Ángel de Luz
San Ignacio de Loyola nos enseña en las anotaciones a sus Ejercicios Espirituales a discernir correctamente: a saber distinguir las inspiraciones del Espíritu Santo y las del Demonio.
En la Contemplación de las Dos Banderas, los Ejercicios nos presentan dos ejércitos: el de Cristo y el de Satanás. Y cada uno, ofrece a sus soldados un discurso:
Considerar el sermón que les hace (el Deminio), y cómo los amonesta para echar redes y cadenas; que primero hayan de tentar de codicia de riquezas, como suele, ut in pluribus, para que más fácilmente vengan a vano honor del mundo, y después a crecida soberbia; de manera que el primer escalón sea de riquezas, el segundo de honor, el tercero de soberbia, y de estos tres escalones induce a todos los otros vicios.
Considerar el sermón que Cristo nuestro Señor hace a todos sus siervos y amigos, que a tal jornada envía, encomendándoles que a todos quieran ayudar en traerlos, primero a suma pobreza espiritual, y si su divina majestad fuere servida y los quisiere elegir, no menos a la pobreza actual; 2o, a deseo de oprobrios y menosprecios, porque de estas dos cosas se sigue la humildad; de manera que sean tres escalones: el primero, pobreza contra riqueza; el segundo, oprobrio o menosprecio contra el honor mundano; el tercero, humildad contra la soberbia; y de estos tres escalones induzcan a todas las otras virtudes.
Cada uno de nosotros tiene que elegir a qué capitán seguir: a Satanás o a Cristo. Atribuyen a San Vicente de Paul esta frase: Nuestro negocio es ganar el cielo. Todo lo demás es una gran pérdida de tiempo. Todo es bueno en tanto en cuanto contribuya a nuestra salvación; y todo es malo, si contribuye a nuestra condenación. Porque nosotros vivimos con la mirada puesta en la vida eterna: en el Cielo; y no en la búsqueda del bienestar, el placer o los honores de este mundo, que es pasajero.
Las reglas de discernimiento de espíritus de San Ignacio distinguen entre las tentaciones del Maligno de la primera semana de Ejercicios de las de la segunda semana. En la primera semana, las almas que son poco devotas y principiantes en la vida espiritual son tentadas de manera burda y grosera. El Mal Espíritu tienta a las almas con la tristeza y el desánimo, metiéndoles temor, vergüenza o deseos groseros. De esa manera, el Demonio pretende desanimar al principiante para que no siga adelante, para que no se convierta, para que tire la toalla antes de empezar.
En cambio, las tentaciones del Mal Espíritu de la segunda semana son más sibilinas: razones aparentes, sutilezas y asiduas falacias. El Maligno se disfraza como Ángel de Luz (Lucifer).
Propio es del ángel malo, que toma la apariencia de ángel de luz, entrar con la ánima devota, y salir consigo; es a saber, traer pensamientos buenos y santos conforme a la tal ánima justa, y después, poco a poco, procura de salirse, trayendo a la ánima a sus engaños cubiertos y perversas intenciones (EE 332).
La persona que purificó su corazón en la primera semana pide insistentemente conocer, amar y seguir a Nuestro Señor Jesucristo. Sería inútil para el Diablo tentar a esa persona de manera tosca y grosera. Los engaños de esta segunda semana se disfrazan bajo la apariencia de virtud, de bien, para luego conducir a su alma a la perversión y al pecado. Es la “cola serpentina” que no ataca de frente, sino que te envuelve con sus anillos como una boa y te va asfixiando poco a poco para terminar devorándote. Es el mal con apariencia de bien, que es el más peligroso.
Pongamos un ejemplo: la película Silencio de Scorsese. En esa película, el protagonista sufre esas tentaciones sibilinas: “Si pisas el crucifijo, salvarás tu vida y la vida de muchos cristianos perseguidos que morirán si no lo haces”. Salvar vidas es un bien. Evitar el sufrimiento del prójimo es un bien. Preservar tu propia vida es un bien. El problema es que la apostasía es un pecado mortal que te condena al infierno. Y el protagonista cae en la apostasía. El peligro de esa película es que se justifica la apostasía. ¿Por qué fue recibido Scorsese en el Vaticano por el Papa? ¿Por qué los jesuitas asesoraron a Scorsese en esa película?
Recojo de Rome Reports, en la Página de Primeros Cristianos:
Antes de su preestreno en Roma, Martin Scorsese tuvo la oportunidad de hablar de su película con el jesuita más famoso del mundo en la actualidad: el Papa Francisco.
James Martin, uno de los jesuitas más prestigiosos de Estados Unidos, autor de varios best sellers, asesoró a los actores de la película para ayudarles a entender el carisma de la Compañía de Jesús.
P. JAMES MARTIN, America Magazine
“Me pidieron que revisara el guión para decirles cómo se comportaría un jesuita ante determinadas situaciones. Ayudé a los actores, especialmente a Andrew Garfield, que interpretó el papel principal. Le expliqué los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Nos tomó seis meses y cuando acabamos estaba muy bien preparado”.
James Martin estuvo presente en el estreno que se hizo de la película en el Vaticano y reconoció estar satisfecho con el resultado.
P. JAMES MARTIN, America Magazine
“Es una obra maestra. No me avergüenza decir que he llorado cada vez que la he visto. Muestra a la perfección las complejidades de la fe y el viaje espiritual de los hombres. Creo que conectará con la gente, creyentes y no creyentes”.
¿Saben ustedes quién es James Martin, sj? Pues es el máximo exponente y portavoz del lobby gay de la Iglesia. Se ha convertido en el abanderado de la “normalización” de la homosexualidad dentro de la Iglesia Católica, uno de los promotores de que se bendigan las uniones homosexuales dentro de la Iglesia: es el portavoz de la mafia lavanda. Alguien que ha llegado a predicar que los homosexuales no tienen por qué guardar castidad.
Pero esta película no solo tuvo el asesoramiento de James Martin. Otro destacado jesuita, Antonio Spadaro, director de la Civittà Cattolica y asesor del Vaticano, también realizó una magnífica entrevista a Scorsese en la revista que dirige. Sobran comentarios. Si quieren más información, les recomiendo leer la información que al respecto ofrece Religión Confidencial.
