Respuesta a Alejandro Bermúdez: Dios sí castiga.
“Es tan grande la liberalidad de la divina beneficencia, que no sólo podemos satisfacer a Dios Padre, mediante la gracia de Jesucristo, con las penitencias que voluntariamente emprendemos para satisfacer por el pecado, o con las que nos impone a su arbitrio el sacerdote con proporción al delito; sino también, lo que es grandísima prueba de su amor, con los castigos temporales que Dios nos envía, y padecemos con resignación”
(Concilio Dogmático de Trento, Cap. IX. De las obras satisfactorias)
Sí, he aquí al Magisterio solemne de la Iglesia afirmando que Dios no sólo puede enviarnos castigos temporales, sino que de hecho lo hace. Pero ya volveremos con eso más adelante, así que comencemos por el principio:
Recientemente escribí un artículo donde respondía la pregunta: ¿Dios castiga o no castiga? Donde analizaba el error que se ha venido infiltrando en el pueblo católico, respecto a creer que Dios no castiga nunca. En dicho artículo mencioné que incluso personalidades ilustres en los medios de comunicación católicos (como Frank Morera, apologeta católico, y Alejandro Bermúdez, director de ACIPrensa y conductor de diversos programas de EWTN) habían cometido el mismo error, contradiciendo lo que el Magisterio de la Iglesia ordinario y extraordinario ha enseñado a lo largo de los siglos. Hoy, gracias a unos lectores de ApologeticaCatolica.org, me he enterado que Alejandro Bermúdez ha publicado un podcast en donde responde a algunos de mis argumentos, y he creído necesario publicar también yo una respuesta a los suyos.
Antes de comenzar, creo necesario volver a aclarar, que esto no debe tomarse como un ataque personal a la persona de Alejandro Bermúdez, ni tampoco a la de Frank Morera, pues considero que ambos desempeñan un honorable ministerio dentro de la Iglesia. He sido yo uno de los que ha compartido en no pocas ocasiones sus vídeos, charlas y conferencias ya sea en mis blogs, y en ApologeticaCatolica.org.
Pero precisamente porque valoro su trabajo, es que considero necesario corregirles cuando lo que enseñan se aparta de la verdad, y puede llevar a la confusión a las personas que acuden a ellos para formarse. Dado que están al frente de prestigiosos e influyentes medios de comunicación católicos un error de parte de ellos puede confundir a un gran número de católicos.
El podcast completo de Alejandro Bermúdez a mi artículo puede ser escuchado aquí:
Alejandro Bermudez – Dios no castiga
Comencemos…
Según los Papas…¿Dios castiga sólo en el Antiguo Testamento?
Inicio con esta pregunta, porque al comienzo de mi artículo yo empecé citando a los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI para mostrar cómo incluso los pontífices en la época actual al igual que el resto de los Papas a lo largo de la historia han enseñado que Dios puede castigar si así lo decide, como una forma misericordiosa de corregir al pecador, o para expiar la ofensa inferida a Dios y restaurar el orden moral perturbado por el pecado. Ante estas citas, Alejandro responde:
“Correcto, pero en este texto, sacado completamente fuera de contexto, el Papa Benedicto XVI se estaba refiriendo al Dios del Antiguo Testamento donde Dios se revela como un Dios castigador . Es obvio que en Antiguo Testamento Dios castiga, los ejemplos abundan, incluso al gran amigo de Dios: Moisés, por haber perdido la paciencia en Meribá y haber golpeado dos veces con el palo, para que saliera agua desde una sola vez, por furia, Dios lo castiga y no le permite ver la tierra prometida. La mujer de Lot que se convierte en Sal, el mismo diluvio universal.“.
Bien, vemos que por un lado Alejandro reconoce de entrada que Dios durante el Antiguo Testamento si castigaba, pero luego afirma que el Dios del Nuevo Testamento es distinto y luego ya no lo hace más. El problema es que ya en estos comentarios hay varios errores (unos más graves que otros) que es importante analizar y lo iré haciendo a medida que avance. Comenzaré por la cita de Papa Benedicto XVI que Alejandro dice que yo he descontextualizado, y lo haré citando el texto en un contexto más amplio para alejar todo género de dudas, y el lector pueda juzgar por sí mismo si esto es cierto.
Dice así el Papa Benedicto XVI (las negritas son mías):
“Lo que denuncia esta página evangélica interpela nuestro modo de pensar y de actuar. No habla sólo de la “hora” de Cristo, del misterio de la cruz en aquel momento, sino de la presencia de la cruz en todos los tiempos. De modo especial, interpela a los pueblos que han recibido el anuncio del Evangelio. Si contemplamos la historia, nos vemos obligados a constatar a menudo la frialdad y la rebelión de cristianos incoherentes. Como consecuencia de esto, Dios, aun sin faltar jamás a su promesa de salvación, ha tenido que recurrir con frecuencia al castigo.
En este contexto resulta espontáneo pensar en el primer anuncio del Evangelio, del que surgieron comunidades cristianas inicialmente florecientes, que después desaparecieron y hoy sólo se las recuerda en los libros de historia. ¿No podría suceder lo mismo en nuestra época? ”
Detengámonos por un momento en lo que he subrayado en negrita. El Papa comienza hablando de cómo a lo largo de la historia, ha habido frialdad y rebelión por parte de cristianos incoherentes, y note que al hablar de cristianos, no está hablando de personas que vivieron durante el Antiguo Testamento, por lo que sigue a continuación no puede de ninguna manera excluir el Nuevo Testamento. Dice así: “Como consecuencia de esto, Dios, aun sin faltar jamás a su promesa de salvación, ha tenido que recurrir con frecuencia al castigo”
Resalto en negrita las palabras “como consecuencia de esto” porque deja ver que precisamente porque ha habido cristianos incoherentes, es que Dios ha tenido que recurrir con frecuencia al castigo, o lo que es lo mismo: Dios ha tenido que recurrir al castigo como consecuencia de que ha habido cristianos incoherentes. Ahora pregunto: ¿Es que acaso hubo cristianos en el Antiguo Testamento? ¿O el Papa está hablando en general de toda la historia de la humanidad? De hecho, si leemos todavía más atrás vemos que el contexto lo confirma, pues dice: “No habla sólo de la “hora” de Cristo, del misterio de la cruz en aquel momento, sino de la presencia de la cruz en todos los tiempos. De modo especial, interpela a los pueblos que han recibido el anuncio del Evangelio.” Es innecesario aclarar, que los pueblos que recibieron el anuncio del Evangelio, no fueron precisamente los pueblos del Antiguo Testamento. Por si fuera poco remata: “¿No podría suceder lo mismo en nuestra época? ”.
Como se puede apreciar, ha sido Alejandro quien no ha verificado el contexto de esta cita del Papa Benedicto XVI, que de ninguna manera puede entenderse como que se refiere sólo a castigos divinos ocurridos sólo en el Antiguo Testamento. Digámoslo sin rodeos: más claro ni el agua.
Con mi siguiente cita del Papa Juan Pablo II, Alejandro argumenta de la misma manera diciendo que habla del libro de Tobías que está en el Antiguo Testamento, por tanto hay que descartarlo como un ejemplo de que el Dios del Nuevo Testamento castiga, pasando por alto que Juan Pablo II cita el mismo libro para dar e entender que así como Dios castiga también es compasivo. Sin embargo, para evitar que se atrinchere nuestro buen amigo en ese argumento, citemos pues al Papa Juan Pablo II en otra de sus audiencias donde no hay manera de atribuirle que se refiere al Antiguo Testamento solamente. Me refiero en su audiencia del Miércoles, 29 de Setiembre 1999 donde escribe:
“El amor paterno de Dios no excluye el castigo, aunque éste se ha de entender dentro de una justicia misericordiosa que restablece el orden violado en función del bien mismo del hombre (cf. Hb 12, 4-11).”
Observe el lector, que el Papa Juan Pablo II habla de que el Dios que no excluye el castigo es aquel que nos ama con amor paterno. Y lo hace con una doble finalidad: restablecer el orden violado en función del bien mismo del hombre, y aplicar la justicia misericordiosa de Dios.
Puede consultar también la siguiente catequesis de Juan Pablo II: Dios castiga y salva - 25-7-2001
Según la Biblia ¿Dios castiga sólo en el Antiguo Testamento?
Otro error que comete Alejandro en su podcast, es afirmar que sólo el Dios del Antiguo Testamento castiga y que no hay en todo el NT ningún texto donde se vea a Dios castigar con otro castigo que no sea la condenación eterna luego del juicio. Dice textualmente Alejandro:
“. En el Nuevo están los 27 libros que incluyen los cuatro evangelios, los hechos de los apóstoles, las cartas de San Pablo, la carta a los hebreos, la carta de Santiago, Primera de Juan, Segunda de Juan, la carta de Judas, el Apocalipsis. En ninguno de ellos se habla del castigo fuera de la pena final.”.
