(Luis F. Pérez/InfoCatólica) La visita apostólica a los institutos de mujeres religiosas de vida apostólica en Estados Unidos fue ordenada por el cardenal Franc Rodé, Prefecto de la Congregación para los Institutos de vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica y tiene como objetivo, entre otros, "estudiar la calidad de vida de estos institutos". En la actualidad, la Iglesia Católica en los EEUU cuenta con unas 59.000 religiosas de 400 congregaciones diferentes agrupadas en dos conferencias (LCWR y CMSWR).
El cardenal Rodé escogió como visitadora apostólica a la madre Mary Clare Millea, superiora general de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, participante y “observadora” en el último sínodo de los obispos. La madre Clare dirige un amplio número de equipos de de visitadoras.
La primera fase de la visita apostólica, que tiene como objetivo analizar la realidad de la situación actual de las religiosas católicas estadounidenses, concluye el próximo viernes 31 de julio. Sin embargo, ya se han producido quejas por parte de quienes no ven con buenos ojos que la Iglesia pida a las visitadoras que hagan profesión pública de fe y de fidelidad al Papa.
Así, el sacerdote Richard P. McBrien, profesor de teología de la cátedra Crowley-O'Brien en la Universidad de Notre Dame asegura en un artículo publicado en The Tidings online, que la exigencia de la profesión y juramento de fidelidad no sólo ha retraído a posibles vountarias para llevar a cabo las visitaciones sino que ha hecho que la visita esté escorada ideológicamente.
El presbítero McBrien critica especialmente que a las religiosas se les pida que den el sí al siguiente párrafo de la profesión de fe: "Me adhiero, además, con religioso obsequio de voluntad y entendimiento, a las doctrinas enunciadas por el Romano Pontífice o por el Colegio de los obispos cuando ejercen el Magisterio auténtico, aunque no tengan la intención de proclamarlas con un acto definitivo". Pero dicho párrafo no hace sino seguir lo ya marcado por el Concilio Vaticano II en su Constitución Dogmática Lumen Gentium, que en su punto 25 reza así: "Los Obispos, cuando enseñan en comunión por el Romano Pontífice, deben ser respetados por todos como los testigos de la verdad divina y católica; los fieles, por su parte tienen obligación de aceptar y adherirse con religiosa sumisión del espíritu al parecer de su Obispo en materias de fe y de costumbres cuando él la expone en nombre de Cristo. Esta religiosa sumisión de la voluntad y del entendimiento de modo particular se debe al magisterio auténtico del Romano Pontífice, aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se adhiera al parecer expresado por él según el deseo que haya manifestado él mismo, como puede descubrirse ya sea por la índole del documento, ya sea por la insistencia con que repite una misma doctrina, ya sea también por las fórmulas empleadas."
Toda la información sobre el desarrollo de la Visitación puede consultarse en la página web dedicada al efecto: