La Cruz retirada, el Deán, el Obispo y el padre Brú
Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.
Rom 2,24
Érase una vez una Catedral en la que había una Cruz que fue retirada de su lugar habitual por un Deán, para facilitar un acto institucional. Érase un grupo de bloggers católicos que, representando seguramente el sentir de muchos otros católicos, tanto laicos como clérigos, criticaron semejante acción. El Deán, ante la avalancha de críticas de esos católicos sinceros, pretendió que los mismos le atacaban por su condición de presidente de una Caja de Ahorros. El Obispo no dijo públicamente esta boca es mía ni ante la retirada de la Cruz ni ante las justificaciones del Deán, lo cual provocó que él mismo fuera objeto de más críticas, algunas ciertamente severas. Y en estas estábamos cuando apareció el responsable de la programación religiosa de la Cope a criticar primero la retirada de la Cruz y a pedir después perdón por hacer tal cosa, al mismo tiempo que, sin nombrar a nadie en particular, lanzaba un duro reproche a los que, como él, habían manifestado su estupor por lo ocurrido. Tal actitud le ha supuesto ser objeto de severísimos reproches por parte del más incisivo de los bloggers católicos: Francisco José Fernández de la Cigoña