Sin embargo, en mi artículo inicial yo demostré que esto no es cierto, y supongo que Alejandro no llegó a esa parte, porque en su podcast sólo se limitó a comentar el primer párrafo de un artículo de varias páginas. Pues bien, recuerdo nuevamente que yo mostré que San Pablo amonesta a aquellos que recibían indignamente la Eucaristía y les dice que por ello eran castigados con enfermedades e incluso con la muerte:
“Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo. Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y muchos débiles, y mueren no pocos.” (1 Corintios 11,29-30).
Cité también el caso clarísimo de Herodes, que por haber consentido una blasfemia, fue herido por el ángel de Dios quedando enfermo hasta morir:
“El día convenido, Herodes, vestido con las vestiduras reales y sentado en su estrado, los arengaba, mientras el pueblo aclamaba: ¡Voz de dios, no de hombre! De improviso lo hirió el ángel del Señor, por no haber reconocido la gloria de Dios, y murió comido de gusanos.” (Hechos 12,21-23).
Y cité además el castigo que sufrieron Ananías y Safira por haber mentido al Espíritu Santo (Hechos 5,1-10)
Como puede observarse, en ninguno de estos casos se implica necesariamente la condenación eterna producto del juicio como sostiene Alejandro, pues allí se habla de castigos temporales. Dios, en algún momento determinado, y si su voluntad así lo determina, puede castigar tal como se vio en el Antiguo Testamento, luego en el Nuevo Testamento e incluso en las revelaciones privadas donde la Virgen nos advierte que el mundo puede ser castigado por nuestros pecados.
Sobre las revelaciones privadas
También hay que recordar que en la gran mayoría de las revelaciones privadas aprobadas por la Iglesia, la Virgen María y el propio Jesús advierten sobre la posibilidad de enviar castigos al mundo si este no se convierte. Respecto a esto Alejandro opina que en todas estas revelaciones privadas esto se hace con carácter “devocional” ¿Pero que implica esto?, ¿Qué la virgen María “miente” piadosa y devocionalmente para movernos a la conversión? Porque si la virgen María dijese algo falso a conciencia de que es así, esto es, si pensase que no existe la posibilidad de que Dios envíe castigos temporales al mundo, y aun así dice que lo hará por la razón que sea, estaría mintiendo. Sabemos que el fin no justifica los medios, por lo tanto, una de dos: o todas esas revelaciones privadas son falsas, incluidas las aprobadas por la Iglesia, o son verdaderas y de verdad Dios puede castigar al mundo por sus pecados.
Alejandro también agrega que las revelaciones privadas no forman parte de la fe de la Iglesia, y es cierto, pero también es cierto que cuando la Iglesia aprueba una revelación privada, aprueba que en ella no hay nada contrario a la fe, y si al decir que Dios castiga se dijera algo que no va de acuerdo a la doctrina católica, la Iglesia no las aprobaría. A pesar de todo Alejandro insiste en que quienes dicen que Dios castiga no conocen la enseñanza de la Iglesia, pero ¿no será más bien que es él quien la desconoce en este punto? Y para abordar ese punto, analizaré ahora las citas que hace de las encíclicas de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Citas de Alejandro Bermúdez de Benedicto XVI y Juan Pablo II
Para apoyar su punto de vista, Alejandro Bermudez cita a su favor la encíclica Dives in misericordia y la exhortación apostólica Reconciliatio et paenitentia de Juan Pablo II, y la encíclica Spe Salvi de Benedicto XVI. Respecto a esto escribe:
“… como dice el Papa Juan Pablo II, en Dives in misericordia, es decir, en Rico en misericordia, los pasajes en los cuales Dios castiga e incluso pone a prueba, no son comprensibles a la luz del Nuevo Testamento, eso es lo que dice, no son comprensibles. “
Pero esto no es cierto, y eso no es lo que dice allí el Papa Juan Pablo II como puede comprobar el lector mismo en el documento publicado en la página oficial del Vaticano:
Juan Pablo II, Encíclica Dives in misericordia
El problema de analizar ahora estos argumentos de Alejandro reside, en que a diferencia de la forma en que yo he citado de manera textual los Papas, él lo hace de manera parafraseada y les pone en su boca palabras que no están allí, por lo que se hace imposible encontrar en esos documentos lo que les atribuye. Invito al lector a revisar en dicho documento y comprobar lo siguiente:
-Allí el Papa no está afirmando que Dios castigue o no castigue, de hecho, la palabra “castigo” no aparece en todo el texto NI UNA SOLA VEZ. Si se trata de una interpretación personal de Alejandro de la encíclica, tenemos que señalar que así no se puede probar nada. Lo correcto es citar textualmente el texto y luego argumentar, acudiendo si es necesario al contexto.
Lo mismo hace respecto a los otros documentos citados. En Reconciliatio et paenitentia tampoco aparece la palabra “castigo” ni una sola vez y en Spe Salvi solamente aparece en dos ocasiones y no precisamente para negar de manera implícita o explícita que Dios pueda castigar. Probablemente Alejandro malinterprete esos textos porque hablan de la misericordia de Dios, precisamente porque en su errónea concepción de la misericordia, esta excluye al castigo, cuando más bien lo comprende, como afirma el Papa Juan Pablo II en la cita que mencionamos previamente.
—ACTUALIZACION—
Me he enterado por medio de las redes sociales, que Alejandro ha citado otro documento del Papa Juan Pablo II para intentar demostrar que el Papa decía que Dios no castiga. Este: Juan Pablo II, Angelus, Domingo 13 de Febrero del 2000. Invito a revisarlo y comprobar que efectívamente allí tampoco ni siquiera aparece la palabra “castigo” NI UNA SOLA VEZ, ni niega por ninguna parte que Dios pueda castigar, a diferencia de los documentos que aquí se han mostrado y se cita textualmente a los Papas afirmando que Dios si castiga.
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¿Dios castigador en el AT versus Dios amoroso en el NT?
Quizá el error más grave de toda la argumentación de Alejandro, es la errónea distinción que hace entre el Dios del Antiguo Testamento, del Dios del Nuevo Testamento. Es cierto que en el Antiguo Testamento Dios no se había revelado a sí mismo por completo, pero todo en lo que sí se había revelado era auténtico y sin sombra de error, lo cual incluye su actuación como castigador para lograr la conversión o como instrumento de su justicia vindicativa. A este respecto es oportuno recordar uno de los ejemplos más luminosos en los que el anuncio de un castigo de Dios provoca la conversión de todo un pueblo en el relato del libro de Jonás. Precisamente por una mala comprensión de algunas figuras del Antiguo Testamento, algunos herejes gnósticos de la antigüedad como Marción entendieron que el Dios que describía el Antiguo Testamento era un Dios distinto al del Nuevo. Su error lo llevó a tal extremo que rechazó la totalidad del Antiguo Testamento.
En lo que al tema del castigo se refiere, ya en el Antiguo Testamento estaba clara la noción de que Dios castiga al hombre por amor y para corregirle, tal como recita el salmista: “Castigando la culpa educas al hombre, y roes como polilla sus tesoros” (Salmo 39,12), texto que demuestran que la distinción que hace Alejandro, en donde pretende excluir que el castigo pueda tener carácter medicinal es falsa. Los textos patrísticos que cité de todos los primeros cristianos, en donde reiteran que Dios castiga, precisamente porque nos ama, también son muy posteriores al Antiguo Testamento, pero mantienen la misma idea.
¿Por qué a los malvados les va bien y a los buenos le va mal?
Para intentar demostrar que Dios no castiga, Alejandro menciona el hecho de que haya pecadores que no reciben castigos en vida. Dice Alejandro:
“Si Dios castigara, por qué existen personas que cometen tanto mal y tanto daño. Por qué existen tantos corruptos a los que Dios no les hace nada y mueren tranquilos en su cama. ¿Por qué? Dios castiga entonces solamente a los buenos? A los que se pueden corregir? SI esto es así, Dios no castiga, corrige.”
Bien, en primer comencemos por aclarar dos puntos:
Primero: No decimos que Dios siempre aplique un castigo temporal a los pecadores en vida. Puede ser que así sea, si es esa su voluntad, como fue el caso de Herodes o el de Ananías y Safira, o puede ser que que les reserve el castigo para la otra vida. Pero eso es una cosa, y otra negar la posibilidad de que Dios pueda pueda o desee castigar.
Pero a esta pregunta tan antigua como el mundo, los santos y padres de la Iglesia la han entendido no negando que Dios castigue, sino afirmando que Dios en su sabiduría elije castigar a algunos sí y a otros no en vida, por razones diversas. A este respecto por ejemplo explica San Juan Crisóstomo:
“Porque hay hombres que sólo pagan por sus pecados en esta vida, como aquellos de quienes habla San Pablo en una primera carta a los corintios (1Co 11), que profanan los misterios cristianos, pero hay otros que son castigados en el otro mundo, como el rico condenado de que habla San Lucas (Lc 16) Y hay otros, en fin, como los judíos, que llevan una vida intolerable en este mundo desde la toma de Jerusalén, y a quienes están reservados en el otro otros castigos más severos”
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 41,3
“Dios castiga a ciertos pecadores, destruyendo su malicia y decretando pena más leve para ellos, los separa de los otros y corrige a los que viven en el mal con la condenación de algunos. Además, aquí no castiga a otros, con el fin de que, si hicieren penitencia, evitasen los castigos presentes y la pena eterna, pero si perseveraren en su malicia, habrán de sufrir mayor tormento.”
