento. Cuando se lo vuelva a encontrar, no le dé paso ni le responda. Obviamente cambia de nick, pero es fácil detectarle.
21/04/11 1:44 AM
  
José María Iraburu
Ya vamos por el tercer día de comentarios.
La Sala de Comentarios quedará cerrada durante el Triduo Santo.

Hoy, Jueves Santo, se cerrará, Dios mediante, a las 12 hs.

Gracias a todos por sus comentarios.
Santa Semana Santa.
21/04/11 8:25 AM
  
José María Iraburu
¡Cristo ha resucitado!
¡Resucitemos con Él!
¡Aleluya, aleluya!

Pascua sagrada. ¡Cantemos al Señor!
Vivamos la alegría
dada a luz en el dolor.

Se abre de nuevo la Sala de Comentarios.

25/04/11 7:07 AM
  
Luis Manuel
¡Aleluya!

Disculpe el off-topic. Dice ud. que suspendamos todo juicio cuando creamos encontrar contradicción en lo que la santa Iglesia enseña y enseñó.

Lo deseable sería que, iluminados por la Gracia, no suspendiéramos el juicio sino que entendiéramos. ¿Ha pensado en escribir sobre lo que ud. sí entiende? Puede ayudar a que otros podamos tener más juicio.
25/04/11 1:59 PM
  
Ricardo de Argentina
Hoy encontré por casualidad en un recorte del diario "Clarín" una noticia del año 2009, poco tiempo después del levantamiento de las excomuniones. Allí Mons. Tissier de Mallerais afirmaba muy suelto que la misión de la Fraternidad era "convertir a Roma". Y se notaba el regocigo que esto producía en el cronista, que era progre como todos los cronistas de ese pasquín.

Aún en el caso de que las conversaciones con Mons. Fellay lleguen a buen puerto, no veo verosímil que ni este obispo ni Mons. Williamson acepten someterse a Roma.
26/04/11 2:17 AM
  
Fidélis Antônio
Padre, Monseñor Fernando Rifan tiene una Orientación Pastoral dirigida a los tradicionalistas. Aborda el tema todo de manera muy interesa y creo que complementa bastante bien con lo que Usted ha publicado. Así que lo recomendo a Usted (por si no la conocía todavía) y quienes más se preocupan con el tema. Esta integralmente online en http://www.adapostolica.org/modules/wfsection/article.php?articleid=448.
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JMI.- Muchas gracias.
26/04/11 4:14 AM
  
Cuauhtemoc
Yo veo la fraternidad como un faro de luz entre tanto desorden
La nueva misa cada vez Es mas extrana y por mi rumbo no hay misa Latina,a la que me gustaria asistir . Ojala que Ellos sigan luchando por conservar la tradicion como lo fue en el Pasado. Que sepa,no Han negado ningun dogma de la iglesia.
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JMI.- Una cosa es la herejía, que niega dogmas, y otra el cisma, que rechaza sujetarse al Papa (canon 751). Las dos cosas son terribles. La Fraternidad no es herética, pero es cismática. Como dijo el Papa explicando en carta el levantamiento de la excomunión de los cuatro Obispos (10-III-2009), aceptan con reservas la autoridad del Papa, ejercen los ministerios sacerdotales de modo ilegítimo, y por el arrepentimiento han de "retornar a la unidad" de la Iglesia. Ellos ordenan sacerdotes contra las insistentes llamadas en contrario de la SSede, y no sujetan en modo alguno la vida de sus Prioratos ni al gobierno del Papa ni al del Obispo ordinario del lugar. Es, pues, una situación cismática, aunque la SSede, extremando la caridad eclesial, no haya considerado conveniente declararla cisma formal.
27/04/11 6:40 PM
  
Latinista
Hasta en sus réplicas a los comentaristas es usted un "crack", padre Iraburu. Fíjese que yo, por afición al latín, objeto de mis amores y enseñanzas profesionales, acudo a veces a la forma extraordinaria según el "motu proprio" de Benedicto XIV. Pero ya me guardaré de desobedecer al Santo Padre o de sobrepasar un ápice lo establecido por él a estos respectos. Usted nos ha abierto a unos cuantos una senda segura para transitar por la misa de expresión latina relanzada por el Papa sin dejarnos seducir por tantos cantos de sirena que acechan en torno a ella.
Gracias, padre Iraburu. Gracias, Infocatólica.
28/04/11 5:53 PM
  
