No era santa Mónica, pero soy católico en buena medida gracias a ella

Se llamaba Mónica, era cristiana y estaba casada con Patricio, un pagano de difícil carácter. De dicho matrimonio nacieron tres hijos, uno de los cuales se llamaba Agustín. Desesperada por el comportamiento de su retoño, la buena mujer imploraba a Dios con lágrimas por su conversión. Era tanto su amor por él, que se dirigió al obispo de Milán, Ambrosio, para que le predicara el evangelio. El santo obispo le dio una respuesta que ha quedado para la historia: ¡No puede perderse un hijo de tantas lágrimas!. Lo que ocurrió después, ya lo saben. Ese hijo se convirtió y llegó a ser obispo de Hipona así como uno de los más grandes santos que ha dado la Iglesia.

Salvando las enormes distancias, yo también tuve una madre, Amelia, que se ocupó, y mucho, por mi salud espiritual. No es que ella fuera un modelo de santidad inmaculada, pero desde luego supo transmitirme su amor por el Señor, por la Virgen y hasta por la Iglesia. Tuve además la suerte de que fuera catequista, lo cual sirvió, entre otras cosas, para que yo tomara la primera comunión un año antes (contaba con 7) de lo que era habitual por entonces. Ella le dijo al párroco que yo estaba preparado de sobra y el sacerdote no puso inconveniente.

Con el paso de los años, le tocó pasar por un auténtico calvario de salud. Pasó muchos años entre dolores tan espantosos que estuvo ingresada en la unidad del dolor del hospital madrileño de Puerta del Hierro. Le llegaron a colocar una bomba de morfina. También padeció de los nervios, lo cual hacía que su personalidad fuera ciertamente complicada. Pero la gracia de Dios le permitió ofrecer siempre sus sufrimientos.

El fallecimiento prematuro de mi padre supuso un mazazo espantoso tanto para ella como para mí. Yo tenía 16 años y estaba en la etapa más complicada de la vida, la adolescencia. Aquella muerte, en vez de unirnos, nos enfrentó. Solo Dios sabe cuánto lamento el daño que la hice y lo mucho que la hice sufrir. Me aparté de la Iglesia, de la fe, llegué a atentar contra mi vida y me sumí en el mundo del esoterismo y la Nueva era.

En medio de ese caos, Dios vino en rescate mío. Primero, me devolvió al cristianismo, vía protestantismo evangélico. No podía ser de otra forma, dado que mi única relación entonces con la Iglesia era vía un sacerdote franciscano que me enseñó a practicar “control mental", que como luego supe, era una puerta abierta hacia la posesión demoniaca. No voy a insistir más en esa cuestión.

Cuando junto con mi esposa me hice evangélico, mi madre me insistía en que se alegraba mucho de que volviera a ser cristiano pero no entendía por qué no regresaba a la Iglesia. Eso llegó a decírselo a quien era mi pastor, que demostró la paciencia suficiente como para no responder con cajas destempladas. Tuve auténticas patateras con ella y dado mi natural carácter controversial, intenté, en vano, convencerle de los que yo creía que eran errores de bulto doctrinales del catolicismo. Fui especialmente virulento con su devoción por la Virgen de Lourdes, a cuyo santuario acudía de vez en cuando en la esperanza de un milagro que la librara de tanta enfermedad. Mísero de mí, llegué a decirle que aquello era obra de Satanás. Llegó un momento en que decidimos no discutir más, porque íbamos a acabar muy mal.

Lo que ocurrió al final de su vida ya lo he contado en alguna ocasión. El mismo Dios que me había sacado del abismo del esoterismo tenía dispuesto que abandonara el protestantismo evangélico para regresar a la Iglesia. Como yo era muy cabezota y soberbio -sigo siéndolo-, y dado que llevaba varios años arremetiendo contra la fe católica, el Señor quiso que pasara unos meses muy cerca de las iglesias ortodoxas. También he escrito sobre ello. El día en que asistí a una liturgia bizantina en una parroquia greco-ortodoxa de Madrid, el Luis Fernando evangélico prácticamente dejó de existir.

