(EWTN/InfoCatólica) Sobre la dramática situación de Haití que aún padece fuertemente los estragos del terremoto del 12 de enero de 2010 en el que murieron más de 200 mil personas, el Purpurado dijo que “los haitianos esperan no solo dinero: necesitan vuestro corazón. No deben ser olvidados”.
El Cardenal recordó su reciente visita a este país en donde presidió una Misa de sufragio en las ruinas de la Catedral de Puerto Príncipe. Allí resaltó que el trabajo de la Iglesia aún no ha terminado. Por ello alentó a los trabajadores de Caritas, asociaciones y ONGs católicas en su compromiso con este país, y animó a los sacerdotes, religiosos y seminaristas a ser “otros cristos para los haitianos. Vosotros lleváis la cruz no como una joya, sino como un signo de amor de Cristo”, y solo por el testimonio de este amor “somos llamados a vivir en la escuela de la misericordia”.
El prelado se refirió además a una reciente reunión que sostuvo con el Consejo de la administración de la Fundación Juan Pablo II para el Sahel –zona que atraviesa el centro de África– celebrada a principios de febrero en Gambia para revisar los nuevos y urgentes planes de intervención y apoyo a las poblaciones de los países de la región.
Por el momento, el Dicasterio ha centrado su atención en Burundi, donde la Fundación tendrá su próxima reunión.