29.07.17

La homilía de este próximo domingo

NOTA PREVIA:

Tras el post que titulé “Sembrar gominolas", y que en definitiva fue mi predicación de ese domingo, y la homilía del día de Santiago, algunos lectores y comentaristas me han pedido la posibilidad de colocar aquí, con alguna anticipación, mis homilías dominicales.

No me comprometo a que sea cosa semanal, porque no sé si podré sostener el ritmo, ni si mis elucubraciones dominicales serán especialmente útiles. Pero bueno, lo intentaré, dejando claro que uno no es ni exegeta, ni experto en liturgia, ni nada que se le parezca. Si de algo sirve, bien está, y si digo muchos disparates, ustedes se encargarán amablemente de hacérmelo ver. 

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27.07.17

Cuántas horas por semana tiene que trabajar un cura

No me gusta cuantificar el trabajo en la parroquia por horas. Alguna vez he contado que, cuando me viene un compañero nuevo para incorporarse al trabajo pastoral, me lo llevo al parque, que está en un alto, le enseño el territorio de la parroquia y le digo: toda esa gente que vive ahí, nuestros feligreses, es cosa nuestra que vivan en este mundo con dignidad material y moral y que después de esta vida lleguen al cielo. Dicho esto, no me preguntes por horarios.

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26.07.17

Mi homilía de ayer: España, sé tú misma, vuelve a Cristo

En la homilía de ayer, solemnidad de Santiago Apóstol, recordaba un servidor el grito de San Juan Pablo II en Compostela el año 1982: “te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes. Reconstruye tu unidad espiritual, en un clima de pleno respeto a las. otras religiones y a las genuinas libertades. Da al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

Quise hacer mío ese grito: España, ¡sé tú misma, aviva tus raíces, vuelve a Cristo!

Quise recordar mis feligreses que la unidad de España, sus valores, su cultura, su fecundidad histórica, están marcadas por la fe en Cristo, y que renunciar a Cristo, sacarlo de la vida y convertir la fe en una mera devoción particularista es un mal para toda la nación. Que incluso para los no creyentes, la presencia de la fe es un valor fundamental.

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25.07.17

Un cura que vive en permanente estado de cabreo. ¿Seré yo, maestro?

Pues a lo mejor. Porque varios comentaristas y otros por mail me dicen que mi problema es que soy un cura amargado, empeñado en ver siempre el vaso medio vacío. La consecuencia, parece ser, es haberme convertido, dicen, en un señor serio, sin pizca de sentido del humor y que vive en un estado de cabreo permanente.

La verdad es que lo único que me faltaba para sumirme en la más tenebrosa de las depresiones y el más monumental de los cabreos ha sido el desplante de Higinio Fernández. Tras eso ¿cómo no voy a estar como estoy, con el humor perdido y el vinagre rebosando mis vísceras? ¿Cómo superar mi permanente cara de pepinillo en vinagre si ya hasta Higinio me desprecia?

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23.07.17

Estoy echado a perder. Higinio ¡te necesito!

Pues sí, porque hoy por la tarde, al acabar las misas del domingo, hice una revisión de lo que había predicado en la homilía y la cosa no puede ser más terrible.

Tengo en mi disculpa que ayer tocaba la parábola del trigo y la cizaña, para nada misericordiosa, todo lo contrario, dura y agria, al punto que teólogos como Higinio Fernández y Pepe Mario de la Atalaya sostienen que es un añadido posterior cuando en la comunidad de Mateo dos grupos se dieron de leches acusándose mutuamente de haber descuidado el trigo y perder la cosecha por las malas hierbas. No me extrañaría.

Me doy cuenta de que mi primer fallo estuvo en admitir que en este mundo hay gente buena (trigo) y mala (cizaña). Craso error, ya que los más eximios teólogos y pensadores nos han dejado claro que el pecado original no existe, luego todos somos buenos por naturaleza. Ya lo dijo el gran Summers que “to el mundo é güeno”.

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