InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Archivos para: Noviembre 2010

8.11.10

Vino y nos confirmó en la fe

Dejémoslo claro desde el principio. La visita de Benedicto XVI a España ha supuesto un espaldarazo a los católicos que estamos en comunión con él. A su vez, ha servido de testimonio del mensaje de la Iglesia para una sociedad que cada vez le vuelve más la espalda a ella y, por tanto, a Cristo. Y por último, aunque cronológicamente fue lo primero, ha dejado bien claro a los gobernantes que la cabeza del colegio episcopal de la Iglesia de Cristo sabe muy bien lo que están haciendo en este país y dónde están las raíces de su comportamiento.

Ha sido, pues, un triple mensaje. Al pueblo de Dios, al pueblo que ha renunciado a Dios y al César. En ese sentido, Benedicto XVI ha ejercido de eficaz sucesor de los apóstoles, con Pedro como “príncipe” -protos- de todos ellos. Y cuando un Papa ejerce eficazmente de Papa, la Iglesia se ve beneficiada. Se vuelve a demostrar que la figura del papado no tiene parangón en el resto de iglesias o comunidades eclesiales no católicas. O, en otras palabras, si el papado -ministerio petrino- no hubiera sido constituido por Cristo -el Nuevo Testamento da fe de que sí-, habría que inventarlo.

El mensaje que hemos recibido los fieles es de plena confirmación de nuestra fe. Nos marca las líneas a seguir para dar testimonio de Cristo y del evangelio al resto de la sociedad. Si el Papa no tiene duda alguna en hablar del peligro del laicismo, nosotros tampoco debemos tenerla. Si el Papa habla de la necesidad de que Europa vuelva a Dios, nosotros estamos llamados a mostrar el verdadero rostro de Dios a Europa y sus ciudadanos. Si el Papa defiende la vida y la familia, nosotros también.

A la sociedad que se ha olvidado de Dios, el Santo Padre le ha dicho muy claramente que si el progreso material, económico y científico no va acompañado de un progreso moral, entonces no hay verdadero progreso. Y si no se tiene a Dios como referencia, el hombre no alcanza aquello a lo que ha sido llamado. No hay ningún sistema político que nos haga verdaderamente libres. “Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad“, dijo el Papa en la Sagrada Familia. Ese mensaje es muy necesario en una sociedad donde el divorcio está a la orden del día y donde el egoísmo de muchos llega a tal extremo que uno de cada seis embarazos acaban siendo eliminados por manos asesinas.

Al César de España, que actualmente se apellida Rodríguez, Benedicto XVI le ha dicho que sabe muy bien lo que quiere, cómo lo quiere y porqué lo quiere. Señalar a Zapatero como uno de los principales impulsores del laicismo radical en Europa es lo mismito que decir que es uno de los principales enemigos de la Iglesia en el mundo entero, pues es Europa el continente donde el laicismo ha avanzado más en el ámbito de los regímenes democráticos. Y por si alguien tenía alguna duda, el propio gobierno se ha encargado de despejarla, convirtiendo a España en el primer país europeo, desde la caída de la URSS, en el que la Iglesia se ve obligada a celebrar una Misa en plena calle porque las autoridades se lo han prohibido en uno de sus templos. Que el mismo día en que el Papa llega a España, la Guardia Civil impida a los fieles oír Misa en el Valle de los Caídos y que al mismo tiempo que el Papa celebraba Misa en la Sagrada Familia, los monjes benedictinos del Valle tuvieran que celebrarla al aire libre en pleno noviembre, es un símbolo de lo que este gobierno representa para la Iglesia en nuestro país. Y nadie piense que el apoyo institucional a la próxima JMJ cambia esa realidad. Zapatero no puede dejar de ser lo que es.

Por último quiero señalar algunos detalles de relativa importancia. Lo primero, parece evidente que, sobre todo en Barcelona, no ha sido grandioso el número de personas que se han tirado a la calle para ver al Papa. Por una parte, el programa de la visita no ayudaba a ello, pero es que además resulta notorio que de donde no hay no se puede sacar. Y el estado actual del catolicismo español no da para muchas alegrías.

Significativo me pareció el hecho de que tanto en Galicia como en Cataluña, el Papa empezara la homilía dirigiéndose a las autoridades nacionales, autonómicas y locales. Es decir, si alguien esperaba que el Santo Padre hiciera algún gesto de reconocimiento de Cataluña como nación, habrá quedado más bien desencantado. Para Benedicto XVI el señor Montilla y cía son autoridades autonómicas. Al que le guste, bien. Al que no, también bien.

Tampoco quiero olvidar lo bochornoso del acto que tuvo lugar el pasado viernes en la Basílica de Santa María del Pi de Barcelona. Insisto en decir que me parece un atentado a la comunión eclesial el que un cardenal de la Iglesia Católica permita que una de sus basílicas sea tomada por aquellos contrarios al papado. No se puede poner una vela a Dios y otra al diablo. Y eso vale para todos, cardenales incluidos. Muchos estaremos atentos a lo que pueda ocurrir en los próximos días. Esperamos un gesto del Cardenal Arzobispo de Barcelona en relación con esa infamia.

