3.06.13

Serie oraciones-invocacionesConsagración al Sagrado Corazón de Jesús

Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dirigirse a Dios es un privilegio que sólo tienen aquellos que creen en el Todopoderoso. Debemos hacer, por tanto, uso de tal instrumento espiritual siempre que seamos capaces de darnos cuenta de lo que supone.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Orar

No sé cómo me llamo…
Tú lo sabes, Señor.
Tú conoces el nombre
que hay en tu corazón
y es solamente mío;
el nombre que tu amor
me dará para siempre
si respondo a tu voz.
Pronuncia esa palabra
De júbilo o dolor…
¡Llámame por el nombre
que me diste, Señor!

Este poema de Ernestina de Champurcin habla de aquella llamada que hace quien así lo entiende importante para su vida. Se dirige a Dios para que, si es su voluntad, la voz del corazón del Padre se dirija a su corazón. Y lo espera con ansia porque conoce que es el Creador quien llama y, como mucho, quien responde es su criatura.

No obstante, con el Salmo 138 también pide algo que es, en sí mismo, una prueba de amor y de entrega:

“Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno”

Porque el camino que le lleva al definitivo Reino de Dios es, sin duda alguna, el que garantiza eternidad y el que, por eso mismo, es anhelado y soñado por todo hijo de Dios.

Sin embargo, además de ser las personas que quieren seguir una vocación cierta y segura, la de Dios, la del Hijo y la del Espíritu Santo y quieren manifestar tal voluntad perteneciendo al elegido pueblo de Dios que así lo manifiesta, también, el resto de creyentes en Dios estamos en disposición de hacer algo que puede resultar decisivo para que el Padre envíe viñadores: orar.

Orar es, por eso mismo, quizá decir esto:

-Estoy, Señor, aquí, porque no te olvido.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero tenerte presente.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero vivir el Evangelio en su plenitud.

-Estoy, Señor, aquí, porque necesito tu impulso para compartir.

-Estoy, Señor, aquí, porque no puedo dejar de tener un corazón generoso.

-Estoy, Señor, aquí, porque no quiero olvidar Quién es mi Creador.

-Estoy, Señor, aquí, porque tu tienda espera para hospedarme en ella.

Pero orar es querer manifestar a Dios que creemos en nuestra filiación divina y que la tenemos como muy importante para nosotros.

Dice, a tal respecto, san Josemaría (Forja, 439) que “La oración es el arma más poderosa del cristiano. La oración nos hace eficaces. La oración nos hace felices. La oración nos da toda la fuerza necesaria, para cumplir los mandatos de Dios. —¡Sí!, toda tu vida puede y debe ser oración”.

Por tanto, el santo de lo ordinario nos dice que es muy conveniente para nosotros, hijos de Dios que sabemos que lo somos, orar: nos hace eficaces en el mundo en el que nos movemos y existimos pero, sobre todo, nos hace felices. Y nos hace felices porque nos hace conscientes de quiénes somos y qué somos de cara al Padre. Es más, por eso nos dice san Josemaría que nuestra vida, nuestra existencia, nuestro devenir no sólo “puede” sino que “debe” ser oración.

Por otra parte, decía santa Teresita del Niño Jesús (ms autob. C 25r) que, para ella la oración “es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría”.

Pero, como ejemplos de cómo ha de ser la oración, con qué perseverancia debemos llevarla a cabo, el evangelista san Lucas nos transmite tres parábolas que bien podemos considerarlas relacionadas directamente con la oración. Son a saber:

La del “amigo importuno” (cf Lc 11, 5-13) y la de la “mujer importuna” (cf. Lc 18, 1-8), donde se nos invita a una oración insistente en la confianza de a Quién se pide.

La del “fariseo y el publicano” (cf Lc 18, 9-14), que nos muestra que en la oración debemos ser humildes porque, en realidad, lo somos, recordando aquello sobre la compasión que pide el publicano a Dios cuando, encontrándose al final del templo se sabe pecador frente al fariseo que, en los primeros lugares del mismo, se alaba a sí mismo frente a Dios y no recuerda, eso parece, que es pecador.