Tradicionalista
Curioso: la beatificación de Juan Pablo II, en la víspera de San Atanasio.
01/05/11 12:56 PM
  
Faramir
He tenido simpatía por la FSSPX, pero la lectura de estos artículos y de las citas que su fundador me la han quitado completamente.
03/05/11 11:45 PM
  
Alejandro Bayer (Colombia)
Apreciado P. Iraburu:

Quizás un comentario más canse a muchos lectores, y yo pido perdón a Usted y a todos. En todo caso, me dirijo a Usted en primer lugar, que debe estar más que cansado de tanto comentario: ¡el precio que hay que pagar por darse a la dura e indispensable tarea de criticar!

Se metió Usted en aguas profundas, en que muchos hemos tenido que meternos, y es verdad que no todos salen bien librados: el demonio trabaja por cansar y ahogar a muchos en esas aguas. Para algo armó el bicho semejante jaleo en la Iglesia, de lo que Dios saca tanto bien, muy poco llamativo, lastimosamente.

En esas aguas tan profundas, en las que Usted decidió navegar como observador (Usted no se ha metido, perdone que se lo diga, ni como hubo de meterse Mons. Lefébvre, ni como tenemos que hacerlo otros: por la fuerza de la necesidad), no me parece Usted mal navegante, ni mucho menos. De hecho, a juzgar por los comentarios que le hacen, Usted logra mucho de su propósito: mantener alejados a muchos católicos de esas aguas peligrosas, y sacar a algunos de los que allí navegaban. Eso sí: quien se sale por las palabras que Usted le dirige me parece que no iba nada bien. Le faltaba firmeza y estudio. Pues quien se ha visto arrojado allí por la fuerza de la necesidad y ha tenido que sostenerse a fuerza de brazos en medio de la turbulencia que allí lo zarandea, todo ello obligado por la necesidad, tal vez sienta desazón y hasta inquietud, y no le puedo negar que puede incluso sentir la tentación de agarrarse a la barca en la que Usted parece ir bien seguro, pero se resiste y sigue allí contra la corriente: la corriente de la modernidad, claro, del indiferentismo en cosas esenciales (Asís lo siembra a manos llenas, con buena intención o sin ella [le sugiero vivamente que vea esto]), y de vivir según los sentimientos, y según los gustos, y según "el corazón" (eso es la espiritualidad de la Iglesia de hoy, lastimosamente), y no según la voluntad de Dios. Corriente nefasta de la que hay que escapar, pues conduce a la senda ancha que lleva a la perdición. Y por esa corriente, Usted lo sabe, millones y millones de católicos se han dejado arrastrar, algunos de ellos por su "fidelidad" al Papa, pues él no ejerce el oficio del buen pastor que lleva a sus ovejas por caminos seguros.

No quiero decir que Usted quiera meter a la gente a esa corriente, sino que Usted, sin pretenderlo, mantiene a algunos allí y saca a otros de las aguas seguras porque les grita que son peligrosas, y sin duda lo son, quizás con un peligro que ellos no habían percibido. (Véase el comentario de Faramir, cuyo seudónimo es sinónimo de lealtad, valentía, arrojo, nobleza, y ahora lastimosamente alejado…).

Usted, pues, queriendo prevenirnos, nos quiere cerrar el camino. Pues habla a los que están en peligro de acogerse a la labor pastoral (en la que no hay “éxitos”) de la Fraternidad San Pío X, la única tabla de salvación para muchos en medio de esta colección de herejías y de costumbres totalmente contrarias a Dios que es el modernismo, universalmente aceptado y vivido (sea o no culpable el Concilio y haya o no un que otro cura por ahí que no sucumbe). He intentado encontrar en mi ciudad, de 400.000 habitantes, y "muy católica", un solo sacerdote que quiera celebrarnos la Misa tradicional, y no ha sido posible. Y lo hemos buscado porque nos cansamos de buscar algún lugar en que la misa no se hubiera convertido en la "cena del Señor", "animada" (así dicen) con música que, no huelga decirlo, es siempre indigna del culto a la Soberana Majestad, casi siempre alejada de la obediencia perfecta a las rúbricas, plagada de improvisaciones (todas ellas tontas), muchas veces con homilías en que se afirman herejías, y en la que se predica un evangelio distinto del que nos transmitió San Pablo: ni se habla de penitencia, ni de retribución por las obras de cada uno, ni del pecado, ni del único sacrificio propiciatorio, etc., etc., etc. ¿Qué otro camino tenemos nosotros salvo rechazar todo eso, que no es católico, ni cristiano siquiera (yo sé que no hay oposición) y aferrarnos a lo que sí lo es, como se puede discernir por la predicación, la sotana orgullosamente llevada, la enseñanza fiel a todo el magisterio de la Iglesia (el del Vaticano II no "obliga", como Usted sabe, pues es tan solo pastoral y no dogmático, luego allí no hay nada en que se defina la fe o se nos exprese algo como que se deba aceptar para ser salvo), la piedad, incluso la oración por el Papa y los obispos, etc.?

Luego lo que pretende, según me parece, no presenta el aspecto de comprendernos totalmente, aunque usted cree que lo logra porque nos “define”. Y, además, el camino que sigue, y que yo tal vez también habría seguido, visto en Usted me parece chocante, cuando menos. Pues recure Usted al desprestigio de alguien que decidió actuar contra ciertos males (juzgados también como males por Usted) de modo diverso a como Usted lo ha hecho y a como Usted cree que debía hacerlo, pero siendo muy diversas sus circunstancias. Al hacerlo sin considerarlas “desde dentro”, tal como las consideraba él en su interior, me parece que Usted peca: eso es lo que TAL VEZ llame el Señor juzgar, y nosotros no debemos hacerlo. No se mete en los zapatos de quien Usted considera culpable de haber producido un cisma (y yo creo, como algunos miles más, que los cismáticos son otros) y ni siquiera parece considerar la más mínima posibilidad de que Mons. Lefébvre actuara de buena fe, bajo la convicción (como la suya) bien formada y correcta de que eso era lo que Dios le pedía, costándole como le costó hacer lo que hizo. ¿Por qué hay que suponer o partir de la base de que los demás, los que desde nuestro punto de vista yerran, actúan “de mala fe” o incluso sin sufrir al tomar las decisiones? Esa es la idea que Usted transmite tanto de Mons. Lefébvre como de quienes aún permanecen o están cerca de la obra por él fundada.

Dice Usted, por último, en el primero de sus posts, que él juzgó mal porque creía que la Iglesia debía ser salvada y que sólo él podía hacerlo mediante ese acto contrario a la Ley de la Iglesia. ¿Qué tal que fuera cierto? ¿Qué diría si se encontrara Usted, luego de su muerte, con que el Señor decida que Mons. L. tenía razón? ¿No le parecerá que Usted no comprendió algo que él sí comprendió, quizás porque él vio lo que Usted no vio, oyó lo que Usted no oyó y fue testigo de los ataques interiores y fructuosos de Satanás dentro de la Iglesia? ¿Qué tal si Usted nos dice algo de lo que piensa tras ver el video que le enlacé? ¿También los obispos bizantinos, como los de Ucrania, están equivocados? ¿No es patente que Roma se está haciendo la sede del anticristo y que un hombre fiel a Jesucristo debe verlo, rechazarlo y actuar con toda la pasión del amor a Dios para “defender” y quizás salvar a su Iglesia, al menos salvándose a sí mismo?

Duro es dar coces contra el aguijón.

ABT

P.S. ¿Leyó Usted el libro Iota Unum de Romano Amerio? ¿No prueba suficientemente que “Roma perdió la fe”?

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JMI.- El fin no justifica los medios. Realizar unas ordenaciones episcopales de modo cismático y sacrílego, manteniendo vivo el acto con sus consecuencias más de veinte años, a través de más de 150 Prioratos presentes en Iglesias locales católicas, sin sujeción alguna ni al Papa ni al Obispo del lugar, y ejercitando ilícitamente los ministerios sacerdotales, no sirve para resolver los gravísimos problemas actuales de la Iglesia Católica (ver REFORMA O APOSTASÍA 1-125), sino para aumentarlos.

Si ud. considera que "es patente que Roma se está haciendo la sede del anticristo", lo que es una mentira diabólica, lógicamente comprende y aprueba la posición de Mons. Lefebvre y de los que le siguen en la FSSPX.

Es duro dar coces incansablemente contra la Roca de Pedro.
06/05/11 11:46 PM
  
Alejandro Bayer (Colombia)
Apreciado P. Iraburu:
Gracias por su paciencia.
La explicación de Santo Tomás acerca de los fines y los medios le sorprendería, como me sorprendió a mí hace poco. Los fines son los que dicen, muchas veces, de la licitud de los medios. Pero no soy bueno para explicar eso.
¿Vio el video? Me parece que no, por lo que me dice. Ojalá muchos de sus lectores, y Usted mismo, se tomen el tiempo necesario. Se va a sorprender.
Supongo que admira a San Josemaría Escrivá de Balaguer; que, como canonizado, Usted está seguro de su santidad; etc. Pues bien: él dijo literalmente: "el enemigo está adentro y arriba". Yo sé que los miembros del Opus Dei no viven como si eso hubiera sido dicho siquiera, que cuando leen eso piensan que lo que quiso decir fue que el enemigo se fumó un cigarrillo por los pasillos del Vaticano y luego se volvió al infierno, y que las lágrimas y cartas y exhortaciones de todo tipo de los últimos años de su vida los deja fríos, pero más claro no se puede hablar. Claro que el bicho estaba haciendo allí cosas: adentro y arriba.
Luego es la autoridad de un santo, y de obispos que no podrá Usted catalogar de cismáticos o infieles, la que le aduzco, y el macizo e irrebatible estudio de un erudito, no las palabras de un pobre don nadie como soy yo. No dijo Nuestro Señor "Por sus frutos los conoceréis"? ¿Cree Usted, sinceramente, que sin una invasión en regla, y sin un acto espiritual de alguna naturaleza especial, iba a lograr el enemigo en tan pocos años la casi desaparición de la vida auténticamente católica en el universo? Padre: de Usted depende mucha gente, quiéralo o no. No les cierre los ojos y encuentre y muéstreles la causa del mal. Hay que señalar a Anás y a Caifás y no dejar que engañen.
Padre: se lo ruego: vea ese video y lea a Romano Amerio. Luego dígame que no es la autoridad, o directamente o con su aquiescencia, la que ha sembrado error y confusión a manos llenas.

Una pregunta: ¿no es ilícito acogerse a la acción pastoral de los únicos católicos que uno encuentra a mano? ¿Eso es lo que me quiere decir con aquello de que el fin no justifica los medios?

Con aprecio y confiando en que rece por este pecador, me despido.

ABT

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JMI.- La impresión que uno tiene al discutir con lefebvrianos y filo-lefebvrianos es que lo que uno escribe es como si lo escribiera con un dedo en el agua: no queda nada. Yo he escrito siete largos artículos sobre estos temas, pero parece que Ud. no se ha enterado de nada. Sigue pensando que "los únicos católicos" que tiene a mano son precisamente ésos que no están en comunión con el Papa ni con los Obispos católicos locales; ésos a quienes el Papa Benedicto XVI llama "al arrepentimiento y a retornar a la unidad" de la Iglesia.

He leído íntegro a R. Armerio y a San Josemaría Escrivá, y ellos en modo alguno creen que la Sede de Padre está ocupada por anticristos, como Uds. creen. Concretamente San Josemaría tuvo gran veneración por todos y cada uno de los Papas postconciliares, y sugerir lo contrario es calumniarle.

Escribe Ud.: "Dígame que no es la autoridad, o directamente o con su aquiescencia, la que ha sembrado error y confusión a manos llenas", me ruega Ud.
¿Y para qué se lo voy a decir, si lo he dicho veinte veces en estos artículos, fundamentando y argumentando mi afirmación, y Ud. no lo cree?


