(Bruno Moreno/InfoCatólica) Desde que, el pasado día 4 de agosto, la sentencia sobre el caso Perry contra Schwarzenegger anulase la limitación del matrimonio en California al celebrado entre un hombre y una mujer, la polémica no ha cesado en los Estados Unidos. En un primer momento, dicha polémica se centró en el núcleo de la decisión del Juez Vaughn Walker: la cancelación de la denominada Proposición 8, que defendía el matrimonio tradicional y fue aprobada en referéndum por los votantes californianos. Sin embargo, a medida que se han ido estudiando en detalle otros aspectos de la decisión, ha quedado de manifiesto una parte de la misma que podría tener graves consecuencias para los católicos y para los miembros de otras religiones en los Estados Unidos.
Afirmaciones propias de la propaganda del lobby gay
Dentro de los más de cien folios de la sentencia, hay una parte dedicada a las conclusiones sobre cuestiones de hecho (findings of fact), en las que se basa la decisión final tomada. Entre esas conclusiones del juez, se encuentran una serie de afirmaciones propias de la propaganda gay, como que “no existen diferencias significativas entre las parejas del mismo sexo y las parejas de sexo opuesto” o que el “género ya no forma parte esencial del matrimonio”. También se afirma que el hecho de que un niño sea educado por una pareja homosexual no afecta a su desarrollo y que esto “es aceptado sin ninguna discrepancia seria en el campo de la psicología del desarrollo”. Todo esto se añade a una concepción del matrimonio que se reduce al “reconocimiento y la aprobación por parte del Estado de la elección de una pareja de vivir juntos, comprometerse mutuamente y formar un hogar basado en sus sentimientos mutuos y crear una asociación económica y sostenerse económicamente el uno al otro y a las personas que dependan de los mismos”.
Con estas afirmaciones y muchas otras, se ponían las bases para otra conclusión sobre cuestión de hecho, la número 77, que podría resultar crucial para la futura relación entre el Estado y las diferentes confesiones religiosas. En la decisión judicial se da como cosa probada que “las creencias religiosas que establecen que las relaciones entre gays y lesbianas son pecaminosas o inferiores a las relaciones heterosexuales resultan dañinas para gays y lesbianas”. Esta afirmación es una clara alusión a la doctrina católica sobre la homosexualidad, compartida por otros grupos religiosos como los mormones, gran parte de los evangélicos y los luteranos del Sínodo de Missouri.
En apoyo de esta afirmación, se citaban textos del documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe del año 2003, titulado “Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales” firmado por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger. Este documento recoge la visión cristiana sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer y sobre la distinción entre la homosexualidad, que es simplemente una tendencia objetivamente desordenada, y los actos homosexuales, que constituyen un pecado grave. Sin embargo, las conclusiones del juez contiene un error mayúsculo: la afirmación de que “la Iglesia Católica considera que la homosexualidad es pecaminosa”. También se presentó el testimonio de un experto, Gary Segura, Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Stanford, que afirmó que la “religión es el obstáculo principal para el progreso político de gays y lesbianas”.
Católicos, evangélicos, mormones y luteranos rechazan la sentencia
Resulta especialmente significativo que, en la conclusión del Juez Walker, no se habla de que una acción particular por parte de los creyentes sea dañina para las personas homosexuales, sino de que las mismas creencias religiosas son dañinas. En consecuencia, a partir de esta cuestión de hecho, podría llegar a considerarse un delito manifestar públicamente esas creencias religiosas “dañinas”. Algunos analistas piensan que, de hecho, esta decisión judicial es el primer paso para la aprobación de normas que prohíban cualquier defensa de la doctrina cristiana sobre la homosexualidad.
Multitud de católicos, entre ellos varios obispos, han mostrado ya su malestar por estas afirmaciones contenidas en la sentencia del Juez Vaughn Walker. También diversas personalidades evangélicas, mormonas y luteranas han declarado públicamente su indignación. La mayoría de las críticas han señalado que esta decisión judicial es un ataque frontal a la libertad religiosa que defiende la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.