Pues bien, el supuesto “silencio” de Dios ante el martirio de los cristianos japoneses se rompe al final de la película con lo que San Ignacio llamaría una “moción” que recibe el P. Rodrigues, justo en el momento álgido de tener que optar entre el martirio y la apostasía. En esa “moción”, el jesuita siente que el Señor le dice lo siguiente (y se oye una voz en off que supuestamente es la de Nuestro Señor):
“Adelante. ¡Vamos! No pasa nada. Písame. Entiendo tu dolor. Yo nací en este mundo para compartir el dolor de los hombres. Cargué con esta cruz por tu dolor. Tu vida ya está conmigo. ¡Pisa!”
Y el P. Rodrigues pisa y apostata. ¿Es el Buen Espíritu quien le habla al jesuita o el Mal Espíritu? ¿Puede Cristo pedir a un jesuita que apostate, que pise su cruz? El fin es bueno: salvar la vida y salvar la vida de otros muchos cristianos perseguidos. El precio es la apostasía: renunciar a Cristo, dejar de predicar la verdad. ¿El fin justifica los medios? ¿Puede Dios justificar el pecado tremendo de la apostasía? ¡Por supuesto que no! Justificar ese pecado sería despreciar la sangre de tantos mártires como han derramado su sangre con tal de no traicionar a Cristo? ¡El cielo es lo primero! ¿De qué nos sirve salvar el cuerpo, si nos condenamos al fuego eterno? El Ángel de Luz propone algo virtuosos (salvar vidas) y se sale con la suya: la condenación eterna de sus almas. Sin embargo, ese engaño del Demonio parece venir aplaudido, jaleado y avalado por los asesores de la película. Magnífico mensaje: “se puede traicionar a Dios con tal de congraciarse con el mundo. De ese modo el mundo te deja vivir en paz, te tolera e incluso te aplaude y te recompensa". Aunque, obviamente, te condenas, porque, como señala el P. Iraburu, la apostasía es el más grave de todos los pecados.
Dice Santo Tomás de Aquino:
«La infidelidad como pecado nace de la soberbia, por la que el hombre no somete su entendimiento a las reglas de la fe y a las enseñanzas de los Padres» (STh II-II,10, 1 ad3m). «Todo pecado consiste en la aversión a Dios. Y tanto mayor será un pecado cuanto más separa al hombre de Dios. Ahora bien, la infidelidad es lo que más aleja de Dios… Por tanto, consta claramente que el pecado de infidelidad es el mayor de cuantos pervierten la vida moral» (ib. 10,3). Y la apostasía es la forma extrema y absoluta de la infidelidad (ib. 12, 1 ad3m).
Este mismo procedimiento se puede aplicar a muchas otras realidades de hoy en día. ¿Qué le gusta al mundo: que los divorciados vueltos a casar por lo civil puedan comulgar o que la Iglesia mantenga su doctrina – la Doctrina de Cristo – que deja claro que quien repudia a su mujer y se casa con otra comete adulterio? El Ángel de Luz nos consuela haciéndonos ver lo bueno que es que seamos misericordiosos y compasivos con quienes viven en pecado. “Si comulgar es un consuelo para los moribundos que reciben el viático, ¿cómo no va a ser bueno que comulguen los divorciados vueltos a casar, que han sufrido y sufren tanto? Se puede vivir en pecado mortal y permanecer en estado de gracia. La conciencia deber prevalecer sobre los mandamientos y las normas. La misericordia y el amor deben primar sobre cualquier norma. Y si un pobre pecador quiere comulgar, ¿por qué negarle ese consuelo?”. Así razona el Ángel de Luz, la Cola Serpentina.
Pero nosotros sabemos que comulgar en pecado mortal no solo no ayuda en nada al pecador, sino que esa comunión sacrílega contribuye a la condenación del quien comulga. Lo deja claro San Pablo:
«De modo que quien coma del pan y beba del cáliz del Señor indignamente, es reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Así, pues que cada cual se examine, y que entonces coma así del pan y beba del cáliz. Porque quien come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su condenación» (1 Cor. 11,27-29).
Y el Catecismo de la Iglesia:
«Quien tiene conciencia de estar en pecado grave, debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar» (Catecismo de la Iglesia Católica nº 1385).
Y aclaremos que para confesarse válidamente hace falta propósito de la enmienda: cambiar de vida. No se puede uno confesar con la idea de seguir pecando en cuanto salga de la Iglesia… No caben trampas ni atajos. A Dios nadie lo puede engañar.
Pero quienes defienden la verdadera doctrina de la Iglesia somos tachados de hipócritas rigoristas, sin misericordia ni caridad: ¿Qué mayor caridad hay que defender la Verdad y procurar que las almas se salven y no vayan al Infierno? Otra cosa es que la Verdad resulte incómoda al mundo, que prefiere la mentira del Ángel de Luz.
¿Qué resulta más simpático para el mundo: que se mantenga la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad o que se “normalicen” las relaciones homosexuales dentro de la Iglesia y se bendigan sus uniones en la Iglesia? El mundo quiere que la Iglesia cambie su doctrina sobre la homosexualidad, que se acepten los matrimonios homosexuales y que puedan casarse por la Iglesia. El mundo quiere que la Iglesia deje de considerar las prácticas homosexuales como pecados que claman al cielo. Y dice la Cola Serpentina: “Lo importante es el amor. Si se quieren y no hacen daño a nadie, ¿por qué va a estar mal?” Pero Dios es el mismo ayer, hoy y siempre: Dios condenó los pecados de Sodoma y Gomorra. Dios prohíbe las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Y considera que un matrimonio solo puede darse entre un hombre y una mujer, abiertos a la vida. Esa es la Doctrina de la Iglesia. ¿Es el P. James Martin más misericordioso que Dios mismo? ¿Le van a enmendar la plana a nuestro Creador y Señor?
Volvemos al Catecismo:
1857 Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones: “Es pecado mortal lo que tiene como objeto una materia grave y que, además, es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento” (RP 17).
1858 La materia grave es precisada por los Diez mandamientos según la respuesta de Jesús al joven rico: “No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes testimonio falso, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre” (Mc 10, 19). La gravedad de los pecados es mayor o menor: un asesinato es más grave que un robo. La cualidad de las personas lesionadas cuenta también: la violencia ejercida contra los padres es más grave que la ejercida contra un extraño.
