Matrimonio: el Papa quiere una preparación seria

Sacramento del Matrimonio

Ofrecemos este artículo de L’Osservatore Romano en el que se informa sobre el vademécum, pedido por el Papa Benedicto XVI y actualmente en elaboración en el Pontificio Consejo para la Familia, para la preparación al sacramento del Matrimonio.

***

La Iglesia actualiza las reglas de la preparación al matrimonio. Como fue adelantado a Benedicto XVI por el cardenal presidente Ennio Antonelli, durante la audiencia del lunes 8 de febrero, el Pontificio Consejo para la Familia está elaborando un manual para la preparación de los novios al sacramento nupcial.


Las directrices del vademécum, que debería estar listo a finales del 2011, fueron presentadas en la primera jornada de la asamblea plenaria – que se concluye el miércoles 10  en la casa romana Bonus Pastor -, por el secretario y el sub-secretario del dicasterio, el obispo Jean Laffitte y monseñor Carlos Simón Vázquez. Éste último hizo hincapié en que el vademécum representa una actualización del documento de 1996 “Preparación al sacramento del matrimonio”. Quien lo ha querido es el mismo Papa Ratzinger, que en 2008 expresó el deseo de un vademécum para la admisión de las parejas a la celebración del rito, añadiéndole el novum del acompañamiento de los esposos en los primeros años de vida en común. El prelado explicó la decisión del Pontifico Consejo de volver sobre el argumento quince años después porque el contexto histórico-cultural “ha modificado la consistencia del sujeto humano y cristiano”, poniendo una serie de “desafíos y situaciones nunca antes contempladas en muchos bautizados”, sobre todo a causa del progresivo avance de una legislación que intenta – y en muchos casos lo logra – reformular los conceptos de matrimonio, familia y vida humana. “Si hoy la cultura en todos los campos tiende a poner la experiencia del amor en la esfera de lo privado – dijo -, la Iglesia ejerce su función profética afirmando que se trata de una realidad que va más allá de lo privado de la pareja, está en la base de la familia y constituye una riqueza indispensable para la construcción de la sociedad”.


El obispo Laffitte tuvo la tarea de presentar los lineamenta del vademécum, sobre los cuales los organismos generales del dicasterio están llamados a reflexionar. El instrumento de trabajo es fruto de una amplia recolección de material publicado bajo forma de normas y directorios de diversas conferencias episcopales nacionales, enriquecido por la contribución de asociaciones familiares y de especialistas en la materia.


Partiendo del presupuesto de que no existen planes diocesanos para la preparación al matrimonio, el vademécum deberá sobre todo determinar una metodología única que, sin embargo, tenga en cuenta las muy diversas realidades en que deberá ser adoptado. Por las primeras indicaciones, parece claro que los cursos deberán ser más largos de lo que son actualmente, entre seis y nueve meses de duración, y que estarán dirigidos a grupos mucho menos numerosos en relación a la praxis actual, en la que son admitidas hasta treinta parejas, lo que va en detrimento de los aspectos del diálogo, de la escucha y del acompañamiento que este camino requiere.


Los lineamenta han sido estructurados en tres partes: la primera hace referencia al crecimiento y a la maduración del amor humano; la segunda entra en el corazón de la preparación al matrimonio con las exigencias de acompañamiento de los candidatos y la celebración del rito; la tercera mira a las parejas ya casadas para una cultura de la familia abierta a la vida.


Como trasfondo, se encuentra la conciencia de un pesimismo difundido entre los jóvenes que, si bien en un 90% continúan poniendo a la familia y la estabilidad de los afectos en el primer puesto entre los valores fundamentales de la vida, luego deben hacer frente al número creciente de separaciones y divorcios que, en algunas áreas – como en la costa occidental de los Estados Unidos, en Gran Bretaña, en Bélgica, y en la Île de France -, alcanza al 50% de las parejas. Y, sobre todo, deben enfrentar la cultura dominante del "tutto e subito" y del "mordi e fuggi”, que ha transformado el “para siempre” del vínculo sacramental en aquel “lo más que se pueda” que no tiene en cuenta la sacralidad del amor humano.


