(CNS/InfoCatólica) La visita apostólica fue ordenada por el cardenal Franc Rodé, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica y tiene como objeto averiguar la calidad de la vida espiritual y eclesial de las congregaciones de religiosas estadounidenses. La investigación abarca a 67.000 religiosas del país, quedando fuera de la misma las monjas de clausura.
En una carta fechada el 12 de enero y dirigida a las religiosas, la Hna Mary Clare Millea -que está al frente del estudio de las 341 congregaciones- explica las circunstancias de su reciente viaje a Roma, su visita al cardenal Rodé y sus preocupaciones sobre la respuesta al cuestionario. La madre Millea urge a quienes no habían respondido a hacerlo.
"El cardenal", explica la Hna Millea, "se alegró de conocer las respuestas claras y sinceras de muchas congregaciones al cuestionario. No obstante, también compartí con él mi tristeza y disgusto porque no todas las congregaciones han respondido a esta fase de diálogo con la Iglesia de una manera que sirva plenamente a la finalidad y los objetivos de la Visita apostólica".
"Él me animó a pedir a quienes no todavía no han respondido por completo a que reconsideren su respuesta en la oración. Así pues, acojo esta oportunidad, para una vez más invitar a todas las superioras mayores que no cumplimentaron plenamente el cuestionario a hacerlo", añadió.
En un email del miércoles 27 al Catholic News Service (servicio de noticias de la Conferencia de Obispos de los EEUU), M. Clare explicó que la intención de esa carta es "invitar a quienes respondieron de forma incorrecta" a reconsiderar su respuesta al cuestionario y el proceso de la Visita Apostólica. "La cooperación con la Visita Apostólica debe entenderse, más que simplemente como una obligación, como una oportunidad y un medio privilegiado para que las religiosas compartan sus esperanzas, sus puntos fuertes y sus dificultades", dijo.
El anuncio de la Visita el pasado año sorprendió a muchas comunidades religiosas, que plantearon muchas dudas sobre su finalidad, Se cuestionó también la poca información sobre qué había movido a la congregación vaticana a ordenar la investigación y por qué las religiosas de Estados Unidos eran las destinatarias de la misma. Diez meses después el cardenal Rodé dijo en Radio Vaticano que la investigación era una respuesta a las preocupaciones relativas a "algunas irregularidades o defectos en la vida religiosa norteamericana. Principalmente, se puede decir, se refieren a una cierta mentalidad secularizada que se ha extendido en estas familias religiosas y, quizas también, a un cierto espíritu `feminista´".
Algunas religiosas manifestaron a los medios de comunicación que desconfiaban de la Visita y que se proponían no colaborar plenamente con la investigación. La religiosa franciscana Elizabeth Ohmann, que trabaja para una ong llamada "Humane Borders", declaró al Arizona Daily Star que ella cree que el Vaticano está "fichando" a las congregaciones religiosas que están en desacuerdo con algunos aspectos de la doctrina católica, sobre todo en materia de sexualidad.
Se ha abierto en Yahoo un grupo de debate, en el que las religiosas que "comprenden el valor y la necesidad de la visita apostólica en este momento y en este país" pueden comunicarse unas con otras, anonimamente si lo desean.
Las visitas -que se prevé que comiencen esta primavera- marcarán el comienzo de la tercera parte de la Visita Apostólica. La segunda fase comenzó en septiembre de 209 con el envío de los cuestionarios a las comunidades religiosas.
Las congregaciones tenían plazo para responder hasta el 20 de noviembre, pero las respuestas comenzaron a recibirse en las oficinas de la Visita, en Hamden, Connecticut, en diciembre, explicó la M.Clare en un email a CNS. Las tres partes del cuestionario requerían información sobre los miembros de la congregación, el modo de vida, las tareas en las que participaban sus miembros, la vida espiritual, incluyendo la práctica de la oración y la frecuencia de la asistencia a la Misa, y la promoción de vocaciones.
Después de que varias cogregaciones mostraran su preocupación por la información requerida en una parte del cuestionario, M.Clara, con la aprobación del cardenal Rodé, decidió eliminar tres preguntas, relativas al numero de miembros, datos financieros y bienes que las congregaciones tienen en propiedad o administran.
Los cuestionarios cumplimentados se dirigen a la oficina de la Visita apostólica en Hamden, Connecticut, y las respuestas serán utilizadas para determinar cuáles comunidades religiosas serán visitadas en esta primavera por equipos de representantes de la Visita Apostólica.
La Hna. Mary Waskowiak, superiora de las Hermanas de la Misericordia de las Américas, aseguró a The Associated Press que varias hermanas le habían dicho que dejaron en blanco algunas partes del cuestionario, y que otras habían enviado al Vaticano simplemente copia de sus constituciones.
Una vez que la investigación termina, hacia mediados del 2011, se enviará al cardenal Rodé un informe confidencial, cuyos datos no serán hechos públicos, aseguró la M.Clara.