15.08.17

Adoración perpetua y WhatsApp

Estoy pasando unos días fuera de la parroquia. Mi compañero está a cargo de todo y estamos en contacto básicamente porque somos amigos y nos gusta saber al uno del otro. Aunque sea una broma por WhatsApp, pero sí, sabemos el uno del otro.

Este puente festivo es, tradicionalmente, el día en que sale más gente de Madrid y los que quedan, suelo decir en broma, se van a la verbena de la Paloma a tomar unas gallinejas y echarse al coleto un vasito de sangría. Pregunto al compañero si ha tenido hoy mucha gente en las misas. Me dice: en la de las 13 h., unas treinta y cinco personas, cuando en un domingo normal se acercan a las trescientas.

Ufffff!!! ¿Y la capilla de la adoración perpetua? ¿Se cubren los huecos?

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13.08.17

La homilía de hoy: la tempestad calmada

Siempre se ha identificado la barca de Pedro con la Iglesia. Hoy nos encontramos, en el evangelio, con esa barquita en medio de una tempestad. No hace falta pensar mucho para identificar la tormenta con este tiempo actual en el que la iglesia trata de vivir en fidelidad a Jesucristo.

Borrascas desde el mundo, y cada vez parecieran más fuertes. El avance del laicismo, el odio a la religión, ataques a los principios más básicos no solo de la Iglesia, sino de la ley natural. El ambiente es complejo. Asaltos a iglesias y capillas, pintadas, profanaciones, procesiones burlescas… ¿sigo? Intentos de expropiación de la catedral de Córdoba, leyes sobre ideología de género, intentos de manipular la educación concertada, demandas contra sacerdotes y obispos por predicar la fe y la moral de la Iglesia… Hay gente que no lo reconoce, pero los hechos son tercos.

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11.08.17

La curiosa libertad de expresión en la Iglesia

Lo de la libertad de expresión ya saben ustedes que es una cosa según la cual los míos pueden decir lo que quieran hasta ciscarse en lo más santo, pero los contrarios no tienen derecho ni a agua.

Por ejemplo, los cardenales Caffarra, Brandmüller, Burke y Meisner (q.e.p.d.) no tienen derecho a la libertad de expresión. ¿Su delito? Dirigirse al santo padre, ejerciendo su oficio de consejeros, con una carta firmada y sellada, pidiendo aclaraciones a algunos puntos de Amoris Laetitia. Se les ha dicho de todo y acusado de todo, como por ejemplo hablar mal del santo padres, llevarle la contraria, ir abiertamente contra Francisco.

Está claro. La libertad de expresión consiste en la libertad de poder decir exactamente lo que conviene que se diga. Esta libertad de expresión es la misma que existe hoy en Cuba y en Corea del Norte. Usted puede decir todo lo que quiera a favor nuestro, pero si lleva la contraria en algo, o se atreve a pedir explicaciones, ya no será alguien que opina libremente, sino un traidor a la causa.

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9.08.17

Nos acaban de hacer una auditoría en la parroquia

El arzobispado de Madrid, en aras de una mayor transparencia y el deseo de gestionar los bienes de la archidiócesis de una manera más eficaz, ha decidido dar paso a unos auditores externos que, en primer lugar, han llevado a cabo un amplio estudio de las cuentas de la curia, estudio que en su día se nos presentó a los sacerdotes y que deja las cosas en bastante buen lugar. Se pueden mejorar aspectos, pero, en general, nos damos por razonablemente satisfechos.

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5.08.17

Barbaridades que la Iglesia paga y algunos obispos apoyan

Uno tiene que saber en qué se gasta los cuartos, especialmente si los cuartos son de otros y yo soy el administrador. Servidor, por ejemplo, no puede gastarse los dineros del cepillo, los donativos o la colecta dominical en cualquier cosa. Los fieles, que son los que ponen la pasta, tienen no solo el derecho, sino la obligación de velar para que su aportación más o menos generosa vaya destinada a lo que tiene que ir: mantenimiento del templo parroquial, salario del sacerdote, actividades pastorales y ejercicio de la caridad.

Difícilmente podría justificar el gasto de un solo euro en otros conceptos. No digamos si encima fueran para subvencionar doctrinas anticatólicas, páginas que rocen la blasfemia y la ofensa, o medios de comunicación que de manera habitual den cabida a cualquier tipo de disparate teológico.

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