Crisóstomo, hom. 5 De Lázaro
San Basilio también explica a este respecto:
“Es propio de la divina misericordia no imponer castigos en silencio, sino publicar primero sus amenazas excitando a penitencia, así como hizo con los ninivitas y ahora con el labrador, diciendo “Córtala", estimulándolo a que la cuide y excitando al alma estéril a que produzca los debidos frutos.”
San Basilio, conc. 8, quae de Penitentia inscribitur
(A estos textos súmense todos los de los santos padres que cité en la entrega anterior).
Segundo: Tampoco decimos que todo lo malo que nos ocurre deba entenderse como un castigo divino. Recordemos que en todo pecado hay una culpa que le hace merecer al pecador dos penalidades: una pena ontológica (la consecuencia directa de su acción), y una pena jurídica (la sanción merecida por parte de la justicia divina). Quienes entienden el castigo divino como una sola consecuencia de las acciones (alguien fornica y contrae una enfermedad venérea, o bebe mucho alcohol y contrae cirrosis), cometen el error de pensar que nuestros pecados sólo nos hacen acreedoras de una pena ontológica, excluyendo la pena jurídica. Los cristianos al pecar contraemos muchas culpas, nos atraemos muchas penalidades ontológicas, y nos hacemos deudores de no pocas penas jurídicas o castigos, que nos vendrán impuestas por Dios, por el confesor, por el prójimo o por nosotros mismos. Nuestros pecados también afectan a otras personas, y mientras estemos en esta vida todos sufriremos además las consecuencias del pecado original. Es por eso, que si no es por una especial revelación, no es posible saber si determinado mal es producto del castigo (pena jurídica) o la natural consecuencia de nuestros actos (pena ontológica), los de otro, o de simples accidentes.
Pero el que no podamos saber, salvo por una especial revelación, si determinado mal es un castigo, o desde nuestro perspectiva exterior de las cosas nos parece que determinado pecador no fue castigado, no implica de ningún modo que Dios no llegue a castigar si así lo determina su voluntad, como atestigua la propia Escritura, no sólo en el Antiguo Testamento, sino también en el Nuevo.
Conclusiones de la primera parte
Volvamos ahora a lo que enseña el Concilio Dogmático de Trento:
“ Enseña además el sagrado Concilio, que es tan grande la liberalidad de la divina beneficencia, que no sólo podemos satisfacer a Dios Padre, mediante la gracia de Jesucristo, con las penitencias que voluntariamente emprendemos para satisfacer por el pecado, o con las que nos impone a su arbitrio el sacerdote con proporción al delito; sino también, lo que es grandísima prueba de su amor, con los castigos temporales que Dios nos envía, y padecemos con resignación”
(Concilio Dogmático de Trento, Cap. IX. De las obras satisfactorias)
Pero si Dios no castiga, ¿Cómo puede un Concilio Dogmático afirmar que si puede hacerlo y lo hace? Negar que Dios castigue no es pues una cuestión baladí, pues implica negar lo que la Iglesia ha definido en su magisterio extraordinario e infalible, y que ha sido parte de la enseñanza unánime de los padres de la Iglesia, los cuales ya he citado en numerosas ocasiones a lo largo de estas entregas.
En este caso, el argumento de Alejandro es que los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI en unas encíclicas niegan que Dios castigue, sin que en dichas encíclicas aparezca nada de lo que él les atribuye, mientras aquí mismo se han reproducido citas textuales y en su contexto de dichos Papas, donde explícitamente confirman lo que ya el Magisterio ordinario y extraordinario ha repetido hasta la saciedad.
Con todo el respeto que me merece Alejandro, porque es un excelente periodista: en este tema el desinformado es él.
Si desea profundizar más en este tema, recomiendo también:
El castigo de Dios, por P. Joan Antoni Mateo García
Dios castiga, por Daniel Iglesias Grèzes
Lo que enseñan varios manuales de teología dogmática con aprobación eclesiástica:
Michael Schmaus, Teología Dogmática - La justicia de Dios
Ludwig Ott, Teología Dogmática - La justicia de Dios
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Extractos del libro: ¿Dios castiga?: Un debate entre hermanos católicos para comprender mejor nuestra fe
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94 comentarios
Dios es Misericordia, pero también es Justicia.
Hoy precisamente estuve oyendo el vídeo de Alejandro Bermúdez, y ciertamente parece que él quiere establecer sobre el asunto, una distinción entre el antiguo y nuevo testamento. Pero debe haber algo mas de eso (no terminé de ver el vídeo por problemas de la internet)
Incluso, creo que llega a decir con mucha propiedad, que no existe una cita bíblica en el NT que avale lo de "Dios castigador". Aunque también me parece (estoy escribiendo de memoria) que José Miguel menciona al respecto una parábola del Evangelio.
La solución del asunto no lo veo tan fácil (y perdónenme si lo digo con tanta simpleza)
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JM: No, yo cito numerosos ejemplos en el NT donde Dios si castiga, no sólo uno. Puede verificarlo tanto en el primero como en este post.
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JM: Nadie lo duda ni ha supuesto que Alejandro o Frank tuvieran intención de confundir. Todo lo contrario, precisamente por su dedicación es que desde este post se les corrige fraternalmente.
Dichoso el hombre a quien Dios hace caso omiso de su delito...
Pues como lo ha dicho en su twitter, va a seguir defendiendo el error hasta el fin de su vida. Y de paso llamó antipapista a Infocatólica, esperemos que al rato se le pase el coraje y recapacite.
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JM: Efectívamente y allí parece haber una contradicción que deje para una posible segunda parte, para no hacer demasiado extenso el post. Porque habría que clarificar como se entiende esto a raíz de los textos donde se mencionan castigos divinos en el AT. Por ejemplo, en el AT cuando Dios castiga ¿Quiere decir acaso no castigaba realmente sino que el hombre al no poder comprender a Dios entendía como castigos, acontecimientos que no lo eran? Porque si esto es lo que se da a entender, comete un error más grave. Sin embargo, parece más bien un comentario suelto porque al comienzo admite que Dios si castiga en el AT.
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JM: La traducción la he tomado de la renombrada Biblia de Jerusalén, y de la misma manera traduce por ejemplo, la Dios habla hoy. Ambas traducciones son correctas porque alli se utiliza la palabra κρίμα (kríma) que significa: decisión (la función o el efecto, pro o en contra [«crimen»]):- sentencia, condenación, juicio, juzgar.
El contexto del versículo siguiente confirma la traducción, cuando San Pablo agrega: "Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y muchos débiles, y mueren no pocos"
Sería altamente deseable que quien quiera volver a debatir públicamente con José Miguel Arraiz sobre esta cuestión, haga el favor de basarse en la Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. Y sin caer en faltas de respeto ni cosa parecida. Porque es así, y no de otra forma, como debaten los católicos.
Porque claro, si vuelvo a escuchar faltas de respeto hacia José Miguel, lo mismo escribo algo sobre ello.
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Post data:
Acabo de ver lo que dice Bermúdez de InfoCatólica en su Twitter. Le he exigido que se retracte. No tengo la menor intención de entrar en una pelea pública con él, pero tampoco vamos a consentir que nos insulte, calumnie y difame.
Es un absurdo, ya que presentaría al "Dios del AT" como un Dios distinto del "Padre del NT", lo cual no deja de ser el viejo marcionismo, revivido.
JM: De acuerdo con usted. No publico su comentario tal como me lo pide.
Ligera corrección: en el título de la entrada, sería un "sí", en lugar de un "si".
Salu2. Paz y Bien.
Lo de la capacidad teológica creo que se referirá a los bloggers. Es una afirmación que no tiene por qué irritar a nadie.
Lo de la cuestión semántica de la palabra castigo, lo he defendido en un post que -aún, creo- no se ha publicado, sosteniendo que la venganza y la frustración cerrada sobre sí misma, aunque será producto de una no correspondencia al amor, no es propia de Dios.
Lo que sí es cierto es que en el momento supremo del juicio individual, aunque la sentencia de premio ( la comunicación con Dios en el cielo es un don que se acepta y que tiene un mérito con un premio o un rechazo con un castigo, la pronuncia Dios, pero la aceptación o el rechazo son exclusivamente libres del hombre, luego el castigo es veredicto divino que sella la libertad del hombre. Si se entiende eso por castigo... es cuestión semántica.
No estoy de acuerdo con Bermúdez en que se hable de castigo sólo en el AT, aunque sí es cierto que Dios va revelándose cada vez más, va desvelando su rostro único, BELLO, perfecto, a un ritmo que se acomoda a la historia del hombre. Sí, pero lacomprensión de la palabra castigo también es polisémica en el AT y hay suficientes pasajes que lo atestiguan.
