El uso variado del aceite en la liturgia
Era una prolongación natural que el aceite, usado en la vida de Israel y mostrado en la Escritura, se integrara en la liturgia cristiana como elemento creado puesto al servicio del orden de la Gracia. Tan sólo una visión panorámica, sin entrar en detalles, nos puede orientar en los distintos óleos y sus usos litúrgicos.
La variedad de usos señala su distinto significado y valor.
El aceite es ungüento, medicinal, y por ello con él se ungió a los enfermos.
El aceite es balsámico y tonificante, y tal como lo usaban deportistas y atletas, se empleó para el combate espiritual de los catecúmenos.
El aceite, con la cocción de esencias de flores, resultaba un perfume lleno de dulce fragancia, y se empleó para consagrar santificando en el sacramento del Bautismo y de la Confirmación, así como para expresar el sacerdocio en la unción de manos presbiteral o unción en la cabeza del nuevo obispo, y también para consagrar el altar y los muros de un nuevo templo.