Libertad religiosa: la hermenéutica de Pablo VI

Andrea Tornielli presenta hoy en su blog el texto de un apunte manuscrito del Papa Pablo VI sobre la libertad religiosa, escrito en los tiempos en que se discutía el decreto Dignitatis humanae durante el concilio Vaticano II. Presentamos nuestra traducción del artículo de Tornielli y del texto del Papa Montini.

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Una de las cuestiones “candentes” en los diálogos entre la Fraternidad San Pío X y la Santa Sede es, como se sabe, la interpretación del decreto conciliar Dignitatis humanae, dedicado a la libertad religiosa. El argumento es actual no sólo en el ámbito particular de aquellos diálogos: basta pensar en el debate historiográfico sobre el Concilio Vaticano II y las famosas dos hermenéuticas señaladas en diciembre de 2005 por Benedicto XVI, o en las discusiones suscitadas por el reciente libro del profesor De Mattei sobre el Concilio, o incluso en el llamamiento para invitar al Papa Ratzinger a reconsiderar su decisión de convocar a las religiones mundiales a Asís en el 25º aniversario del encuentro querido por su (casi beato) predecesor.


Resulta iluminador, al respecto, leer un apunte manuscrito de Pablo VI, fechado en 1965, es decir en plena discusión conciliar, y dedicado a la libertad religiosa. Como es conocido, aquella difícil declaración en su formulación definitiva definió el derecho a la libertad religiosa como un derecho a la inmunidad (la fórmula del “nemo cogatur nemo impediatur”, en materia religiosa nadie sea obligado y nadie sea impedido). Ahora, algunos sostienen que el resultado del documento conciliar fue el de poner las religiones al mismo nivel, de haber favorecido el indiferentismo, incluso el sincretismo. Los Pontífices, en cambio, han sostenido siempre que éstas eran sólo interpretaciones erradas de Dignitatis humanae. Ahora un Papa teólogo – al que ciertamente no se le puede reprochar poca claridad sobre el tema – ha decidido convocar una nueva reunión de Asís: puede ser útil releer el apunte de Pablo VI que está en las actas del Concilio. Lo propongo íntegramente.


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Annotationes Manu Scriptae


De libertate religiosa


6  de mayo de 1965


I – Libertad religiosa


1) Puede ser entendida como derecho natural (y, por lo tanto, digno de respeto por todos como derecho natural y por eso digno de respeto y de defensa también por la Iglesia, fundado en la dignidad y en la libertad de conciencia de la persona humana).


2) O bien como derecho positivo de facto, como en la práctica lo concibe y lo regula la sociedad actual. En una sociedad pluralista, como hoy es por todas partes, y según el principio cristiano que distingue dos autoridades: césar y Dios, no se reconoce a la autoridad civil el derecho de legislar en materia religiosa; resulta que toda religión de facto debe ser respetada y protegida por el Estado, en el ordenado ejercicio de su actividad, en el ámbito del orden público y en el respeto de las opiniones de los otros. Este estado de las cosas es sin duda aceptado hoy por la Iglesia, que lo define más bien “tolerancia” que derecho natural. Murray (Aggiorn. Soc. p.307-apr. 1965) dice superada la teoría de la tolerancia referida al Estado. ¿Pero referida a la Iglesia? El Estado no puede ser juez de la verdad religiosa, y por eso debe reconocer a los ciudadanos la “libertad” de pensar religiosamente como ellos creen. La Iglesia, en cambio, está segura de la propia verdad religiosa y por eso: a) no pudiendo imponerla obligando a otros a aceptarla, b) debe tolerar que otros sean libres frente a ella.


3) Puede ser entendida como inmunidad de coacciones externas; libertad de, nemo cogatur; y como capacidad (jurídica o de facto) de profesar una religión: libertad para; nemo impediatur, dentro de ciertos límites de orden público, de respeto a los demás, de pública moralidad, etc.


4) Puede referirse a la persona individualmente – y puede referirse a grupos, asociaciones, comunidades. Y puede referirse a la Iglesia respecto al Estado, cuando la Iglesia reivindica la propia libertad religiosa; y puede referirse al Estado que debe conceder y tutelar la libertad religiosa – tanto pluralista, es decir, en igual forma y medida para toda religión, como preferencial, para la religión propia del pueblo en su conjunto, de la nación (historia, conciencia popular, etc.).


II- Libertad religiosa


1) Puede estudiarse en las manifestaciones históricas, tanto del Antiguo testamento y los diversos pueblos, como en la vida y en los documentos de la Iglesia; y debe estudiarse en los pensamientos de Cristo, en el Evangelio y en el Testamento en general, tanto bajo el aspecto “nemo cogatur” (cfr. por ejemplo, la parábola del trigo y la cizaña, o bien Lc. 9, 55: nescitis cuius spiritus estis, o bien Jn. 18, 11: mitte gladium tuum in vaginam) como bajo el aspecto del nemo impediatur, referido a la libertad de predicar y testimoniar la verdad religiosa (cfr. los mártires).


2) Puede estudiarse todavía:


- como libertad del acto de fe, en la persona individual; aspecto fundamental que reconduce la consideración al derecho de la conciencia individual.