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JM: El significado de la palabra "castigo" lo definí de manera clara en mi primer post. También expliqué que es un error pensar que el castigo solamente tiene un carácter medicinal, sino que busca restablecer el orden moral perturbado por el pecado. Negar esto es negar uno de los atributos de la justicia divina, que es su justicia vindicativa. Puede verificar esto en cualquier manual de teología dogmática. Precisamente por esto en el post anterior aclaro que existe el castigo temporal y el castigo eterno, este último por supuesto, ya no tiene carácter medicinal.
JM: Este comentario es innecesario y no es constructivo. No se trata de echar leña al fuego, sino de corregir al hermano que se equivoca fraternalmente.
Restablecer el orden perturbado, reparar es algo que, por ej., las tres avemarías de penitencia acostumbradas reparan, pero el que, efectivamente, repara, es Dios. Si la reparación refiere a castigo....
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JM: Le invito a investigar en cualquier manual de Teología Dogmática lo referente a la justicia divina, para que entienda mejor a que me refiero. Probablemente yo profundice en este tema en un post separado, porque veo que también hace falta.
¿Une castigo -y justicia, podría ser- a reparación? La única reparación válida al desorden del orden creado por Dios, es decir, total, es el sacrificio-reparación- castigo voluntario, en último término, la VOLUNTAD SOBERANA de Dios, que INUNDA toda LA realidad -no la absorbe, no se funde-, en el sentido de que nada ni nadie puede "escaparse" a las implicaciones de esa inundación, es decir, el que está bajo el agua no puede evitar las condiciones de estar bajo el agua:; la razón dice que si se está ahí, se podrá estar aunque no sea exactamente el estado original, primigenio. Ahora bien, la razón dice que si uno se empeña en no vivir.. ni ahí ni en el primigenio ni en ningún otro posible..
Por eso hay que aceptar y adherirse conscientemente al don de la salvación. Si nos inundan sin preguntar nuestro parecer, no nos niegan el no aceptar ese hecho. No aceptar ese hecho de vivir en ese medio -la sangre de Cristo- que nos inunda y a toda la creación redimida en potencia, lleva al castigo, que uno se busca y Dios respeta hasta el punto de sellarlo con su sello máximamente vinculante de Dios.
Nadie puede satisfacer a la justicia de Dios si no es Dios mismo que, con los dones de la libertad plena, el consentimiento y advertencia plenas nos regala el mérito de aceptar su salvación, y NO nos regala el demérito del fracaso-perdición castigo que ELEGIMOS y que El respeta y sella con su SUPREMO SELLO de juez. Dios nunca ESPERA que pequemos, siempre espera que vivamos y vivamos en abundancia. Toda otra cosa está fuera de la MENTE LIMPIA de Dios.Es cosa que nada tiene que ver con el BIEN total sin ausencia, sin sombra de ausencia.
Tras estas impresiones, me leeré su post y algo de Schmaus que me bajé de Mercabá.
Le sdiré, me atreveré, que recoimendar teología para hablar de algo tan.. no se cómo como es el castigo, creo que no es muy ... pastoral.
¿Y qué hay de Frank Morera?¿Ha dicho algo del asunto?
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JM: Hasta donde se, Frank había dicho que el estaba de acuerdo con Daniel Iglesias en su artículo donde dice que Dios castiga, sólo que cuando el habla de que Dios no castiga se refiere al castigo que se origina en el odio. Yo le dije que el castigo no necesariamente esta vinculado con el odio y allí lo dejamos, porque él no deseaba seguir discutiendo el tema.
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JM: Pues aunque parezca obvio y que no necesita muchas demostraciones, te sorprendería ver la cantidad de gente que anda diciendo por allí que Dios no castiga nunca.
www.youtube.com/watch?v=Ip6o0Xrj3P8
Es muy claro el presente artículo al igual que los anteriores. No voy a decir nada diferente, solo vengo a dejar un registro de que apoyo la verdad y defiendo las Escrituras, Magisterio y Tradición de la Iglesia en lo que enseña respecto al castigo de Dios, tal como ha quedado demostrado.
Mis felicitaciones por el excelente servicio que se le da al Señor al recordar su infinita Justicia que nunca está separada de su infinita Misericordia.
Claro que la Virgen de Fátima tenía razón y toda la Iglesia en lo que enseña. Esperemos la corrección del buen Alejandro a quien respeto y estimo. Estoy orando para que reflexione y admita su error que tanto daño hace en un mundo donde se obvia la existencia del infierno y es laxa la idea de la Justicia de Dios y el debido temor que debemos tenerle al Señor.
Felicidades José Miguel, muy buen artículo al igual que los anteriores. 100% de acuerdo. Dios te guarde
Con toda humildad, he tenido la oportunidad de leer y releer las obras de San Alfonso María de Ligorio, el patrono de los que enseñan teología moral, y el también explica cómo Dios envía castigos temporales causados por los pecados de los hombres. Con sólo sus obras bastan para refutar los argumentos del Sr. Bermúdez al respecto.
Eso sucede por sobredosis de ‘misericordina’.
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JM: Si Alejandro se retracta será muy bueno, pero la finalidad de este post no es sólo esa, sino que las personas que piensan de la misma manera, escuchen la enseñanza del Magisterio al respecto, y también salgan del error.
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JM: Hasta donde he podido ver, todos los programas que conduce Alejandro Bermúdez son muy buenos, pero al mejor cazador se le va la liebre de vez en cuando.
Por otra parte, me parece lamentable la actitud de Alejandro. Yo habia compartido tu anterior articulo en su muro, y su respuesta fue muy poco cristiana, por decirlo de forma suave.
Buen post amigo.
"Se manifiesta, además, la justicia distributiva de Dios en que Él, sin acepción de personas (Rom 2, 11), procede como juez equitativo recompensando el bien (justicia remunerativa) y castigando el mal (justicia vindicativa).
El castigo que Dios impone al pecador no es tan sólo un medio correctivo o intimidatorio, como enseñaron B. Stattler (+ 1797) y J. Hermes (+ 1831), sino que ante todo persigue la expiación de la ofensa inferida a Dios y la restauración del orden moral perturbado por el pecado; Deut 32, 41: «Yo retribuiré con mi venganza a mis enemigos, y daré su merecido a los que me aborrecen» ; Rom 12, 19: «Escrito está : "A mí la venganza, yo haré justicia, dice el Señor"». La pena del infierno, por su duración eterna, sólo puede tener carácter vindicativo para los condenados (Mt 25, 41 y 46). Por otra parte, no hay que exagerar de tal forma el carácter vindicativo de los castigos divinos, como si Dios se viera obligado por su justicia a no perdonar el pecado hasta exigir una satisfacción completa, como enseñaron, siguiendo el ejemplo de San Anselmo de Cantorbery (+ 1109), H. Tournely (+ 1729) y Fr. X. Dieringer (+ 1876). Como Dios, por ser soberano y señor universal, no tiene que dar cuenta a ningún poder superior, tiene derecho a ser clemente, y esto significa que es libre para perdonar a los pecadores arrepentidos sin que ellos ofrezcan una satisfacción congrua o sin satisfacción alguna; cf. S.th. III 46, 2 ad 3; 125; 3 ad 3."
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JM: Excelente. Ya sabía yo que eso de acusarnos de "Antipapismo incipiente" no tenía ningún sentido.
Deberías invitarlo a un debate, a un intercambio de opiniones directas en vez de hacer un post tu aquí y el allá, no ven el daño que causas y causan, no lees los comentarios como se expresan del otro tomando partido? Lo que importa es la verdad, no lo que opinas tu o el.
Los quiero a ambos pero no dividan a los hermanos. Ambos me han ayudado y con toda caridad les pido que no tomen actitud anticristiana. Gracias.
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JM: Advierto que no admitiré comentarios como este que involucran juicios temerarios, acusando a este post de crear contienda y asumir intenciones con las que lo hago. Si no comprende para que es la apologética y lo importante que es aclarar estos temas, y lo confunde con una pelea de barrio, mejor no diga nada que con estos comentarios no aporta sino que mas bien enturbia.
No hay mayor castigo para un alma en su camino de santidad,que el ocultamiento de Dios,y tiene un fin purificador(es Gracia).
Porque lo que a primera vista al hombre(tanto carnal como espiritual) le puede parecer malo,como el sufrimiento consecuencia del pecado,por ejemplo,en su momento,en la hora de Dios,entendera que es lo mejor que le ha pasado.Los tiempos de Dios no son nuestros tiempos.
Las almas que han andado siempre en el mundo,necesitan conversion,y eso significa un proceso purificador muy doloroso,una pasion,para llevar al hombre viejo a la Cruz.Y las almas ya convertidas,tienen que pasar por grandes desiertos y luchas para conquistarse a si mismos y dominar su casa(sosegada),por supuesto con la Gracia del Espiritu Santo.
El unico castigo no deseable,es el que nos manda a las tinieblas exteriores sin remision y ciertamente,nadie podra decir que ha ido ahi por culpa de Dios.