La reflexión también toma nota de la diferenciación entre las diversas áreas geográficas. Así, mientras en los países occidentales uno de los nudos principales para afrontar es el de las cohabitaciones – con zonas en las que más del 90 por ciento de los candidatos al matrimonio ya convive, a veces desde hace años -, en otros, como la India, existe aún el problema del dowry, la dote, casi desaparecido en Europa y en América. Otro aspecto concierne a aquellos jóvenes que llegan al matrimonio sin estar confirmados – en algunos casos, ni siquiera han hecho la primera Comunión –, o bien, aquellos para los cuales el catecismo para la preparación a los sacramentos ha constituido, en la edad de la adolescencia, el último contacto con la Iglesia. Finalmente, hay realidades como las Filipinas y la Corea, la India (Kerala, Goa e Mumbai), el África francófona (Benin y Rwanda), América Central (Costa Rica) y meridional (Brasil, Chile, Perú) en las que la pastoral familiar está desarrollada y puede contar con la presencia de muchas parejas; otras, como España, Francia, Portugal, Italia, Eslovaquia y países de lengua alemana, donde la preparación para la boda termina reduciéndose a tres o cuatro encuentros sin contenido.


Para el obispo Laffitte, el vademécum debería favorecer la reconciliación sacramental de los candidatos, ser complementado por una enseñanza catequística de base, indicar una unidad de método, que pase por la verificación de la voluntad auténtica de los contrayentes, poniendo el acento en las cuestiones de la indisolubilidad, de la fidelidad y del perdón, de la apertura a la vida. Y es sobre este último aspecto que se detiene la tercera parte del instrumento de trabajo. “Es precisamente durante los dos o tres primeros años de la vida conyugal – advirtió el obispo francés – cuando se toman nuevas costumbres frente a la práctica religiosa: y en este tiempo, desafortunadamente, es con frecuencia cuando los nuevos esposos se alejan de la Iglesia, descuidando sus deberes”. Surge también una llamada a la vocación a la paternidad y a la maternidad en la insustituible misión educativa de los padres, coincidente con las primeras etapas de la vida matrimonial.


En definitiva, el documento responderá a las preguntas: ¿Qué significa casarse? ¿Qué es necesario saber para poder hacerlo? ¿Quién puede hacerlo? ¿Qué significa estar casados? ¿Qué significa vivir como casados?


La primera jornada de la XIX sesión plenaria del Pontificio Consejo para la Familia se abrió con la relación introductoria del cardenal Antonelli. Citando una investigación sobre los beneficios que las familias sanas aportan a la sociedad, el purpurado habló de la denominada “no familia” – es decir, “la familia disgregada, incompleta, recompuesta, reducida a convivencias de hecho heterosexuales u homosexuales” – identificando entre sus consecuencias negativas: “sufrimiento y daños físicos, psicológicos, sociales, económicos, además de éticos y religiosos”. Luego, haciendo referencia al tema de esta plenaria, dijo: “Se habla mucho de los derechos de los adultos: es hora de dar la prioridad a los derechos de los niños. No derecho de los adultos a tener un hijo o a no tenerlo a cualquier precio; sino derecho del niño a tener un padre y una madre que se aman y lo aman, a crecer junto a ellos; eventualmente a ser adoptado por una pareja formada por un hombre y una mujer”. “Si se miraran las cosas desde el punto de vista del interés del niño – prosiguió -, cambiaría la percepción del divorcio, de la procreación artificial, de la pretensión de parejas y solteros homosexuales a la adopción, de la prioridad dada a la profesión y a la carrera, de la organización del trabajo”.


Y ante esta “perspectiva-niños”, cae “todo motivo para conceder el matrimonio o cualquier reconocimiento público a una pareja homosexual, que quedaría así colocada entre las diversas formas privadas de relaciones interpersonales. El matrimonio, en cambio, desde un punto de vista civil, resalta en su pleno significado en relación a los hijos y al futuro de la sociedad, como instituciones de protección y de desarrollo ordenado”. “Es sólo en razón de los niños – concluyó – que las relaciones sexuales se vuelven importantes para la sociedad y dignas de ser tomadas en consideración por una institución legal”.


Por la tarde, los protagonistas fueron algunas parejas en representación de los continentes: Ron y Mavis Pirola hablaron de las prioridades pastorales de la familia en Oceanía, sobre todo en su Australia; los nigerianos David E. e Mary-Joan Osunde afrontaron el tema en la perspectiva de lo surgido en el reciente sínodo para África; los filipinos Frank e Geraldine Padilla llevaron las experiencias de los católicos de Asia.