07/05/11 2:14 AM
  
Alejandro Bayer (Colombia)
Apreciado don José María:

Si lo prefiere no publique este comentario, y más bien contésteme a mi buzón, en caso de querer hacerlo, aunque inútil fuera o le pareciera (yo hago algo que creo inútil en este momento, como tantas, tantas veces; y es que a los ojos de Dios tal vez no lo sea).

Lamento producirle esa tristeza, la que produce constatar que el trabajo de uno no produce fruto. Pero tenga en cuenta que Usted y yo somos huesos duros de roer, ja, ja, y así como yo parezco no escuchar, Usted no puede decir en ese sentido mucho a su favor. Y aún así, Usted me contesta y yo lo hago. Y quizás algún argumento del otro surta efecto.

Me regaña Usted porque creo (a pesar de todas las luces que intenta arrojar sobre el tema) que los únicos católicos que tengo a mano son los cismáticos. Padre: ¿ha comprendido Usted seriamente lo que es el modernismo, hasta donde ha empapado la sangre de los clérigos del mundo, y hasta dónde es eso anticatólico? ¿No sabe lo profunda, taimada, y alejada de cuanto el Señor nos enseñó, es esa sarta de herejías, que se reflejan en toda actitud (y no solo en el modo a-sacro o sacrílego) de celebrar la eucaristía (ya ninguno quiere decir "Misa")? ¿Cómo puede un católico aceptar todo eso con su sola presencia? Todo lo que yo puedo ver es apostasía, abandondo de la verdadera fe, alejamiento del Señor, cristianismo protestantizado al modo actual, que ya ni es "luterano". Y ¿no he de preferir aquello seguro, firme, sólido, que solo los sacerdotes de la fraternidad llevan consigo, aunque estén suspendidos precisamente por quien nos dice que todo va mal, y que, a pesar de decirlo, no expulsa a nadie, no excomulga a nadie sino a quienes dicen: por el modernismo yo no puedo pasar, pues coincido con Usted en que todo está mal?

Quizás esto último que digo no sea del todo preciso, pero se parece mucho. Es que los papas dicen que esto y aquello va mal, pero ni corrigen con autoridad (reservando lo peor para quien opta por la seguridad del "pasado" traicionado) ni enderezan cosa alguna. Como vio, ahora hasta prohíben asistir a las misas de los casi únicos sacerdotes que visten sotana, realizan los sacramentos con perfecto rigor amoroso, enseñan la doctrina moral de siempre, estudian a Santo Tomás como manda la Iglesia, predica la penitencia...

Yo prefiero a quienes parecen cismáticos (y no lo son, pues son fieles a Jesucristo), como debe hacer todo cristiano, a aquellos que no lo parecen pero lo son, pues prefieren amoldarse al mundo (para lo cual se realizó el CVII, como Usted bien sabe).

En fin: que la cosa es seria, y Usted, que también es serio, quiere que yo escoja a cualquier curita modernizado (joven o viejo) por la única razón de que está en unión con Roma, y no por su fidelidad a Jesucristo. Lo que me pide es apostasía, pues yo veo claramente donde está el Señor, y actuaría contra mis mejores luces haciendo de otro modo, y eso sería ofender a Dios.

Espero que haya muchos como yo que no le hagan caso, aunque nos tomemos en serio la tarea de prestarle atención a los que no ven lo que nosotros.

Con aprecio.

Alejandro Bayer

P.S. Le recomiendo vivamente, como hago con muchos, que lea a Manuel Lacunza. Creo que la gran diferencia entre ustedes (los no modernistas que no cortan del todo con los modernistas) y nosotros (quienes creemos que debemos hacerlo y lo hacemos) puede ser visto en su obra. Partimos de algo distinto: creemos que esto puede pasar en la Iglesia: que puede ser tomada, adulterada, masacrada, usada, violada, hasta la muerte, y todo para dar mucho fruto, y sin ser destruida: tal y como Su divino Maestro. Ustedes no pueden aceptar incluso hechos fragrantes como cosas malas, porque parten del supuesto contrario: algo así como "esto no puede estar mal porque significaría algo imposible en la iglesia"). Y entonces se termina como los judíos que, por no saber bien qué se podía esperar, no creyeron lo que estaba ante sus ojos.
13/05/11 11:02 PM
  
Pepito el pistolero
Gracias por la serie de artículos, querido Padre.