La Paz de Cristo.
pd;Episodios como el de Ananias y Safira o Herodes,se me escapan.Lo dejo a la Soberania de Dios.Quizas fueran ejemplarizantes por ser especialmente graves en ese momento.
Lo que importa es la verdad, no lo que opinas tu o el.
LF:
Exactamente. Y por eso José Miguel ha dado citas de la Escritura, los Padres de la Iglesia y del magisterio pontificio. O sea, lo que debe hacer todo buen apologeta católico, que no se dedica a dar su opinión personal sino a ser testigo de la fe de la Iglesia Católica.
¿Cuál es el problema?
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JM: Si, seguro que yo he dicho que los tradicionalistas "siempre" se equivocan. Mejor vaya a divertirse a otro lado.
Y puedo dar testimonio del castigo del Señor por su infinita Misericordia. No me la contaron.
pd;En cuanto a la parabola del hijo prodigo,¿quien dice que no hay castigo?. El verse en la miseria por sus excesos,el verse tocando fondo,¿no esta ahi la mano de Dios,llevandole al arrepentimiento y compuncion?. Es el castigo del Amor divino.El pecado lleva la penitencia para reconciliacion.
La Paz de Cristo.
2. Si A.B. sostiene que Dios tiene el poder de realizar actos de justicia vindicativa, pero que a partir del N.T. no ejerce nunca ese poder mediante castigos temporales, hay varias cosas para señalar:
a) Es una afirmación que debe probarse, porque lo que gratis se afirma, gratis se niega.
b) Se opone al testimonio de la S.E. Cristo practicó un acto de perfecta justifica vindicativa al expulsar a los mercaderes del templo. Castigó con pena temporal a unos pecadores, movido por una ira santa, con látigo en mano. Hay otros ejemplos neotestamentarios ya citados aquí.
c) Contradice textos magisteriales, patrísticos y argumentos teológicos ya mencionados en esta entrada.
d) Salvo revelación especial –que por no ser pública, no obliga a los demás católicos- el autor no está en condiciones de saber si determinados males temporales físicos, que padecen miles o millones de personas, constituyen castigo de Dios por pecados personales ocultos para nosotros.
e) Se olvida, además, que una enfermedad psíquica –desconocida por nosotros- puede provocar un sufrimiento más intenso que una dolencia física, y que Dios podría enviarla como castigo temporal por los pecados del enfermo.
f) La tesis implica de A.B. una concepción de Dios en lo que respecta a su justicia vindicativa que se asemeja al “gran arquitecto” de la masonería, pues Dios se desentendería del gobierno del mundo en una de las dimensiones de su Justicia vindicativa, que es el castigo temporal del pecado.
g) Además, parece olvidar un punto constante en el Magisterio de la Iglesia: el fin retributivo de las penas, que se satisface con la restauración del orden violado por la falta.
h) Por último, resulta absurdo que se acepte una justicia divina vindicativa ultraterrena (pena eterna del infierno) y no una justicia vindicativa temporal (en esta vida); ya que es razonable pensar que si Dios puede lo más (pena eterna), puede lo menos (pena temporal).
Saludos.
(De castigar).
1. m. Pena que se impone a quien ha cometido un delito o falta.
Sin leer el post, con el título solamente y conociendo tu doctrina sé que estás en lo ortodoxo.
Bermúdez, y el que sea, está cogiendo doctrina protestante al afirmar estas cosas.
Saludos.
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JM: La mayoría de los protestantes que conozco no niegan que Dios pueda enviar castigos temporales. En eso estamos de acuerdo tanto católicos como protestantes.
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JM: Efectivamente. Ya a Alejandro Bermúdez varias personas le habían señalado en numerosas ocasiones esto y su respuesta no fue muy cordial, pero no viene al caso. Su segundo podcast es de hecho una reafirmación de su postura a la insistencia de varias personas sobre lo mismo, y de momento dice mantendrá su posición por el resto de su vida. En estos casos solo queda exponer la doctrina católica para que el número de personas afectadas sea el menor posible, aunque por supuesto, el alcance de este blog es mucho menor que el de los medios de los que él dirige.
"Cuando oyes una bronca de Dios que te llama fariseo, hijo de fariseo , nieto de fariseo, etc..." comentaba Chus Villarroel en un retiro -tengo la cinta-l que te pasas unos días muy malos, que Dios es muy efectivo cuando te abronca., normalmente por juzgar a alguien -ponerte en el puesto de Dios-, es decir, achacar tu desde tu ciencia, frivolidad y presunción, pecado, juicio y sentencia.
Quiero decir que las aguas del diluvio no volverán. Será el cielo oscurecido de demonios que hemos "alimentado" (ya se que no es muy propio decirlo así) que las manos que nos protegen ataban y Dios, en su gloria, ha decidido que ya no. Es Nuestro castigo. Ya no hay más arrepentimiento por haber creado al hombre, hay un respeto a la libertad hasta las últimas consecuencias.
Soy del Camino Neocatecumenal y he tenido una discusión parecida con muchos de sus miembros por el mismo tema.
Es de justicia decir que no solo Alejandro Bermudez sino muchos en diferentes carismas de la Iglesia tienen esta terrible confusión.
Por esto, es de gran ayuda y orientación los post que has publicado.
Muchos ven con desagrado este intercambio, yo lo veo como una gran cosa, para que quede al descubierto que este error está muy presente en muchos dentro de la Iglesia. Este intercambio sirve para librarnos a muchos del error.
Bendiciones.
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JM: Estoy consciente de esto, precisamente por las opiniones que he venido leyendo en las redes sociales respecto a este tema. La cantidad de personas que responden mecánicamente "Dios no castiga, corrige" es inmensa.
Pero quiero enfocar la cuestión desde el siguiente punto (por su mismo contenido se verificará que no asumo posturas absolutas):
Solo de algo estamos seguros: que Dios puede castigar si así lo determina su voluntad. Pero eso en ningún modo conduce a concluir que Dios castiga de hecho, como si es Él quien lo hace personalmente, y además, como si ser "castigador" fuera un atributo esencial de Dios.
A diferencia de lo anterior, la Misericordia de Dios si es un atributo esencial de su Persona . Y sabemos, "a ojos cerrados", que es Él quien la distribuye.
Si no es un atributo esencial, entonces el asunto resulta imposible de solucionar por nosotros (y solo quedaría en el terreno de las posibilidades) En consecuencia, aseverar como fórmula absoluta e incontestable que Dios castiga es incorrecto.
Que hayan episodios bíblicos (sobre todo en el AT) donde el hecho del castigo sea mas evidente, y otros (menos en números e impacto) en el NT, no hace el punto favorable a la tesis del castigo. Al contrario, por el decreciente número y magnitud que se verifica del paso del antiguo al nuevo testamento, la debilita.
En sentido estricto, el castigo (sea terrenal o en la otra vida) solo es posible para el que subvierte el plan de Dios, no para él que actúa conforme a ese plan. Y nunca podremos saber con precisión el origen de tal "fatalidad" (si fue por subversión - aunque nos aproximemos- o por "prueba")
De ahí que argüir que Dios "castiga" puede ser mas contraproducente para la misma religión, en el sentido que podría etiquetarle a Dios una acción que no ha realizado (y además injusta) y coloca a esa acción como un distintivo mas relevante que su misma Misericordia.
Prefiero decir, Dios corrige porque ama, o Dios corrige a quien ama. Sin desvincular una cosa de otra. No solo es bíblico, sino que nos presenta la mas excelsa condición o virtud de Dios (ustedes como teólogos sabrán de esto mas que yo)
"En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios (...) Aunque, a JUICIO DE LOS HOMBRES HAYAN SUFRIDO CASTIGOS, su esperanza estaba llena de inmortalidad; POR UNA CORTA CORRECCIÓN recibirán largos beneficios. pues Dios los sometió a prueba y los halló dignos de sí;..." ( Sabiduría 3, Biblia de Jerusalem)
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JM: Analizo ahora si sus objeciones:
Dice: "Solo de algo estamos seguros: que Dios puede castigar si así lo determina su voluntad. Pero eso en ningún modo conduce a concluir que Dios castiga de hecho, como si es Él quien lo hace personalmente..."
Al comienzo de este post cito un Concilio Ecuménico, y además de eso se citaron textos en el evangelio que demuestran que más que exista la posibilidad, es un hecho que Dios catiga.
Continúa: "... y además, como si ser "castigador" fuera un atributo esencial de Dios...A diferencia de lo anterior, la Misericordia de Dios si es un atributo esencial de su Persona . Y sabemos, "a ojos cerrados", que es Él quien la distribuye."
No debe olvidar que si bien un atributo esencial de Dios es su misericordia, otro también es su justicia. Respecto a esto puede revisar mi entrega anterior donde lo explico basándome en algunos manuales de teología dogmática.
Concluye: "Si no es un atributo esencial, entonces...", pero reitero que se olvida que parte esencial de la justicia divina es su justicia vindicativa. Si se pierde de vista esto, a partir de un presupuesto falso llega a conclusiones equivocadas.
