(InfoCatólica) - Está usted organizando un Encuentro Internacional de Blogueros con el Papa el día 17 de agosto, sin embargo Benedicto XVI no llegará a Madrid hasta el día 18. ¿No le parece engañoso el título con el que convoca este Encuentro bloguero?
Reconozco que puede resultar engañoso. Todo tiene su explicación. Los que nos reunimos o encontramos somos los blogueros, pero no cualesquiera blogueros sino aquellos que tienen como característica común su apoyo al Vicario de Cristo, con independencia de que sean de izquierdas o de derechas, católicos o musulmanes. Esta nota común está en el origen de esta iniciativa. Hace más de un año surgió la idea de encontrarnos aquí en Madrid aprovechando la visita del Papa. Para organizar este evento creamos un blog con ese nombre: blogueros con el Papa.
- ¿Y cuál ha sido la respuesta de los blogueros convocados? ¿Cuantos espera usted que se reúnan?
No creo que superemos el medio centenar. Hace unos meses este resultado me habría parecido un fracaso. A primeros de mayo, en Roma, el Vaticano organizó el Blogger Vatican Metting en el que se congregaron ciento cincuenta blogueros de distintos paises, con la particularidad de que setecientos se quedaron fuera. A esto hay que añadir que otros muchos no nos enteramos de la convocatoria, a pesar de que nos hubiera encantado participar. Por esta razón, fue a principios de mayo cuando nos lanzamos a organizar este Primer Encuentro Internacional de blogueros con el Papa. Pensábamos que serían muchos los que querrían aprovechar esta ocasión para conocerse personalmente e intercambiar opiniones y experiencias.
Podría pensarse que, si esas eran las expectativas, ahora mismo debería estar yo desanimado y defraudado por tan escasa respuesta. Sin embargo, es todo lo contrario. Estoy muy animado y agradecido a Dios, porque estos tres meses han servido para movilizar a muchos blogueros que han expresado su apoyo. Alguno ha comparado esto con el iceberg. Los treinta, cuarenta o cincuenta blogueros que estemos en Madrid seremos la punta que se ve, pero por cada uno de nosotros habrá otros muchos que secundan la iniciativa y la promueven en sus bitácoras. Además, he podido advertir el mismo entusiasmo en todos los que participan en el Encuentro. Somos evangelizadores y nos mueve el deseo de evangelizar. Trabajamos en la construcción del Reino de Dios. Hacemos lo que podemos. Cada uno pone su granito de arena y, si ésa es su voluntad, Dios pondrá el incremento.
- ¿Cómo se explica entonces que no vengan a Madrid muchos de aquellos setecientos blogueros que quisieron estar en Roma y quedaron fuera?
Bueno, la gran mayoría de esos blogueros eran de lengua inglesa. Por otra parte, he de reconocer que no tenemos el mismo poder de convocatoria que tiene el Vaticano, ja ja. Nosotros somos un pequeño grupo de blogueros. Hemos sido nosotros mismos los organizadores: un encuentro de blogueros para blogueros. Sabemos que muchos están con nosotros y contamos con ellos, a pesar de que no puedan estar físicamente presentes.
- Usted habla de un Encuentro Internacional, ¿de cuántos países provienen los participantes?
Al día de hoy, hay blogueros provenientes de nueve naciones : Estados Unidos, México, Italia, Honduras, Argentina, Venezuela, Italia, Inglaterra y España La mayoría son españoles.
- ¿Qué tipo de personas son los blogueros con el Papa? ¿Hay algunas otras características comunes, aparte de la voluntad de apoyar al Papa?
Los blogueros con el Papa tienen una pasión común, que es el deseo de dar testimonio en el mundo de compromiso con la verdad. No hay nadie detrás de nosotros. No está el Vaticano, ni la Jerarquía, ni los partidos. No hay ningún interés económico ni tampoco de otro tipo meramente sociológico. El bloguero no gana dinero con su blog. El suyo es una hobby gratuito, desinteresado y yo diría que muy sacrificado. El bloguero cuida de su blog como el hortelano un huerto. Con mayor o menor frecuencia, publica sus post o entradas, de manera parecida a como el sembrador arroja las semillas en el campo. Muchas de ellas caen en el camino o en terreno pedregoso. El bloguero sabe que muchas de las páginas que escribe pasarán sin pena ni gloria y serán engullidas por el calendario. Lo escrito ayer, pasó ya a la historia. Es un trabajo sufrido y la perseverancia en él sólo se explica por una pasión, por una gran afición. En el caso de los blogueros con el Papa, a esa afición se le une un cierto sentido vocacional. El bloguero quiere comunicar su experiencia de fe, sus vivencias, reflexiones o meditaciones.
- No parece que quiera animar a nadie a comenzar un blog, más bien parece que quiera desanimar a quienes tengan esa intención.
Nada más lejos de mi intención. Los blogueros "sufren" con su blog, pero también les ofrece muchas alegrías. He comparado el blog con un huerto o con un campo. El cultivo es una actividad sufrida, pero muy reconfortante. Da muchas alegrías. Si se persevera en la tarea, pronto se crean relaciones de amistad con otros blogueros, se descubren "almas gemelas" y se comparten sueños y vivencias, hasta el punto que el bloguero encuentra personas con las que hablar de su "pasión".
- ¿Y qué me dice de los jóvenes? ¿Se han apuntado muchos blogueros jóvenes?
Hay blogueros de todas las edades. Hay madres de familia blogueras que han abierto un blog para sus hijas, con la idea de transmitirles desde temprana edad esa afición. Entre los participantes hay un estudiante de bachillerato que cultiva un blog titulado "Siguiendo a Chesterton". Sin embargo, entre los jóvenes es difícil que cunda esta afición, precisamente por las razones apuntadas. Un blog exige mucho compromiso y sacrificio. Los frutos no son inmediatos. La inmadurez y la inconstancia son enemigos del bloguero. Ellos se encuentran mucho más a sus anchas en las redes sociales, en las que se vive al día y todo es inmediato.
Esta misma mañana, me han comunicado la inscripción de tres jóvenes -uno de ellos procedente de Italia- a los que les ha llegado la noticia a través de la red social de la JMJ. Para los jóvenes hemos establecido una cuota de inscripción muy económica: diez euros. Nuestra ilusión sería que muchos jóvenes se animen a participar. El bloguero recibe muchísimas alegrías de este hobby y muchos descubren en él un carisma, es decir, un don de Dios para el bien de la Iglesia.