En un afán desmedido por comprender siempre quedan por explicar situaciones como las del obispo Samuel Ruiz de San Cristóbal de Las Casas, que se pasó 40 años desobedeciendo a la Santa Sede, ordenó de un saque 800 diáconos permanentes imponiéndo las manos una sobre le diácono y la otra sobre su esposa y jamás recibió una sanción del Vaticano. Y el obispo Lefevbre (antes de la excomunión) ya estaba suspendido en 1976.
15/05/11 8:31 AM
  
trabis
Bueno, bueno, muy bueno.
Yo creo que hay gente que se considera filo-lefe porque están hasta las narices de los modernistas, pero que no entienden que su desobediencia al Papa es extremadamente grave.

Los modernistas y los lefevbristas están desobedeciendo. En esto creo que son iguales.

Sin embargo, los lefevbristas se indignan porque contra ellos sí se ha dictado la excomunión. En esto tengo mucho más respeto por los lefevbrianos que por los modernistas, ya que ellos, al menos, van de cara.

Los modernistas son una serpiente que ha ido envenenando la Iglesia y que van presentando unos escritos con lenguajes oscurísimos.

Pero, como bien dice el P. Iraburu, esto viene de antes del CVII.
Culpar al CVII y al Papa de lo que está pasando sería como culpar a los 10 mandamientos y a Moisés de la idolatría de su pueblo.

Lo que está claro es que no reconocer la autoridad del Papa le deja a uno fuera de la Iglesia Católica, sea Hans Küng, Lutero ó Lefevbre.
06/10/11 5:28 PM
  
Roberto
Pe. Iraburu,
Cómo queda ahora la situación de la Fraternidad San Pío X en la Iglesia y la interpretación del Vaticano II después del 14 de septiembre y del comunicado de la Santa Sede acerca del Preámbulo Doctrinal?
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JMI.- Buena pregunta. Pero ha de hacerla a la FSSPX, cuya respuesta a la SSede se espera.
10/10/11 6:36 PM
  
Kaitlyn
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____, 31 ______ 1993 ____. ___________
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JMI.-Mí no entender qué significa este comentario.
19/04/17 10:13 PM
  
Eclessiam
Padre, he de admitir que me hizo mucha gracia eso de «filoiraburiano», parece el nombre de una raza extraterrestre de alguna novela de ciencia ficción: «Los filoiraburianos han desarrollado un arma de protoelectrones en Filoiraburia, su planeta natal».

Lo que me queda decir después de estos artículos, es que la paz y alegría que da el poder cantar una Salve Regina, un Pange Lingua o responder “Et cum spiritu tuo” en una «Misa Tridentina», estando «cum Petro et sub Petro» es sencillamente sobrenatural, algo que le deseo a todos los filo-lefes y lefebvristas, pues en verdad me dan gran compasión. Siento un gran dolor de tan sólo pensar en apartarme si quiera un poquitito del redil de san Pedro, de su vara o su cayado, ¡Dios nos libre y la Virgen Santísima nos guarde!

Y finalmente, tengo que volver a decirlo: gracias, gracias, gracias y mil veces gracias padre. Usted ha elegido el oficio del profeta, el más noble y bondadoso que hay, pero a la vez el que más odio y rechazo genera, el mismo oficio que dejó a Nuestro Señor Jesucristo sólo en el Getsemaní, hasta que vino un ángel a consolarlo. De seguro el Señor nuestro Dios mandó, manda y seguirá mandando ángeles a todos aquellos que, por ser profeta, quedan solos y abandonados aún por sus amigos y cercanos. Por ello padre, le repito: muchísimas gracias por todo. Sé que le hace bien leer esto, y a mi no me molesta en repetirlo, porque es verdad.