En definitiva, Benedicto XVI vino y nos confirmó en la fe. Esa es su tarea. La nuestra es, asistidos por la gracia de Dios sin la cual nada podemos, poner esa fe en marcha para que dé buenos frutos. El año que viene, si Dios le da salud y vida, volveremos a tener a este Papa entre nosotros. Será el momento de los jóvenes. De ellos depende el futuro de la Iglesia en España.

Luis Fernando Pérez Bustamante

Excursus: Mi buen amigo César Vidal, que como ustedes saben es protestante evangélico, me dijo el sábado pasado que los del periódico La Razón le habían encargado a él la exégesis de la homilía que el Papa habría de predicar en la Sagrada Familia.

Yo le pregunté: “¿a ti? ¿no tienen mejor idea que encargar a un protestante la exégesis de la homilía del Papa? ¿no hay católicos en La Razón para hacer semejante tarea?

Ante lo cual él me respondió que no era culpa suya.

Pues bien, de un protestante cabe esperar un artículo en el que intenta usar las palabras del Papa para apoyar sus tesis antipapales. Este es el enlace al artículo:

http://www.larazon.es/noticia/9637-la-dignidad-de-los-hijos-de-dios-por-cesar-vidal

En negrita, lo que comento:

Finalmente, da la impresión de que Benedicto XVI ha deseado ser ecuménico en su exposición –un gesto notable si se tiene en cuenta que, por ejemplo, el obispo de la iglesia anglicana en España estaba presente en la celebración– y ha desarrollado una exposición de la «roca» sobre la que se construye la iglesia que no reproduce los planteamientos católicos al uso sino, más bien, los que aceptarían los cristianos de cualquier confesión. Como era de esperar, Benedicto XVI ha señalado la importancia de María –a la que ha denominado en la conclusión de la homilía Mare de Déu, Maria Santissima, Rosa d’abril, Mare de la Mercè– pero, a la vez, ha evitado la referencia clásica a Pedro como la piedra sobre la que Cristo construye la Iglesia –posición sólo aceptada por la iglesia católica– para subrayar que la roca sobre la que se sustenta la iglesia, como sostuvo la inmensa mayoría de la patrística, es el mismo Cristo.

Es decir, en vez de explicar que los Padres de la Iglesia jamás opusieron la doctrina que señala a Cristo como piedra angular de la Iglesia con la de que el propio Cristo hace de Pedro la roca sobre la que Él edifica su Iglesia, César Vidal usa la famosa tesis protestante del “esto o lo otro", en vez de la doctrina católica “esto y lo otro”, que aparece en prácticamente todos los puntos de desacuerdo entre ellos y nosotros: “Biblia o Tradición” versus “Biblia y Tradición, “fe u obras” versus “fe y obras", etc. Y todo ello gracias a la gentil idea de la dirección de uno de los periódicos que se supone que más lectores tiene entre los católicos españoles. Enhorabuena, señores de La Razón.

7.11.10

Lo que ocurre en el Valle de los Caídos le da la razón al Papa

España se ha convertido en el primer país de Europa donde, desde la caída del muro de Berlín y el comunismo, un gobierno prohíbe la celebración de una Misa en un templo católico. Ayer ocurrió semejante afrenta en el Valle de los Caídos. Los fieles que asistieron a la Misa de los monjes benedictinos vieron como la Guardia Civil se lo impedía. Y hoy los monjes han tenido que celebra la liturgia en plena calle, ante doscientas personas.

Todo esto ocurre al mismo tiempo que el Papa visita España. Si alguien piensa que esto es casual, yo no. Es evidente la provocación de un gobierno enemigo de la cruz, del evangelio y de la Iglesia. A Zapatero y Rubalcaba -éste, masón, es el responsable más directo de lo que ha pasado-, se les ve el tridente en la mano y el rabo rojo detrás de sus espaldas. Estoy convencido que cerca de ellos debe de oler a azufre.

Por tanto, el Papa tiene toda la razón del mundo al decir que el avance brutal del laicismo que tiene lugar hoy en España está relacionado con lo que pasó en este país en los años treinta del siglo pasado. Por el momento no queman iglesias. Se conforman con cerrar aquella sobre la que tienen cierto control institucional.

Leer más... »

6.11.10

La vergüenza de un cardenal que permite a los antipapistas usar una Basílica

El Papa llega hoy a Santiago de Compostela. Mañana visitará Barcelona. Pues bien, la Basílica de Santa María del Pi en la Ciudad Condal fue usada ayer por quienes no quieren el modelo de papado que existe en la Iglesia Católica para reivindicar precisamente sus ideas heterodoxas.