Justo entonces, la hepatitis crónica que sufría mi madre se convirtió en un cáncer de hígado. Ella tenía la intención de ir de nuevo a Lourdes en el otoño siguiente, pero yo sabía que no le daría tiempo a llegar con vida. Y me ofrecí a llevarla a Lourdes. Jamás olvidaré la expresión de su cara cuando le hice la propuesta. A la semana siguiente, nos fuimos mi madrina, ella y yo para Francia. Lo que ocurrió allá lo publiqué en este blog: “Mi primer viaje a Lourdes”. A Lourdes llegué con una madre y salí con dos. Lo que Cristo regaló a San Juan en la cruz, a mí me lo regaló en aquella gruta.

Mi madre no sanó tras esa visita, pero sí ocurrió lo que para mí es un milagro. Los dos meses largos que siguieron los pasó sin apenas dolores. El cáncer avanzó pero apenas la oímos quejarse. La última semana de su vida la pasé a su lado. Me encargué de que recibiera todos los sacramentos. Dado que mi habitación estaba pared con pared con la suya, no pude evitar oír la conversación que mantuvo con el sacerdote. Me acuerdo como si lo oyera ahora mismo de una frase suya: “Siempre he ofrecido mis sufrimientos al Señor para que hiciera con ellos lo que quisiera. Aquello me conmovió y me sigue conmoviendo. Al día siguiente la tuve que ingresar y en otros días partió hacia el Padre.

Entre su muerte, el 6 de septiembre de 1999, y mi regreso a la Iglesia Católica -acompañado de mi esposa- no pasaron ni dos meses. Tengo muy claro que eso fue posible gracias a las cruces que ella ofreció. Dios mediante, la debo junto a mi padre no solo la vida terrenal, sino, si Dios me concede permanecer fiel hasta el final, la vida eterna.

Luis Fernando Pérez Bustamante

42 comentarios

  
Luis López
LF, de las inmensas maravillas de nuestra fe, una principal es la misericordia de Dios con el pecador convertido hasta el punto de decir que "ya no me acordaré más de sus pecados", porque ciertamente "donde abundó el pecado, sobreabundó la Gracia". Esa es la verdad perenne de nuestra fe: siempre el amor es más fuerte que la muerte.

Y ante la miseria de nuestras vidas, no hay mayor Gracia que la conversión. Por eso la vida del convertido ante todo es una permanente acción de gracias a quien nos recató con su sangre de la mentira, el error y del mal para llevarnos a la Verdad y al Bien.

Y otra maravilla de nuestra fe es la fuerza de la oración fervorosa de los justos -tu madre, Mónica, tantas madres...-, hasta el punto de que unida a Jesús, muerto por amor a nosotros y resucitado para nuestra salvación, tengan una fuerza verdaderamente salvadora. Es la hermosísima y consoladora verdad de la Comunión de los Santos. Como señaló Pío XII -cito de memoria-, "misterio verdaderamente impresionante que las oraciones de los vivos tengan eficacia salvadora para los miembros del Cuerpo Místico de Cristo".

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LF:
Así es.
08/07/14 10:52 AM
  
Isabel. Granada.
Me ha conmovido la experiencia sobre tu relación con tu madre, y tu alejamiento y posterior búsqueda y encuentro con Dios, a través de tu vida.