1859. El pecado mortal requiere plena conciencia y entero consentimiento. Presupone el conocimiento del carácter pecaminoso del acto, de su oposición a la Ley de Dios. Implica también un consentimiento suficientemente deliberado para ser una elección personal. La ignorancia afectada y el endurecimiento del corazón (cf Mc 3, 5-6; Lc 16, 19-31) no disminuyen, sino aumentan, el carácter voluntario del pecado.
1867 La tradición catequética recuerda también que existen “pecados que claman al cielo”. Claman al cielo: la sangre de Abel (cf Gn 4, 10); el pecado de los sodomitas (cf Gn 18, 20; 19, 13); el clamor del pueblo oprimido en Egipto (cf Ex 3, 7-10); el lamento del extranjero, de la viuda y el huérfano (cf Ex 22, 20-22); la injusticia para con el asalariado (cf Dt 24, 14-15; Jc 5, 4).
“¿Qué tiene de malo el aborto? ¿Por qué va a ser pecado que una mujer decida abortar a su hijo, si no lo desea o si viene con una malformación o si es fruto de una violación? ¿Acaso si fuera tu hija la violada no le aconsejarías abortar? ¿No es un derecho de la mujer? ¿No puede hacer una mujer lo que quiera con su cuerpo?” Así razona Lucifer.
Pero Dios nos dice: “No matarás”.
“¿Qué tiene de malo que los luteranos comulguen (o los budistas o los ateos o los hinduistas)? ¿No son todas las religiones igual de buenas? ¿A quién le hace daño que comulguen? La Iglesia tiene que adaptarse a los nuevos tiempos. La liturgia de la misa hay que modernizarla para que los jóvenes no se aburran… Dejémonos de transubstanciaciones antiguas… Dejemos de creer que para salvarse hay que creer en Jesucristo y bautizarse y que no hay salvación fuera de la Iglesia. Eso es muy antiguo. El sexo es bueno y vale todo con tal de que te lo pases bien y seas feliz.” Así razona el Ángel de Luz. “Si te haces aceptar por el mundo, podrás evangelizar mejor. Si no renunciáis a la Doctrina de siempre, el mundo os odiará y os perseguirá. Hay que renunciar a la Verdad y congraciarse con el mundo. Lo único que tenéis que hacer es traicionar a Cristo: pisa un poco el crucifijo. No cumplas los Mandamientos. Los Mandamientos son cosa de antes y hoy ya no valen.”
Pero el Señor nos dice: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquél es el que me ama” (Jn. 14). Cristo no vino a derogar los Mandamientos, sino a llevarlos a su máxima expresión. Cuando se el joven rico le pregunta qué tiene que hacer para salvarse, el Señor le responde con claridad: cumple los Mandamientos.
Cuando Jesús salía para irse, vino un hombre corriendo, y arrodillándose delante de Él, le preguntó:
“Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”
Jesús le respondió: “¿Por qué Me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios. Tú sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre.” Marcos 10
El Señor no solo predica los Mandamientos, sino que incluso los hace más exigentes; no ha bajado el listón, sino que lo ha elevado:
“Habéis oído que se dijo: “NO COMETERAS ADULTERIO.” Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón.” Marcos 5, 27.
No nos dejemos engañar por la Cola Serpentina. No todo lo que parece bueno lo es. A veces, lo que aparentemente es bueno puede resultar mortal. El Diablo envuelve su veneno y su mierda en papel de celofán y, bajo apariencia de virtud, nos lleva a pecar y al Infierno. Lo repito: no hay mejor negocio que el Cielo. Todo será bueno si nos conduce a la salvación. Todo es malo si contribuye a nuestra condenación. Y el camino del cielo no es el del aplauso, el de los honores y el de la comodidad; sino el de la pobreza, los oprobios y la humilde aceptación de la voluntad de Dios. El camino del Cielo es el del Calvario y la Cruz. El camino del Señor es la senda estrecha. El camino de la perdición es la puerta ancha. Ese es el discurso del Señor en la meditación de las Dos Banderas. Si el mundo te aplaude, malo. Si pretendes seguir al Señor y no sufres persecución, insultos, ataques personales e incomprensión por parte del mundo, mal vamos. No busquemos que el mundo nos ame como si fuéramos suyos. No busquemos el aplauso, el quedar bien, la comodidad…; no seamos soberbios, creyéndonos más compasivos y misericordiosos que el propio Dios. Ese es el camino de Satanás.
“Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí de entre el mundo, por eso el mundo os odia. Acordaos de la palabra que yo os dije: Un siervo no es mayor que su señor. Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros”. Juan 15, 18-20.
Si el discurso aparentemente virtuoso y bueno acaba llevándonos a incumplir los Mandamientos y a pecar mortalmente, no se dejen engañar: no es cosa de Dios, sino del Ángel de Luz, de la Cola Serpentina, de Satanás. Es el Mal Espíritu: no el Espíritu Santo.
Dios no nos pide nada que sea imposible de cumplir. Nosotros contamos con la ayuda del Espíritu Santo, con el auxilio de su Gracia. Nada podemos por nuestras propias fuerzas, pero todo lo podemos en Aquel que nos conforta. El Espíritu Santo nos da la fuerza que necesitamos para cumplir los Mandamientos y no pecar. El Maligno nada puede contra Dios. El Ángel de Luz se disipa ante la Luz verdadera, que es Cristo. Que la Virgen María nos defienda del Enemigo y nos ampare ahora y en la hora de nuestra muerte.
74 comentarios
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Pedro L. Llera
Y yo también.
Pero ¿Acaso me predico a mí mismo? ¿Me aparto de la doctrina de la Iglesia en algo?
Judas traicionó a Jesús a cambio de treinta monedas mientras que Pedro le negó tres veces porque tenía miedo a ser arrestado por los judíos pero antes le había cortado una oreja a uno de los guardias que prendieron a Jesús. Luego Jesús le pregunta que si le ama más que los demás y le perdona. Creo que el primer mártir fue San Esteban.