Así, orar es, para nosotros, una manera de sentirnos cercanos a Dios porque, si bien es cierto que no siempre nos dirigimos a Dios sino a su propio Hijo, a su Madre o a los muchos santos y beatos que en el Cielo son y están, no es menos cierto que orando somos, sin duda alguna, mejores hijos pues manifestamos, de tal forma, una confianza sin límite en la bondad y misericordia del Todopoderoso.

Esta serie se dedica, por lo tanto, al orar o, mejor, a algunas de las oraciones de las que nos podemos valer en nuestra especial situación personal y pecadora.

Serie Oraciones –Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

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2.06.13

La Palabra del Domingo - 2 de junio de 2013

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dar a quien lo necesita es mostrar, a la perfección, que hemos entendido lo que significa ser hijo de Dios.

Lc 9, 11b-17

Biblia

“Les hablabla acerca del Reino de Dios, y curaba a los que tenían necesidad de ser curados. 12 Pero el día había comenzado a declinar, y acercándose los Doce, le dijeron: ‘Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado.’13 El les dijo: ‘Dadles vosotros de comer.’ Pero ellos respondieron: ‘No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente.’ 14 Pues había como 5.000 hombres. El dijo a sus discípulos: ‘Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta.’ 15 Lo hicieron así, e hicieron acomodarse a todos. 16 Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. 17 Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.”

COMENTARIO

Confianza, plena, en Dios

Algunos sostienen que aquella multiplicación de los panes es algo simbólico y que, en realidad, Jesús no hizo tal cosa sino que se supone que quería decir algo así como que es importante compartir, etc.

Sin embargo, los creyentes estamos más que seguros de que si de aquello dejó constancia el evangelio era porque sucedió y porque era muy importante entender lo que eso quería decir.

Jesús sabe que toda aquella muchedumbre difícilmente podría ser alimentada por vías humanas. En realidad, haría falta una cantidad de dinero muy elevada de la que no disponía el Hijo de Dios ni sus apóstoles.

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1.06.13

Serie P. José Rivera - Gracias P. Rivera

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dar gracias a Dios por las personas que, entre nosotros, suscita para que seamos mejores, debería ser, siempre, objetivo primero de nuestra existencia.

Y, ahora, el artículo de hoy.
Gracias P. Rivera

P. Ribera

“Sacerdote diocesano, formador de sacerdotes, como director espiritual en los Seminarios de El Salvador e Hispanoamericano (OCSHA) de Salamanca (1957-1963), de Toledo (1965-1970), de Palencia (1970-1975) y de nuevo en Toledo (1975-1991, muerte). Profesor de Gracia-Virtudes y Teología Espiritual en Palencia y en Toledo.”

Así empezamos esta serie. Era importante destacar que el P. José Rivera había sido eso. Pero también, a lo largo de la misma, hemos podido comprobar que tenía unas facetas que nos lo han descubierto (para las personas que no lo conocimos, claro) como mucho más que eso que era.

Así, por ejemplo, hemos visto que era, y es, profeta; que era, y es, poeta; que tenía, y tiene, de la psicología humana, una comprensión difícil de alcanzar si no es tiene la gracia de Dios que dirija una existencia. Y así podríamos estar mucho rato porque el José Rivera Ramírez, sacerdote toledano, fue, y es, mucho más.

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31.05.13

Eppur si muove - ¡Caray con la democracia eclesial!

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Perseverar en la fe es una realidad a la que nunca deberíamos dar de lado porque la tibieza está esperando cualquiera dejación nuestra para tomarnos al asalto.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Las cosas habrían sido de otra forma. Muy distintas y, a lo mejor, ninguno ahora diríamos que somos católicos sino, simplemente, algo de algo que no sabríamos cómo definir.

Cuando Jesús empezó su predicación y llegó el momento en el que tuvo que escoger a doce hombres para que fueran sus apóstoles no se dirigió a Dios en oración sino que reunió a sus vecinos, a los que conocía, a los más cercanos, y les dijo que era un momento importante y que entre todos iban a separar a unos hombres para que le siguieran más de cerca. Entonces, aunque de una forma rudimentaria, se preparó una votación y salieron doce nombres. No se oró nada de nada sino que bastó y sobró lo que unas personas, que no sabían seguramente ni lo que estaban haciendo, opinaban sobre esto.

