InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Archivos para: 2016

3.11.16

Hacia la falsificación y destrucción del matrimonio católico

Mons. Marcello Semeraro, obispo de la diócesis italiana de Albano y secretario del Consejo de Cardenales del Papa, ha presentado en la Universidad Pontificia de Comillas la exhortación apostólica de Francisco Amoris Laetitia, libro editado por Romana Editorial. La noticia la da Religión Confidencial. Entre otras cosas, dijo:

“El punto 298 de la Amoris Laetitita habla de una segunda unión consolidada en el tiempo, conocimiento de la irregularidad de su situación y gran dificultad para volver atrás sin sentir en conciencia que se cae en nuevas culpas. Al casarse civilmente han dado un paso adelante y no puede volver atrás. Su situación es distinta a las parejas que conviven puesto que no han dado ese paso adelante”, explicó Marcello Semeraro.

El obispo matizó que, “al dar ese paso adelante, consolidar un matrimonio civil, con nuevos hijos, con probada fidelidad, entrega generosa, compromiso cristiano, piden ayuda y orientación en su situación”.

Para quienes digan que no se quiere cambiar nada de la doctrina católica, el texto de ese portal católico es absolutamente clarificador. Por ejemplo, reconocen que con la Familiaris Consortio no había posibilidad alguna de que los divorciados vueltos a casar comulgaran, salvo si la pareja decidía vivir en continencia sexual, como hermanos. Pues bien, miren lo que pasa ahora:

Este Confidencial insistió sobre ese punto: si, tras un reflexionado discernimiento y con ayuda de la dirección espiritual, se llega a la conclusión que algunas de estas personas pueden comulgar ¿deben vivir como hermano y hermana o pueden seguir manteniendo relaciones conyugales? Marcello Semeraro explicó que en este punto, Amoris Laetitia da un paso sobre la Familiaris Consortio, la exhortación apostólica que escribió san Juan Pablo II sobre la unidad familiar.

«¿Qué significaría que vivan como hermano y hermana personas que tienen hijos? El paso que da adelante Amoris Laetitia con respecto a Familiares Consortio es que puedan expresar su afecto en su situación, y aquí es donde entraría el acompañamiento y la guía del director espiritual», afirmó el secretario del Consejo de Cardenales.

Y añadió: «No es una relación hermano y hermana, sino conyugal. Son personas que tiene hijos y tienen entre ellos una responsabilidad en su relaciónGaudium et spes (la constitución pastoral que escribió el beato Pablo VI sobre la alegría y la esperanza) dice que aquellos matrimonios que se abstienen de tener relaciones conyugales ponen en peligro su relación, pudiendo cometer infidelidades».

De esas palabras se deduce lo siguiente:

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2.11.16

Protestante Digital ve también que el rey está desnudo

La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero (*). Protestante Digital ha publicado un editorial en el que señala un hecho obvio. A saber, que el acto de Suecia, por mucho que los medios de comunicación generalistas -y yo añado que casi todos los católicos-, se haya presentado como un hecho histórico que abre las puertas a la unidad entre el catolicismo y el protestantismo, no puede ocultar una realidad “irreformable": no se puede unir lo que esencialmente es distinto.

Por vivencia personal conozco perfectamente lo que significa ser protestante evangélico y lo que es ser católico. Pues bien, no se puede ser las dos cosas a la vez. Ni se puede ser una cosa sin dejar de ser la otra. Es decir, a menos que una de las partes, o ambas, renuncie a su esencia y asuma la de la otra, cabe decir aquello de que “lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible".

Obviamente Protestante Digital arrima al ascua a su sardina y plantea el asunto desde el punto de vista de los “Solas” de la Reforma. Pero es que las cosas son como son. Enumero:

- Católicos y protestantes no compartimos la misma Revelación. El protestantismo niega que la Tradición forme parte de ella. Y niega el papel del Magisterio.

- Católicos y protestantes no tenemos ni siquiera la misma Biblia. Ellos rechazan la canonicidad de los Deuterocanónicos.

- Católicos y protestantes no tenemos los mismos sacramentos. Ellos rechazan todos (muchos no llaman sacramento al bautismo) o buena parte de ellos.

- Católicos y protestantes no estamos de acuerdo en cómo se alcanza la justificación por la que podemos ser salvos. Ellos son solafideístas, nosotros no.

- Católicos y protestantes no estamos de acuerdo sobre el papel de María en el plan de salvación. Ni en el papel de los santos en el cielo como intercesores en favor nuestro. 

- Etc.

Señores, eso no va a cambiar jamás. Ya pueden papas pasados, presentes y futuros ir a Suecia, a Alemania o a las Islas Maldivas. Siempre habrá una aplastante mayoría de protestantes que jamás van a renunciar a esas diferencias señaladas. Y ningún Papa tiene autoridad para renunciar a los dogmas católicos que nos separan del protestantismo. 

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1.11.16

Te busqué entre ellos, Madre, y no te encontré

Sí, Madre, parece que quienes quieren unir a los cristianos se han olvidado de ti. Ayer firmaron un documento donde, entre buenas intenciones y manifiestas falsedades, tú no apareces por ningún lado.