El martes, los trabajos de la asamblea entraron en el corazón de los temas en agenda: los derechos de la infancia a veinte años de la Convención de la ONU que les dio relevancia jurídica internacional. El miércoles serán las conclusiones.

***

Fuente: L’Osservatore Romano


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

***

14 comentarios

  
Norberto
Ya era hora, porque lo que hay hasta ahora es bien flojito; solo falta que los párrocos lo apliquen, que no lo tengo claro.
09/02/10 8:30 PM
  
Laínez
Que Dios le de muchos años a Benedicto XVI, porque cada día que pasa demuestra saber como nadie donde están los verdaderos problemas de la Iglesia. No podemos permitir que la gente se case tan alegremente sin saber lo que conlleva un matrimonio católico.
09/02/10 9:42 PM
  
Luis Pedro Escacena
Eso. A ver si los párrocos están por la labor, que éstos suelen ir por libre (por no decir en contra). Hay que rezar para los obispos lo apliquen, porque en nuestra parroquia ni siquiera nos hemos enterado.
09/02/10 11:25 PM
  
amauta
Soy párroco, encantado de poder aplicar este material. Pero en las condiciones en que viene la gente a casarse no creo que signifique mucho, por muy bueno que sea. En primer lugar la gente viene moribunda (por no decir muerta) en la fe, y siempre he pensado que un buen cursillo de prepararación al matrimonio no deja de ser como aplicar una buena "tirita" a un cadáver o a un moribundo. Ya un curso contrario a la fe de la Iglesia como, por desgracia, todavía abundan es directamente rematar el moribundo o profanar el cadáver. Lo que necesitamos son directivas claras de quienes deben ser admitidos o no a los sacramentos, y no sólo a este, sino a todos, empezando por el primero: el bautismo... porque de lo contrario estamos siempre viviendo una ficción y por otra parte descargando TODA la responsabilidad en cada párroco en concreto que ve que le exigen ser a la vez muy acogedor y muy exigente... que si pones "pegas" porque no se cumplen condiciones no falta el cura de al lado que "lo soluciona"... o si van a presionar a la curia hasta se puede recibir una llamadita diciendo que bueno intenta "salvar" el sacramento pero adminístralo... nos quejamos del cura "funcionario" pero es que con esos criterios tan claros en los directórios donde presentan como casos excepcionales los que son corrientes en el día a día y nadie orienta a ver como se tiene que actuar... me parece muy bien, por ejemplo, que los obispos en la CEE traten del paro, los medios de comunicación social... pero eso a mí no me hace funcionario... a mí lo que puede acabar por hacerme funcionario y golpear mi ministerio es que se siga comulgando sin confesarse (ante esto lo de comulgar en la boca o en la mano no deja de ser una cuestión menor)y que tu no sepas que hacer, ni como evitarlo, porque puedes instruir a los que vienen habitualmente, y aún así como han escuchado de todo por parte de otros curas pueden pensar que... bueno... son las manías de este... las de otro eran otras... los que no vienen te vienen a una misa "de compromiso" hablando como si estuvieran en un mercado y aunque avises que comulgue quien esté bien preparado, pues como no tienen ni idea pues piensan que están preparadísimos y te vienen a comulgar... o vienen los novios, preparan la boda, todo muy detallista en flores y tonterías... y les propones la confesión y aquellos que acceden en realidad no se confiesan pues el pecado más "gordo" que aciertan a decir es que están de malhumor (algo que en sí no es pecado claro)... en fin un desastre... ¡¡¡Venga a nosotros tu Reino!!!
09/02/10 11:46 PM
  
Rovirosa
En las parroquias a veces nos vemos en situaciones francamente asombrosas. Recuerdo hace tiempo que nos tocó dar una charla en los cursillos matrimoniales ( nada del otro mundo, tan sólo intentamos fomentar la reflexion de los asistentes sobre temas importantes) y al cabo de unos meses nos enteramos de lo acaecido con una pareja que asistió.

Por lo visto, la parejita se casó un sábado. De ahí se fueron de viaje de novios al Yucatán y, llegados a España, se fueron directamente al juzgado para tramitar su separación.

