(Abc/InfoCatólica) Así lo reconocían ayer los medios británicos, que finalmente se descubrieron ante Benedicto XVI. Éste ya no es un “Rottweiller” (raza de perro alemán de gran agresividad), como le calificaron los tabloides ingleses en el momento de su elección como sucesor de Juan Pablo II, sino alguien no sólo humano sino incluso con aureola de santidad. “¿Rottweiller? No, es un abuelo santo”, fue el titular de “The Sunday Times”, el dominical de calidad de mayor tirada del país. “Fue etiquetado como demonio y martillo de gays, pero Gran Bretaña rápidamente ha aprendido a querer al Papa”, decía este periódico. “The Sunday Telegraph” insistía: “Disipado el mito de Rottweiller”.
La masiva simpatía mostrada por la gente hacia el Santo Padre durante este viaje, con tres actos multitudinarios y un centro de Londres donde en total 200.000 personas salieron a la calle para saludar a Su Santidad, ha acabado por superar muchos prejuicios en el “establishment” inglés. Incluso “The Observer”, el dominical de izquierdas, optó ayer por un jubiloso Benedicto XVI en su portada, relegando a un rincón la información sobre las protestas contra el Papa del día anterior.
Horas antes de emprender el regreso a Roma, el entorno del Papa se mostró especialmente satisfecho por el desarrollo del viaje, consciente de la influencia de la prensa anglosajona en todo el mundo. En este contexto, las fuertes palabras de Benedicto XVI pronunciadas en relación a la controversia sobre la pederastia podrían marcar un cambio de rasante en la polémica.
El propio Santo Padre quiso reunirse con los responsables de la oficina de prensa del arzobispado de Westminster y con quienes gestionan localmente todo lo relacionado con la pederastia para agradecerles el directo y eficaz modo con que están llevando a cabo este asunto.
También importante para el cambio de imagen de Benedicto XVI en el Reino Unido fue su histórico discurso en el Parlamento. El hecho de que se le concediera el honor de protagonizar ese acto y que acudieran las principales autoridades del país, incluidos cuatro ex primeros ministros, hizo evidente el respeto que el mundo tiene por su figura. Igualmente, el respeto demostrado por el primado de la Iglesia de Inglaterra hizo superar cualquier animadversión entre ambas confesiones.
Palabras de despedida
“Gracias por habernos hecho sentar y reflexionar”, le dijo el “premier” David Cameron durante la despedida en el aeropuerto de Birmingham.
En la ceremonia antes de partir en presencia del primer ministro británico, Benedicto XVI agradeció a los británicos la “calurosa acogida” y la “hospitalidad” que le dispensaron durante esta visita que incluyó una apretada agenda de actividades cívicas y religiosas.
Benedicto XVI dijo esperar que las reuniones que mantuvo en estos días “contribuyan a confirmar y fortalecer las excelentes relaciones entre la Santa Sede y el Reino Unido, especialmente en la cooperación para el desarrollo internacional, el cuidado del medio ambiente y la construcción de una sociedad civil con un renovado sentido de valores compartidos y metas comunes”.
Por su parte Cameron subrayó que el Papa “habló a un país de seis millones de católicos” pero fue “escuchado por 60 millones de ciudadanos”.