Tú, que diste el primer Fiat a Dios para traernos la salvación. Tú, la que has de ser llamada bienaventurada por todas las generaciones. Tú, que nos fuiste regalada como Madre por tu Hijo cuando Él estaba derramando su sangre por nosotros en la Cruz. Tú, que siempre nos llevas a Cristo. Tú, que intercedes por nosotros ante el Trono de Dios para procurarnos toda gracia espiritual. Tú, Madre, estabas ausente.

Sin embargo, Madre, que sepas que siempre estarás presente en el corazón de tus hijos, de los que por gracia son fieles a la fe que nos fue entregada. Que sepas que no vamos a dejar que se te aparque a un lado, como si fueras un estorbo para lograr una falsa unidad. No, no lo permitiremos. 

Totus tuus ego sum et omnia mea Tua sunt. Accipio Te in mea omnia. Praebe mihi cor Tuum, Maria

Luis Fernando Pérez Bustamante

31.10.16

Al encuentro con Eva

Se llama Eva Brunne. Es “obispa” luterana en Suecia. Concretamente es “obispa” de Estocolmo. Y está “casada” con Gunilla Lindén, que es “presbítera” luterana.

Esta es la foto de su pareja.

Y esta una foto de ambas:

Y esto lo que enseña la Biblia:

Por esto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por otras contrarias a la naturaleza; de igual modo los hombres, abandonando las relaciones naturales con la mujer, se abrasaron en sus deseos, unos de otros, cometiendo la infamia de las relaciones de hombres con hombres y recibiendo en sí mismos el pago merecido por su extravío.
Rom 1,26-27

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29.10.16

Mentiras protestantes sobre la Cultura y Educación Medieval

Este artículo lo publiqué en la primera versión de la web Apologetica.org cuando la dirigía el P. Juan Carlos Sack, IVE.

Me parece muy oportuno publicarlo de nuevo en este blog.

La obra Sección I del Griego del Nuevo Testamento, que facilita en sus cursos de lenguas bíblicas la entidad protestante s.e.u.t. (Seminario Evangélico Unido de Teología, ligado a la Iglesia Evangélica Española y a la Iglesia Española Reformada Episcopal), no se centra en la lengua griega, como sería de esperar, sino que incursiona en el terreno de la exégesis y de la historia al exponer algunos de los principios “exegéticos” de la pseudo-reforma protestante, así como al enseñar sin rubor los mitos de la historiografía “reformada". Vamos a ver cómo esta obra maestra de manipulación ideológica carece de base científica y bíblica.

Mito primero

Se trata de la supuesta ignorancia de los pueblos de Europa en materia bíblica antes de la pseudo-reforma protestante, tal y como se afirma en la lección 34 de la Sección I (pág. 5.8), donde se dice a propósito de la Edad Media, la “Edad de las tinieblas", que dicha ignorancia se debía a estar escrita la Biblia “sólo en idiomas antiguos, como el latín y el griego. La Biblia estaba sólo disponible, mayormente, en latín, y el hombre corriente de entonces no estaba más versado en latín que el operario de una fábrica de Ford en la actualidad"; y “un poco antes de la Reforma, algunos comenzaron a traducir la Biblia a lenguas europeas (…) a pesar de la terrible oposición y persecución".

Parece imposible mayor número de falsedades en tan pocas líneas

Vamos por partes:

1) La Edad Media comienza en el siglo V d.C., a contar desde el año de la caída de Roma. En dicha época la mitad occidental del antiguo imperio romano, dominada por los bárbaros, hablaba latín y disponía de una excelente versión de la Biblia: la Vulgata de San Jerónimo; la mitad oriental del imperio, que sobrevivió hasta que los turcos conquistaron Constantinopla en el siglo XV, hablaba griego y podía leer en esa lengua tanto en Nuevo Testamento como el Viejo (este último en varias versiones, como la de los LXX); de suerte que en la Edad Media el pueblo tenía un conocimiento amplísimo de las Escrituras.

2) La Biblia se traducía a las lenguas vernáculas muchos siglos antes de la pseudo-reforma de Lutero, Calvino y compañía, pues:

a) Los santos católicos Cirilio y Metodio tradujeron la Biblia al búlgaro antiguo en el siglo IX, ¡en plena Edad Media, la “Edad de las tinieblas"! (cf. Lengua y Literatura Latinas I, autores varios, UNED, Madrid, 1986, pág. 32, e Iniciación a la fonética, fonología y morfología latinas, José Molina Yébenes, Publicacions Universitat de Barcelona: Barcelona 1993, pág. 4); así, los búlgaros podían leer la Biblia en su lengua.

b) El obispo Ulfilas (arriano, no católico), evangelizador de los godos de Dacia y Tracia, tradujo la Biblia al gótico pocos años antes de que San Jerónimo acabara la Vulgata, de suerte que cuando llegaron las “tinieblas” medievales ¡los godos podían leer la Biblia en su lengua materna! (cf. José Molina Yévenes, op. cit., pág. 5; Esteban Torre, Teoría de la traducción literaria, Ed. Síntesis, 1994, pág. 24, y UNED, op. cit., pág. 32).

c) El monje católico Beda el Venerable tradujo al anglosajón o inglés antiguo el Evangelio de San Juan poco antes de su muerte, acaecida en el año 735, o sea: ¡en plena Edad Media, “la Edad de las tinieblas"! (cf. Esteban Torre, op. cit., pág. 24).

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