Durante las persecuciones romanas hubo gran número de mártires y apóstatas entre los cristianos. Los católicos fueron indulgentes con los apóstatas mientras que los donatistas no lo fueron. La Inquisición se mantuvo vigilante con los llamados marranos porque judaizaban: no fue una conversión libre, voluntaria y consentida. Los misioneros jesuitas fueron perseguidos y la historia seguro que tiene otros ejemplos de apostasías y conversiones más o menos libres.
En resumen, la idea central que defiendo es que toda apostasía o conversión que no es plenamente consentida es más una mentira que otra cosa.
El tema del artículo es el discernimiento: que seamos capaces de discernir, como nos enseña San Ignacio en los Ejercicios, entre las mociones del Espíritu del Mal y las mociones del Espíritu Santo. Y el criterio fundamental es que es bueno todo lo que nos santifique y malo, todo lo que nos lleve a la perdición. Que para ser santos hay que cumplir los mandamientos y que cualquier cosa, por buena que pueda parecer, que nos lleve a cometer pecado mortal hay que rechazarla.
el tema del artículo no es si hay que elegir entre el Papa o yo
El problema es que cuando alguien predica la fe católica, vía oral o por escrito, resulta tan evidente que lo que predica el actual pontífice es otra cosa, que entonces asoman los papólatras ultramontanos a decir que ellos se quedan con el pontífice. Porque ellos no han leído lo de San Pablo en Gálatas. Si UNO DE NOSOTROS o un ángel del cielo os predica otro evangelio, sea anatema.
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Pedro L. Llera
Quemar un poquito de incienso a la estatua del emperador no hace daño a nadie. Los que prefirieron morir creo que tenían un criterio algo distinto al suyo.
Vivir en gracia es más importante que la propia vida.
Cuando se llega a una situación en la que hay que confesar al Señor aun a costa de perder la vida, solo caben dos opciones:
1- Martirio.
2- Apostasía.
La opción 1 te lleva de cabeza al cielo. La opción 2 al infierno, a menos que te arrepientas.
Eso de que "Los católicos fueron indulgentes con los apóstatas mientras que los donatistas no lo fueron" es una burda manipulación de lo ocurrido. Los católicos fueron indulgentes CON QUIENES SE ARREPINTIERON de su apostasía. Los donatistas creían que no había perdón para ese pecado. Pero unos y otros estaban de acuerdo en que era un pecado horroroso.
Pienso que lo que Vd. Dice es así. La vida de gracia es más importante que la actual. ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo si arruina su alma? .....
Y por otra parte ¿Que tiene que ver el Papa Francisco con esto? El no ha dicho nunca lo contrario.
Es verdad que la Iglesia tuvo el problema de apóstatas en los primeros siglos del Cristianismo, y también es verdad que hubo discusiones sobre si volverlos a aceptar o no, pero en ningún caso se dijo que una apostasía forzosa no fuera pecado y tenían que cumplir grandes penitencias. ¿Te suena a algo la palabra penitencia? Porque hay penitencias tremendas o, al menos, las hubo.
Maimónides en realidad, a pesar de vivir tiempos revueltos, nunca llegó a apostatar explícitamente de su religión, utilizó una treta. Cuando la invasión de los almohades le echó de su Córdoba natal se fue al Norte de África y allí se presentaba en la Madrasa y, aprovechando que se sabía el Corán de memoria, discutía las suras con los sabios mahometanos, así que nadie le preguntó por su religión. En cuanto pudo marchó a Egipto donde el sultán, creo que era Saladino, era más tolerante con los judíos y allí se hizo médico de la corte ya abiertamente como judío. Cierto día, uno de los sabios norteafricanos que viajó a Egipto lo vio y le acusó de apóstata, a lo que él contestó: "Yo nunca dije que fuera musulmán, conozco el Corán tan bien como tú, pero eso no significa que lo sea". Esa treta no es válida para un cristiano porque es más que evidente que, además de discutir las suras del Corán, había que aceptar la confesión de fe y orar en las horas señaladas por lo que está clara la simulación. Los judíos son ambiguos, los cristianos no.
El martirio es una carga muy dura, pero es la que aceptamos por ser cristianos. La manía de quitarnos de encima la parte dura de la religión, que va in crescendo, deja a ésta feble, sin sustancia y sin ningún poder de atracción para los jóvenes. Lo que no cuesta, no vale, y quizás va siendo hora de que leamos mejor los Evangelios porque Jesús ya nos advierte con suficiente claridad de la dureza del Camino que supone su seguimiento.
La idea de un Dios Misericordioso al que se puede negar, que cierra los ojos ante el incumplimiento de sus mandamientos y que es de mantequilla no está en la Tradición ni en la Doctrina. No hay más que mirar la Cruz para saber eso.
Y digo esto sin saber hasta dónde llegarían mis fuerzas en el caso del martirio, pero yo no puedo alterar mi fe a mi conveniencia. Puedo abandonarla, pero no modelarla a mi gusto y por mi propio interés.
En el pasado muchos abandonaron la fe por encontrarla demasiado estricta y difícil, pero hasta ahora nadie tuvo la osadía de hacerla a su imagen y semejanza. Eso es cosa del presente que se empeña en que a Jesucristo no le coronaron de espinas sino de laurel o que, en todo caso, la cruz le corresponde a Él y a nosotros el camino de rosas.
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Pedro L. Llera
Así es, querida María. El antropocentrismo pone al hombre donde solo debe estar Dios. Hace poco escuché un anuncio (creo que de las obras misionales pontificias) con el lema: "Cambia el mundo". Es un ejemplo consumado del pelagianismo reinante, del humanismo, del antropocentrismo. Nosotros no cambiamos el mundo: el mundo lo cambia Cristo. Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y sólo así cambia el mundo. No por nuestra buena voluntad ni por nuestro esfuerzo ni por nuestra generosidad ni por nuestras buenas obras. El mundo cambia si nos dejamos transformar, convertir y santificar por la gracia de Dios. Es Dios el Rey del Universo, el Todopoderoso: no nosotros.
Dios te bendiga, hermana.
Es esto lo que dice afirma y explica Pedro L. Llera y es a la luz de esa afirmación ignaciana que debe contextualizarse su escrito
Por tanto, todo el que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.y también
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma?Creo que sería provechoso para ti que revises tu concepto de apostasía a la luz de las palabras de Cristo.