Muchas gracias padre, rezo por usted todos los días.
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JMI.-Gracias mil por su gratitud. Dios se lo pague.
Y más gracias aún por sus oraciones. Bendición +
20/09/17 7:01 PM
  
PABLO
POR SUS FRUTOS LOS CONOCEREIS
Sin duda que se pueden escribir páginas y más páginas sobre todo esto pero al final debemos analizar los frutos de toda la reforma del concilio vaticano II, además de situarnos en el contexto actual de la postura de ROMA que alienta aún más el desorden litúrgico y moral.
¿Acaso no se han cumplido sobradamente todas las advertencias de Mons. Lefebre?
¿No se han vaciado los seminarios? ¿Las órdenes religiosas están naufragando en la mayor de las desolaciones? ¿La Iglesia Alemana promotora de tanto desorden no está acaso hundiéndose como el TITANIC? La Iglesia Africana actualmente enfrentada a ROMA con toda la confusión de la doctrina moral promovida desde la Amoris Laeticia y el desorden litúrgico ¿no está acaso reclamando una necesaria contrarreforma? Y aquí podría continuar por los desórdenes litúrgicos más atroces que se están cometiendo, incluyendo misas para niños sin consagración celebradas en España, si en España! Así como misas donde se suprimen oraciones, el cordero, lecturas e incluso la oración eucarística se suprime por un silencio “conmovedor”. Todo esto alimenta mi filo-lefebrismo más que nunca.
Nuestro Obispo acaba de afirmar en la misa de pentecostés que aunque esperábamos una primavera para la Iglesia después del Concilio Vaticano II hemos tenido sin embargo el fruto del arrasamiento de la fe. También ha dicho que la IGLESIA CATOLICA está completamente infiltrada por el enemigo
Hasta hace poco creía firmemente que los Lefebristas aunque tenían razón en muchos de sus argumentos se habían equivocado al separarse de ROMA pero ahora no me atrevo a juzgarlos pues la herejía que se le viene a la Iglesia HOY EN DIA viene de adentro y de ROMA.
Los documentos recientes y las manifestaciones de Bergoglio en favor de las adaptaciones litúrgicas dejadas en manos de los Obispos es algo que sin duda nos llevara por peores senderos que los ya recorridos.
La escandalosa “Amoris Laeticia” clarísimamente una herejía, la más astuta de todas donde suprime de un paraguazo la obligación del cumplimiento de la LEY por un “si puedes” bien, sino no te preocupes pues esto es cosa de los “Fanáticos”. Con esto la verdad esta totalmente vendida. Y ¿Por qué la mas astuta? simplemente porque la mayoría de los Obispos se desentiende de esto y como no hay un ataque directo al dogma sino indirecto, hay un silencio sepulcral al menos en mi conferencia episcopal española donde con el favor de Dios la única voz discordante con la mentira es la de mi propio obispo.
Por otro lado,las negociaciones con los protestantes para acordar una misa sin eucaristía están ya muy avanzadas y sin duda que llegaremos a ello.
¿Qué pasara entonces? ¿Qué supone una excomunión contra el abandono del Evangelio de Cristo? Hoy en día, prefiero seguir el camino de Lefebre si es que llegamos a un abandono de la verdad tan tremenda y morir aunque sea fuera de la Iglesia, que abandonar la verdad del Evangelio. (Gálatas 1:8-11)
¿Entonces? ¿De qué vale tanta teología de la unidad con ROMA si Roma pierde la verdadera FE? Creo sinceramente que hemos elevado al papado a niveles que nunca debiéramos haber hecho pues ahora muchas almas están en peligro de perderse por obedecer los dictados morales sobre el matrimonio, la homosexualidad y la educación sexual de los jóvenes promovidas por ROMA.
09/11/17 6:30 PM
  
PABLO
Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo.
Estimado Padre,
Es evidente que el tema que le ha llevado a escribir esta serie de artículos no puede desligarse de los reparos al Concilio Vaticano II por parte de los lefebrianos y por supuesto al fin y al cabo de los que tenemos cierta simpatía por ellos
Me ha asombrado que en este mismo artículo usted reconoce que "En las 1000 páginas del Concilio Vaticano II podemos encontrar algunas expresiones retóricas algo ambiguas"
Creo sinceramente que este reconocimiento implica que algo erróneo o susceptible de ser mal interpretado o que puede generar confusión o quizás abiertamente puesto para reformar la IGLESIA bajo parámetros heterodoxos no se cubre ni con otras mil afirmaciones correctas.