Continúa: "Que hayan episodios bíblicos (sobre todo en el AT) donde el hecho del castigo sea mas evidente, y otros (menos en números e impacto) en el NT, no hace el punto favorable a la tesis del castigo. Al contrario, por el decreciente número y magnitud que se verifica del paso del antiguo al nuevo testamento, la debilita."
No hay que esperar que una enseñanza se repita muchas veces en el NT para tomarla en serio. Por otro lado, hay una buena explicación para eso, pero por cuestión de espacio la sala de comentarios no es el lugar. Aurelio Fernandez en su manual de teología moral lo explica muy bien.
Dice: "En sentido estricto, el castigo (sea terrenal o en la otra vida) solo es posible para el que subvierte el plan de Dios, no para él que actúa conforme a ese plan. Y nunca podremos saber con precisión el origen de tal "fatalidad" (si fue por subversión - aunque nos aproximemos- o por "prueba")"
Efectívamente como he dicho, si no es por una revelación especial de Dios no podemos saber si determinado acontecimiento se trata de un castigo divino, un mera consecuencia de nuestros actos, los de otro, o un hecho accidental.
Dice: "Prefiero decir, Dios corrige porque ama, o Dios corrige a quien ama. Sin desvincular una cosa de otra. No solo es bíblico, sino que nos presenta la mas excelsa condición o virtud de Dios (ustedes como teólogos sabrán de esto mas que yo)"
Que Dios castiga y corrige porque nos ama es cierto, pero quedarse sólo con el carácter correctivo del castigo es desvirtuar la verdad bíblica que indica que el castigo temporal no es solo correctivo, sino también vindicativo, al igual que el castigo eterno sólo vindicativo. No se trata de lo que prefiramos, sino de lo que sea la verdad.
Dice: "De ahí que argüir que Dios "castiga" puede ser mas contraproducente para la misma religión, en el sentido que podría etiquetarle a Dios una acción que no ha realizado (y además injusta) y coloca a esa acción como un distintivo mas relevante que su misma Misericordia."
Ese es precisamente el problema. Porque ha habido personas que pensando que era difícil hacer entender la justicia divina, pensaron que era mejor no predicar la verdad tal como la enseña el evangelio y el Magisterio de la Iglesia. Que alguien pueda creer que los castigos de Dios son injustos (un disparate difícil de calificar) no justifica enseñar lo que no es.
Hay un daño co-lateral en la argumentación de Bermúdez: la insistencia en diferenciar al Dios del Antiguo y el Nuevo Testamento. A más de uno he tenido que ayudar a entender como se relaciona la Revelación del AT y del NT. Y es que esa diferenciación propicia algunas posturas muy cómodas a la hora de entender los mensajes de ambos Testamentos.
Mil gracias otra vez. Bendiciones.
A Dios, ciertamente, porque como jurar por Dios no es otra cosa que invocar su testimonio, cuando juras algo falso: o crees que Dios ignora la Verdad, y así supones ignorancia en Dios, no obstante que todo está desnudo y patente a sus ojos, como dice la Epístola a los Hebreos, 4,13; o que El ama la mentira, siendo que la odia: Salmo 5, 7: "Perderás a cuantos profieren la mentira"; o lo despojas de su poder, como si no pudiese castigar la mentira.
Además se hace daño a sí mismo: en efecto, se hace merecedor del castigo de Dios. Ciertamente, decir: por Dios que esto es así, no es sino decir: que Dios me castigue si no es así.
y...
81. Notad que el juramento es como una medicina, que no siempre se toma, sino en caso de necesidad. Por lo cual, como dice San Mateo 5, 37: "Todo lo que excede de esto, de mal procede". Eccli 23, 9: "Que tu boca no se habitúe al juramento, pues tendrá por ello muchas caídas. Que el mencionar a Dios no esté asiduamente en tu boca, ni mezcles los nombres de los santos, porque no estarás exento de castigo".
No entiendo el concepto "justicia vindicativa". Ni en qué se basa, ni qué significa, ni cómo se demuestra ni para qué sirve, ni en qué sentido tiene algo que ver con Dios...
Entiendo los correctivos dolorosos, las medicinas dolorosas, las terapias dolorosas y las enseñanzas dolorosas. Pero sólo en tanto que el dolor es necesario y fructífero como un refuerzo educativo y edificante, o sanador.
Eso de un "castigo" que no es "educativo"... no lo entiendo. ¿Para qué sirve? ¿Qué bien o bondad hay en él? ¿Qué gloria puede dar a Dios?
Tal como yo lo veo, el dolor no educativo es sólo dolor... y eso ¿qué bien tiene?
Quizá el blogger podría intentar explicarlo en lenguaje muy sencillito, para niños o así...
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JM: Ya lo he explicado, pero si no es suficiente mi explicación, puede esperar un futuro post donde profundice sobre el asunto, o consultar cualquier manual de teología dogmática en donde se trata el tema de la justicia divina. Todos explican a la mar de bien la justicia vindicativa. Incluso en Internet gracias a Google Book hay muchos gratuitos que incluso pueden ser descargados (y todos con licencia eclesiástica)
"Dios castiga y salva"
Catequesis del Papa Juan Pablo II, 25-7-2001
ewtn.com/library/PAPALDOC/spanish/20010725.htm
Y más contundente Juan Pablo II:
CARTA APOSTÓLICA
SALVIFICI DOLORIS
DEL SUMO PONTÍFICE
JUAN PABLO II
"Tal transgresión tiene carácter de pecado, según el sentido exacto, es decir, bíblico y teológico de esta palabra. Al mal moral del pecado corresponde el castigo, que garantiza el orden moral en el mismo sentido trascendente, en el que este orden es establecido por la voluntad del Creador y Supremo Legislador. De ahí deriva también una de las verdades fundamentales de la fe religiosa, basada asimismo en la Revelación: o sea que Dios es un juez justo, que premia el bien y castiga el mal: « (Señor) eres justo en cuanto has hecho con nosotros, y todas tus obras son verdad, y rectos tus caminos, y justos todos tus juicios. Y has juzgado con justicia en todos tus juicios, en todo lo que has traído sobre nosotros ... con juicio justo has traído todos estos males a causa de nuestros pecados ».(23)
"Si es verdad que el sufrimiento tiene un sentido como castigo cuando está unido a la culpa, no es verdad, por el contrario, que todo sufrimiento sea consecuencia de la culpa y tenga carácter de castigo. La figura del justo Job es una prueba elocuente en el Antiguo Testamento"
... y muchas más Miguel. Mándaselas a Alejandros.
Respecto a lo de "el Dios del AT", hay que tener cuidado con esas expresiones pues no es "otro" Dios sino el mismo DIos que se va rebelando paulatinamente. Y respecto a las revelaciones privadas no solo se acepta que no hay nada contra la fe sino que además se aprueban cosas, como por ejemplo la Coronilla a la Divina Misericordia o la devoción al Inmaculado Corazon.
Alejandro Bermudez tiene una alergia especial contra las apariciones, sino los invito a nombrar Medgujorge para que prueben sus dardos...
La Justicia divina se manifiesta, en fin, en las penas infligidas por Dios a los culpables. La pena es proporcional a la falta, como la recompensa lo es al mérito. Conviene en primer lugar que Dios castigue para restablecer el orden divino que ha sido violado. El remordimiento de la conciencia, dice S. Tomás, nos castiga porque hemos transgredido el orden de la razón; el magistrado, guardián del orden social, debe castigar a quienes perturban este orden. Así Dios, justo juez, castiga a quienes se revuelven contra el orden divino. La voluntad humana sometida a estos tres órdenes incurre en una triple pena cuando viola los tres. (Ia IIae, quaest. 87, art. 1.)
Dios castiga sin pasión, como un juez perfectamente dueño de sí mismo condena sin cólera al criminal, para mantener los principios de la sociedad. Para comprender bien la Justicia vengadora y ver eh qué es una virtud y una perfección absoluta es necesario advertir que Dios no siente odio al pecador…” (Garrigou-Lagrange, El Salvador).
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JM: Muy precisa su observación, gracias.
Pues un apologeta(no periodista) que fundamenta con citas de la Biblia, Magisterio y Tradición de la Iglesia nunca puede contradecirse.
Capítulo XVI:
Cuando no tenemos cuidado de recoger las suavidades y las delicias del
amor de Dios a su debido tiempo, las aparta de nosotros, en castigo de
nuestra pereza.
Capítulo XXVII:
Uno de los peores defectos que puede tener una persona es ser burlón:
Dios aborrece en gran manera este vicio y, a veces, lo castiga
extraordinariamente.
JM, por ahí haces un comentario en relación a Alejandro Bermúdez, que al mejor cazador se le escapa la liebre de vez en cuando..... lo cual coincido contigo.
Ya que en uno de sus programas (de Bermúdez), en lo cual el invitado es Frank Morera, que se puede ver en YouTube el título del programa: "Cara A Cara - 2013-07-18 - Frank Morera".... pues, exactamente en el minuto 31:27, Morera argumenta que Jesús nunca dijo: "Vengan a mí a peticiones llevar al Padre". Dice Frank que NO debemos ir a Jesús, que se pide al Padre en nombre de Jesús subrayando en mención el evangelio de Juan; de lo cual dice Frank sólo a través de la intercesión de V. María y santos vamos al Padre en el Nombre de Jesús.