Los nombres fueron los que fueron porque pudieron haber sido otros. El caso es que Jesús se quedó más que tranquilo porque no había recaído sobre su corazón la elección de tales doce hombres. Y aquel día se fue a dormir sabiendo que había hecho lo mejor para la humanidad y que no era orar al Padre para que lo iluminara en su elección sino dejar que una buena mayoría de personas decidiera sobre la voluntad del Creador.

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30.05.13

Sobre las andanzas del Maligno

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

No querer ver el Mal en el mundo es como caminar tapándose los ojos por donde abundan las fosas.

Y, ahora, el artículo de hoy.

El Mal

Reconozco que esto que pongo aquí abajo me ha dejado algo patidifuso:

“De repente, la Iglesia a la que pertenecen, o mejor dicho, su cúpula, tiene tiempo —en una situación de crisis económica que está dejando a muchos en la cuneta y que sume en la angustia a los jóvenes en paro o a los inmigrantes sin techo— para ocuparse de las andanzas del diablo”

.

Esto lo han escrito en un medio de comunicación claramente anticatólico. Sólo diré que en este medio se despotrica de todo lo que tenga que ver con la Esposa de Cristo, se ven fantasmas donde no los hay y es hasta probable que no tengan buenas ideas para la jerarquía eclesiástica que es, como sabemos, la culpable de todo mal que en el mundo hay y existe.

Pues bien, al parecer, la ignorancia, que es muy atrevida, tiene a bien padecer ceguera y no darse cuenta, por tanto, de lo que pasa.

No han sido pocas veces las que se ha dicho que lo que pasa en el mundo no es, solamente, cuestión de economía sino de otra realidad que es anterior a la misma. Es más, que lo que pasa ahora en el mundo es una, de tantas, consecuencias de lo que supone el abandono de la Ley de Dios y la aplicación de una concepción mundana de la existencia. Es decir, que se no ser el ser humano como muchas veces es, seguramente no se habría a las cotas de vileza a las que se ha llegado y a los mundos de miseria que se han alcanzado.

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29.05.13

Ad pedem litterae - P. Pablo Cabellos Llorente

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

lama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

La paz de Dios es algo más que una simple inexistencia de conflictos.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.

En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” son reproducidos aquellos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en un sentido claro y bien definido.

Ad pedem litterae - P. Pablo Cabellos Llorente

Presentación del artículo del P. Pablo Cabellos .

Es bien cierto que muchas personas tienen de la fe una imagen que no concuerda con la que tenemos los creyentes. Dice, con gran acierto, el autor del artículo, que en muchas ocasiones esto puede deberse a falta de pericia en la transmisión de la misma. Y en eso cada cual debe mirarse a sí mismo…

Sin embargo, bien sabemos que la fe es mucho más de lo que muchos tratan de ocultar. Así, por ejemplo, sabemos que sustenta la dignidad de la persona, que está creada por Dios y, por eso mismo, ha de ser causa primera de benevolencia de parte de sus hermanos, todos, que somos.

Y qué decir de la fe y la belleza que en el mundo existe y podemos apreciar con tan sólo abrir los ojos del corazón. Toda ella se sustenta en la creencia de que es propia del Amor y Misericordia de Dios. Por eso, no extraña nada que el P. Pablo Cabello diga que, en el fondo, “La liturgia bien hecha, los sacramentos, la naturaleza de la Iglesia gozan del encanto del misterio y de la belleza del símbolo” y que la fe nos dice que tales realidades espirituales son verdad y que, sobre todo, podemos gozar de ellas.

Y, ahora, el artículo del P. Pablo Cabellos Llorente.

Belleza de la fe

Pablo Cabellos Llorente

Entiendo que bastantes personas tengan una idea fea sobre la fe y la religión. ¿Por qué? Diversos factores: muchas veces la explicamos mal, en otras ocasiones de modo negativo, desordenado, con poca planificación, con lenguaje ininteligible… También hay es cierto que algunos no están dispuestos a escuchar. Dicen que de entrada, no. El caso es que se ve la vida de fe como una antigualla o algo oscuro, negativo, triste. Y sin embargo es bella.