Hablas sobre la época más difícil de la vida, la adolescencia. ¿Y yo que no recuerdo mi adolescencia cómo una época dfícil? Estaba tan "sometida" a mis padres, que incluso eran ellos los que determinaban que pretendientes sí y cuales no.
Al acabar bachiller fuí acompañada por mi madre a lo que antes era la escuela de enfermeras, un pequeño edificio anexo al Hospital Clínico y allí fuimos informadas de que las chicas habían hecho ya el examen de ingreso, así que tendría que dejarlo para el próximo año. Decidí hacer el Servicio Social, y ésa era la única actividad que tenía fuera de la casa. Esa experiencia fue estupenda para mí; me sentía muy bien con mis compañeras, y a pesar de que sólo tuve que hacer un mes de escuela (por tener bachiller) y tres de prestación, que hice en guarderías, fue una experiencia muy bonita para mí y de la guardo preciosos recuerdos. Pero al acabar el Servicio Social, caí en una depresión, la primera de mi vida, a los diecisiete años, fruto sin duda del aislamiento tan grande en que vivía, y decidí buscar trabajo, mientras llegaba el momento de presentarme a los exámenes de enfermería. Encontré trabajo cómo secretaria, bueno más bién me lo encontró mi padre que en Gloria esté, que se presentó apenas leyó el anuncio en el periódico. Luego en mi trabajo se presentó una antigua compañera de una de las academias por las que había pasado, que estaba trabajando como azafata de Iberia y me habló de lo estupendo que era su trabajo, con lo cual me decidí por estudiar para ser azafata, y cómo era requisito indispensable saber al menos dos idiomas, me puse a ello sin dejar mi trabajo. El autobús que me llevaba a mi casa, situada en un barrio alto de la ciudad, cercano a la Alhambra, lo tenía que tomar en Puerta Real, al lado de lo que era la academia de idiomas, pero pasaba cada media hora. Un día salimos un poco más tarde y lo perdí, con lo cual tuve que esperar otra media hora a que llegara el siguiente, y éso me hizo llegar a las nueve menos cuarto de la noche a mi casa. Trabajaba mañana y tarde y al acabar me iba a la academia; pues recuerdo la bronca de mi padre, (porque había perdido el autobús y había tenido que esperar al siguiente), diciendo "ésta niña está sacando los pies del plato". Estando en ésa academia, empecé el noviazgo con mi marido y al año estaba casada, con todo el beneplácito de mis padres que en Gloria estén, que tuvieron que ir a firmar dando su consentimiento para mi boda, por ser yo menor de edad. La mayoría de edad en aquel entonces estaba en los 21 años.

Así que yo desde luego no tuve una adolescencia difícil, sino todo lo contrario.

La que sí ha sido difícil, y muy difícil ha sido la de mis hijos, que todavía continúa. En cada uno de ellos de forma diferente, pero los tres me han hecho y me están haciendo mucho sufrir. Y lo malo es que yo no tengo la capacidad de ofrecer mis sufrimientos al Señor. Me encuentro demasiado débil para hacer eso, y ya es cómo si lloviera sobre mojado. Me limito a cuando el sufrimiento es más intenso aguantarlo llena de amargura y esperando a que si Dios a bien lo tiene, pase. Sí que pido diariamente por ellos al Señor.

Gracias Luis Fernándo por compartir tu experiencia con nosotros. La experiencia de los hermanos compartida, es muy enriquecedora.
Que Dios te bendiga a tí y a todos los tuyos, y también a todos los cristianos que necesitamos tanto de Él.

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LF:
Yo creo que ea etapa de la adolescencia es SIEMPRE la más difícil. Otra cosa es que unos la vivan la mar de bien y otros no tan bien. Pero es cuando se produce el salto de la niñez a la edad adulta y, por tanto, se producen desequilibrios entre lo que queda de niño en el joven y lo que va naciendo de adulto en él.

Tengo tres hijos. De los dos mayores, sus etapas como adolescentes han sido totalmente diferentes, pero, bendito sea Dios, ya han pasado. La pequeña empieza ahora, y daría lo que fuera para que pasara rápido, aunque sé que eso es imposible y que tocan unos años complicadillos.
08/07/14 11:14 AM
  
Menka
Muy bueno, en paz descanse.
08/07/14 11:16 AM
  
JJ
Hola LF,

gracias por compartir tu experiencia, es impresionante, como decía ayer en otro post, Cristo pelea por nosotros de una forma brutal, cada vez me maravillo más de esto.

Decía San Agustín en la liturgia de las horas de hace pocos días, que cuando sentimos repulsión de nuestros pecados nos parecemos a Dios.

Y sólo Dios puede hacernos soportar el "vértigo" de amor y pavor que la contemplación de los pecados propios produce. Es todo obra del Señor, de la gracia.

Alabado sea el Señor, un abrazo.
08/07/14 12:24 PM
  
Anacoreta
Gracias Luis Fernando, me ha emocionado su historia. Ruego por usted y su familia, y le felicito por la madre que Dios le concedió. Siga haciendo mucho bien y nosotros acompañándole. Dios le bendiga. Unidos en la oración.
08/07/14 12:30 PM
  
Palas Atenea
Es bueno dar testimonio de la cantidad de madres orantes que ha habido, entre ellas la mía. Mi relación con mi madre fue siempre excelente. Hubo una época en que yo me aleje de la Iglesia porque sabía que lo que estaba haciendo iba contra sus normas y, por respeto y soberbia, me mantuve al margen. Mi madre no me dijo nada pero siempre recordaba el día que, estando ella oyendo misa, vine a colocarme a su lado. Decía que mi cara tenía una expresión sonriente.
Falleció el año pasado pero mi casa está llena de ella. Su fe infundía respeto incluso a sus nietas, que no la comprendían, pero acudían a ella porque decían que Alguien parecía oír a la abuelita. Detrás de su foto copié el "Elogio de la Mujer Fuerte" (Salmos 31, 10-31) porque el salmista pareciera que la hubiese conocido. Todos los días doy gracias a Dios por ese regalo tan inmerecido que fue mi madre, esa gracia que me fue concedida es el mayor tesoro
que he poseído aquí en la tierra. Cuando se fue pensé que la amaba más que a Dios pero, al darme cuenta que no es así, me he llevado una gran alegría. Me había enseñado bien, ahora lo he comprendido.
08/07/14 12:37 PM
  
hidaspes
Un bellísimo testimonio de fe y de vida el de tu madre, estimado Luis Fernando.

El amor de una madre unido al tesón y constancia en la oración son dos armas que, combinadas, resultan invencibles. Ni todo el arsenal de armas humanas (o diabólicas) puede nada frente a eso.

Dulce fue el tramo final de su vida, esperando ya la llegada del Salvador. Y a buen seguro que el Señor la acogió en su seno con todo su amor, dándole el premio final a su lucha en vida.

Muchas gracias por tu testimonio personal, Luis Fernando. Cada cual tiene sus gustos en cuanto a la manera de acercarnos a la ansiada meta de la Santidad en Cristo (siempre, claro, está, bajo la observancia a los mandamientos y el magisterio solemne de la Santa Madre Iglesia).; y a mi personalmente, humilde y pobre pecador, estos testimonios de personas en su vida diaria y cotidiana, auténticos ejemplos de amor a Cristo por encima de todo, me enriquecen y me motivan bastante. Mi esposa, por ejemplo, frecuenta mucho más la oración (que yo descuido más de lo conveniente, pobre de mi) y las lecturas de San Jose María u otros santos, es su estilo. Mi estilo es otro: mi conversión desde el paganismo vino de ejemplos de santidad cotidiana,de la vida de santos que han vivido y crecido entre nosotros, en esta materialista e infeliz sociedad que vivimos. Casos como el de tu madre, estimado Luis Fernando. O como la lucha incansable, y no menos dura, por sacar adelante nuestros matrimonios, como quizás recuerdes.

Lo dicho, Luis Fernando, gracias por tu testimonio, y que el ejemplo de tu madre nos ilumine a todos. Dichosa ella que ahora goza en presencia de Cristo y de la Virgen Madre de Dios, a la que siempre se encomendó, y que nunca falla, nunca.
08/07/14 12:41 PM
  
rastri
Como yo era muy cabezota y soberbio -sigo siéndolo-,
__________________

-Vale no ha que lo digas se te ve.

-Demasiadas inquisitorias soflamas en tus escritos denotan el peso de un filo Torquemada que a modo de nudo gordiano interno te denuncia sin que lo puedas acallar.

Reconoces tu soberbia y a modo de virtud superada te jactas. Cuídate que esto corroe




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LF:
Hombre, jactarme, lo que se dice jactarme... más bien no.
08/07/14 1:16 PM
  
Pacote
Muchas gracias, Luis Fernando, por compartir con los lectores algo tan personal e íntimo.
08/07/14 1:17 PM
  
clara
Querido LF, me has hecho llorar.
Cuánto sufrimos al educar y transmitir la fe a nuestros hijos, viendo nuestras propias debilidades e imperfecciones que no son modelo de nada, y pidiendo al Señor que las supla y no deje de la mano nunca a nuestros/Sus hijos.
Cada día estoy más convencida de que la devoción a María, nuestra Madre, es vital en las conversiones. Ella sabe pedir al Hijo por nosotros.
08/07/14 1:32 PM
  
hidaspes
Luis Fernando, por todos los Santos, por Dios bendito, por tu gran labor de divulgación, información y defensa de la Iglesia y de nuestra Fe. ¡No dejes de ser tan cabezota! ¡Benditas tus soflamas, dignas tus Inquisiciones y honrosos tus Torquemadas!

