(InfoCatólica/Agencias) Tras el anuncio de que el Papa Benedicto XVI había nombrado a Monseñor José Ignacio Munilla como obispo de San Sebastián, se multiplicaron los pronunciamientos sobre dicho nombramiento y sobre la realidad de la Iglesia en el País Vasco por parte de los políticos.
Partido Popular
Desde el Partido Popular han sido muchas las voces que han comentado la llegada de monseñor Munilla a la diócesis de San Sebastián.
Este mismo fin de semana, la alcaldesa del municipio guipúzcoano de Lizartza, Regina Otaola, aseguró que el obispo emérito de San Sebastián José María Setién "está detrás" del documento que más de un centenar de sacerdotes del País Vasco han suscrito en contra el nombramiento del nuevo obispo donostiarra.
Otaola dijo no tener ninguna duda de que Setién está promoviendo una campaña de desprestigio contra el nuevo obispo de San Sebastián.
Aseguró que esta estrategia está enmarcada en la "tela de araña" que el nacionalismo tiene tejida en la sociedad del País Vasco y que hasta ahora "incluía a la Iglesia", especialmente en los tiempos de ejercicio activo de Setién.
Otaola denunció que en el País Vasco hay un gran número de sacerdotes que tienen "un miedo reverencial a ETA-Batasuna" y eso les lleva a situarse del lado de los terroristas, en lugar de las víctimas. Uno de ellos, destacó, es el párroco de Lizartza, de quien dijo que "niega el saludo" a la corporación municipal "por el hecho de ser del PP". "Ni siquiera nos da la mano, porque debe pensar que se contamina", remachó.
Urkullu acusa a la jerarquía católica española
Ayer mismo, el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, defendió que los obispos vascos no son "rebeldes", sino "consecuentes con la realidad de una comunidad diferenciada", y consideró que la Iglesia católica española está "gobernada por unos jerarcas con la tentación de influir en la política vasca" mediante los nombramientos, en referencia a la polémica surgida en torno a la designación de José Ignacio Munilla como obispo de San Sebastián.
A su juicio, "detrás de los movimientos que hay provenientes de la jerarquía de la Iglesia católica del Estado español hay una ideología conservadora, que puede estar pensando en un tipo de sociedad que no es la del siglo XXI, sino en una anterior".
Aunque Urkullu llegó a decir que no tenía "ánimo de entrar en una polémica de la política y la religión", aseguró que él tenía "que hacer ver a la ciudadanía que han sido la propia Iglesia católica y la jerarquía de la Iglesia católica en el Estado español las que se han entrometido en el ejercicio de la política, la que ha criticado al nacionalismo y la que ha reivindicado la unidad de España".
Además, el presidente del PNV manifestó que "la propia jerarquía de la Iglesia católica tiene medios de comunicación social que han hecho, desde sus altavoces, una campaña permanente en lo que es la opción política". "No creo que vamos muy desencaminados cuando pensamos que la Iglesia católica en el Estado español está gobernada por unos jerarcas que tiene una tentación de influir en la política. Y eso se resume también en lo que puedan ser los nombramientos para la Iglesia vasca", afirmó.
A su juicio, este tipo de comportamientos "claman al cielo", por lo que confió en que la llegada de Munilla a la diócesis cambie las cosas y los sacerdotes se dediquen a "enseñar el cristianismo y el Evangelio desde el púlpito y no meterse en política".
Urkullu habla de la Iglesia Católica vasca y del Vaticano II
"Creo que la Iglesia católica vasca, en los últimos 30 ó 40 años, se ha significado por ser una Iglesia absolutamente leal y coherente con el Concilio Vaticano segundo, de ser una iglesia pegada a ras de suelo, que aborde la realidad social, desde su concepción cultural, histórica, y eso alguien lo quiere identificar con política", aseveró.
El líder del PNV apuntó que, "en estos momentos, se está queriendo confundir haciendo ver que, detrás de todo esto, hay un planteamiento político", que él rechazó, e invitó a los feligreses a analizar "si la Iglesia católica en el Estado español sigue los postulados del Concilio Vaticano segundo y es una iglesia apegada a la realidad social o que cada vez se distancia más".
Tras insistir en que un obispo debe "entender las raíces y la identidad vascas", lamentó que se cuestione "el compromiso de la Iglesia vasca" en relación con la violencia, cuando "es incuestionable". "Como creyente, estoy absolutamente capacitado para decir que la Iglesia católica vasca siempre ha estado en contra del terrorismo, siempre se ha manifestado por buscar caminos para la paz y siempre ha tenido en cuenta cuál es la situación de las víctimas del terrorismo", afirmó.
Rosa Díez, de UPyD, considera indignante la carta de los curas contra Munilla
La diputada de UPyD en el Congreso, Rosa Díez, también dio su opinión al afirmar que el hecho de que la mayoría de los curas guipuzcoanos hayan unido sus voces para criticar "por no ser nacionalista" al futuro obispo de San Sebastián José Ignacio Munilla y antes fueran incapaces de mostrarse de forma unánime en contra de ETA, demuestra que "hasta qué punto está podrido un sector de la Iglesia vasca", que "no está al servicio de los ciudadanos, sino del nacionalismo institucional y violento vasco".
En declaraciones a Europa Press, Díez tachó de "indignante" e interpretó como "un insulto" que los sacerdotes guipuzcoanos que "no se han juntado nunca detrás de un asesinato" se hayan puesto de acuerdo ahora para "afear a Munilla no ser nacionalista".
"Es una vergüenza y un síntoma de una enfermedad de toda esa colectividad de curas", agregó Díez, quien censuró que los curas guipuzcoanos nunca criticasen a obispos anteriores, "como José María Setién o Juan María Uriarte", cuando se "colocaban equidistantes entre las víctimas y los verdugos e incluso a veces más bien de parte de los verdugos" y cuando "se negaban a hacer funerales a una víctima de ETA".
Díez pide la intervención de la CEE
Igual en que esos episodios Díez echó de menos una reacción de la jerarquía eclesiástica, ahora reclama que la Conferencia Episcopal dé un toque de atención a los curas guipuzcoanos. "Me gustaría que la jerarquía les recordara por qué no se juntaron nunca para apelar a algo consustancial con la Iglesia como es defender los Derechos Humanos", admitió, a la vez que reclamó una reacción a los feligreses de los curas guipuzcoanos que consideran "inadecuado" a Munilla para ser su obispo.