- como libertad de la autoridad de la Iglesia de ejercer su misión y de gobernarse según las propias leyes en su interior deontología.


3) No se debe confundir con la indiferencia, el agnosticismo, la indeterminación, etc., es decir, en una libertad negativa. Debe establecerse, en cambio, en:

- el deber de la búsqueda de la verdad;

- el deber de la fidelidad a la verdad;

- el deber de la enseñanza de la verdad;

- el deber de la profesión y de la defensa de la verdad religiosa, que es objetivamente una sola y que en su plenitud es la de la revelación cristiana, custodiada y enseñada por la Santa Iglesia católica.


Y en su aspecto práctico: ventajas y méritos.

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Fuente: Sacri Palazzi

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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11 comentarios

  
Lucas
Veamos: si la libertad religiosa al modo sextopaulino es un "derecho natural", no es misión de la Iglesia el definirlo.

Si es un derecho positivo, menos aún.

Y si es una "inmunidad de coacción" externa, menos aún todavía.

En cuanto a esto:

Debe establecerse, en cambio, en:
- el deber de la búsqueda de la verdad;
- el deber de la fidelidad a la verdad;
- el deber de la enseñanza de la verdad;
- el deber de la profesión y de la defensa de la verdad religiosa, que es objetivamente una sola y que en su plenitud es la de la revelación cristiana, custodiada y enseñada por la Santa Iglesia católica.

No sé cómo puede concretarse esto, puesto que estamos hablando de la esfera temporal. ¿Cómo se concretan los deberes de búsqueda y fidelidad a la verdad?

¿Es entonces la expulsión de los judíos de España en 1492 una medida adecuada a fijar el deber de la nación a la búsqueda y fidelidad a la verdad?

Cuantas más clarificaciones, más confuso me parece el asunto.
20/02/11 9:00 PM
  
Fernando
La hermenéutica de la continuidad entre la Quanta Cura y el encuentro de Asís es tan evidente que hay que ser completamente imbécil para no verla. Incomprensible.
20/02/11 10:30 PM
  
Javier López
Que la comunidad política "no puede ser juez de la verdad religiosa", si por ello se entiende que no está obligada a reconocer y proteger especialmente a la Religión verdadera, es una proposición que está explícita, rotunda y reiteradamente condenada por el Magisterio tradicional de la Iglesia. También lo está que el Estado trate por igual a la Religión verdadera y a las otras.

Ahora se habla de "laicidad positiva", de neutralidad religiosa, de aconfesionalidad, como fenómenos deseados por la Iglesia. Esta doctrina no es la de antes. Es un cambio doctrinal como una catedral, hecho por la puerta falsa y disfrazado de continuidad. Yo como católico no lo puedo aceptar.
21/02/11 12:11 AM
  
Norverto
Bueno, lo he afirmado varias veces en diversos interactivos blogueros. El gran problema para culminar con el regreso y unidad de la FSSPX al seno de nuestra Iglesia es un asunto claro de fondo doctrinal. Y he afirmado que tal cosa es casi imposible. Dado que en el trasfondo de la lucha se juegan no pequenas cosas, a saber: la libertad de conciencia, la libertad religiosa, la libertad de reunion y de asociacion, la libertades politicas...etc... Atendiendo al texto de Pablo VI hay que afirmar claramente que ya el Concilio se ha pronunciado sobre estos aspectos en la Declaracion Dignitatis Humana. Y es claro que algunas reflexiones del entonces Papa quedaron de lado... pero mas que ello, sobrepasadas y llevadas a configurar el caracter propio de la libertad de conciencia y de religion como bienes inherentes, y por tanto valores en si mismos, que tienen su fundamento en la Diginidad de la Persona Humana. Dicho documento declara en nombre de Santo Concilio que tales anhelos son conformes con la verdad y la justicia; y que los mismos estan en total coherencia con la Sagrada Tradicion y la Doctrina de la Iglesia de ayer y de hoy (No.1). Por lo visto, no se trata, como afirmara Pablo VI al expresar, que el estudio de estos elementos-anhelos humanos fundamentales esten sujetos a una especie de "consideración al derecho de la conciencia individual". No es un simple asunto de reconducion y consideracion. Su validez no depende de si son considerados o no. Son en si mismo, como ya anote.
En lo que respecta a la libertad de la Iglesia a ejercer su autoridad y mision acorde con sus propias leyes y codigos deontologicos en el contexto de una sociedad y mas aun del ordenamiento de un estado, creo que esta mas que claro. Pues entiende su actuacion en el contexto del ordenamiento juridico de la sociedad (No. 1) bajo el precepto de la inmunidad de coaccion. Este derecho ha de llegar a ser reconocido como derecho civil (dice en su momento el No.2) porque tiene como base la ya mencionada Dignidad Humana que se funda en la palabra divina y la misma razon natural. Dicha libertad religiosa y de conciencia, por supuesto no se funda en disposiciones subjetivas de la persona, sino que en su misma naturaleza. Ello implica, ademas de la inmunidad de toda coaccion externa, de la plena libertad sicologica (cf. No. 2).
Incluso, el documento va mas alla de la pespectiva de Pablo VI, al afirmar que el derecho a esa inmunidad de coaccion permanece tambien en aquellos que no cumplen la obligacion de buscar la verdad y de adherirse a ella. Y agrega que su ejercicio no puede ser impedido con tal de que se guarde el justo orden publico.