Ni Luis Fernando ni nadie acá nos jactamos de nuestros pecados, pero tampoco nos dejamos vencer por el desasosiego o tristeza. Lo reconocemos primero, y expresamos nuestro alborozo porque Cristo nos perdona siempre, y nos ayuda a levantarnos.

"Dios lo que más odia después del pecado es la tristeza, porque nos predispone al pecado”. San Agustín.
08/07/14 1:36 PM
  
Razúmijin
Las madres todo lo soportan por sus hijos. Como María, todo lo conservan en el corazón. Por eso, resulta un tanto antinatural escuchar a algunas madres referirse a sus hijos en términos poco apreciativos. Aunque luego sus actos desdigan sus palabras, pues puede más el instinto que las acechanzas del mundo.

Que tus dos madres te sigan guardando desde el Cielo.
08/07/14 1:39 PM
  
Palas Atenea
rastri: ¿Conoces una virtud cardinal llamada fortaleza? Pues de esa virtud al pecado de soberbia hay sólo una tenue frontera. Yo estoy segura de que Santo Tomás Moro pareció soberbio en la Corte de Inglaterra ¿Cómo podía no parecerlo una persona que se obstinaba en llevar la contraria al rey y a todos sus súbditos? ¿acaso pretendía ser mejor que los demás?
Y ¿cuántos soberbios conoces que lo digan? Yo lo fui, desde luego, pero con los años creo haberlo corregido, ahora bien según sobre lo que me preguntes te contestaré con firmeza ¿quiere eso decir que sigo siendo soberbia? ¿Cuánto tengo que ceder para no serlo?
08/07/14 1:55 PM
  
Eduardo Jariod
Muchas gracias, Luis Fernando, por compartir un testimonio de esta naturaleza. No es común ni nada fácil exponerse de este modo.

No importa la tempestad, si sabemos que luego viene la calma. Hay que pasar la fiebre para curarse. Dios tiene para cada uno un plan de salvación, de amor; lo cual no quiere decir que cumplirlo sea fácil. Nos lleva no pocas veces por vericuetos aparentemente paradójicos, en los que no sabemos distinguir ni Su presencia ni el sentido que tienen en nuestra vida. Y, sin embargo, lo tienen. Y, sin embargo, Él está.

A pesar de tantas dificultades y desencuentros, se salvó la relación con tu madre. Y ello, entre otros factores supongo, te salvó a ti. Sólo cabe dar gracias a Dios y rezar por el alma de tus padres.

Esta vez no contaré aquí mi relación con mi madre, pues fue una realidad en gran medida fracasada. Daría más un testimonio de enfermedad que de conversión, si bien lo fue igualmente, pues para "superar" la experiencia con mi madre tuve que recurrir a la ayuda de profesionales de la salud mental. Y en esa ayuda descubrí al Señor, mi profesión y hasta mi mujer, pues ella era otra paciente de mi analista. Él (que en gloria esté), un hombre profundamente católico, profundamente bueno, nos presentó. Que Dios nos perdone a mi madre y a mí, más a ella que lleva fallecida nueve años.
08/07/14 1:59 PM
  
Maga
Gloria a Dios. No hay palabras para explicar esta Conversión. Sólo, la Gracia.
08/07/14 2:02 PM
  
Silvia Ines
Gracias Luis por confiarnos este tesoro de esperanza! Cuando el dolor nos abate deberíamos hacer como tu querida madre, ofrecer a Dios todos los padecimientos para que los acepte de manos de nuestra Madre celestial.
08/07/14 2:15 PM
  
carlos
Dios la tiene en su gloria. No hay duda.
08/07/14 2:35 PM
  
Haddock.
Muy dura y a la vez hermosa historia.

