(RV/InfoCatólica) La iluminación fue activada entre cantos y ante la presencia de numerosos romanos, belgas y turistas presentes en la plaza. Antes de la inauguración, Benedicto XVI recibió hoy en audiencia a una delegación belga encabezada por Marcourt, a la que agradeció el regalo del abeto.
El árbol colocado e iluminado es un inmenso abeto rojo de 30 metros de alto y 14.000 kilos de peso, que ha sido colocado junto al tradicional portal de Belén que se instala todos los años durante la Navidad. El árbol tiene un centenar de años y sus ramas inferiores llegan a extenderse hasta los diez metros.
Más de dos décadas con abetos en el Vaticano
El Papa Juan Pablo II inició hace más de dos décadas desde la ya tradicional bendición del abeto de Navidad, que año tras año ha sido donado por distintos países. En 1996 el abeto fue regalado por Eslovenia al Santo Padre, quien agradeció el don a los casi tres mil peregrinos reunidos en la plaza de san Pedro en aquella ocasión. Un año después, en 1997, Juan Pablo II contó con un altísimo ejemplar proveniente de una zona por él bien conocida, Zakopane, donde esquiaba cuando era joven y que había visitado el mes de julio de ese año durante su visita a Polonia.
En 1998 fue Alemania la encargada de trasportar el abeto hasta la plaza de san Pedro, aunque desde 1982 había regalado ya otros dos ejemplares. En aquella ocasión Juan Pablo II señaló en su discurso de agradecimiento que, viendo desde la ventana de su despacho el árbol, éste le había suscitado reflexiones espirituales. En 1999 el abeto fue regalado por la República Checa. Después le tocó el turno a Austria, Rumania, Croacia e Italia.