18.05.24

C.S. Lewis y los biblistas modernos

No hace mucho, hablábamos del desastre que ha sido para la Iglesia la llamada exégesis liberal de la Escritura (que es una forma fina de llamar a las interpretaciones disparatadas de la Biblia hechas por curas sin fe ni temor de Dios). Siguiendo con ese tema, me ha parecido oportuno traducir para el blog el análisis que hizo C. S. Lewis de esa exégesis (y que los lectores que hablen inglés pueden encontrar, algo más desarrollado, en un ensayo que escribió, titulado “La teología moderna y la crítica bíblica”).

Quizá lo más interesante sea que, al no ser un experto en Sagrada Escritura o lenguas semíticas o similar, Lewis critica a los críticos bíblicos basándose en lo que él personalmente domina, que es la literatura y el sentido común. Basta examinar críticamente lo que dicen los críticos bíblicos para descubrir que sus críticas no se sostienen en lo más mínimo. Lewis ofrece cuatro objeciones principales a la exégesis modernista:

Leer más... »

16.05.24

Pedid y os quedaréis cortos

En los ambientes progresistas, pedir cosas a Dios tiene mala prensa. Varias veces hemos discutido en este blog a “teólogos” que afirmaban que no tiene sentido pedir cosas a Dios, porque, o bien ya sabe lo que queremos y no tiene sentido pedírselo o Dios no interviene en los asuntos humanos o incluso no es capaz de intervenir. Uno sospecha que el verdadero problema está en que para pedir algo a Dios se requiere tener fe y no andan muy sobrados de ella. En fin, está claro que, como decía Chesterton, hay algunas tonterías tan absurdas que, para decirlas, hace falta haber estudiado.

¡Lejos de nosotros esas sandeces! Pidamos cosas a Dios y pidámoselas a menudo y con sencillez, como hace un niño con su padre. Dios está deseando que le pidamos lo que necesitemos. Es más, nos ha mandado que lo hagamos, al enseñarnos el padrenuestro o al prometernos pedid y recibiréis. Nuestras oraciones de petición siempre son escuchadas y, cuando nos parece que no lo son, generalmente es porque Dios nos ha dado mucho más de lo que pedíamos o imaginábamos.

Leer más... »

9.05.24

Incredulidades ascensionales

Hoy, que, digan lo que digan algunos calendarios litúrgicos, es el día de la Ascensión, uno de los tres jueves del año que relucen más que el sol, me he acordado de un profesor que tuve cuando estudiaba Teología.

En la carrera de Teología hay multitud de asignaturas relacionadas con la Biblia y, en varias de ellas, me tocaron profesores que no tenían fe. Me acuerdo de uno de ellos en particular, que hacía mucho tiempo que había perdido la fe, pero no lo sabía. De lo que aparecía en la Escritura, solo creía las cosas que ya sabemos, como que hay que amar a los demás, o las cosas sin ninguna importancia, como que los judíos se llevaban muy mal con los romanos.

Como no tenía fe, se complacía en escandalizar a sus estudiantes, muchos de los cuales eran seminaristas o futuros religiosos. Hacía todo lo posible porque ellos perdieran también la fe, usando los argumentos más pueriles que puedan imaginarse. Al hablar de la ascensión del Señor, explicaba que eso de que Jesús subió al cielo no podía ser verdad, porque, si la tierra es redonda y gira sobre sí misma, a cada rato “subir” significa un sitio distinto y no todos pueden ser el cielo. El pobre se creía inmensamente sofisticado por pensar esas tonterías, pero lo único que mostraba era que no había entendido nada de lo que es el cielo, ni de la Escritura, ni de la fe.

Leer más... »

1.05.24

¿Qué diremos?

He encontrado por casualidad en Internet (si es que existen las casualidades) esta foto de un faquir o asceta de la India del siglo XIX. El hombre, buscando mortificarse, había hecho que soldaran esa especie de reja que llevaba al cuello para no poder quitársela y que le impidiera tumbarse. Sobrecogedor, pero no era un caso único: en la India había y sigue habiendo gente como esa a patadas.

Me he quedado un rato mirando la fotografía y no he podido evitar admirarme del tremendo esfuerzo realizado por ese pagano en su búsqueda de algo que, en realidad, no conocía. No había oído hablar del Crucificado y, sin embargo, instintivamente intentaba parecerse a Aquel que no tenía dónde reclinar la cabeza; no sabía que existía el cielo, pero lo anhelaba más que todas las comodidades de la tierra; no había descubierto la Perla preciosa y, aun así, había dado todas sus riquezas solo por la posibilidad de encontrarla algún día.

Leer más... »

25.04.24

Experimento concluido: el modernismo está acabado

Siento no haber podido participar en el blog estos últimos días, pero, como no hay mal que por bien no venga, eso ha permitido realizar un experimento muy interesante. Como recordarán, el último artículo trataba sobre la postura de un lector orgullosamente modernista, que comenta con varios seudónimos, pero últimamente suele utilizar el de Hugo Z. Hazkenbush. Por supuesto, su postura no es interesante porque sea su postura personal, sino porque, como decía, tiene una especial habilidad para asumir todos los presupuestos del modernismo “católico” y, en ese sentido, resulta un estupendo atajo para entender a este.

Durante los pasados días, D. Hugo, que se confiesa “modernista hasta las trancas”, ha podido exponer su postura con toda la libertad del mundo y el resultado ha sido muy revelador, mostrando que el modernismo “católico” lleva inevitablemente a su propio fracaso y disolución, porque en realidad no es otra cosa que una etapa intermedia antes de llegar al escepticismo y el agnosticismo más profundos. No es que nosotros lo digamos, es lo que se deduce de las propias palabras de los modernistas. Veámoslo.

Leer más... »