Más cambios en la Curia: es el turno del ecumenismo
Después de los importantes nombramientos realizados ayer, el Papa Benedicto XVI ha nombrado hoy a Monseñor Kurt Koch, hasta ahora Obispo de Basilea, como nuevo Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, elevándolo a la dignidad de arzobispo, luego de haber aceptado la renuncia por límite de edad del Cardenal Walter Kasper, tras once años de trabajo en el dicasterio, los primeros dos como Secretario y los restantes como Presidente.
El nuevo responsable del ecumenismo en la Iglesia Católica había enviado ayer una carta a su diócesis en la que anunciaba que el Santo Padre lo había puesto al frente del dicasterio luego de haberle propuesto esta responsabilidad en febrero. En aquella ocasión, el Papa “subrayó que para él era importante que esta tarea fuera asumida una vez más por alguien que tuviera experiencia directa, y no sólo literaria, de las Iglesias y de las comunidades eclesiales que provienen de la Reforma”. El Pontífice, agregó Koch, “ha mostrado nuevamente que no sólo le interesa el ecumenismo con los ortodoxos sino también con los protestantes, y sobre todo que el ecumenismo le importa mucho”.
Luego de agradecer al Papa por la gran responsabilidad que le ha confiado, que incluye “todos los diálogos ecuménicos y también las relaciones religiosas con el judaísmo”, recordó que siempre estuvo entre sus preocupaciones “un ecumenismo creíble y honesto tanto en lo teológico y espiritual como en el ecumenismo de la vida”.
“De ninguna manera es fácil para mí dejar la diócesis de Basilea”, dijo el arzobispo suizo luego de 15 años en el cargo. Además de agradecer a sus obispos auxiliares, sacerdotes, religiosos y fieles laicos, pidió perdón a todas aquellas personas a las que hubiera podido causar dolor: “soy consciente de mis límites y debilidades y, con el pasar de los años, me he vuelto aún más consciente de ello”. Y manifestó su esperanza de que su trabajo en Roma contribuya a una mejor relación entre las iglesias de Suiza y la responsabilidad universal del Papa dado que, en los últimos años, pudo percibir con dolor en la Iglesia suiza un notable sentimiento anti-romano y de alejamiento del Papa Benedicto XVI.
Mons. Koch continuó: “La acusación de que el Papa Benedicto quiere volver atrás respecto al Concilio Vaticano II está hoy difundida en público, por ignorancia o por la consciente intención de algunos teólogos que deberían saber pero dicen en voz alta lo contrario. Estas acusaciones son una grave equivocación”. El obispo suizo explicó que el Papa no quiere de ninguna manera volver hacia atrás sino que busca hacer avanzar a la Iglesia en profundidad: no se trata de reformas individuales sino de que el centro de la fe y de la Iglesia pueda salir a la luz. El Pontífice “impulsa una nueva «reformatio» de la Iglesia desde dentro” y “esta preocupación del Papa debería ser también la de todos nosotros”. Finalmente, el nuevo responsable del ecumenismo en la Iglesia Católica expresó su esperanza de que también la Iglesia en Suiza pueda percibir, sin prejuicios, las verdaderas intenciones del Papa Benedicto y enseñarlas en los medios de comunicación católicos.
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8 comentarios
Tengo el privilegio de seguir de cerca los pasos que va dando el Cardenal Lluís Martínez Sistach y les aseguro que es otra prueba más de como el Espíritu Santo guía al Santo Padre Benedicto XVI. Personalmente, sólo puedo contar maravillas de la magnífica labor que desarrolla. Le sigo con frecuencia y por donde pasa la FE se multiplica.
José María Barrera: los autores de "Germinans Germinabit", documentadísimos, informadísimos y fidelísimos a la Iglesia no comparten su magnífica impresión del Cardenal Martínez Sistach.
En cuanto al ecumenismo, se pueden convertir individuos, no religiones enteras. Los pilares de la verdadera Iglesia de Cristo son no negociables, porque son eternos e inspirados por Dios. Volver a la apologética para todos, restaurar por completo la Iglesia y lanzar una verdadera evangelización, ruego por ello.
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Pues ande que si el Espíritu Santo no nombrase obispos yo me apeo.
Puede que haya quienes no quieran oir al Espíritu Santo y ni siquiera en oración intente que Dios les hable. Si no hay oración y deseo de oír a Dios cerremos el Kiosco.
Aunque claro a veces por los resultados parece que a quienes algunos imploran no es a Dios.. Así nos va, como se nota que necesitamos otro nuevo Pentecostés. Y no ya para apóstoles sino para que todo cristiano OIGA a Dios y se dehje dirigir. ¿cómo nos creemos que los obispos se deben nombrar jugando a los dados?
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