Si no me he liado con las fechas, usted se convirtió con la misma edad que tenía S.Agustín cuando escuchó el " Tolle, lege " o cuando a S.Ignacio le quebraron a la vez la pierna y el orgullo; esto por citar sólo a los más influyentes.
Cualquier edad es buena para volver a la casa del Padre,pero esa es la que tiene más prestigio.:-)



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LF:
Regrese al cristianismo a los 22 años. Y a la Iglesia, cuando estaba a punto de cumplir 31.
08/07/14 2:48 PM
  
Rafael
Mis padres me enseñaron la Fe, la Iglesia, el amor a Cristo. Mi madre era una cristiana de verdad, oración, formación, catequesis, sacramentos,... al igual que lo es mi padre. Ambos me formaron, aunque el paso definitivo lo tiene que hacer Dios y nosotros humildemente acogerlo.

Dios también me tocó a los 31 años, y a través del rosario que mis hijos me pidieron rezar, al tercer día ya estaba de rodillas confesándome en mi parroquia (el segundo día me pasé por el pueblo buscando a mi parróco pero no lo encontré, me asqueaba toda la porquería que tenía dentro). Nunca volvería a ser el mismo. Aquellos días los recordaré siempre.

Luego nuestra madre del Cielo me curó de un mal que me llevaba esclavizado tantos años... pidiéndoselo humildemente nuestra Madre siempre nos escucha. En mí obró el milagro.

Desde aquella me "arde" interiormente el saber, el conocer, el hablar, el tratar de Dios. Lo necesito, lo espero "más que el centinela a la aurora". Me encata encotrarme con otros cristianos, hablar de Dios y de la Iglesia, me podría pasar horas, días, meses...

Hay días que uno está más apagado, otros más encendido, la oración, los sacramentos, una charla distendida,... todo nos ayuda a perseverar en la Fe.

Luis, de Lourdes se vino con la gracia de Dios, los cimientos para una conversión verdadera, una madre feliz, y no sin olvidar, una esposa que le seguiría en los mismos pasos.

Bendita mi esposa que es una gran cristiana que me soporta.
08/07/14 3:24 PM
  
cherry
Solo puedo decir que me ha hecho llorar
08/07/14 3:30 PM
  
José Antonio Benito
¡Gloria a Dios! Cuánto bien hace compartir las maravillas que el Señor obra en sus hijos. Muchas gracias, amigo Luis Fernando, por su generosa narración. Y cuente con mi oración para ser tan luchador, que como decía Santa Teresa "siempre andamos en guerra y no hay descanso hasta alcanzar victoria".
08/07/14 3:38 PM
  
Jonathan
Muchas gracias por compartir tu historia. Es muy edificante. Que el Señor te bendiga a ti y a toda tu familia.
08/07/14 3:49 PM
  
Gabriela
Un hermoso y conmovedor testimonio de vida y de fe. Gracias por compartirlo con nosotros.
08/07/14 4:28 PM
  
últ
Me parece bien que te reconozcas como una persona soberbia y cabezota, pero no tanto, creo yo. Una persona muy soberbia no compartiría su historia, una persona muy cabezota no habría cambiado de opinión.
A mí me ha llamado la atención que consideraras que lo de Lourdes era cosa del demonio.
Pues tampoco creo que sea cosa del demonio lo del control mental. Puede que no sirva de nada, puede que a algunos les vaya bien, puede que a la mayoría les vaya mal, pero en sí mismo no tiene nada de demoniaco. Soy reacia a que se considere demoniaco todo lo habido y por haber.
En fin, si estamos con Jesús no hay demonio que valga, con control mental o sin él.
Pero no es momento para la discusión, sino para felicitarte por tus dos madres.
Saludos en Cristo.

---

LF:
La soberbia, aunque el Señor te ayude a domarla, aparece en cualquier momento. Y si no estás en la gracia, te devora.

Lee bien lo que he dicho del control mental. No soy persona que tienda a exagerar en estas cosas. Es literalmente lo que he dicho que es. Y lo sé de muy buena tinta. Eso no supone que todos los que lo practiquen acaben endemoniados. Y además, creo que hay diversos métodos. No los conozco todos. Pero ojo, mucho ojo con jugar con fuego.
08/07/14 5:41 PM
  
M.Virginia
Gracias, Luis, por este testimonio, y sobre todo, gracias a Amelia, por su generosidad al darnos -sacrificios y oraciones mediante- un hermano tan bien dispuesto a defender la Iglesia que a ella (a Amelia) le dio la Vida y perseverancia final.
¡Bendito sea Dios en todos sus caminos!
08/07/14 6:20 PM
  
Enrique, desde Sevilla
Gracias LF por compartir vivencias tan entrañables.
08/07/14 6:56 PM
  
Juan Mariner
Testimonios sinceros como el tuyo nos dan coraje para seguir adelante...

