Gramsci y el Buen Humor de Dios. La conversión de Gramsci en su lecho de muerte
De bochorno la rabiosa reacción contra la confirmación de la conversión en el lecho de muerte de Gramsci (en 2008), y digo confirmación, porque ya hace mucho tiempo que se daba por hecha. En 1967, las monjas que lo atendieron, nos contaron su conversión, asegurando que conservaba una estampita de su niñez, de Santa Teresa del Niño Jesús.
El contexto ya lo conocéis. Yo creo a De Magistris, creo que Gramsci se convirtió, y no sólo porque monseñor es un tipo respetable, conocedor como nadie, desde su privilegiado puesto en la Penitenciaría Apostólica de las cosas de conciencia. De la descripción que hace:
Gramsci tenía en su habitación la imagen de santa Teresita del Niño Jesús. Durante su enfermedad, las monjas de la clínica en la que estaba ingresado llevaban a los enfermos la imagen del Niño Jesús, para que la besaran. Como a Gramsci no se la llevaron, él se quejó: ‘¿Por qué no me la habéis traído?’
sólo puede desprenderse que ahí estaba una sonrisa del Buen Humor de Dios. La alternativa sería que nuestro querido prelado tiene una mala baba venenosa.
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