Una parte de la belleza radicaría en la armonía interior de la persona, siempre que no se la haga consistir en un rigorismo conductual. Enseguida se podrá objetar que el cristianismo es exactamente eso. Y no lo es, primordialmente porque descansa en la identificación con alguien sumamente libre: Cristo. Es cierto que, como decía Millán Puelles, toda ética comporta unos deberes, pero es preciso convencer, motivar y hacer feliz a la gente para que ésta obre como le conviene. En caso contrario, los ideales fracasan y se abandonan. La ética de los deberes se completa con la ética de los bienes y de las virtudes, que comportan placer y felicidad. Pienso que nada más amable y capaz de hacer feliz que la fascinación por Cristo. Basta leer el Evangelio despacio.

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28.05.13

Un amigo de Lolo - La libertad que Dios nos da

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Si pasas por alguna noche oscura en tu vida… no olvides que puedes iluminarla reconociéndote hijo de Dios.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

La libertad que Dios nos da

“¡Qué ‘loco’ nuestro Padre arriesgando el desprecio con tal de que le amemos libremente! ”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (138)

Somos seres humanos. Esto escrito aquí sólo puede leerlo un ser creado por Dios del que pensó el Creador que lo había hecho muy bien. Como mucho, algún tipo de máquina que tenga tal capacidad pues la creatura de Dios ha desarrollado los talentos que le entrega el Todopoderoso que ha está llegando a cotas de desarrollo técnico que no hubiéramos imaginado.

Sin embargo quien pueda leer esto sabrá que también es, como otra persona, capaz de decidir si le interesa o no le interesa. A nada le obliga llevar a su mente lo que aquí pone. Y no le obliga a nada porque Dios le ha dado, le dio desde cuando fue concebido (aunque sólo cuando tiene un suficiente desarrollo intelectual puede hacer uso de la misma) un don, pues es un don maravilloso, que consiste en decidir por sí mismo si le afecta o no, en este caso, lo leído, si se adhiere a lo leído o si, también, le importa más bien poco y puede pasar a otra cosa que le interese más.

Y en esto, esencialmente, consiste la libertad. Y somos libres porque Dios nos ha hecho libres desde cuando, desde la eternidad misma, nos amó y creó, para nosotros, un mundo, una tierra, un lugar por donde peregrinar hacia su definitivo Reino. Por eso estamos de paso y por eso mismo no deberíamos estar tan seguros de que valga la pena acumular aquí cuando aquí todo lo corroe la polilla sino, al contario, deberíamos convencernos de que, haciendo uso de nuestra libertad nuestro principal objetivo vital ha de ser acumular para el cielo o, como poco, para que el purgatorio sea leve y pasadero.

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27.05.13

Serie oraciones-invocacionesPresentación

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dirigirse a Dios es un privilegio que sólo tienen aquellos que creen en el Todopoderoso. Debemos hacer, por tanto, uso de tal instrumento espiritual siempre que seamos capaces de darnos cuenta de lo que supone.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Orar

No sé cómo me llamo…
Tú lo sabes, Señor.
Tú conoces el nombre
que hay en tu corazón
y es solamente mío;
el nombre que tu amor
me dará para siempre
si respondo a tu voz.
Pronuncia esa palabra
De júbilo o dolor…
¡Llámame por el nombre
que me diste, Señor!

Este poema de Ernestina de Champurcin habla de aquella llamada que hace quien así lo entiende importante para su vida. Se dirige a Dios para que, si es su voluntad, la voz del corazón del Padre se dirija a su corazón. Y lo espera con ansia porque conoce que es el Creador quien llama y, como mucho, quien responde es su criatura.

No obstante, con el Salmo 138 también pide algo que es, en sí mismo, una prueba de amor y de entrega:

“Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno”

Porque el camino que le lleva al definitivo Reino de Dios es, sin duda alguna, el que garantiza eternidad y el que, por eso mismo, es anhelado y soñado por todo hijo de Dios.

Sin embargo, además de ser las personas que quieren seguir una vocación cierta y segura, la de Dios, la del Hijo y la del Espíritu Santo y quieren manifestar tal voluntad perteneciendo al elegido pueblo de Dios que así lo manifiesta, también, el resto de creyentes en Dios estamos en disposición de hacer algo que puede resultar decisivo para que el Padre envíe viñadores: orar.