Las mentiras del Angel de la Luz están a toda máquina, sutil y astuto.
Estamos en la gran mentira de deformar el rostro y mensaje de Nuestro Señor. El está en la Cruz, hay que mirarla más y aprender de ella
Nadie que siga a Cristo de verdad la puede obviar en su vida. Escapamos de ella, por eso nos dejamos seducir, por eso Le traicionamos.
Todo lo demás son excusas.
El camino de la Iglesia, nuestros caminos personales son encuentros con la Cruz de Cristo, es más cómodo volver la cara o claudicar.
Hermoso post, con su permiso lo llevaré a la oración. Gracias.
Resumo en un solo concepto.
Hay que discernir...
No, no hay que discernir nada. Sólo sus actos, si son fieles a la gracia de Jesus. Y ahi se acabó el discernimiento.
El que guia a la iglesia dicierne porque tiene el carisma recibido del Espiritu Santo.
Por lo tanto despreocupemonos y seamos fieles a las palabras del vicario de Cristo en lo que nos toca.
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Pedro L. Llera
Voy a volver a insistir en que yo no soy nada. Yo he tratado de explicar el discernimiento de espíritus de San Ignacio en los Ejercicios Espirituales. Nada más. Se trata de no dejarse engañar por el Demonio: nada más. Y si en algo falto a la verdadera Doctrina de la Iglesia, estoy dispuesto a rectificar inmediatamente.
Si no entiendo mal, hay que ser una oveja ciega, sorda y muda, según tu criterio. Sin comentarios. Uff.. Como dices tú.
A mi solo me pastora quien es fiel a Jesucristo. Entonces dócil, mansa y humilde y a obedecer, aun así obedezco con libertad, poniendo mi inteligencia y voluntad dando Gloria a Dios.
aceptando su Voluntad sobre mi.
No sé si todavía se utiliza esa fórmula pero antes en los juicios, para saber si alguien estaba loco, el psicólogo de turno decía si distinguía el bien del mal. Puede que ahora eso ya no sirva, fuera de la Iglesia el bien y el mal son indistinguibles, esperemos que no sea así dentro de la Iglesia porque entonces tendría que ser mi conciencia subjetiva la que hiciera la distinción y a mi, que tengo conciencia objetiva-es decir sujeta a los mandamientos de Dios a través de su Iglesia-eso me parece demencial. El atenerme a los dictados de mi conciencia personal, discerniendo por mi cuenta, me hace caer en el vacío, pero no sólo a mi sino también a obispos y sacerdotes.
Se que don Pedro no ha dicho esto ni lo ha querido decir. Pero gracias una vez más don Pedro.
Quería decir que el don de discernimiento de espíritus es un. don del Espíritu Santo,, a veces olvidamos lo más elemental. El don nos permite combatir al Angel de la Luz, y esto se aplica a toda nuestra vida. Acaso no somos tentados, incluso con la apariencia de hacer el bien?.
El Espiritu Santo es muy necesario en los días que corremos, deberíamos invocarlo más.
Se equivocan. Aún aceptando la autoridad legítima de papa puede llegarse a la conclusión de que se "se ha hecho reprensible" y "ha actuando con doblez" (¿Les suena?¿no? Lean más la Biblia).
No hay que optar entre Cristo y el Papa, porque fue Cristo quien impuso el primado de Pedro. Pero ser leal a Pedro supone encararle en ciertas situaciones, y yo ya no tengo dudas de que actualmente se dan las condiciones. Porque sí, llega el momento en que hay que optar, no entre Cristo y el papa, sino entre la doctrina de Cristo y determinadas enseñanzas del papa y gente de su confianza.
Y no me vengan con la humildad de los santos, porque ahí están San Pablo, San Atanasio y Santa Catalina de Siena. Muy humildes y muy obedientes pero también muy firmes.
Podrían recoger el guante que les lanzan: ¿En qué se aparta el Sr. Llera de la doctrina de la Iglesia?. Vamos, respondan...
No estoy de acuerdo con los comentarios contra el Papa. Creo que no los merece. Esta entre los que quieren volver a Trento Y la misa en latín y de espaldas al pueblo. Y los que quieren aceptar todo .Como si el pecado no existiera.
Siempre queremos buscar culpables. Que si el concilio. Que si el Papa.etc. etc
Hay cosas que corregir? Muchas. Pero atacando al Papa y al concilio VII. Sinceramente no creo que se haga bien a nadie. Ni a uno mismo.
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Pedro L. Llera
A ver... Errores comunes: "volver a Trento": no hay que volver a Trento. El Concilio de Trento nunca se ha ido: no ha sido derogado. Trento fue un concilio dogmático y sus dogmas siguen aquí, completamente vigentes.
Otro error: la misa en latín y de espaldas al pueblo. Yo nací en 1964 y no conozco otra misa que la del post concilio (Vaticano II). Así que no soy sospechoso de ser nostálgico de nada. Pero la misa no se celebraba de espaldas al pueblo (grave error), sino que todos - el sacerdote y el pueblo - miraban conjuntamente hacia Dios, hacia Cristo Sacramentado: centro de la Santa Misa. En cuanto a lo del latín, el Concilio Vaticano II (pastoral y no dogmático y por tanto con mucho menos valor que Trento) no propuso acabar con el latín. Al contrario. En uno de los documentos del Concilio se dice que se debe seguir empleando el latín. Otra cosa es que en post concilio nadie hiciera ni caso a lo que no les gustaba a algunos.
Yo sí que creo que hay que recuperar la Doctrina de Trento, que es la Doctrina de la Iglesia de siempre, frente a las abominaciones modernistas que sufrimos hoy.
¿donde ha dicho el Papa que se vaya contra la sana doctrina de la Iglesia? donde?
Pues nada, al anticristo serviréis, majetes.
Saludos cordiales.
De que misa se hablan???
Cual es la más auténtica?
Cual tiene más valor de sacrificio del Señor.?
El documento de San Justino año 150 después de Cristo . Escrito para explicar al emperador que lo que hacían los cristianos no era nada raro . Describe muy bien la Eucaristía. El CVII. Ha sacado a la luz y quitado todo lo que recubria a la Eucaristía. Y no dejaba ver el misterio del Don de Dios.
