(Abc/InfoCatólica) Se trata de una capilla de la Universidad Complutense qu se encuentra en uno de los edificios pertenecientes a la facultad de Psicología, en el campus de Somosaguas. La capilla de Somosaguas es pequeña, aunque visible, y está abierta prácticamente toda la jornada. El edificio que ocupa es muy recogido y para acceder tanto al templo como a las oficinas, es necesario bajar algunos peldaños.
Algunas de las autoridades académicas consultadas por este periódico han confirmado que, en efecto, el grupo de atacantes era numeroso, se habla, incluso, de entre 60 y 70 jóvenes. Lo que parece claro es que procedían de la facultad de Ciencias Políticas y que iban protestando y dejándose ver por todo el recinto universitario de Somosaguas. “Llevaban fotos del Papa y, algunos de ellos, pañuelos verdes en la cabeza”, ha comentado un representante académico.
Según testigos presenciales, los salvajes entraron en tropel a la antesala de la capilla. El capellán se percató del barullo y quiso que desistieran en su empeño. Imposible. El hombre se puso enmedio pero resultó zarandeado. “¡Menos mal que no han destrozado nada!”, relataba otra autoridad académica del campus de Somosaguas. Este capellan responsable de la capilla universitaria declinó ayer hacer cualquier comentario al diario ABC. Nos remitió a la Delegación de Pastoral Universitaria donde, durante toda la tarde, nadie atendió al otro lado del teléfono.
Denunciarán ante la Policía
Según ha podido saber ABC, los responsables religiosos de este templo universitario tienen intención de interponer una denuncia en la comisaría de Policía de Pozuelo de Alarcón, municipio al que pertenece este campus de la Universidad Complutense (UCM). Según han asegurado varios cargos universitarios, “si se quiere, se podría reconocer a alguno de los que ayer entraron en la capilla”.
Los ataques a esta capilla no son nuevos. A principios de esta semana, según fuentes universitarias, la paredes y puertas del recinto aparecieron llenas de pintadas con más improperios hacia la religión católica. También se aludía a los casos de pederastia entre el clero. Ayer mismo la mayor parte de las pintadas estaban ya tapadas con pintura y, salvo algunas frases o palabras, no se podía leer lo que había debajo.
Declaraciones de una universitaria
Al margen de las creencias religiosas de cada uno de “estos”, no me resisto a alzar la voz ante un hecho tan lamentable como este”, asegura S.V.H., alumna de la Complutense. “¿Qué habría pasado –se pregunta–si algo así se hubiera producido en una mezquita? Que “esos” sepan que los católicos nunca responderán a la provocación con provocación para defenderse”.
“Pero nadie podrá callarnos –concluye esta universitaria–, ante el más mínimo atropello, burla, intimidación o cualquier otro apremio ilegítimo que ofenda los sentimientos religiosos de nadie. Además, acciones como estas están castigadas por nuestro ordenamiento jurídico. ¡Qué fácil y cobarde es actuar en el anonimato!”.