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26.05.13

La Palabra del Domingo - 26 de mayo de 2013

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

El Padre Dios quiere de nosotros, simplemente, que nos comportemos como hijos… buenos.

Jn 16, 12-15
Biblia

12 Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. 13 Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. 14 El me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros.

COMENTARIO

El Paráclito vendrá… y vino

Tengo que decir que una de las cuestiones más difíciles de entender es la del Espíritu Santo, que creemos forma parte, con el Padre y el Hijo, de una misma persona, constituyendo lo que se denomina Santísima Trinidad, eje esencial de nuestra fe.

Sin embargo, Jesús no trata, en este textos del evangelio de san Juan, de que comprendamos la profundidad de esta persona tan singular nacida del amor que Padre y el Hijo se tienen, afluente, hacia nosotros, del aliento de Dios, paloma representada, fuego y brisa. Lo que quiere es que sepamos que pronto, en aquel entonces, vendría, y lo que esto debía de suponer para aquellos que aceptasen esa mediación, la del Defensor, para aquellos que la aceptasen y, ahora, para los que la acepten.

Cuando Jesús sube al Padre es cuando cumple eso de enviar al Espíritu Santo. Si se hubiera limitado a hace esto podría pensarse que su acción tenía importancia pero que eso, quizá, no iba a tener trascendencia en la vida del hombre.

Sin embargo, el Paráclito, ese Espíritu enviado tenía, también, él, una misión que realizar, y que no era otra que la de continuar con la labor que Jesús había iniciado. Por eso el Mesías les informa no ya sobre su venida sino sobre qué hará.

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25.05.13

Serie P. José Rivera - La Belleza y la Verdad

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dios nos ha donado muchas bondades que podemos tenerlas por no recibidas. Luego no queramos sostener que, al contrario, las amamos.

Y, ahora, el artículo de hoy.
Serie P. José Rivera
Presentación

P. Ribera

“Sacerdote diocesano, formador de sacerdotes, como director espiritual en los Seminarios de El Salvador e Hispanoamericano (OCSHA) de Salamanca (1957-1963), de Toledo (1965-1970), de Palencia (1970-1975) y de nuevo en Toledo (1975-1991, muerte). Profesor de Gracia-Virtudes y Teología Espiritual en Palencia y en Toledo.”

Lo aquí traído es, digamos, el inicio de la biografía del P. José Rivera, Siervo de Dios, en cuanto formador, a cuya memoria y recuerdo se empieza a escribir esta serie sobre sus escritos.

Nace don José Rivera en Toledo un 17 de diciembre de 1925. Fue el menor de cuatro hermanos uno de los cuales, Antonio, fue conocido como el “Ángel del Alcázar” al morir con fama de santidad el 20 de noviembre de 1936 en plena Guerra Civil española en aquel enclave acosado por el ejército rojo.

El P. José Rivera Ramírez subió a la Casa del Padre un 25 de marzo de 1991 y sus restos permanecen en la Iglesia de San Bartolomé de Toledo donde recibe a muchos devotos que lo visitan para pedir gracias y favores a través de su intercesión.

El arzobispo de Toledo, Francisco Álvarez Martínez, inició el proceso de canonización el 21 de noviembre de 1998. Terminó la fase diocesana el 21 de octubre de 2000, habiéndose entregado en la Congregación para la Causas de los Santos la Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad.

Pero, mucho antes, a José Rivera le tenía reservada Dios una labor muy importante a realizar en su viña. Tras su ingreso en el Seminario de Comillas (Santander), fue ordenado sacerdote en su ciudad natal un 4 de abril de 1953 y, desde ese momento bien podemos decir que no cejó en cumplir la misión citada arriba y que consistió, por ejemplo, en ser sacerdote formador de sacerdotes (como arriba se ha traído de su Biografía), como maestro de vida espiritual dedicándose a la dirección espiritual de muchas personas sin poner traba por causa de clase, condición o estado. Así, dirigió muchas tandas de ejercicios espirituales y, por ejemplo, junto al P. Iraburu escribió el libro, publicado por la Fundación Gratis Date, titulado “Síntesis de espiritualidad católica”, verdadera obra en la que podemos adentrarnos en todo aquello que un católico ha de conocer y tener en cuenta para su vida de hijo de Dios.

