¿Por qué madrugas?
La necesidad de madrugar es una constante para la mayoría de las personas, ya sea para trabajar fuera de casa, cuidar de los niños en ella, estudiar o el resto de nuestros innumerables afanes. Basta ir en el metro un lunes por la mañana para descubrir que también es una constante que ese madrugar cueste y nos tenga perpetuamente fatigados. Es una de las consecuencias del pecado de Adán, que rompió la armonía original de la naturaleza y nos hizo esclavos de muchas cosas.
Madrugar vamos a tener que madrugar, lo queramos o no, pero lo que queda a nuestra libertad es la razón por la que madrugamos. En ese sentido, creo que es muy conveniente que cada uno se haga esta pregunta: ¿por qué madrugo?