Necesitamos que en nuestras vidas se operen grandes cambios.
08/07/14 7:44 PM
  
jb
Dios te concederá su Gracia.

Pues eso, una vez más, gracias. A ti y tus dos MADRES.
08/07/14 7:45 PM
  
Luis Fernando
La gracia es contagiosa. Lo que a mí me sirvió para regresar a la Iglesia, a muchos os sirve para reafirmaros en la fe y dar gracias a Dios por la vida de mi madre.

Como os podéis imaginar, aparte de la cuestión de su enfermedad, no todo fue color de rosa. Durante mucho tiempo ella hizo cosas que no debió hacer, por ejemplo buscando la cura en sitios equivocados, y que no toca que cuente en detalle en estos momentos. Pero de alguna manera, Dios estuvo siempre presente en su vida. Y siempre le daré gracias por haberme impulsado a que ella pudiera morir habiendo recibido todos los sacramentos a pesar de que yo todavía no era católico. A veces pienso que si se intenta escribir un guión así, no sale tan "perfecto". Pero es lo que tiene el Señor. Escribe nuestras vidas con la pluma de su Espíritu, que nunca falla.
08/07/14 8:01 PM
  
Fran
Muchas veces la conducta de nuestros sacerdotes han sido razon para que muchos abandonaramos la fe, a mi me paso en mi adolescencia cuando tenia muchas inquietudes sobre la fe y sentia que las autoridades de la Iglesia catolica de mi pais no me las aclaraban mas cuando la veia con una "opcion preferencial por la izquierda politica", yo me ponia a pensar ¿que clase de cristianismo es ese que pone la esperanza en revoluciones armadas o en movimientos marxistas y no en Dios? renegue de la iglesia durante toda mi adolescencia y en mis primeros 20 años. Cerca estuve de ser testigo de jehova y despues de eso pase a ser de esos que dicen "creo en Dios pero no en las religiones", sin embargo creia tambien en horoscopos, magia, tarot, amuletos, esoterismo, y de paso era de los que creia que la Iglesia catolica debia de ser liberal y "adaptarse a los tiempos". Pero a pesar de toda la propaganda anticatolica que habia absorbido sentia el deseo de volver y gracias al Camino Neocatecumenal del que formo parte estoy aca contento de ser cristiano catolico y fiel a la doctrina de mi amada Iglesia que Cristo fundo.

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LF:
En mi caso no tuve problemas con sacerdotes antes de dejar la Iglesia. Sí los tuve después, pero ya no era realmente católico.
08/07/14 8:44 PM
  
M.Sanfelix
Para LF: Ahora me explico cómo defiende usted la doctrina de la Iglesia. En mi tierra dicen que lo que se "mama" nunca cae en saco roto. Su madre tendrá más gloria por lo que acaba de contarnos de ella. ¡Con qué claridad hemos visto la mano amorosa de Dios sobre usted y su esposa!

Le doy las gracias por habernos contado lo que ha hecho en ustedes la gracia de Dios.
08/07/14 10:04 PM
  
Isabel. Granada.
La adolescencia que se vive desde hace ya bastantes años es muy complicada. No tengo duda ninguna, porque lo sé por propia experiencia en mis hijos. Y veo que en la sociedad en general cada día lo es más. En Granada hay una gran población estudiantil que viene de otras ciudades, y todos los fines de semana están en el llamado botellón una gran parte de esos jóvenes, por no decir casi todos, con las consecuencias que todos sabemos.
Lo sábados y domingos especialmente se ven a muchos chicos y chicas que vuelven de la marcha, borrachos y en lamentable estado. Según noticiarios de televisión, la edad en que habitualmente se inician en el alcohol, las drogas y otros vicios es a los trece años.