Mmmh dice cosas ciertas Frank pero no del todo, ya que pasa por alto que también en el evangelio de Juan, cuando dice Jesús que lo pidiereis en su Nombre, ÉL LO HARÁ" (Juan 14:14). En Romanos 8:34 y Hebreos 7:25, también se habla que CRISTO ES INTERCESOR. Claro Cristo es el único Mediador, pero la escritura dice que también a peticiones podemos acudir a Él.
Entonces creo que a Frank se le escapa de nuevo la liebre, por igual a Bermúdez por no corregirlo.
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JM: Tendría que verlo en detalle para poder opinar. Gracias.
"¿Pensáis que aquellos muertos en la rebelión Pilatos mezcló con la sangre de sus verdugos...? Si no es convertís, todos terminaréis así."
Puedes elegir el nombre, pero el castigo de Dios no es a manera del nuestro, tan cargado de recelo y rencor.
Dios aunque castigue, ama y espera al pecador. Pero Dios no se deja burlar.
Por último, es muy feo sacar a relucir supuestos textos de un papa para enfrentarlo a otro, máxime si se sabe cuál es la doctrina de siempre.
JM: Su comentario es muy extenso para la sala de comentarios, y además se observa que no la leído el post. Le agradezco que primero lo lea antes de comentar, porque afirma cosas que ya allí se analizan.
Años atrás, tuve en mis manos (y no sé si todavía lo conservo), un catecismo escrito por un prestigioso sacerdote (que luego llegó a ser Obispo), donde se afirmaba que los niños, que morían sin Bautismo, iban al LIMBO, donde disfrutaban de una felicidad natural, pero no del Cielo. Por tanto, yo mismo lo enseñé así cuando era catequista.
Sin embargo, la Teología actual ya no explica las cosas de ese modo y ha encontrado la manera de salvar la doctrina de la exigencia del Bautismo, sin afirmar una tesis arbitraria como lo es la de privar de los dones de la salvación a quien, sin culpa suya, muere sin el Sacramento.
Así también, en siglos pasados se afirmaba "Fuera de la Iglesia no hay Salvación". Hoy se afirma igual, pero se matiza diferente la forma de entenderlo.
Por el estilo, podría poner muchos ejemplos similares.
Creo que hoy, a esto se le llama EVOLUCION EN LA COMPRENSION DE LOS DOGMAS. Sin cambiar lo esencial de las verdades cristianas, se va profundizando en su sentido y se van comprendiendo cada vez mejor.
Me imagino que algo así ha sucedido con la tesis de que Dios castiga. Ha habido una evolución en la comprensión de dicha doctrina, de manera que hoy no se puede comprender esto, afirmándolo sin más. Hay que cotejar esa tesis con otras que forman parte del dogma cristiano, para precisar bien cuál es su alcance real.
Bendiciones para todos.
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JM: Le recomiendo leer la obra del P. Marín Sola titulada "La evolución homogénea del dogma católico" para comprender como los dogmas creen siempre en el mismo sentido y no de forma transformista.
Por otro lado, para considerar que haya habido un "desarrollo" de la doctrina cristiana en este sentido, en primer lugar habría que encontrar un cambio en la enseñanza magisterial de la misma, y como hemos visto, no lo ha habido ni existe. En pocas palabras, supone gratuitamente que pudo haber habido una evolución transformista en esto sin que exista ninguna evidencia de ello, ni en el Magisterio ni en la Tradición.
Eso de un "castigo" que no es "educativo"... no lo entiendo. ¿Para qué sirve? ¿Qué bien o bondad hay en él? ¿Qué gloria puede dar a Dios?
LF:
¿Te das cuenta que estás diciendo que el infierno, que será eterno, puede ser una excepción a la gloria de Dios tras la Parousía, juicio final y nuevos cielos y tierra nueva?
Rom 13,3-4
Porque los magistrados no son de temer para los que obran bien, sino para los que obran mal. ¿Quieres vivir sin temor a la autoridad? Haz el bien y tendrás su aprobación, porque es ministro de Dios para el bien. Pero si haces el mal, teme, que no en vano lleva la espada. Es ministro de Dios, vengador para castigo del que obra el mal.
"El problema radica en un punto y es en significado de las palabras.
Miren, mi area de conocimiento es la semiotica, el significado de las palabras.
Una cosa es castigar, otra es castigo, castigo es la pena que se impone por un delito o falta, en cambio castigar es ejecutar un castigo, darle un castigo a otro.
Y corregir, es prevenir de a otro de las consecuencias nefastas de sus malas acciones.
Dios no es el que ejecuta o impone el castigo (que es lo que significa castigar), sino más bien es el hombre quien se hace merecedor del castigo si sus obras son contrarias a la ley de Dios. (el juicio final 1083-1041 y tambien el pecado original Nº397al 401 del catecismo).
Dios permite el castigo, existe este castigo, (el infierno 1033-1036) mas Dios no lo ejecuta ni lo impone. (Numero 1037) Dios en cambio corrige, esto es, advierte de las consecuencias de sus obras, en este caso, del pecado y la consecuencia de insistir en él: el castigo del infierno, (numeros 1036 y 1034) y muestra al hombre sus consecuencias incluso durante su vida.
No se puede afirmar que Dios ejecuta los castigos, que impone el infierno o el purgatorio, que Él nos da un castigo cualquiera o que el lo manda sobre nosotros, eso va contra nuestra fe."
A esto hay que aclarar:
Primero: Las citas que hace del Catecismo parafraseadas no corresponden a lo que les atribuye, por ejemplo, cuando dice: “ “Dios permite el castigo, existe este castigo, (el infierno 1033-1036) mas Dios no lo ejecuta ni lo impone. (Numero 1037)” , se cita el Numeral 1037 que realmente dice esto:
CEC 1037 “Salvo que elijamos libremente amarle no podemos estar unidos con Dios. Pero no podemos amar a Dios si pecamos gravemente contra El, contra nuestro prójimo o contra nosotros mismos: "Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él" (1 Jn 3, 15). Nuestro Señor nos advierte que estaremos separados de El si no omitimos socorrer las necesidades graves de los pobres y de los pequeños que son sus hermanos (cf. Mt 25, 31-46). Morir en pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de El para siempre por nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados es lo que se designa con la palabra "infierno".
Este texto que habla del castigo eterno (no del castigo temporal) no niega que a Dios corresponda juzgar e dictar sentencia e imponer el castigo, como otra parte del mismo Catecismo reconoce: “CEC 1051 Al morir cada hombre recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular por Cristo, juez de vivos y de muertos”. Tampoco niega que Dios pueda enviar castigos temporales al pecador para su conversión, como sostiene el Concilio de Trento.
El mismo ejercicio puede hacerse con las otras citas del Catecismo con el mismo resultado.
En resumen, mala práctica parafrasear y descontextualizar el Catecismo para contradecir un Concilio Ecuménico, el Magisterio y el propio Catecismo.
“21. Unas breves palabras, ahora, sobre el aspecto religioso del sufrimiento causado por la pena. Toda culpa moral del hombre, aun materialmente cometida principalmente sólo en el ámbito de las leyes humanas legítimas, y sancionada ya ahora por los hombres conforme al derecho positivo humano, es siempre también una culpa ante Dios, y atrae de Dios sobre sí un juicio penal. No tener para nada en cuenta esto, no favorece a la autoridad pública. Enseña la Sagrada Escritura [Rom. 13, 2-4.] que la autoridad humana, dentro de su competencia, no es—en el cumplimiento de la pena— sino la ejecutora de la divina justicia. Dei enim minister est, vindex in iram ei, qui malum agit.
Este elemento religioso de la ejecución de la pena encuentra su expresión y su realización en la persona del reo, en cuanto él se humilla bajo la mano de Dios que castiga sirviéndose de los hombres; acepta, pues, de Dios el sufrimiento, y a Dios lo ofrece, como parcial compensación de la deuda que ante El tiene. Una pena así sobrellevada es para el reo, en este mundo, una fuente de purificación interior, de conversión plena, de fortaleza para lo futuro, de protección contra toda recaída. Un sufrimiento así sobrellevado con fe, arrepentimiento y amor es santificado por los dolores de Cristo y acompañada por su gracia.
Este religioso y sacro sentido del sufrimiento causado por la pena se nos da a entender en las palabras del buen ladrón a su compañero de crucifixión: Digna factis recipimus: «Recibimos lo que nuestras acciones merecían », y en la oración al Redentor moribundo: Domine, memento mei cum veneris in regnum tuum: «Acuérdate de mí, Señor, cuando llegares a la gloria de tu reino»; oración que, puesta en la balanza de Dios, llevó al pecador arrepentido la afirmación del Señor: Hodie mecum eris in paradiso: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» [Luc. 23, 41-43]: algo así como la primera indulgencia plenaria, concedida por Jesucristo mismo.” (Pío XII).