Quiero decir que hay parejas a las que deberia aconsejarse muy seriamente que no diesen ese paso. Todos hemos vivido los primeros momentos del matrimonio y viene a ser costumbre últimamente la de que días antes del evento, ambos dos novios tengan una muy fuerte discusión fruto de las tensiones de los preparativos llegandose , en ocasiones, a romper el compromiso de casarse. Este enfado suele durar no más de 24 horas y suele suponer un susto muy gordo para la pareja, pero nunca suele llegar a mayores.

Puede haber también tensiones en el viaje de novios y sin duda en los primeros meses/años del matrimonio por aquello de que la convivencia es difícil.

Pero tirar la toalla nada más volver del viaje de novios...

Vamos, que yo no se lo que es una luna de miel porque la mía tuvo una duración de tres días a 87 km de mi ciudad pero yo me lo imagino como un par de semanas de tranquilidad, paz, sosiego en el que los esposos pueden solazarse de su felicidad. Que de vuelta a España las cosas les hayan ido tan mal como para ir a un juzgado nos dice mucho de la manera en que algunos se toman el tema del matrimonio.

formación, mucha formación. Mucha catequesis que ha de empezar ya de pequeñitos para que cuando sean adultos no se llamen a engaño.
10/02/10 1:24 AM
  
Francesco
Por lo visto, es un tema complejo. Es interesante ver que el Santo Padre, como bien dice Laínez, sabe donde están los problemas e intenta remediarlos. Pero nos encontramos con una realidad difícil, como bien testimonian Amauta y Rovirosa. Esperemos que estas dificultades tan concretas de la vida cotidiana se tengan en cuenta en el proceso de elaboración de este vademécum.
10/02/10 1:45 AM
  
cruz.de.burgos
Unas apreciaciones:

* Mayoritariamente, la boda se celebra en una Iglesia por el esplendor del decorado.
Por ejemplo, soy de un barrio con una Parroquia "desangelada" y con contactos en órdenes religiosas con Iglesias barroquísimas. Conocido ésto por el párroco, me pregunta ¿qué haces aquí? La respuesta es clara: casarme en mi casa; es como los niños, aunque sean feos, son tuyos. Pues esta es mi niña, fea, con vihgas metálicas, sin altares barrocos... pero tan válida como otra.
Por tanto, una solución a esta demanda por el marco incomparable en torno al que uno se casa sería que las distintas Parroquias sólo pudieran casar a sus feligreses. Pero hermanos, aquí entra en juego el poderoso caballero Don Dinero... y bueno, habría Parroquias cuyos donativos decrecerían.

* Los cursillos prematrimoniales son para salir del paso.
O los dan matrimonios allegados a la Parroquia, muy devotos pero sin formación teológica-pastoral adecuada, que resultan soporíferos... o te vas con una orden religiosa, aunque asistas a charlas poco "católicas" en ciertos temas (principalmente relacionados con la moral sexual)... o los haces on line...
Para colmo, son "express", es decir, es un requisito, que se cumple a desgana, a veces con un solo miembro de la pareja... y aquí paz, y después gloria.
La solución es una mayor implicación de los sacerdotes en esta cuestión.

* Se casa a personas no practicantes y el proceso del expediente matrimonial es "papel mojado".
Se solucionaría como indico en el primer punto, casando sólo a los parroquianos y con informes de la parroquia donde la pareja sea feligrés.
Entiendo que debe llegar el momento en que por madurez personal, por falta de asimilación (o negación) de verdades, deba un sacerdote decir "lo siento, no os puedo casar".

En fin, es un tema en el que hay que tener esperanza, pero ciertamente, la acogida del Santo Padre, por muchos pastores, es parcial... cuando no nula...
Baste recordar el motu propio SP...

Saludos.
10/02/10 5:45 PM
  
Tulkas
Formación y vida parroquial.