Hace dos o tres dias uno de mis amigos de Facebook compartió un enlace, en el que se veían a un grupo de chicas borrachas tiradas en la calle. Era un vídeo, pero no le dí a la flechita, pues me imaginaba lo peor, ya que las chicas privadas de sentido, sobre todo una de ellas, tenían posturas totalmente indecorosas y el rótulo del enlace era algo así cómo "Chicas, estos son algunos de los motivos por los que no debéis emborracharos". Tampoco le dí al "me gusta" porque sabía que iba a ser muy fuerte y no me pareció adecuado.

Cuendo yo era adolescente las cosas eran muy distintas al menos en mi casa. Mis padres eran muy estrictos y yo que era la mayor de los tres hermanos andaba más derecha que una vela. Ya empezaban los grupos de jóvenes a descarriarse en muchos aspectos, pero personalmente no me gustaban ciertos ambientes y mis padres no lo hubieran consentido.


Ojalá pudiera volver a aquella adolescencia mía, con mis padres y mis hermanos, y lo pasado, pasado.
08/07/14 10:14 PM
  
RafaelC
Gracias por compartir tu historia. No diré más palabras, pues mi agradecimiento es profundo y sincero, un ¡gracias! de hermano a hermano, pues me has ayudado a entender algunas situaciones presentes en mi vida.
Un abrazo en Cristo y pidamos para que doña Amelia continúe rogando por nosotros desde el Cielo, donde puede ayudarnos aún más. Saludos.
09/07/14 1:29 AM
  
Teofilo
Que curioso, las coincidencias de Dios. Leo este post a pocos metros de la gruta. Le doy recuerdos a Madre de su parte y seguro que está contenta de lo que aquí se hace y dice.
Dios le bendiga.
09/07/14 4:12 AM
  
Gregory
Ha sido muy amable el compartir este testimonio, pienso que no son pocas las Monicas que oran por sus hijos extraviados.
09/07/14 5:50 AM
  
Nines
"Es de bien nacidos ser agradecidos" y esto sirve para reconocer su capacidad para sentirse féliz por haber tenido una madre de muchos "quilates"; sirve para reconocer la mano de Dios en cada una de las esquinas de su vida; sirve para agradecer que lo haya compartido y, de paso, caer en la cuenta de que Dios también está en nuestra vida más cotidiana a través de lo más cercano.
Gracias
09/07/14 8:42 AM
  
Carmen
“Siempre he ofrecido mis sufrimientos al Señor para que hiciera con ellos lo que quisiera“
LF, me ha conmovido esa frase de su madre, desde hoy la haré mia. Gracias por este testimonio que nos ha ofrecido.
09/07/14 10:40 AM
  
Yo2
Hay un dicho que dice que Dios escribe derecho con renglones torcidos.
Más nos vale a todos :-)
Benditas sean todas las madres del mundo, cocreadoras de estos renglones.
Un saludo en la Fe
09/07/14 11:33 AM
  
Ricardo de Argentina
Tarde he llegado a leer este post.
Me has arrancado lágrimas.
09/07/14 1:54 PM
  
Pepito
Todo, incluso el mismo pecado, puede convertirse en bien para los que aman a Dios, pues a quien poco se le perdona poco ama, más a quien mucho se le perdona mucho ama.

Gracias LF por compartir tu historia "pecadora" con los que también hemos sido grandes pecadores y que sin duda iríamos de mal en peor si la Gracia de Dios no nos hubiera asistido misericordiosamente. Tenemos que estar siempre alerta, pues llevamos la luz de la Gracia en frágiles vasijas de barro.
11/07/14 12:22 AM
  
maria
En mi tierra decimos, "el buen hijo vuelve a casa!"
Qué alegría para el Corazón de Dios y para nosotros, tus hermanos en la Fe, aunque no nos conozcamos!!
11/07/14 11:19 PM
  
Leandro
En su etapa como cristiano protestante, ¿En qué iglesia fuiste? ¿Mormones? (editado)

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LF:
Estuve en una comunidad eclesial evangélica pentecostal moderada. Lo de moderada lo digo porque no se producían muchas de las típicas excentricidades de muchos pentecostales.

Le edito su comentario porque de ese señor no hablo.
14/07/14 6:11 PM

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