Pero, seguramente, lo que más acredita la fama de santidad del P. José Rivera es ser considerado como “Padre de los pobres” por su especial dedicación a los más desfavorecidos de la sociedad. Así, por ejemplo, el 18 de junio de 1987 escribía acerca de la necesidad de “acelerar el proceso de amor a los pobres” que entendía se derivaba de la lectura de la Encíclica Redemptoris Mater, del beato Juan Pablo II (25.03.1987).

En el camino de su vida por este mundo han quedado, para siempre, escritos referidos, por ejemplo, al “Espíritu Santo”, a la “Caridad”, a la “Semana Santa”, a la “Vida Seglar”, a “Jesucristo”, meditaciones acerca de profetas del Antiguo Testamento como Ezequiel o Jeremías o sobre el Evangelio de San Marcos o los Hechos de los Apóstoles o, por finalizar de una forma aún más gozosa, sus poesías, de las cuales o, por finalizar de una forma aún más gozosa, sus poesías.

A ellos dedicamos las páginas que Dios nos dé a bien escribir haciendo uso de las publicaciones que la Fundación “José Rivera” ha hecho de las obras del que fuera sacerdote toledano.

Serie P. José Rivera
La belleza y la verdad

La Belleza y la Verdad

En el Prólogo de “La Belleza y la Verdad” se nos pone sobre la pista de otra realidad más del P. José Rivera y es que

“Don José Rivera es un hombre, un sacerdote, que mientras caminó sobre la tierra significó el ansia de totalidad de los hombres, mas no como construcción babélica sino en ese obediente y activo dejarse santificar por Dios. Don José recibió entonces de lo Alto un don especial e intenso para percibir la armonía, la proporción, la belleza. Un don que le capacitó para descubrir las relaciones íntimas de todos los aspectos de la obra de Dios. Y gozó como pocos hombres pueden gozar en esta tierra. Él mismo lo confiesa en sus cuadernos de estudio: ‘Todo el tiempo música. Primero en el magnetófono, Strawinsky. He gustado de nuevo el Apolo, el pájaro de fuego, el beso del hada, petruska. Ahora, concierto por radio: Mozart y Beethoven. Se reitera el pensamiento de que estoy muy bien dotado para disfrutar de la vida’ (23-2-1969)”.

Ciertamente, el P. José Rivera tenía un sentido de la belleza, don de Dios al mundo, que lo hacía especialmente preparado para gozar de ella. Y es que tiene constancia de que “la belleza es también atributo divino. Se entra en relación amorosa auténtica con ella, cuando se entra en ella como tal atributo: es decir, cuando se entra en relación personal con las Personas divinas, soberanamente bellas. De ahí que, de nuevo, concluya que el santo es, necesariamente, creador de belleza: artista. Y la creación meramente natural es una creación muy pálida, muy poco bella, por muy duro que parezca el juicio” (1). Y es que la Belleza y la Verdad tiene una relación más que directa.

Establece, por eso mismo, una relación estrecha entre Belleza y Santísima Trinidad, a Quien considera sumamente Bella, Belleza por excelencia. Por eso tiene por seguro que el mero comportamiento natural, de un andar por casa y sin tener en cuenta lo sobrenatural, no deja de ser un comportamiento meramente animal pues no hay belleza en el mismo sino simple cumplimiento de un hacer propio de un ser vivo. Al contrario, es decir, llevando una vida santa, santificar nuestra vida, es una forma agradecida de manifestar el don que Dios nos entrega, este especial don, y que la mayoría de las veces, hacemos de menos.

En realidad, el don de Dios consiste en proporcionar Belleza a su creación no pasa desapercibido para el P. José Rivera. Por eso dice que “Igualmente es patente que todo es bello, y que en todo podemos columbrar, al menos, la belleza de Dios. Y aquí tenemos uno de los sentidos de la connaturalidad con el universo: todo él, y cada uno de nosotros, participamos de esta belleza infinita, y por ello podemos sentirnos en la hondura -que es donde se realiza tal participación- parientes de las demás personas e incluso de las cosas todas. Sería un tema de alta categoría, el de la asunción y goce de la propia belleza” (2).

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