La vinculación de facto a la comunidad creyente debería ser criterio para la administración de este Sacramento.
10/02/10 5:46 PM
  
Zernin
Ahora, por lo menos en Navarra, mucha gente tiene que reservar el restaurante con un año de tiempo, con lo que planifica la boda con mucho tiempo. Ahí hay una buena oportunidad para ir más allá de las cuatro o cinco charlas.
10/02/10 8:14 PM
  
LP
Yo sugiero que se aplique esto a otros sacramentos como la "confirmación" y también en las "catequesis" o en la "asignatura de religión".Tengo la mala suerte de que a mí,en ninguno de los tres me enseñaron a penas NADA.Era de pena,porque de la doctrina me he enterado yo después.
10/02/10 9:25 PM
  
Fidel
Creo que coincido con el pensamiento de AMAUTA. Pretender arreglar las cosas apretando las clavijas a los párrocos es un sin sentido. El proceso de disgregación de la Fe comienza mucho antes. Mientras no se inicie de verdad un proceso de superación de la crisis de la Iglesia todos esos documentos, por muy pontificios que sean, no sirven absolutamente para nada. Hay que tomar las aguas más arriba.
10/02/10 9:31 PM
  
Yolanda
Amauta habla como quien sabe realmente de o que habla

Gracias, amauta, por centrar las cosas

11/02/10 12:55 AM
  
agustín real
La Iglesia, en sus múltiples retos pastoales, se ha de enfrentar con datos, rostros y lenguaje nuevo a situaciones y problemas que no son nada nuevos, puesto que son tan "antiguos y seculares" como la propia historia, bimilenaria, del cristianismo.

Quiero expresar con la afirmación anterior que no es exactamente verdad que no haya habido estupenos materiales de preparación para el matrimonio: pastorales exhortaciones de los pastores, material catequético muy diverso, planteamiento del tema en grupos apostólicos de Acción Católica Especializada...

El quid de la cuestión, a mi modo de ver no ha sido otro que la fala de ganas auténticamente evangélicas,esprituales, militantes, católicas de verdad. Y ahí estams todos implicados como víctimas y verdugos, incluidos muy en primer lugar, cómo no, lo sacerdotes, responsables directos de estos asuntos, puesto que a menudo se ha tenido y se tiene la impresión, bastante fundada, de que por "miedo a seguir perdiendo, como de forma irreversible, fieles y más fieles", se ha bajado en exceso el listón de las exigencias.

Asimismo, se viene aplicando de una manera excesivamente contemporizadora la verda católica de la economía de la salvación: todos los bautizados estamos llamados a la salvación gratuita que nos ofrece permanentemente Dios, de modo que con frecuencia se ha puesto muy en primer plano esa estupendoa por salvífica oferta de Dios, sin poner el acento debido en que esa oferta es gratuita, ciertamente, pero que exige de nosotros una actitud de tomarnos en serio la fe, la doctrina, la vida de oración,los sacramentos...

Con todo, lo dicho: la Iglesia exhorta a creer e el mesaje salvífio de siempre con mimbres nuevos, datos, lenguajes y rostros nuevos, renovados, para cada tiempo histórico. Y ello está bien.
11/02/10 12:16 PM
  
NANCYLEVANO DE YAÑEZ
ESTUDIÉ 3AÑOS PARA AGENTES PASTORALES EN LA DIOCESIS DE TACNA PERU ,2AÑOS DE BIBLIA Y 3 AÑOS EN UNA ESCUELA ESPECIALIZADA EN FAMILIA,TODO POR MEJORAR SIEMPRE LA PREPARACIÓN PARA LA VIDA MATRIMONIAL, PERO LO MALO ES QUE EN LA VIÑA DEL SEÑOR HAY DE TODO,A ALGUNOS NOS INTERESA VERDADERAMENTE LA FORMACIÓN DE ESAS PAREJAS, NOS INTERESAN PARA CRISTO.PERO A OTROS SOLO LA PARTE ECONOMICA DEL ASUNTO.
OREMOS MUCHO POR QUE LOS SACERDOTES SE PREOCUPEN DE LA FAMILIA DE LOS MATRIMONIOS QUE SON LA CELULA DE LA SOCIEDAD, DE ELLOS Y SUS VALORES DEPENDENDE TODO, NO LOS DEJEMOS SOLOS AYUDEMOSLOS A SALIR. Y OREMOS POR AQUELLOS QUE VAN EN CONTRA DE`PLAN DE DIOS Y NOS PONEN ENORMES ROCAS EN EL CAMINO PARA DETENER ESTE TRABAJO.
20/10/10 4:23 AM

Los comentarios están cerrados para esta publicación.