(InfoCatólica/MueveteChile) Gonnelle empezó su discurso recordando que Chile acaba de recibir “The Internacional Protect Life Award” en nombre de muchas organizaciones que trabajan por la protección de la mujer, premio otorgado a la nación sudamericana por ser el país con la más baja tasa de mortalidad materna en América Latina.
La representante chilena recordó que las tasas de mortalidad materna en los países en vía de desarrollo siguen siendo muy elevadas “a pesar de implementarse medidas drásticas y de presentar los derechos sexuales y reproductivos que disfrazan el aborto como opción necesaria para la mujer, la que aparece como víctima más de este sistema imperativo”. Además explicó que “el aumento del control de natalidad y el uso de contraceptivos no ha significado una baja de la tasa de aborto sino todo por lo contrario. La tasa de aborto sigue en aumento en todos los países desarrollados”.
Gonnelle denunció que “tampoco se habla del progresivo reemplazo de los abortos quirúrgicos por los abortos químicos y sus dramáticas consecuencias para la mujer. Los abortos químicos dejan a la mujer totalmente sola y desemparada frente a la terrible decisión de tener que matar a su hijo”.
Patricia Gonnelle criticó que tampoco se hable “con claridad de las consecuencias que traen consigo el aborto inducido, como por ejemplo los incrementos del cáncer de mama, enfermedades de placenta, niños con bajo peso al nacer, pérdidas espontáneas, trastornos afectivos y psicológicos, síndrome post aborto, todo esto con un altísimo coste para el Estado”.
Doble carga económica para los países pobres
La representante de Chile se quejó igualmente de que no se hable “en estas instancias de los costos del aborto; los países pobres o en vías de desarrollo tienen entonces que enfrentar doble cargas económicas: la que se genera por los altísimos costos de la contracepción, también del aborto, otra por los costos de los problemas de salud que traen consigo estas políticas de control de natalidad”.
Gonnelle concluyó su intervención en nombre del gobierno y el pueblo chileno pidiendo a las autoridades de la Onu “desarrollar el concepto de Maternidad Segura, la que busca la protección de la mujer. Y del niño en el vientre de su madre. La maternidad segura no incluye el aborto seguro”.