A lo mejor ese documento de San Justino tampoco tiene validez para algunos y nada hay que irse a la edad media. Único lugar auténtico. Todo lo demás.....
Intenta poner a una autoridad universal que admita que las fichas del ajedrez se pueden mover de cualquier manera y que, cuando a uno le dan jaque mate puede protestar, y verás lo que le digo.
El Evangelio de hoy dice claramente que Jesús no estaba de acuerdo con el repudio, que era como el divorcio entre los hebreos, y ahora mete ahí la Amoris laetitia, con su discernimiento... si puedes.
Yo no puedo llamarme a mi misma adúltera si el adulterio no existe, si lo hiciera sería pecado de orgullo, así que, como los jugadores del ajedrez: o el adulterio no existe o, si creo que sí, no puedo quedar dentro de esa iglesia ambigua que se pasa el tiempo discerniendo, no vaya a ser que discierna positivamente en mi caso y negativamente en los de otros con el consiguiente agravio comparativo.
@ Requeté, un pecado es grave si se comete con pleno consentimiento. Esto es válido para cualquier pecado. La amenaza de muerte se puede convertir en un miedo invencible que anula el consentimiento. Que los mártires no experimenten este miedo invencible no significan que los apóstatas no lo experimenten. Claro que los apóstatas se arrepintieron cuando pasó el peligro de la persecución romana: eso por descontado y yo no he dicho lo contrario.
@ Ruben (de Argentina), le digo lo mismo. Confesar o negar a Dios es verdadero cuando se hace libremente. La coacción anula el consentimiento. Reinterprete esos versículos a la luz del Catecismo que para eso es un resumen del magisterio. No dice la doctrina católica que el magisterio interpreta las Sagradas Escrituras? Pues eso.
Si yo trabajase en una gasolinera y un delincuente me atracase a mano armada robando la recaudación yo experimentaría un miedo invencible y le entregaría el dinero para salvar mi propia vida. Nadie me acusaría de complicidad con el delincuente ni éste compartiría su botín conmigo.
Por todo esto decía al principio que no es lo mismo la traición libre y con pleno consentimiento de Judas Iscariote que la negación forzosa y sin pleno consentimiento de San Pedro quien, mas que apostatar, mintio para salvar la vida porque, una vez pasado el peligro, se vuelve a reunir en secreto con el resto de los Apóstoles. Pero yo no voy a obligar a nadie a apostatar bajo la amenaza del martirio: que es lo que debe hacer toda persona tolerante.
Para ti todo es coacción, incluso sin amenaza explícita, debes de ser un cobarde de primera división.
Menos "algunos " Que tienen la auténtica verdad. Los únicos fieles a la tradición.
La amoríos Leticia. No va en contra de la doctrina de siempre. Pero de donde sacáis eso??
DICE que hay circunstancias donde la persona puede encontrarse y no serle posible arreglar su pecado sin cometer otro. Que se tenga en cuenta esas situaciones. No dice EN NINGUNA PARTE .(estoy recalcando no gritando). Que comulguen esas personas. De donde lo sacáis?
Es más dice que si alguno hace gala de esa situación.se le impida ser lector u otro cualquier oficio o en la Iglesia. Eso es lo que dice. De modo que mantener lo contrario es faltar a la verdad.
Pero....sigo preguntando. Donde ha dicho el Papa "algo contrario a la doctrina de la Iglesia. Dígaselo por favor.
Y...el papel del Papa no es el de árbitro. error. Es el de Pastor. El de vicario. Lo siento pero a lo mejor sin quitarse la cabeza. Sólo con saber el sitio de cada uno es suficiente.
En el libro del Apocalipsis puede leerse el siguiente pasaje:
¿Quién es semejante a la bestia, y quién puede luchar contra ella? Se le dio una boca que hablaba palabras arrogantes y blasfemias, y se le dio autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre y su tabernáculo, es decir, contra los que moran en el cielo. Se le concedió hacer guerra contra los santos y vencerlos; y se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adorarán todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos, desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado. Si alguno tiene oído, que oiga. Si alguno es destinado a la cautividad, a la cautividad va; si alguno ha de morir a espada, a espada ha de morir. Aquí está la perseverancia y la fe de los santos.Ya ves, la perseverancia y fe de los santos se manifiesta en su disposición a ir al cautiverio e incluso a perder la vida antes que adorar a la bestia. Pero me parece que a ti te veo apostatando a la primera que se te presente.
No hay que tener una cabeza superdotada para ver que ni confirma, ni apacigua, usa la tangente. Lo que está ocurriendo ahora es que tb provoca desunión en el rebaño. En fin todo está publicado, todo está escrito y todos somos lo suficientemente inteligentes para sacar conclusiones. Esto es un desastre,y es la palabra más suave que encuentro. Sólo analizo, no juzgo, las intenciones de cada cual y los motivos lo sabe Dios.
Lo del discernimiento según algunos es una baga tela que se soluciona mirando al Papa y asintiendo, parece que el don del Espíritu Santo no es necesario, ya tenemos a Francisco. La Iglesia está en una primavera perpetua, solo hay que verla.
Los Obispos son referentes, los sínodos antorchas de fe, los documentos páginas que iluminan nuestras vidas. Creo que Francisco ha dicho en alguna ocasión que la Iglesia está en su mejor momento. El diagnóstico es sorprendente.
Yo pido discernimiento, lo necesito, me es indispensable, sino hace mucho que hubiese sucumbido,enmivida y contemplando lo que estamos viendo en la Iglesia.
Disculpe Sr Llera me haya salido del post un poco.
¿Quiere decir eso que su enseñanza es irreprochable? No, al contrario: es posible hacer mucho daño con una ortodoxia débil como lo es la suya.
David Alonso en una nota a un comentario del último artículo de su blog explica muy bien qué cosa es la "ortodoxia débil":
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"Y me parece que más daño hace la ortodoxia débil, que la heterodoxia. Un hereje sin condenar hace mucho daño, pero un ortodoxo enseñando mucho tiempo una doctrina con semillas imperceptibles de error, con omisiones, con anfibologías, va deformando la fe como a fuego lento.
