(Agencias/InfoCatólica) “En las décadas pasadas aún era posible reencontrar un sentido cristiano general que unificaba el sentir común de enteras generaciones, crecidas a la sombra de la fe que había plasmado la cultura. Hoy, desafortunadamente, se asiste al drama de la fragmentación que no permite ya tener un referente unificador”, añadió.
Tras aludir al Concilio Vaticano II y destacar que los Padres conciliares vieron en el horizonte el cambio cultural que hoy es fácilmente verificable, el Papa afirmó que precisamente esta nueva situación -que ha creado una condición inesperada para los creyentes- requiere una atención particular por el anuncio del Evangelio, “para dar razón de la propia fe en situaciones diferentes del pasado”.
El Papa dijo además que a menudo se verifica el “fenómeno” de personas que quieren pertenecer al catolicismo, pero que tienen una visión de la vida que choca con la fe, e indicó que, a pesar de que hoy parece más complicada la evangelización, el “compromiso” de la Iglesia Católica tiene que ser “idéntico”.
Evangelización más eficaz
El Papa explicó que “el término ‘nueva evangelización’ alude a la exigencia de una renovada modalidad de anuncio, sobre todo para quienes viven en un contexto, como el actual, en el que los desarrollos de la secularización han dejado pesadas huellas también en países de tradición cristiana”.
Tras recordar que “el Evangelio es el anuncio siempre nuevo de la salvación llevada a cabo por Cristo para hacer partícipe a la humanidad del misterio de Dios y de su vida de amor, y para abrirla a un futuro de esperanza fiable y fuerte” Benedicto XVI aseguró que ”el anuncio de la muerte y la resurrección de Jesús “necesita hoy de un renovado vigor para convencer al hombre contemporáneo, a menudo distraído e insensible. La nueva evangelización, por esto, tendrá que encargarse de encontrar las vías para hacer más eficaz el anuncio de la salvación, sin la que la existencia personal permanece en su contradicción y carente de lo esencial”, señaló Benedicto XVI.
“Incluso en quien sigue vinculado a las raíces cristianas, pero vive la difícil relación con la modernidad, es importante hacer entender que el ser cristiano no es una especie de traje para llevar en privado o en ocasiones particulares, sino que es una cosa viva y totalizadora, capaz de asumir todo lo que hay de bueno en la modernidad”