Mateo 9:16-17
16 Nadie remienda un vestido viejo con un retazo de tela nueva, porque el remiendo fruncirá el vestido y la rotura se hará peor. 17 Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, se reventarán los odres, se derramará el vino y los odres se arruinarán. Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan.

Y esto no es teoría sino praxis. Nuestra Iglesia esta definitivamente rota y desgajada por tanto error moral, litúrgico y teológico apoyados en el supuesto humanismo del Concilio Vaticano II.
Quizás las puertas se entreabrieron solamente pero ha bastado esto para que el daño sea irreparable. Claro que esto es muy subjetivo, pero al nivel en que nos encontramos creo que una reflexión de que errores del concilio deberían ser corregidos es la única vía de la unidad y del retorno a la sana doctrina. ¿No es demasiado pedir que hablemos más abiertamente con los lefebrianos que con los protestantes? El miedo a parecer "Tradicionalistas" ha sido mayor que el miedo a perder la verdad. Y este es un pecado mayor pues el mismo clero, los obispos respaldados por el papado ha sido quien ha causado este desastre litúrgico y moral en el que nos encontramos.
Menos teología Señor Uraburu y más sentido común y fe sencilla para entender este desaguisado por favor! Pues sus razonamientos rezuman por todos lados una verdad forzada y ciega con respecto a lo que realmente esta ocurriendo en la Iglesia hoy en día.
BENDICIONES PABLO



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JMI.-"Me ha asombrado que en este mismo artículo usted reconoce que "En las 1000 páginas del Concilio Vaticano II podemos encontrar algunas expresiones retóricas algo ambiguas. Creo sinceramente que este reconocimiento implica que algo erróneo o susceptible de ser mal interpretado o que puede generar confusión o quizás abiertamente puesto para reformar la IGLESIA bajo parámetros heterodoxos no se cubre ni con otras mil afirmaciones correctas".

Mi nombre es Iraburu. No Uraburu.

Que haya en las 1000 pgs.del Concilio "algunas expresiones retóricas algo ambiguas... no implica que algo erróneo" etc. También las encontramos en la Sgda. Escritura: "El que no odia a sus padres"... "Que se castren" (a los gálatas judaizantes)... sin que ellas nos lleven al error, ni nos causen "un daño irreparable".

"Menos teología Señor Uraburu y más sentido común y fe sencilla".
Rece por este pobre cura que, por lo que usted dice, anda falto de sentido común y de fe sencilla. Dios lo puede todo, hasta lo que parece imposible.



09/01/18 3:07 PM
  
Ecclesiam
Afirmar -implícitamente- que Nuestro Señor Jesucristo, «aunque invisible, preside e ilumina a los concilios de la Iglesia» (Pío XII, Mystici Corporis Christi #22) ha presidido e iluminado un Concilio que ha dado malos frutos, eso sí que es faltar al sentido común y a la fe sencilla.

Y hablando de herejía, a esto venía a molestarle pater. Si tomamos en cuenta las conclusiones que los tradicionalistas afirman, podemos inferir que sus principios son necesariamente heterodoxos, empero, no parece que ellos lo vean así. Por ello, se podría decir que, implícitamente todo tradicionalista es, impropiamente, hereje (Pues no parece que cumplan los requisitos para el pecado de herejía). Son «herejes materiales» y no «formales».

Esto parece correcto, pero, ¿lo es pater?
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JMi.-Perdone, pero no contestaré su pregunta. Los casos históricos de herejía suelen ser complejísimos, y hay que conocer todos los datos para poder dar un juicio de discernimiento de herejía.
Le ruego que no siga con el tema.
19/11/18 4:26 PM
  
Pablo Benavides
¿Podría comentar el último artículo de monseñor Schneider en el que habla de los errores del Concilio?. A todas luces y de acuerdo a sus artículos tan interesantes sobre reforma i apostasía, queda claro que en la Iglesia católica de hoy hay más error extendido impunemente en la propia Iglesia que entre la FSSPX. Un hijo fiel de la Iglesia no puede dejar de ver cómo la apostasía avanza imparable, como anuncia el propio catecismo que sucederá en el final de los tiempos.

Gracias padre
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JMI.-Podría, sí. Pero no lo haré.
25/06/20 11:24 PM

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