Más daño hace un Rahner que un Häring, por así decir. Las malas ideas con apariencia de buenas se transmiten por el discurso, escrito, oral...van calando como agua de lluvia ácida, hasta que la mente ya no reconoce con claridad el norte, el sur, el este y el oeste doctrinales, y este desconcierto afecta al culto."
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Si ves al Papa Francisco como una abstracción desde luego no hay problema ninguno, si lo ves como el Pastor de la Iglesia de Cristo empiezan a presentarse los problemas. Tiene la suficiente autoridad como para que todos nosotros aceptemos que es el Papa, pero no la tiene, por lo visto, para mandar callar a James Martin, razón por la cual tengo que admitir no sólo lo que el Papa dice sino lo que dicen todos aquellos a quiénes deja hablar, por mucho que escandalicen.
Si yo tengo un hijo terrorista, mafioso o que trafique con armas, lo sé y me callo, asumo la responsabilidad de sus actos, pero puede no estar en mis manos corregirle; en el caso del Papa la corrección sí que está en sus manos: toda autoridad que diga algo dentro de la Iglesia, y eso que dice no sea corregido por la jerarquía, es que habla dentro de la Doctrina. A mi me parece que lo que dice James Martin, en concreto, contradice la Tradición y la Doctrina, pero si puede decirlo en simposios, universidades y todo tipo de eventos debo suponer que el Papa opina lo contrario. Para mi esto constituye un problema.
@ Ruben (de Argentina), para que un acto pecaminoso sea grave debe de ser cometido con pleno consentimiento: entiendo que en cualquier caso.
También dicen los evangelios que Jesús enviaba a sus apóstoles como ovejas en medio de lobos por lo que debían ser astutos como serpientes y sencillos como palomas... Qué tiene de malo ser astutos como Maimonides?
Lo mismo pasa con la Templanza, que también era virtud, y ahora resulta que es tan imposible que cualquier día convertimos la Hybris (la demasía, el frenesí), que detestaban los griegos, en virtud también. O temporas, o mores!
"sigo preguntando. Donde ha dicho el Papa "algo contrario a la doctrina de la Iglesia"
No sé dónde ha estado los últimos dos años. A raíz de la publicación de Amoris Laetitia muchas personas se han dirigido al papa pidiéndole aclaración sobre posible colisión con la doctrina de la Iglesia (las famosas dubia de los cuatro cardenales) o directamente peticiones de rectificación ante errores o, llamemos las cosas por su nombre, herejías.
Entre ellas la de los puntos 301 y siguientes de Amoris Laetitia, que tienen mucho que ver con el tema del artículo que comentamos. Ha pasado el tiempo y ni ha habido enmienda ni aclaración acorde con la doctrina. La actuación de papa ante las dubia y las críticas ha sido de ninguneo o de desprecio, en ningún caso se ha presentado frontalmente al pueblo de Dios una explicación de cómo casa esa doctrina con la recibida de Cristo, seguramente porque la especial asistencia del Espíritu Santo al Romano Pontífice no incluye la ayuda para hallar la cuadratura del círculo. El P. Spadaro SJ nos ilustra diciendo que en teología 2+2=5, pero muchos nos resistimos a ser tan inteligentes.
Pues bien, si una enseñanza concreta del Papa es notoriamente errónea y contradictoria con la doctrina de la Iglesia los fieles estamos legitimados a contestarla y pedir rectificación, y esto no es impugnar su ministerio sino ayudarle a ejercerlo. Lea la carta a los Gálatas y observe lo que hizo San Pablo con San Pedro y verá que esto se hace así.
Entiendo su resistencia a admitir críticas al Papa, su fidelidad le honra y le aseguro que hace tres años yo hubiera dicho lo mismo que usted. Pero, por favor, examine la situación actual y "discierna" qué debe hacer ahora un discípulo de Cristo. Y en todo caso no dejemos de rezar por el papa.
Exacto: la virtudes de la fortaleza y la templanza están ausentes en la doctrina de AL, así como el poder de la Gracia para salir de situaciones del pecado. Solo cabe rendirse o pactar una tregua de coexistencia con el pecado. Como plantea CS Lewis, hacer como Petain en la Francia de Vichy. Las peliculas religiosas de Scorsesse siempre acaban con una rendición, ve imposible el triunfo del bien y la perseverancia.
Si un musulmán misericordioso, que los hay, me suministra un documento en el que dice que soy de religión musulmana para evitar que me mate el Isis, puedo entregárselo y si cuela, cuela; pero si pretenden obligarme a que rece sus oraciones o que diga su sencilla confesión de fe: "No hay más Dios que Allah y Mahoma es su profeta" tendré que contestar con el Credo, no me queda otra.
La astucia no es la purga de Benito y yo la he visto utilizar más para salvar a otros que para salvarse a si mismo. Los cristianos tejieron una conspiración de astucia para salvar a los judíos durante la IIGM, y algunas tretas que utilizaron fueron magníficas, como la de aquella señora en Berlín-la Condesa von Maltzan- que tenía escondido un judío en una cama plegable, naturalmente vacía, y cuando, en un registro, el oficial de la Gestapo le dijo que la abriera contestó que la cerradura no funcionaba hacía tiempo; entonces el oficial quiso hacer saltar la cerradura y ella le dijo: "Muy bien, pero antes me firma este documento para que la jefatura me pague la reparación en el caso que no encuentre nada dentro, porque si no he reparado esa cerradura es porque no tengo dinero". El oficial la miró, hizo un gesto displicente y se marcharon. Eso es astucia. Naturalmente la señora tuvo el tiempo justo para perderles de vista antes de caerse redonda al suelo. Y como esas puedo contar multitud de anécdotas de astucia, siempre dirigidas a la salvación de la vida de otro, pero también a la propia si se tercia.
Santo Tomás Moro, que era abogado, se negó a firmar el Acta de Supremacía pero también se negó a dar explicaciones, de manera que en el juicio tuvieron que utilizar un falso testigo que afirmó haberle oído decir que no firmaba porque no estaba de acuerdo conque el rey fuese la cabeza de la iglesia de Inglaterra (que efectivamente eran las razones de Moro, pero él no se lo dijo a nadie). Creyó, con razón, que si no había declaraciones por su parte la ley no le podría juzgar por su silencio y le dejarían en paz, por eso recurrieron al testigo falso y una vez que estaba perdido habló claro y alto y dijo sus razones. Santo Tomás Moro no era partidario del martirio por el martirio, pero no podía firmar aquella ley sin apostatar de su religión.
