11.09.14

22.08.14

Gracia y libertad II

¿El recién nacido no es persona humana?

En el “post” anterior concluimos con el Magisterio de la Iglesia que además de la gracia que es necesaria para poder cumplir los mandamientos y que puede ser rechazada y de hecho es rechazada a veces por el hombre, a la que llamamos “gracia suficiente”, hay una gracia que mueve de hecho el libre albedrío de la creatura racional a obrar el bien meritorio de la vida eterna, a la que llamamos “gracia eficaz”, y que si bien siempre puede ser rechazada por la creatura, de hecho nunca lo es.

En el tema de cómo entender esa gracia eficaz es que se separan tomistas y molinistas.

Al final no hablamos todavía acerca de la voluntad salvífica universal de Dios, que es una verdad de fe. Lo prometemos para el próximo “post”, Dios mediante. Es que entendemos que lo que sigue es previo, y por otra parte, el tema de la voluntad salvífica universal y la predestinación merece un “post” para él solo.

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19.08.14

Gracia y libertad

¿El recién nacido no es persona humana?

Comenzamos a tratar aquí de la gracia divina en relación con la libertad humana, lo cual incluirá, esperamos, el tema de la predestinación, desde el punto de vista tomista, citando ampliamente los textos del Magisterio y confiando en que queda claro en cada caso cuándo estamos exponiendo nuestra propia interpretación.

Agradecemos a nuestro compañero Alfonso Gracián el haber suscitado un tema tan importante, que ha tratado en forma tan excelente en sus “posts”.

Si quisiéramos ponerle un acápite a la enseñanza trasmitida en este punto por el Magisterio, se podrían usar las palabras del Papa Francisco: “Dios nos primerea”.

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28.07.14

25.06.14

La razón teológica y el castigo divino

Dios sí castiga

Pasando a lo que podamos decir sobre lo que la razón teológica y filosófica enseña sobre el tema del castigo divino, presentamos en primer lugar un texto de Santo Tomás que lo dice prácticamente todo, y el resto del “post” es un pobre intento de comentarlo. El Aquinate plantea primero las objeciones contra su propia tesis, luego da un par de argumentos en sentido contrario, luego da su razón fundamental a favor de esa misma tesis, y luego, responde a las objeciones que planteó al comienzo. Todos los subrayados son nuestros.

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