En esta oportunidad, retomando mi comentario y este de Arráiz, solo decir que nada más que añadir. Fue una omisión de mi parte.
Salu2. Paz y Bien.
Si Dios puso el orden y las personas lo rompen hay consecuencias negativas ¿Eso es castigar?
Si Dios respeta la libertad de las personas se matan entre sí, ¿Es un castigo Divino?
Si un padre le ayuda a caminar a su hijo, sabiendo que se va a caer alguna que otra vez, ¿Es esto castigo?
Dios te pone lo que necesitas, no por castigo, sino por amor, desde nuestro diminuto punto de vista puede parecer un castigo, pero desde el punto de vista Divino es puro amor, porque Dios es Amor.
Mejor consulten al Padre: José Antonio Sayés o claro a Benedicto XVI
Saludos
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JM: Intuyo que no la leído absolutamente nada ni de la entrega anterior o de la presente sobre este tema. Siempre es recomendable hacerlo, antes de comentar sólo en base al titular.
De Alejandro diré que nunca fue santo de mi devoción aunque sin entreojo alguno, no pude entrever nada negativo. Ahora estoy sorprendido hasta donde llega con éste asunto. Le he, extensivamente oído, leído en Facebook y en sus twitters… tengo pena por él, hasta me da miedo pues hace incautamente, prácticamente en mi opinión, un reto, un desafío a la Iglesia y cómo no grave ofenda a Dios mismo. Sus escritos me sorprenden, si persiste en su infladísimo ego con su tozudez, no sé mas por el daño que hace a tanto incauto me escandaliza y hasta me preocupa sumamente su integridad espiritual y física. Quiera Dios que si ha decidido en castigo, que sea leve. No sabemos cuanto daño hace.
Claro que graves daños están a la orden del día por doquier y en todos los frentes. El Malo está que trina. Pedir, interceder por Alejandro, un hermano, por supuesto, pero no hay que darle cuartel, el error se propaga arrasadoramente. VERDAD sólo hay una y se ha de proclamar. ¡Gracias!
Solo aquel que es plenamente justo podria ser al mismo tiempo plenamente misericordioso.
Notese que tanto justicia como misercordia son ambas virtudes, y como tales perfectamente integrables la una en la otra.
Si consideramos como incompatible a la relacion entre justicia y misericordia ¿Como calificariamos entonces a la relacion entre justicia e inmisercordia o a la relacion entre la injusticia y la misericordia?
El binomio entre justicia y misericordia, viene a ser equivalente al vinculo subsistente entre por ejemplo el amor y la ternura, porque de la misma manera que no es comprensible un amor sin ternura, tampoco es comprensible una misericordia sin justicia o viceversa.
Nuestro Señor le dijo a Santa Faustina Kowalska
OCTAVO DÍA
Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi justicia. Está en tu poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi justicia.
Jesús misericordiosísimo, tú mismo has dicho que deseas la misericordia, he aquí que yo llevo a la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas del purgatorio, almas que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adecuada a tu justicia. Que los torrentes de sangre y agua que brotaron de tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de tu misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que están bajo tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, tu amadísimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no tienen límites. Amén
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JM: El problema de su argumentación es que parte de un error de lógica. Dice: "Si revisamos la historia de N.S. Jesucristo y la vida de muchos de los apóstoles y demás cristianos que han sido martirizados cruelmente y asesinados a través de la historia, ¿veremos esto como castigo de Dios?" pero en este post no se afirma que todo sufrimiento provenga o enfermedad sea un castigo. El Papa Juan Pablo II responde precisamente a esta objeción en su Carta Apostólica SALVIFICI DOLORIS:
"Al mal moral del pecado corresponde el castigo, que garantiza el orden moral en el mismo sentido trascendente, en el que este orden es establecido por la voluntad del Creador y Supremo Legislador. De ahí deriva también una de las verdades fundamentales de la fe religiosa, basada asimismo en la Revelación: o sea que Dios es un juez justo, que premia el bien y castiga el mal: « (Señor) eres justo en cuanto has hecho con nosotros, y todas tus obras son verdad, y rectos tus caminos, y justos todos tus juicios. Y has juzgado con justicia en todos tus juicios, en todo lo que has traído sobre nosotros ... con juicio justo has traído todos estos males a causa de nuestros pecados ».
En la opinión manifestada por los amigos de Job, se expresa una convicción que se encuentra también en la conciencia moral de la humanidad: el orden moral objetivo requiere una pena por la transgresión, por el pecado y por el reato. El sufrimiento aparece, bajo este punto de vista, como un « mal justificado ». La convicción de quienes explican el sufrimiento como castigo del pecado, halla su apoyo en el orden de la justicia, y corresponde con la opinión expresada por uno de los amigos de Job: « Por lo que siempre vi, los que aran la iniquidad y siembran la desventura, la cosechan »."
...
Si es verdad que el sufrimiento tiene un sentido como castigo cuando está unido a la culpa, no es verdad, por el contrario, que todo sufrimiento sea consecuencia de la culpa y tenga carácter de castigo.
"
"Y esto lo pedimos en cuanto a tres cosas:
1. que los pecadores se conviertan y sean salvados por
la gracia de Dios;
2. que los pecadores sean castigados en la vida
presente para su conversión para que escapen el castigo
eterno;
3. que los pecadores contumaces en impenitencia final
sean castigados; y la muerte destruida."
Como podemos apreciar, cada vez que decimos a Dios que deseamos que Él reine, invocamos su justicia y su misericordia, las cuales no son antagonistas, sino que confluyen perfectamente, independientemente de si nosotros lo entendamos en mayor o menor medida. Como consecuencia de ello, nosotros mismos debemos desear que el pecado sea castigado para el bien del pecador y así mismo que el "pecador definitivo" pague por su desprecio contumaz, permanente e injustificado hacia Dios.
De igual manera, Santo Tomás en algún lugar enseñaba que, algunas veces, Dios nos concede cosas inconvenientes que le pedimos para castigarnos ciertamente. Como en el caso de esos que anhelan la fortuna o riqueza y ven a Dios como una escalera hacia la misma; una vez que la han alcanzado descubren que no se sacian y que todo les fue mal, empero, en el mejor de los casos se arrepienten de haber anhelado desmesuradamente el mal. Dios en principio no da lo que no es bueno, pero a veces sí que lo hace castigando, porque con ello busca que descubramos el mal de nuestros anhelos nacidos de la carne, y esto conviene ulteriormente. Así debemos entender aquello de que todo sirve para el bien de los que aman a Dios, y yo me atrevería a decir que, incluso, Dios dispone los castigos para el bien de los que no lo aman; hace salir el sol sobre justos y pecadores: el sol de justicia! y más bien bienaventurados aquellos a quienes Dios mande castigos temporales para que lloren su miseria y se vuelva a Él.
que la Paz y el Amor de Nuestro Señor Jesucristo este en cada uno de nosotros. AMEN
"A ninguna criatura se le priva de mi providencia, porque todas las cosas están invadidas por ella. Le parecerá algunas veces al hombre que es crueldad que yo mande granizo o tempestades, o rayos sobre mis criaturas, juzgando que yo no he velado por su salud. Y lo he hecho para librarle de la muerte eterna, aunque le parezca todo lo contrario. Los mundanos en todo quieren condenar mis obras y entenderla conforme a su bajo entendimiento... Por eso aborrecen lo que tendrían que reverenciar. Como soberbios se atreven a juzgar de mis ocultos juicios, que son todos rectos. (Santa Catalina de Siena. Doctoras de la Iglesia. Páginas 126 y siguientes. Antonio Royo Marín, BAC).
San Alfonso Maria de Ligorio: «Dios... aguarda pacientemente hasta que se cumpla la medida de los pecados, y a partir de este día ya no espera, sino que castiga » [San Alfonso, Doctor de la Iglesia, patrono de los profesores de teología moral: Sermones Abreviados. Parte I, serie IV, sermón 33, punto I.]
“3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.” Seguro que empezaras a decir, "No es que hay que entenderlo asi o asa etc. Allí dice que Dios manda a matar igual como tu aceptas literalmente que castiga cuando se dice.
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JM: Que Dios puede mandar castigos temporales si así lo decide forma parte de la fe católica, y está afirmado incluso por un Concilio Ecuménico. El resto de sus razonamientos son falaces, porque efectivamente Dios puede quitar el don de la vida, ya que es soberano universal es libre de dar repartir sus dones conforme al designio de su voluntad sin que por eso se le considere que es "malo". Que no sepa responder adecuadamente a las objeciones de los ateos no significa que nuestra forma de argumentar sea incorrecta.
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JM: Es que yo no pretendo desviar el tema a cómo deben interpretarse algunos pasajes del Antiguo Testamento, porque de eso ya está escrito bastante y basta revisar cualquier comentarista bíblico ortodoxo. Empezando porque yo no estoy argumentando basándome en el AT para que no dar pie a la errónea distinción de que el Dios del AT se revela de manera distinta al Dios del NT.
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JM: No hay cuidado.
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