Cristo fue más que claro: Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos. Si por miedo niegas a Cristo delante de los hombres, aunque te digas que en tu corazón sigues creyendo en Él, ya estás en pecado mortal. Porque sostener lo contrario, implicaría que por miedo a la muerte, también se justifique adorar a la bestia. Pero si relees el pasaje del Apocalipsis que cité en mi post anterior, te darás cuenta que para el Señor no es una opción. Y tanto no es una opción que el Evangelio de Mateo lo dice expresamente:
Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno.
Hace poco me preguntaba por qué no se habla sobre el pecado mortal de forma clara en ningún sitio. Me ha quitado usted la espinita con este artículo.
Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. El único que se cree con capacidad de mudar los tiempos (hacer de la Fe y los dogmas una "moda") es el anticristo, y así lo dicen los profetas y el Apocalipsis.
El Cielo y la Tierra pasarán, pero MIS PALABRAS NO PASARÁN.
Creo es San Gregorio Magno el que define muy bien la astucia de la serpiente. Dice que consiste en que la serpiente está dispuesta a perder cualquier parte de su cuerpo, siempre que salve la cabeza. LA CABEZA es la Fe. Estar dispuestos a perder cualquier cosa. Dinero salud . Prestigio incluso la vida pero ...mantener la Fe. La cabeza.
Por otro lado, perder la vida (terrena) significaría renunciar al pecado siguiendo el ejemplo de Jesús y ganar la vida (eterna). Por el contrario, ganar la vida (terrena) significaría menospreciar el ejemplo de Jesús para vivir en pecado y perder la vida (eterna).
Finalmente, el apóstol que afirmase a Jesús delante de los hombres cumplía con su ministerio y el que le negase dejaba de hacerlo. No debemos olvidar que todo el capítulo 10 del Evangelio de San Mateo esta destinado a los Doce Apóstoles a los que confirió el poder de hacer milagros. Qué fácil es predicar haciendo milagros. Y, a pesar de todo, todos los Apóstoles se escandalizaron de Jesús durante su pasión y muerte. A excepción de Judas que le traicionó. No debemos sacar los versículos de contexto.
Y que piensa usted del punto 1857 del Catecismo? Un pecado es mortal si versa sobre materia grave y si se comete con pleno conocimiento y consentimiento. Se ha parado a pensarlo?
El Angel de Luz nos engaña y hace caer en pecado bajo especie de bien, y asi, por ejemplo, hace pensar a muchos que es bueno cometer adulterio y comulgar en tal estado si con ello se logra algún bien o evitar algún mal para los hijos habidos en la nueva unión adulterina. Oremos y ayunemos para que estos tales dejen de ser deslumbrados por la engañosa luz luciferina.
Sabes que Jackino, Cristo habló de ti en la parábola del sembrador, más precisamente cuando habló de la semilla que cayó en los pedregales:
Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que sólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida tropieza y cae.
Desde mi punto de vista, el Padre J.Martin y todo aquel católico que diga o enseñe que dicha ideología y el catolicismo son compatibles debiera ser excomulgado como hereje y removido ipso facto de todos sus cargos y ministerios eclesiásticos. Me parece mal que el Papa no intervenga y castigue a J. Martín como se merece. !San Pablo bendito, vuelve con tu vara de la corrección y el justo castigo, te necesitamos¡
La historia del cristianismo en Japón se podría sintetizar de la siguiente manera. El catolicismo fue prohibido en Japón a finales del siglo XVI y fueron martirizados 26 religiosos a los que ni siquiera se les dio la opción de apostatar. Herido el pastor se dispersaron las ovejas. Nació una iglesia clandestina carente de templos, sacerdotes y de biblias que eran confiscadas por el gobierno del shogun. Se rebelaron contra el shogun a causa de los elevados impuestos que tenían que pagar y fueron vencidos y diezmados. Es esta Iglesia clandestina la que pisotea los crucifijos mientras bautizaba a sus miembros en secreto. Obviamente, la doctrina fue cayendo en el olvido y los misioneros que llegaron a Japón cuando se lo permitió el gobierno tuvieron que volver a educar a los fieles.
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Pedro L. Llera
Vamos a ver si nos volvemos a centrar: el tema del artículo no es la apostasía en el siglo XVI. El tema es la apostasía HOY.
Nada mas.
No podemos decir que el que no roba o no mata o no viola o no aborta, etc. sea perfecto, sino que simplemente está cumpliendo el mínimo moral que se exige a la persona humana para ser simplemente buena moralmente. No hacemos nada perfecto por no robar, no matar, no abortar o no violar, sino que hacemos el mínimo indispensable para ser simplemente buenos
Cumplir los diez mandamientos no es pues lo perfecto, sino lo simplemente bueno moralmente o el mínimo moral exigible a toda persona humana, por debajo del cual incurre en la inmoralidad.
Esta disgresión viene a cuento de que a muchos les engaña el Angel de Luz luciferina, Satán, haciéndoles pensar que como no somos perfectos no estamos obligados a cumplir los mandamientos, haciendonos creer falsamente que los mandamientos son la perfección cuando no son sino el mínimo moral exigible a todo hombre para ser simplemente bueno.
Este engaño luciferino que nos presenta a los diez mandamientos como perfección moral y no como el mínimo moral exigible para ser simplemente bueno, creo que está muy extendido por desgracia entre los católicos actuales. Y el fatal resultado de ello es que muchos se consideran dispensados de cumplir los mandamientos, ya que los consideran como "la perfección" y nadie está obligado a ser perfecto.
Si cada nuevo Papa pudiese como si tal cosa ir en contra de lo establecido o enseñado por el Magisterio anterior, la Iglesia sería un caos, una jaula de grillos. No sabríamos nunca a que enseñanza o doctrina atenernos.
Otros, además de rezar, creemos que no podemos dejar de ver con tristeza los males que aquejan a la Iglesia y hablar de ellos, no simplemente por criticar, sino con la intención de aportar algo para salir de ellos.
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