El responsable máximo de lo ocurrido tiene un nombre: S.E.R Lluís Martínez Sistach, cardenal arzobispo de la archidiócesis de Barcelona. El mismo que a sus vicarios les dijo, nada más llegar como pastor a esa iglesia local, que no se podía mover una sola hoja en la diócesis sin que él lo supiera o lo aprobara, ha permitido que toda una basílica se convierta en símbolo de la falta de comunión de parte de su iglesia con el Papa. El cardenal podrá decir lo que quiera a partir de ahora, pero todo el mundo recordará que con él, precisamente con él, se ha demostrado que el cisma en la Iglesia es un hecho visible.

Porque claro, no pretenderá el señor cardenal que nos creamos sus discursos de comunión con el Santo Padre a la vez que mira para otro lado cuando los que no quieren el papado y piden, entre otras lindezas, que la Iglesia reconozca las relaciones homosexuales, llenan un templo emblemático de su archidiócesis.

Leer más... »

5.11.10

Viene nuestro dulce Cristo en la tierra

Recuerdo nítidamente el día en que, al poco de regresar a la fe católica, leí en un foro evangélico una crítica al catolicismo por considerar que el Papa, tal y como dijo Santa Catalina de Siena, es nuestro “dulce Cristo en la tierra". Todavía influenciado por mi pasado anticatólico, dije que tal tratamiento me parecía una barbaridad y que no era lo mismo ser Cristo que ser su Vicario. Gracias a Dios, tuve que tragarme mis necias palabras cuando otros hermanos católicos me mostraron un simple versículo de la Escritura. Está en el libro de Gálatas. Según testimonia San Pablo, los cristianos de aquella iglesia local le recibieron tal que así: “Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús” (Gal 4,13-14).

Al fin y al cabo, ya había dicho Cristo que “el que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió” (Mt 10,40). Por tanto, mañana los católicos debemos recibir a Benedicto XVI como si viniera el mismísimo Cristo. Todo lo que hagamos por mostrarle nuestro cariño y nuestro afecto será poco.

Además, como sucesor de Pedro y, por tanto, pastor del rebaño del Señor, el Papa viene a confirmarnos en la fe. Pero no en una fe cualquiera, ni en una fe hecha a imagen y semejanza de los valores de un mundo que está alejado de Dios. No, señores, no. La fe en la que Benedicto XVI nos confirma es la fe católica, la fe de la Iglesia, la fe de aquella que es “columna y baluarte de la verdad (1ª Tim 3,15). Una fe que no tiene nada que ver con la que profesan aquellos que aprovechan la llegada del Papa para confirmarse en sus heterodoxias. Y es que de la misma manera que la visita del Papa nos es de bendición a los que somos fieles al magisterio, su presencia parece excitar la rebelión espiritual y eclesial de quienes ni siquiera tienen el valor y el coraje suficiente como para dejar una Iglesia cuya fe no comparten. Opera en ellos el mismo espíritu que anidaba en Coré y los suyos cuando se enfrentaron a Moisés (léase Num 16 y Jud 11 y ss).

Leer más... »

4.11.10

La inmigración, ¿solución o problema?

Hoy publicamos una noticia por la que se anuncia que España necesitará cuatro millones y medio de inmigrantes de aquí al 2035 para “cubrir el hueco” que deja la baja natalidad de la actual generación de españoles. He tenido que cerrar los comentarios a la noticia porque la misma ha debido empezar a correr por alguna red social de neonazis y gentuza de similar calaña, los cuales han entrado en masa a soltar su basura xenófoba. La escoria no puede dejar de ser lo que es. Con esto no digo que todos los comentarios críticos fueran de ese jaez. Pero he preferido cortar por lo sano.

La cuestión de la inmigración se puede abordar desde muchas perspectivas. En mi opinión, las políticas que se han seguido en España en relación a este tema han sido malas. El famoso efecto llamada provocado por el entonces ministro Caldera, produjo una avalancha de pateras procedentes de África. El problema no era tanto la cantidad de personas que querían venir a España cual si esto fuera el paraíso de la inmigración. No, el drama es que muchas de ellas morían en el intento y todas, absolutamente todas, eran víctimas de las mafias que las transportaban.

Yo parto del hecho de que una persona tiene derecho a buscar un lugar donde las condiciones de vida sean dignas y mejores que las de donde se reside. Y desgraciadamente eso no ocurren en muchos países del mundo. Ahora bien, también tengo clarísimo que el refrán “donde fueras, haz lo que vieras", debería ser la norma básica de comportamiento de quienes dejan su tierra para llegar a otra. Sin necesidad de perder la identidad cultural propia, la tarea de integración en la sociedad a la que se migra debe formar parte de la voluntad de los migrantes. De lo contrario, la formación de ghettos está asegurada. Y el ghetto es lo más contrario al tan cacareado multiculturalismo del que hablan los progres de izquierdas y de derechas.

Leer más... »