De modo mi amigo germinante, que a menos que se abdique de estos planteamientos doctrinales, no hay vuelta floja y resquisio por donde colarla. Esto es un apostar al futuro de la misma Iglesia o al enroscamiento en los gritos de syllabus que algunos gritan por estos dias.
21/02/11 1:04 AM
  
Martin Ellingham
Un apunte privado, anterior a la aprobación definitiva de Dignitatis humanae -documento que tuvo seis redacciones distintas- que no aporta ningún elemento nuevo para la hermenéutica que no estuviera ya sobre la mesa de debate en ese momento, una remisión incidental al lamentable J.C. Murray, sj.; nada de eso constituye siquiera la hermenéutica de Pablo VI, y el título que pone Tornielli a la noticia, es una pésima elección del "vaticanista".

Saludos.
21/02/11 10:30 AM
  
Martin Ellingham
Buhardilla de Jerónimo:

Confirmo la impericia de Rodari: el 17 de febrero de 1965 se habían recibido 218 enmiendas al borrado en debate (conocido como “textus emendatus”), y el 28 de mayo de 1965 se distribuyó entre los Padres un nuevo borrador (denominado “textus reemendatus”), que luego sería largamente debatido en el mes de septiembre, y que daría lugar al último borrador (denominado “textus recognitus”) que fue el sometido a votación y finalmente aprobado.

Lo que Rodari denomina “hermenéutica de Pablo VI”, ni siquiera se refiere al texto aprobado (“textus recognitus”) sino que corresponde a un esquema no aprobado (“textus emendatus”) y profundamente alterado por los modos y reelaboraciones posteriores.

Saludos.

Martín: No es Rodari sino Tornielli quien ha publicado este texto que, por lo demás, no deja de ser interesante. Como se sabe, el documento sobre la libertad religiosa fue uno de los que más cambios sufrió durante el período de elaboración.

Francesco
21/02/11 4:54 PM
  
Martin Ellingham
En cuanto al comentario de Norverto [EDITADO ]: Si DH hubiera sido un obstáculo insalvable, el protocolo de acuerdo de 1988, no hubiera exigido solamente una explícita aceptación de Lumen Gentium, 25 y el resto a comisión de debate.

Saludos.
21/02/11 4:57 PM
  
Lucas
Norverto: O sea, que el Syllabus "grita" y la Dignitatis Humanae expresa "anhelos legítimos..."

No está mal, al final, que reconozca usted que lo de la Dignitatis Humanae son "anhelos", y "humanos", no necesariamente de los católicos.

21/02/11 5:41 PM
  
Martin Ellingham
Buhardilla:

Gracias por la corrección. En el mensaje de arriba dije Tornielli. Lapsus. Es interesante como dato histórico, pero el título elegido por Tornielli es pésimo: no puede ser "hermenéutica" de Pablo VI el comentario a un texto que no es el aprobado, sino que es el antepenúltimo borrador, profundamente modificado antes de su aprobación.

Saludos.
21/02/11 6:56 PM
  
Norverto
No amigo Lucas... esos dos elementos pertenecen como se afirma claramente, a la esencia misma de la Dignidad de la persona humana. Este su fundamento. Y por tanto, como declara el documento DH es acorde con la verdad y la justicia. Y tambien con la Palabra de Dios y la tradicion. Reitero, lo afirma el documento, no yo... Pero me creo que por estos lados y otros hay gente que solo le falta el kepis, el traje y las polainas... ya sabes para que hombre... Solo que muchos no se dan cuenta que esto ya no tiene cavida ni en la Iglesia ni en la sociedad...
21/02/11 9:19 PM
  
Lucas
Norverto: Efectivamente, estamos de acuerdo.

La DH expresa un "anhelo humano", pero ¿me puede decir desde cuándo lo propio de la doctrina católica es expresar "anhelos humanos"?

De modo que persiste mi tesis acerca de la incompetencia del Concilio para definir los derechos naturales, los derechos positivos o los límites del ejercicio de la sana tolerancia.

"Y por tanto..."

¿Cómo que "y por tanto"?

El nº 1 de la DH no dice lo que tú dices. Lo que dice literalmente es que "el Concilio Vaticano ... proponiéndose declarar cuán conformes son con la verdad y con la justicia [los anhelos de libertad religiosa del hombre], estudia la sagrada tradición y la doctrina de la Iglesia, de las cuales saca a la luz cosas nuevas, de acuerdo siempre con las antiguas"

No dice que tales "anhelos" estén en total coherencia con la Sagrada Tradicion y la Doctrina de la Iglesia de ayer y de hoy como dices en tu mensaje del 21/02/11 1:04 AM, sino que la Iglesia acude a ellas para mostrar que están conforme con la verdad y con la justicia

Pero para mí que no acaba de conseguirlo.

22/02/11 3:16 PM

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